Eduardo Pedro García
Rodríguez
“En el Puerto principal del Arrecife ysla de Lanzarote una de las
Canarias a los veinte y cinco días del mes de mayo, año de mil ochocientos
veinte y cinco: Ante mi el Escribano de S.M. del numero y marina de esta
referida Ysla y testigos que se designaron, pareció Don Domingo Martinón de
esta vecindad y comercio a quien doy fe conozco y dijo: Que la casa de los Sr.
Barry Dervieu – y compañía vecinos y del comercio de Marsella en – de treinta
de agosto del año próximo anterior de mil ochocientos veinte y cuatro dijeron
que habiendo subido la Barrilla un poco pues se vendía de nueve a nueve y medio
francos el qql. de aquella plaza y que siendo este un doce por ciento mas
pequeño que el de estas yslas podía hacerse una expedición que dejase una buena
utilidad, y que en caso de convención a dicho Martinón esta propuesta podrían
dichos señores fletar por cuenta del compareciente un barco de ciento y veinte
a ciento y treinta toneladas que traería un cargamento de mercaderías y
retornaría con otro de dos mil y quinientos a tres mil qql. de barrilla
insertándola en dicha carta una nota de los géneros de que podía componerse el expresado
cargamento. Que habiendo recibido el tres de diciembre próximo pasado les
contesto con fecha veinte y tres del mismo diciendo a dichos señores que
siempre que pudiesen conseguir vender un cargamento de tres mil qq. de esta
especie resultase libre de fletes derechos y demás gastos que le causaren a si
en esta Ysla como en la plaza de Marsella a siete y medio francos, podían desde
luego dichos señores hacer una venta por dicha cantidad y después que
estuvieren celebradas solicitar los géneros que contenía la nota o factura que
les incluyó en dicha carta y remitírselos con el propio barco previniéndoles
últimamente que como solían cruzar en estos mares corsarios enemigos sería
bueno que las facturas y conocimientos viniesen a nombre y como de cuenta de los
mismos señores y a la consignación del otorgante, y por supuesto todo
asegurado: Que no habiendo recibido hasta ahora ninguna contestación sobre el
particular ha llegado hoy a este Puerto una Bombarda con Pabellón francés
nombrada - honorines su capitán Blanchelli quien le ha manifestado de palabra –
procedente de Marsella en cuyo Puerto le había despachado y cargado de varios
géneros los supradichos señores Barry Denvieu – y compañía que venían a la
consignación del compareciente y otros interesados en estas Yslas y que
hallándose sobre Cabo Espartel fue tomado y robado el día cuatro del corriente
por un corsario perteneciente a la republica de Colombia nombrado María Isabela
su capitán Dotan, y que entre los géneros que le robaron fue comprendida la mayor
parte de los que venían para el compareciente llevándose al mismo tiempo las
cartas facturas y demás papeles pertenecientes al cargamento que conducían; en
esta atención considerando el Don Domingo Martinón no debe ser responsable en
manera alguna del valor de los géneros que venían a su consignación ni hallarse
ya en la obligación de poner a bordo de dicho Buque el cargamento de barrilla
que había ofrecido por no haber recibido los que se dirigían por dichos
señores, en la vía y forma que mejor haya lugar en derecho y enterado del que
en este caso le compete otorga que hace total y absoluto abandono del resto de
los géneros a su consignación que pueden quedar a bordo de la expresada
Bombarda , y en su consecuencia protesta una, dos , tres y las mas veces que
sean necesarias contra propietarios, cargadores, fletadores, aseguradores,
consignatarios, recibidores, pagadores y contra las mas personas que deba
hacerlo, que todos los daños, perjuicios, perdidas, atrasos, intereses,
fletamentos, detrimentos o menos cabos que se hayan ocasionados y ocasionen a
los sobre dichos y a los dueños del indicado buque por falta de cargamento de
retorno, no sean de mi cuenta y cargo sino de quienes por derecho haya lugar, a
cuyo fin deja vivas --- para usar de ellas contra quien donde como y usándole
convenga: y de que así lo protesta pide a mi el escribano se lo de por fe y
testimonio su resguardo, y para hacerlo en cualquier tiempo que se me pida lo –
en mi cuaderno corriente de escritura pública, y lo firma el expresado Don
Domingo Martinón hallándose presentes como testigos Don Rafael Rancel, Don
Eusebio de Cáceres y Don Casimiro Mc Kinstoh de esta vecindad.”
(BieMesabe, 07 de Septiembre de 2007
Felipe Enrique Martín Santiago Publicado en el número 173 )
Felipe Enrique Martín Santiago Publicado en el número 173 )
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