La historia de los
vencedores, durante siglos, han desdibujado nuestra realidad, divulgando la falsa
idea de la desaparición de lo pueblos amazigh de Canarias, de los diversos
pueblos que desde el Norte de África poblaron las distintas islas del
Archipiélago: Los auaritas de La
Palma, los guanches de Tenerife, los gomeros de La Gomera, los bimbaches de El
Hierro, los Majos de Lanzarote, los Mahoreros de Fuerteventura y los canarii de
la Gran Canaria.
En la actualidad, las investigaciones científicas en genética, los trabajos
genealógicos y las fuentes históricas demuestran, sin vaguedad alguna, la pervivencia
genética prehispánica entre los canarios y canarias del siglo XXI. Es
manifiesto que la realidad cultural entre los canarios y canarias de final del
siglo XV y nosotros, los naturales del Archipiélago al inicio del siglo XXI,
han variado. El mestizaje y la imposición de una cultura europea, con la
aculturación amazigh que ello conlleva, ha influido en las diferencias
mencionadas. La dinastía Semidán, que gobernaba la isla de Gran Canaria durante
el siglo XV, antes de la incorporación de la isla a la corona de Castilla, fue
fundada por Atindamana y Gumidafe. Entre sus descendientes destaca Artemi, que
venció a Jean de Béthencourt en su intento de ocupar la isla de los canarii.
Desde los intentos normandos de ocupación de la isla de Gran Canaria, hasta la
incorporación a la corona de Castilla (1483), trascurrieron casi un siglo,
donde los descendientes de la dinastía Semidán dirigirán la resistencia. La
decisión de los Reyes Católicos, en el año de 1477, de realizar directamente la
conquista de las islas todavía sin conquistar (Gran Canaria, La Palma y Tenerife), lo que
denominamos conquista realenga, y la muerte de los dos guanartemes que
gobernaban cada uno de los dos guanartematos que existían en la Isla (Telde y Gáldar),
influirá de forma decisiva en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán,
descendientes los tres de Gumidafe y Atindamana. La muerte de Bentagoyhe
(1476), guanarteme de Telde, y de Egonayga, guanarteme de Gáldar, sobre el año
de 1479, influirá en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán. La minoría
de edad de los hijos de los dos guanartemes, Bentejuí y Arminda, fue
aprovechada por su pariente Tenesor Semidán para hacerse con la regencia. La
captura de este último y su conocimiento del poderío castellano, facilitó la
incorporación de la Isla
a la Corona de
Castilla. Con el Tratado de Calatayud (1481), firmado por los Reyes Católicos y
el recién bautizado Fernando Guanarteme (Tenesor Semidán), reconoce como rey de
Canaria al último, constituyendo un documento que afianza el reconocimiento de
nuestra nacionalidad histórica. Las estrategias de Tenesor Semidán y de
Bentejuí son totalmente distintas. El primero, después de ser capturado, busca
con el reconocimiento de la soberanía castellana sobre la Isla el respeto a sus
derechos dinásticos, reconocidos en el Acuerdo de Calatayud, que se manifiestan
en la distribución de los bancos de la iglesia de Santiago de los Caballeros de
Gáldar, ocupando la familia Guanarteme un lugar privilegiado junto al Gobernado
o Corregidor de Gran Canaria, recibiendo, al mismo tiempo, la Data de Guayedra. Bentejuí,
tutelado por el guaire Tazarte, por la minoría de edad de éste, se enfrentará
abiertamente, hasta las últimas consecuencias, a la invasión
castellana.Tazarte, guaire de Artevirgo, fue el protector de Bentejuí después
de la muerte del Guanarteme el Bueno, Egonaiga. Se opuso a los planteamientos
de Tenesor Semidán, e intentó la unificación de los dos guanartematos con el
casamiento entre Bentejuí y Arminda, que se encontraba con el grupo que resistían
la presión invasora. Ante el avance de las tropas lideradas por el gobernador
Pedro de Vera, se trasladan por el interior de la isla, al ser sitiados por los
vizcaínos de Miguel de Muxica en Ajódar, logran vencerlos utilizando la
orografía, incluso estuvieron a punto de vencer a Pedro de Vera, que es
socorrido por Fernando Guanarteme, e impide el triunfo total de los canarii,
que hubiera supuesto, por lo menos, una mayor resistencia a la ocupación
castellana. Sin duda el papel de Fernando Guanarteme fue clave para la rápida
incorporación de la isla de Gran Canaria. Desde Ajódar, ante la retirada de los
invasores, los canarios se dirigen al Bentayga, contando con una fuente en el
lugar para resistir el asedio. Desde el Bentayga toman rumbo a Tirajana. En
Titana (La Fortaleza)
son asediados, rindiéndose parte de los canarios. Tazarte y Bentejuy
reemprenden la huida hacia Fataga y Ansite. En Amurga, durante el asedio de
Ansite, donde se divisa la necrópolis de Arteara, de sus antepasados, Tazarte
se despeña al grito de Atis Tirma. Fernando Guanarteme negocia para que se le
respete la vida y la libertad de los ahí refugiados. Bentejuy, al igual que su
mentor Tazarte, decide riscarse. La existencia del pago de Los Sitios
(sitiados) al pie de Amurga, nos hace ver que ahí estuviera el último refugio
de los canarios. La historia de los vencedores nos ha inducido a errores:
Ansite no fue una batalla, fue un asedio. Ansite no está en La Fortaleza, es la zona de
Amurga. La muerte de Tazarte y Bentejuy es la muerte de los líderes que
apostaron por la resistencia, no es la batalla que dio pie a la ocupación
castellana. Con el Tratado de Calatayud el reino de Castilla reconoce los
derechos del rey de Canaria, reconoce los derechos del pueblo canario. El 29 de
abril de 1483 es una fecha creada para imponer una historia oficial, de
ocupación que no respeta el autogobierno reconocido en el Pacto de Calatayud.
(Felipe Enrique Martín Santiago.
Licenciado Geografía e Historia, Universidad de La Laguna, Profesor y Miembro del Centro de
Interpretación e Investigación Etnográfica e Histórica del CEO Tunte.)
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