BARTOLOME GARCIA LORENZO
Eduardo Pedro García Rodríguez
En la madrugada del 22 de septiembre de 1976,
seis policías españoles acudieron a la vivienda de Antonia Lorenzo en el barrio
de Somosierra, en Santa Cruz de Tenerife, donde se encontraba su primo, el
joven independentista Bartolomé García Lorenzo, estudiante de 21 años y
militante del MPAIAC.
La acción policial fue una operación conjunta de
las brigadas Político-Social y de Investigación Criminal, así como de la Policía Armada.
Los seis policías, de paisano, se apostaron, de dos en dos, en los rellanos de
la escalera y en el de la puerta del piso. Bartolomé García Lorenzo abrió la
puerta y, al ver a unos pistoleros empuñando metralletas, cerró la puerta. En
ese momento los policías hicieron fuego.
Más de 30 impactos de bala recibió la puerta, de
los que cuatro dieron de llenó en el cuerpo del compañero Bartolomé García. Dos
días después, y pese a ser intervenido quirúrgicamente, falleció. El parte
médico indicó que recibió cuatro impactos de bala: “una,
en el brazo; otra, en la arteria humeral, y dos, en el vientre, que le
afectaron al hipocondrio, con desgarro del lóbulo del hígado como ascendente y
transverso, con estallidos múltiples en la región rectoperitoneal, así como en
la región epigástrica superior izquierda, que determinaron su fallecimiento“.
La increíble disculpa de la policía española fue
que buscaban a Ángel Cabrera “El Rubio”, perseguido por el secuestro del
criminal falangista Eufemiano Fuentes. Pero “El Rubio” ni siquiera estaba
entonces en la isla de Tenerife. A por Bartolomé se fue de forma consciente y
calculada, cometiendo una miserable acción de terrorismo de Estado.
Los seis agentes que ocasionaron la muerte del
joven Bartolomé García fueron procesados el 16 de octubre y separados de sus
funciones. Al existir entonces el precepto del fuero policial, en
virtud del cual los agentes no cumplían la prisión preventiva en cárceles, sino
en dependencias policiales, los cuatro policías del Cuerpo Superior quedaron
internados en la comisaría de Santa Cruz de Tenerife, y los dos de la Policía Armada, en
su cuartel.
Cuatro días más tarde, los agentes fueron
trasladados a Madrid, y en el aeropuerto fueron recibidos por dos centenares de
policías españoles que mostraron así su solidaridad con los procesados. En los
días posteriores al homicidio se sucedieron importantes manifestaciones en
Santa Cruz de Tenerife en repulsa por el asesinato del compañero Bartolomé
García, que fueron calificadas por la prensa europea como guerrillas urbanas.
En febrero de 1982, la Audiencia de Tenerife
condenó a los agentes y el Tribunal Supremo ratificó esa sentencia a finales de
ese año. Pero el 28 de enero de 1986, la Audiencia de Tenerife, mediante un auto, declaró
extinguidas las responsabilidades de los policías en el homicidio de Bartolomé
García.
Los seis asesinos continuaron en activo dentro de
la policía española y fueron promocionados en distintas ocasiones.
Bien está cerrar heridas pero no sobre la base
del olvido y la injusticia, sino de la memoria consciente, la justicia, la
reparación y hasta el perdón. Para que todo esto llegue, es necesario recordar
y reivindicar a aquellos a quienes la Historia puso en encrucijadas que
seguramente nunca desearon. Conocer el pasado, por doloroso que sea, para poder
confiar en un futuro más digno.
El lunes
24 de septiembre de 2012 el Ayuntamiento de Santa Cruz de
Tenerife organiza el acto de descubrimiento de la placa que da el nombre a
la plaza “Bartolomé García Lorenzo”, en el 36
años del fallecimiento de Bartolomé García Lorenzo, la Plaza de García Escámez
recibió oficialmente el nombre de Bartolomé García Lorenzo, cumpliendo con un
acuerdo plenario histórico que fue apoyado unánimemente por todos los grupos
políticos municipales.
En Recuerdo de
Bartolomé García Lorenzo
“Tal día como hoy las
fuerzas policiales de represión del Estado español en Canarias asesinaron a
nuestro conmatriota Bartolomé García Lorenzo sin que hasta la fecha en este
como en otros muchos casos de terrorismo de Estado en Canarias se haya hecho
justicia, es más, en esta como en cualquier otra colonia los asesinos suelen
ser premiados por el Estado opresor y para más escarnio de este sufrido pueblo
canario, el máximo responsable político en el periodo en que se produjeron este
y otros asesinatos de compatriotas canarios, era Pablos Abril, digno antecesor
de Mardones Sevilla, ex gobernador de esta “provincia” quien en la actualidad
ocupa un escaño en el Parlamento español por Coalición Canaria en “representación”
de los canarios, responsable último del
asesinato del compatriota y estudiante Javier Fernández Quesada, siendo un
ejemplo más de la pervivencia del nefasto sistema caciquil en las Canarias del
siglo XXI.
Situaciones
iguales o similares a esta han sido -y son -habituales en el devenir histórico
de esta colonia de España en el noroeste de África. Nunca han faltado modernos
Herodes dispuestos a cegar la vida de jóvenes promesas que pudieran hacer
realidad los sueños de un pueblo oprimido de vivir en libertad. Nunca han
faltado ni faltarán los sicarios al servicio del sistema colonial dispuestos
incluso a tronchar jóvenes vidas, llenas de nobles ideales, de ilusiones y
esperanzas en un futuro más justo, a cambio de unas míseras migajas que el
opresor les arroja como a perros que campan debajo de la mesa de su amo.
Hermano Bartolomé, los canarios que hoy estamos aquí
reunidos en tu memoria, quizás lo estamos porque nuestras mentes aún no están
totalmente alienadas por las telenovelas, la tele basura, los macros conciertos
comecocos orquestados desde el poder, la fiebre futbolera y otras formas
opiáceas con que el sistema colonial trata de mantenernos dormidos o
amodorrados para evitar que podamos pensar por nosotros mismo, y tomemos
conciencia de nuestra situación de explotados, porque, que duda cabe, un pueblo
y especialmente una juventud que piensa, una juventud con ideales altruistas,
una juventud que se plantee un futuro de justicia en libertad, conforman un
pueblo difícil de dominar y de explotar.
Porque,
esa imagen a todas luces falsa que continua y machaconamente se esfuerzan en
trasmitirnos los medios de “comunicación social” de España en Canarias, de que
vivimos en una sociedad relajada y regalada, no deja de ser otro infundio más
del sistema explotador colonial con que adormecer cuando no eliminar de raíz,
la ancestral identidad que como pueblo diferente y diferenciado pervive en lo
más profundo del ser de cada canario, por ello nos bombardean continuamente con
silogismos tales como que somos europeos, que somos un pueblo cosmopolita, o
que somos un crisol de culturas, Puente entre Continentes, y otras sandeces por
el estilo, es decir, para el colonialismo europeo y sus fieles servidores en
Canarias somos cualquier cosa con tal
de que no seamos canarios. De hecho, nos han convertido en residentes
en nuestra propia Patria.
Podemos
pensar que el exterminio de los pueblos, sus culturas, sus formas de vida y sus
religiones son cosas del pasado, nada más lejos de la realidad, al igual que
los criminales van siempre varios pasos por delante de la policía, los sistemas
opresores cambian de forma, pero no en el fondo, como las ratas y las
cucarachas se adaptan a las nuevas situaciones y a los nuevo tiempos, y se van
volviendo inmunes a los antídotos de la supuesta democracia burguesa, los
cuales en lugar dañarlos lo que consiguen es hacerlas más fuertes y
resistentes, dotándolas de más capacidad depredadora y genocida si cabe,
amparados bajo nuevos términos.
Los
nuevos conceptos requieren nuevos términos. Por "genocidio"
significamos la destrucción de una nación o de un grupo étnico. Esta palabra,
acuñada para denotar una vieja práctica en su desarrollo moderno, deriva de la
antigua palabras griega 'genos' (raza, tribu) y de la voz latina 'cide'
(matanza), correspondiendo así en su formación a palabras tales como
tiranicidio, homicidio, infanticidio, etc. Hablando en términos generales, el
genocidio no significa necesariamente la destrucción inmediata de una nación,
excepto cuando se efectúa por los asesinatos en masa de todos los miembros de
esa nación. Más bien se propone como un plan coordinado de diversas
acciones que tienen como objetivo la destrucción de las bases esenciales de la
vida de grupos nacionales, con el objetivo de aniquilar los grupos en sí mismos.
Los objetivos de tal plan serían desintegración de las instituciones
políticas y sociales, de la cultura, del lenguaje, de los sentimientos
nacionales, de la religión, y de la existencia económica de grupos nacionales,
y de la destrucción de la seguridad personal, de la libertad, de la salud, de
la dignidad, e incluso de las vidas de los individuos que pertenecen a tales
grupos. El genocidio se dirige contra el grupo nacional como entidad, y las
acciones implicadas se dirigen contra individuos, no en su capacidad
individual, sino como miembros del grupo nacional.
Estas
circunstancias son las que viene soportado el pueblo canarios desde hace más de
quinientos años, pero que a partir del siglo XX, se han intensificado de manera
desmesurada, hasta el punto de que se nos ha hecho creer que tal situación es
normal y que, la corrupción manifiesta en determinados ámbitos de la política
de servicio y sucursalita es natural.
Hermano Bartolomé, hoy una vez más, lloramos tu prematura
marcha víctima de una acción cruel, pues como otros miles de canarios, fuiste
abatido de manera alevosa y a traición, sin que los invasores te dieran la
menor posibilidad para defenderte. Desde tu marcha física hermano Bartolomé,
ocupas un puesto especial en nuestros corazones y tu memoria está presente en
el altar de los mártires inmolados por la barbarie colonial, por tu entrega
a la Patria Canaria. Por ello es que, rogamos para que tu Espíritu
Libre se haya fusionado a través de Magek con la esencia Universal de Nuestra
Sagrada Diosa Chaxiraxi, y deseamos que tu Espíritu Vital nos acompañe y guíe
hacia metas libertarias, especialmente a los
más jóvenes, quienes deberían seguir tu ejemplo de entrega a la noble
causa de la Libertad
de Nuestra Matria Canaria. (Guaire Adarguma Anez Ram n Yghasen. Añazu, Chinech,
24 de septiembre de 2005.)
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