Hubo dos grandes santuarios en lo
alto de impresionantes riscos de esta isla, «Tirma» y «Umiaga»o «Amagro».
Existen dudas sobre si Umiaga estaba en el entorno de los Riscos Blancos de
Tirajana o en lo alto de la Fortaleza,
un reducto natural de altos riscos con su acceso protegido por una muralla,
donde un contingente indígena se atrincheró y fue asediado en los últimos
episodios de la conquista, y al que en las crónicas
se denominaba «Ansite». Tirma es una espaciosa zona amesetada al oeste de la
isla, con diversos yacimientos aún sin estudiar, pero cuyas tipologías a priori
no parecen responder a ámbitos domésticos. La misma consideración sacra tenían
los recintos donde vivían las «harimaguadas» (adolescentes vírgenes dedicadas
al culto), a los cuales se llamaban «Tamogante en Acoran» («casa de dios»).
Todos esos espacios sacralizados, tanto «Tirma» y «Umiaga», como los
«Almogarenes» y las propias «Tamogante en Acorán» tenían para los canarios un
estatus que los europeos juzgaron análogo al de sus templos cristianos,
«guardándolos y reverenciándolos como a Iglesias». Y si alguien que había
infringido una ley se acogía a ese sitio, no se podía emplear contra él la
fuerza ni lo podían sacar contra su voluntad, pues era suelo sagrado fuera de
la jurisdicción de los hombres y sus leyes.
María
Gómez Diaz
Noviembre
de 2013.
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