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UNA HISTORIA
RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: DECADA 1911-1920
CAPITULO-XXX
Eduardo Pedro
García Rodríguez
1916.
En las primeras décadas del siglo XX, el
plátano canario había conseguido abrirse camino en los mercados de Europa
gracias al protagonismo de la flota mercante de vapor, si bien encontró muy
pronto dificultades ante la competencia de los productos del área tropical bajo
el dominio colonial. Los grandes consumidores de Europa Occidental -Inglaterra,
Francia, Italia, Holanda…- tenían entonces y mantienen en la actualidad grandes
intereses en países centroamericanos y africanos, también productores de
plátanos, con una fruta comercializada por multinacionales y unas flotas
mercantes en constante evolución que permite el transporte de la fruta sin que
sufra deterioro.
Otro de los factores importantes -como
apunta el profesor Wladimiro Rodríguez Brito- radica en el hecho de que los
precios del coste en los países tropicales son sensiblemente inferiores a los
de Canarias, pues en ellos se trabaja con mano de obra barata y con recursos
naturales abundantes, mientras que en las islas se ha producido un incremento
en los costes de producción que, en especial por la escasez de recursos naturales,
obliga a realizar cuantiosas inversiones en los suelos, en la extracción de
agua, etcétera.
Los fundadores de los Sindicatos Agrícolas
abrigaron la idea de formar una flota frutera propia que permitiese un tráfico
sin intermediarios. En 1916, sus promotores fundaron en La Orotava la Naviera de
Tenerife, que tuvo dos vapores: Punta Anaga y Punta Teno,
adquiridos de segunda mano en Inglaterra. El mercado de exportación, en esa
época, estaba limitado a Francia, Inglaterra, Alemania y Bélgica. La alegría de
esta iniciativa duró poco, pues el vapor Punta Anaga se perdió en medio
de una tempestad en Puerto de la
Cruz y el vapor Punta Teno fue atacado por un
submarino alemán el 29 de enero de 1917, cuando navegaba a unas 25 millas de Santa María
de Ortigueira.
Esta etapa se corresponde con los años de
intensa exportación frutera y bajo la contraseña de Otto Thoresen comenzaron a
navegar los pequeños vapores Sancho y San Juan, a los que más
tarde se unieron los de la
Compañía Marítima Canaria -filial de la británica Elder &
Fyffes-, que actuaban como “feeders” y transportaban los huacales de plátanos a
los barcos fruteros que desde Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas zarpaban
rumbo a Garston.
La Primera Guerra
Mundial colapsó las exportaciones agrícolas de Canarias, el paro creció hasta
cotas alarmantes y la válvula de escape de la emigración estaba cerrada por el
conflicto. El periodista Hermenegildo Rodríguez Méndez analiza la época y
escribe que “la falta de exportación de los frutos, especialmente plátanos y tomates,
la carencia de tráfico en los puertos y el alza de los precios de consumo,
colocan a Canarias al borde de la ruina. Una solución rápida puede estar en el
fomento de las obras públicas, para que en ellas encuentren los trabajadores un
medio de ganar un jornal, que si bien es insuficiente, por el alto coste de la
vida, para que atiendan sus necesidades, podía evitar, no obstante, que cundan
el hambre y la miseria”.
La guerra supuso también el amarre de los
fruteros -algunos hicieron viajes a puertos africanos- y cuando se hizo sentir
la reducción del tonelaje, entre los vapores vendidos a armadores peninsulares
figuraban los vapores Sancho y San Juan. La crisis fue
considerable, pues en 1918 la escasez del carbón se acentuó de tal modo en
Canarias que los tres “correíllos” grandes de la Compañía de Vapores
fueron fletados a una naviera peninsular.
Una nueva etapa se abrió cuando el 10 de
febrero de 1921 arribó a Santa Cruz de Tenerife el vapor Sancho II,
construido en astilleros de Suecia por encargo de Thoresen para dedicarlo al
tráfico frutero entre las islas. En ese mismo año, Fred. Olsen adquirió la
flota e intereses de Otto Thoresen y poco después se produjo la incorporación
del Santa Úrsula, cuya construcción se había iniciado por encargo de sus
anteriores propietarios y que habría de perderse el 28 de enero de 1932,
después de un pavoroso incendio en la rada de Tazacorte.
De esta fecha data el despegue de la
actividad naviera de Álvaro Rodríguez López, que adquirió la flota de la Compañía María
Canaria -Santa Eulalia, Santa Elena, San Juan II, San Isidro, Sancho II,
Santa Úrsula, etcétera- y es de destacar, asimismo, la presencia del
armador Juan Padrón Saavedra, que se inició en el mundo naviero con los buques Boheme,
Isla de La Gomera,
Águila de Oro y otro barco fletado llamado Mari Eli.
En diciembre de 1928, el Sindicato
Agrícola de Exportadores de Santa Cruz de Tenerife adquirió en Bilbao el vapor Consuelo
de Huidobro, para cubrir el servicio frutero de cabotaje. Años más tarde
fue adquirido por Trujillo Hermanos y con los buques Esperanto y San
Carlos inició un servicio regular a Sidi-Ifni después de que dicho enclave
fuese ocupado por las fuerzas del coronel Capaz. En 1948 lo adquirió Naviera
Compostela y fue modernizado, reformado y rebautizado Río Sarela, nombre
con el que, años más tarde, volvería a navegar en aguas de Canarias y así
renacieron sus vínculos con La
Palma.
En la década de los años treinta, los
barcos mixtos de Yeoward fueron clientes asiduos del puerto de Santa Cruz de La Palma. Los consignaba
Duque Martínez y mientras realizaban las operaciones portuarias, los pasajeros
realizaban una excursión hasta el valle de Aridane y almorzaban en el teatro
Monterrey, de El Paso, regresando a la capital palmera para bailar en el Teatro
Circo de Marte hasta la hora de salida del barco.
Por entonces, Norddeustcher Lloyd atendía
el servicio frutero con los buques Arucas y Orotava. Este último
se encontraba en el puerto palmero el 20 de agosto de 1936 y a bordo se celebró
un acto patriótico en el que participaron como figuras más destacadas el
comandante militar de La Palma,
Carmelo Llarena y Bravo de Laguna -quien había sustituido a Baltasar Gómez
Navarro- y el capitán alemán Mueller. Se escucharon los acordes del himno
nacional y se dieron ¡vivas! a España y a Alemania. En 1939 la citada compañía
incorporó dos nuevas unidades al servicio frutero: Ems y Eider,
que navegaron en el citado itinerario en unión de los citados Arucas y Orotava.
(Juan Carlos Díaz Lorenzo, 2006)
1916. En El Palmar, Teror, Tamaránt
(Gran Canaria) nace Pino Ojeda. Su marido muere al final de la Guerra Civil de los
españoles. Después de ese trágico acontecimiento, se dedica a la poesía y la
pintura. Sus primeros versos ven la luz en la publicación tinerfeña Mensaje.
En 1952 funda la colección Alisios, hojas de poesía. Obras:
Niebla de sueño (1947), poesía. Como el fruto en el árbol (1954), poesía. La piedra sobre la colina (1964), poesía El alba en la espalda (1987), poesía. El salmo del rocío (1994), poesía.
Niebla de sueño (1947), poesía. Como el fruto en el árbol (1954), poesía. La piedra sobre la colina (1964), poesía El alba en la espalda (1987), poesía. El salmo del rocío (1994), poesía.
1916. El plátano canario
había sido pionero en introducirse en mercados europeos. Las expectativas de
futuro del producto eran muy prometedoras. Hamburgo era uno de los grandes
centros redistribuidores del Atlántico Norte con una gran influencia sobre el
Báltico y los países escandinavos. El sector frutero canario era incapaz de
satisfacer el incremento de la demanda de plátanos de Europa. Las consecuencias
del bloqueo de los aliados y de la presencia de submarinos alemanes en aguas de
la colonia canaria causó la caída de la economía de la colonia:
El precio del plátano bajó a una peseta por racimo.
Se generalizó la inseguridad en los negocios
Se puso de manifiesto la fragilidad de la economía canaria, dependiente
en extremo del exterior.
Se experimentó una importante carencia de buques
Alzas considerables en los fletes
No se aprovechó el espectacular crecimiento de la economía de la Metrópoli para paliar
las dificultades de la colonia canaria.
1916. En El Palmar, Teror, Tamaránt
(Gran Canaria) nace Pino Ojeda. Su marido muere al final de la Guerra Civil de los
españoles. Después de ese trágico acontecimiento, se dedica a la poesía y la
pintura. Sus primeros versos ven la luz en la publicación tinerfeña Mensaje.
En 1952 funda la colección Alisios, hojas de poesía. Obras:
Niebla de sueño (1947), poesía. Como el fruto en el árbol (1954), poesía. La piedra sobre la colina (1964), poesía El alba en la espalda (1987), poesía. El salmo del rocío (1994), poesía.
Niebla de sueño (1947), poesía. Como el fruto en el árbol (1954), poesía. La piedra sobre la colina (1964), poesía El alba en la espalda (1987), poesía. El salmo del rocío (1994), poesía.
1916. se produce una
completa retirada de la navegación internacional en los puertos canarios debida
al bloqueo de los submarinos alemanes de desastrosas consecuencias para la
economía de la colonia. Sólo en 1953, después de una depresión de 40 años, el
tráfico logró recuperar el valor de 1912.
1916. Fallece en Eguerew n Chinet
(La
Laguna-Tenerife) el colono español establecido en la isla y estudioso de la ancestral cultura
canaria, Carlos Pizarroso Belmonte. Nacido en Cádiz en 1841. Era hijo del actor dramático Antonio Pizarroso, de Jerez
de la Frontera,
y de Inés Belmonte, hija del artista
Blas Belmonte. Carlos Pizarroso fue uno de tantos españoles metidos a
historiadores de Canarias, también poeta, novelista y filósofo. Es autor de la
obra Los aborígenes de Canarias, que Miguel Maffiotte considera, en un
trabajo publicado en Revista de Canarias, como uno de los trabajos más
interesantes que se han escrito sobre este tema. Otro tanto opinó en la misma
revista Rosendo García Ramos. Carlos Pizarroso era un caballero de la Real y Distinguida Orden de
Carlos III, licenciado en Derecho Civil y Canónico, académico profesor de la Matritense de
Jurisprudencia y legislación, miembro del Gabinete Científico de Añazu n Chinet
(Santa Cruz de Tenerife) y secretario de la Diputación provincial.
Fue autor, por encargo del presidente de la Diputación provincial,
Santiago de la Rosa León,
de Breve reseña histórica, un opúsculo que sirvió de guía al rey español
Alfonso XIII durante su visita en 1906, a la colonia de
Canarias. Esta publicación, que consta de 47 hojas, contiene muchas fotografías
y reproduce grabados en madera del artista isleño Cirilo Romero (primer
presidente de El Recreo). La otra gran obra de Pizarroso fue Anales de la Diputación Provincial
de Canarias (2 tomos), una obra de cierto interés para la historia de las
islas. Su gran pasión fue la filosofía, razón por la que publicó varios ensayos
(Ultramontanismo, Sistemas de la
Idea, Contra la corriente, etcétera). Católico por
convicción fue defensor del nacionalcatolicismo, como queda patente en su
ensayo Ultramontanismo. Carlos Pizarroso falleció en 1916, en Eguerew (La Laguna
1916 Febrero. El vapor
Punta de Teno, de la naviera
orotavense Tenerife, en su cuarto viaje a Europa es torpedeado y hundido por un
submarino alemán que operaba en el Atlántico, ello a pesar de que la Metrópoli era neutral en
aquella primera guerra mundial.
1916 10 de
febrero
La Información pública una serie de artículos de
Manuel de Ossuna y Van den Heede en los que queda
patente la visión regionalista de los sectores
conservadores isleños:
«El regionalismo mas que una idea política (...) es
un sentimiento (...) de lo bello en la naturaleza y en las tradiciones y
leyendas de esta tierra atlántica. (...) es el recuerdo
de nuestras antiguas libertades; es la proclamación de los Adelantados de la región
por el Cabildo y por el pueblo soberano; es la protesta de la Real Audiencia ante
las intromisiones del poder ultramarino, (...).
El regionalismo en canarias está fundado en el
parentesco étnico de los antiguos pobladores como los
conquistadores, y en la rápida asimilación de la cultura española por
los vencidos, que llegó a extinguir los primeros odios, llegándose a la fusión
por la elevada política del primer adelantado Don Alonso
Fernández de Lugo (...)».
1916 febrero 23.
El Westburn fue un vapor de
casco metálico con dos cubiertas, dos mástiles, popa elíptica, de 34
habitáculos y con un tonelaje bajo cubierta de 3026 tm. Construido por Short
Brothers de Pallion Astilleros en Sunderland, fue botado el 31 de agosto de
1893 y bautizado con el nombre de Westburn en la casa de los Westolls en
Tunstall. Su nombre proviene de la unión de West (por las primeras letras de la
palabra Westolls) y de Burn (por el comienzo del nombre de soltera de la señora
Westolls).
Para que no
fuera apresado, los alemanes hundieron el Westburn con todo el cargamento de
carbón frente a la playa de Las Gaviotas desembarcando la tripulación alemana
por la Playa de
Las Teresitas.
Tras algunos años de navegación,
el 28 de diciembre de 1916 zarpó de la ciudad más importante de Gales, Cardiff,
con un cargamento de carbón mineral de 4000 tm, pero se vio forzado a entrar en
Liverpool debido a una avería producida por un temporal el 4 de enero de 1916,
permaneciendo en el astillero por reparaciones hasta el día 21 de enero del
mismo año. Zarpó con tiempo agradable y despejado y todo fue bien hasta las 5
de la tarde del día 8 de febrero de 1916, fecha en la que este vapor avistó un
extraño buque acercándose cuando se encontraba a 610 millas al NNE de
Pernambuco (Recife, Brasil).
Al día siguiente el jefe de
oficiales, Mr. George Wilkinson, volvió a divisar desde el puente el mismo
buque de la tarde anterior, que no era otro que el crucero alemán camuflado SMS
Moewe, el cual se aproximaba maniobrando hacia el Westburn situándose a 7 millas
y a 4 grados a estribor. Una hora más tarde casi había oscurecido y el buque
alemán comenzó a realizar señales luminosas de Morse, preguntando por el nombre
del barco. Inmediatamente desde el puente el capitán del Westburn, Mr. A.T.
Cambell, con su oficial respondió a dichas señales, identificándose como el
jefe de un buque danés.
Una vez identificado, el buque fue autorizado por los alemanes a proseguir su travesía, pero -cuál fue su sorpresa- al cabo de unas horas, exactamente a las ocho menos cuarto, el buque alemán disparó unas salvas de aviso, obligándolos a detenerse. El capitán Campbell paró máquinas de inmediato y del crucero alemán partió una lancha hacia el barco. Subió a bordo del carbonero un oficial alemán que, después de hacer las preguntas habituales, obligó a la tripulación y oficiales del Westburn a arriar los botes y dirigirse al buque alemán. Sin embargo, el Westburn no fue hundido una vez desalojado ya que el comandante alemán tenía otra idea.
Una vez identificado, el buque fue autorizado por los alemanes a proseguir su travesía, pero -cuál fue su sorpresa- al cabo de unas horas, exactamente a las ocho menos cuarto, el buque alemán disparó unas salvas de aviso, obligándolos a detenerse. El capitán Campbell paró máquinas de inmediato y del crucero alemán partió una lancha hacia el barco. Subió a bordo del carbonero un oficial alemán que, después de hacer las preguntas habituales, obligó a la tripulación y oficiales del Westburn a arriar los botes y dirigirse al buque alemán. Sin embargo, el Westburn no fue hundido una vez desalojado ya que el comandante alemán tenía otra idea.
Al día siguiente se
abarloó el Westburn al Moewe y se trasladó a todos los prisioneros ingleses, en
total unos doscientos, que transportaba el buque alemán procedentes de los
barcos que había capturado y hundido. Una vez transportados los prisioneros y
con tripulación alemana pusieron rumbo al puerto de Santa Cruz de Tenerife,
llegando el 22 de febrero de 1916. Al día siguiente todos los prisioneros
fueron conducidos ante el cónsul británico. Ese mismo día se sacó el Westburn
del puerto de Santa Cruz de Tenerife, bajo bandera alemana pero, al ser
divisado un buque británico en las proximidades (el HMS Sutlej), para evitar
que fuera apresado el Westburn los alemanes lo hundieron con todo el cargamento
de carbón a una milla de la costa próxima a San Andrés el 23 de febrero de
1916, desembarcando la tripulación alemana por la Playa de Las Teresitas.
En los años 1942 y 1948 buzos
profesionales rescataron el carbón, que sirvió para alimentar las calderas de una
máquina de vapor que trabajaba en las canteras próximas a San Andrés.
A una milla frente a la Playa de las Gaviotas (Long
28º30,494´N Lat. 16º 0,294´W) y a unos treinta metros de profundidad descansa
para siempre el Westburn. El único recuerdo que nos queda de esta historia son
sus restos sumergidos y la campana de la iglesia del antiguo pueblo de
pescadores de San Andrés.
Estimado Sr. García Rodríguez, muchas gracias por el blog, es magnífico. He estado buscando información sobre el embarcadero que aparece encabezando esta entrada y no consigo encontrar nada, le agradecería mucho que pudiera darme algunas referencias sobre éste. Mi objeto de estudio son este tipo de infraestructuras de embarque y no conocía nada sobre ésta, la cual parece bastante interesante. Mi nombre es Antonio L. Andivia Marchante y mi correo es aandivia@gmail.com Sin más, dándole las gracias de antemano, le mando un cordial saludo.
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