Hasta
siglos después de la invasión y sometimiento de las Islas, nuestros antepasados
continuaban manteniendo el ritual de la ofrenda de alimentos a los espíritus de
los fallecidos, aunque con cobertura católica. Este aserto quedó recogido en la
documentación notarial ya que los escribanos estaban obligados a incluir en los
testamentos las denominadas “mandas pías” mediante las cuales la iglesia
católica obligaba al testador destinar determinadas partidas económicas según
la importancia de su hacienda a iglesia católica o a algunas de sus
instituciones. En cuanto a las ofrendas a los espíritus de los fallecidos estas
eran bien recibidas por el clero católico pues pasaban directamente de la
lapida del difunto a las despensas de los párrocos o de los frayles.
Fernando de Guanarteme (el segundo), natural de Gran Canaria, otorga
su testamento. Manda que los clérigos de Santiago, en Taoro, le digan una
vigilia de lecciones y misa de réquiem con sus nocturnos y letanías;
los frailes de San Francisco le digan dos treintenarios, uno abierto y otro
cerrado. Dona a las iglesias y ermitas de la Isla una dobla
a cada una; a los pobres 2.000 mrs. para repartir entre los más
necesitados. Se paguen los contratos y deudas que de verdad se
deban. Se den al menor Agustín, hijo de Juan Delgado, 170 cabrillas.
Debe para la Navidad que viene 145 cabrillas. A Jaime Joven 4.000 mrs. por
Navidad. Nombra albaceas a Juan Fernández, canario, marido de Catalina Gaspar,
y a Constanza Fernández, su hermana. Manda que se dé la libertad a
su esclava Inés y a la hija de ésta, Leonorcita, a quien
reconoce como hija legítima y heredera universal del
resto de sus bienes. Ts.: Alonso López, Juan Galán, Fernán
Esteban y Francisco Vilches.—Sin firma. (Protocolos de Hernán Guierra, agosto
28 de 1510. fol.303 r. En: Fernando Clavijo Hernández, 1980)
Diego
Alvarez (guanche) hace su testamento. Desea que los frailes de San
Francisco le digan una vigilia de 3 lecciones con sus nocturnos
y letanías y le ofrenden 9 días; que paguen las deudas que vinieran en buena
verdad; que le digan 2 treintenarios cerrados; que den al
Señor San Francisco 2.000 mrs., a Nuestra Señora de Santa Ma.
de la Iglesia
de Arriba 1.000 mrs., a la
Señora de Candelaria 500 mrs., a la Señora de Gracia 100 mrs.,
a San Miguel, 100 mrs., a los pobres que más necesidad tengan 500
mrs., y al hospital 100 mrs. Declara que Francisco Alcaraz, v°. de La Palma, le
debe 7.500 mrs. por un contrato que está en poder de Luis de Belmonte,
por el que le debe 25 cabrillas con sus rentas de 5 años a
esta parte; también le debe Castillo, v°. de La Gomera, 25 cabras con
sus rentas de 6 años; Cristóbal Fernández 7.000 mrs. por un contrato que está
ante Hernán Guerra. Nombra albaceas a su hermana
Margarita Perdomo y a Juan Perdomo. Por otra parte, Diego Alvarez
reconoce que recibió de Miguel, hermano de Antón Azate, 15
cabritos; de Gaspar y Francisco Tacoronte 30 cabritos; de Magdalena,
la Ollera, 4
cabritos; de Francisco Hernández, el Gomero, 61 cabritos;
del guanche, el padre de Antón, 5 cabritos; del guan-che viejo,
que está con Guillen Castellano 4 cabritos; de Guayne-quía
5 cabritos; de Isabel, que está con él, 5 cabritos; de Castillo 8
cabritos; de Guillen Castellano 18 cabritos; de Hernando de Mo-guer
1 chiquito que se comió; manda que saquen 14 cabras del hato
de Pedro Fernández y otras 30 cabrillas del dicho hato, y que su
hermana Margarita Perdomo las dé a una persona para que se
encargue de ellas. Juan Méndez reconoce que recibió de Diego Alvarez
107 cabritos, más otros 75 cabritos. Manda que cobren de Juan
Méndez todas las cabrillas que vienen de... (roto). Ts.: Alonso Velázquez,
Jorge Sánchez, Rodrigo Yanes, Juan Zapata, Nufro Suárez y
Cristóbal Fernández.—Nufro Suárez y Cristóbal Fernández. (Protocolos de Harnan
Guerra, 2 de septiembre de 1510. fol. 323 r. (bis). En: Fernando
Clavija Hernández, 1980)
María
Hernández, viuda de Pedro Miguel (guanches), moradora en el pueblo de Ntra.
Sra. de Candelaria, por estar enferma otorga su testamento. Después de la consabidas “Mandas” dispone: “se diga un responso
sobre su sepultura ofrendado de media fanega
de trigo y cinco azumbres de vino. (Protocolos de Sancho de Urtarte, 1574, fol.
160 v. En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
Francisco González,
natural, hijo de Alonso González, natural de la isla, difunto, morador al
presente en
el pueblo de
Ntra. Sra. de Candelaria, término y jurisdicción de San Cristóbal de La Laguna,
por estar enfermo otorga su testamento. Manda que su cuerpo sea
sepultado en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria donde está enterrado su padre Alonso
González y
que le
digan en dicho monasterio por los frailes de
él una misa cantada de cuerpo presente, con su vigilia
y otras dos misas rezadas de réquiem ofrendada
de media fanega de trigo y medio barril
de vino. (Protocolos de Sancho de Urtarte, 1574, fol. 237 r.
En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
María
Hernández, viuda, mujer que fue de Gaspar Rodríguez, natural, difunto, moradora
en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, término y jurisdicción de San Cristóbal
de La Laguna, por estar enferma, otorga su testamento. Las Mandas acostumbradas
y ofrendadas de una fanega de trigo, un
barril de vino v un carnero. (Protocolos de
Sancho de Urtarte, 1574, fol. 302 r. En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
Francisca
Pérez, natural, viuda de Antón Albertos, moradora en el pueblo de Ntra. Sra. de
Candelaria, por estar enferma ordena su testamento.
Manda que
su cuerpo sea sepultado en la casa y monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria, en
la sepultura donde están enterrados Francisco y Anastasia, hijos legítimos de
su marido y de ella. El día de su enterramiento, en dicho monasterio… con dos
misas rezadas ofrendadas de un barril de vino de diez azumbres, una fanega de trigo y
un carnero. (Protocolos de Sancho de Urtarte, 1574, fol. 311 r. En: Miguel A.
Gómez Gómez, 2000)
Gaspar Delgado, hijo de Pedro
Delgado, difunto v de María Gaspar, su mujer, morador en el Mocanal, vecino,
por estar enfermo otorga su testamento… ofrendado de una fanega de trigo y un barril de
vino de diez azumbres. (Protocolos de
Sancho de Urtarte, 1574, fol. 332 v. En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
Francisco Rodríguez
Izquierdo, capitán, natural de esta isla, morador en el pueblo de Ntra. Sra. de
Candelaria, por estar enfermo otorga su testamento. Manda que su cuerpo sea sepultado en la casa y monasterio
de Ntra.
Sra. de Candelaria, en la sepultura donde está
enterrada su mujer Francisca Martín y
que el día de su enterramiento en dicho monasterio
y por los frailes de él, le digan una misa cantada de
cuerpo presente con cuatro misas rezadas de réquiem, todo ello
ofrendado de una fanega de trigo y de un barril de vino que
tenga 12 azumbres. (Protocolos de Sancho de Urtarte, 1574, fol. 336 r.
En: Miguel A. Gómez Gómez, 2000)
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