domingo, 10 de noviembre de 2013

EXTRACTOS DE LAS NOTAS DE PRENSA, SOBRE LOS ESCÁNDALOS SEXUALES EN LA JERARQUÍA DE LA IGLESIA CATÓLICA. A- EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA:









Tan terrible como es la noticia de sacerdotes obligando a monaguillos a tener relaciones sexuales. Para muchos de los fieles que toman asiento en una banca en la iglesia cada domingo, la reacción de los líderes de la Iglesia católica romana es aún más escandalizante.
Por PATRICIA COHEN

The New York Times News Service:
Después de todo, los ejemplos individuales de depravación sexual no son desconocidos para la iglesia. "En todo mi alrededor resonaba el caldero de los amores depravados", dijo San Agustín, quien tuvo un hijo con su amante antes de su conversión.

Pero parece inconcebible saber ahora que obispos y cardenales, la personificación de la autoridad moral, encubrieron repetidos casos de abuso sexual y reasignaron a sacerdotes depredadores a otras parroquias con otros niños.
Teólogos, filósofos de la moral y expertos en religión están de acuerdo en que no hay manera de estirar la ética cristiana para cubrir la respuesta de la Iglesia.
"Es moralmente responsable de acuerdo a cualquier estándar", manifestó Francis Schussler Fiorenza, teólogo católico en la Escuela de la Divinidad, de Harvard.

Por lo tanto, han recurrido a cosas como las tendencias sociales de los 60 y la cultura corporativa del presente para tratar de explicar lo inexplicable.
Para muchos, no fue tanto el repudio al sexo, sino la confusión respecto a si tratar la pedofilia como una enfermedad curable o una degeneración incurable lo que contribuyó a las decisiones de la Iglesia.
Después del Vaticano II a principios de los 60, los obispos estadounidenses trataron de ponerse más a tono con la cultura contemporánea, señaló Terese Lysaught, catedrática de teología y ética en la Universidad de Dayton.
En lugar de considerar el sexo y la pedofilia en el estrecho marco del pecado, la Iglesia adoptó un modelo de enfermedad psicológica de acuerdo con el modelo del alcoholismo, agregó Lysaught.


"Los obispos fueron tranquilizados por consejeros sexuales quienes dijeron que estos desórdenes eran curables".
" Uno no culpa a las personas por tener una enfermedad y no las expulsa ", expresó." Uno las reintegra a la comunidad".
El pensamiento de la sociedad acerca de la pedofilia cambió nuevamente en los 80, añadió Lysaught, y los infractores llegaron a ser considerados como incorregibles depredadores criminales. Pero el modelo rehabilitador ya había establecido la forma en que la Iglesia abordaba la pedofilia.
Al mismo tiempo, la tradición de callar las transgresiones de los clérigos con estatus o poder, ya fuera un sacerdote o un presidente, estaba siendo socavada.
Bill Cavanaugh, un catedrático asociado de teología en la Universidad de St. Thomas en St. Paul, dijo que la Iglesia tenía una sobredosis de terapia y que el modelo del pecado y la gracia actualmente estaba pasado de moda en los seminarios.
En lugar de expulsar a los sacerdotes por un radical carácter pecaminoso, expresó Cavanaugh, los líderes de la Iglesia creyeron que podían dar seis meses de terapia a alguien y luego enviarlo de regreso al trabajo.
Que el enfoque terapéutico tuviera un particular atractivo para la Iglesia católica no es, de alguna manera, difícil de entender. La creencia en el poder transformador de la gracia de Dios está en el centro de la enseñanza cristiana. La noción de que alguien es irredimible es extraña.
"En términos de la moral cristiana tradicional, es más bien desconcertante creer que una persona sería incurable ", comenta el Reverendo Michael Baxter, catedrático de teología en la Universidad Notre Dame.
"En verdad creo que la gente pensó que con una gran determinación moral uno podría dejar de hacer eso".
El padre Baxter, al igual que otros teólogos, se esfuerza por señalar que solamente está explicando, no excusando.
Como escribió el Reverendo Richard John Neuhaus, presidente del Instituto de Religión y Vida, en la revista mensual First Things:" La creencia en el don de la gracia, sin embargo, es perfectamente compatible con saber que el don no siempre es recibido efectivamente. Cuando un sacerdote se arrepiente después de haber sido descubierto tomando dinero de las limosnas, hay perdón. Incluso hay perdón, si está arrepentido, después que lo ha hecho varias veces, pero también hay medidas seguras para negarle acceso a la charola de las limosnas".
Para otros, las decisiones de la iglesia de reasignar a los sacerdotes problemáticos y pagar el silencio de sus acusadores es parte de una corrupción más amplia.

"La Iglesia estadounidense no es inmune a la cultura estadounidense", asegura Cathleen Kaveny, una abogada y teóloga en Notre Dame.
"Uno lo ve en Enron y en general. ¿Cuál es la responsabilidad moral de una institución? La Iglesia católica está enfrentando eso, precisamente como cualquier otra institución".

Eugene Kennedy, un ex sacerdote y autor de " Unhealed Wound: The Church and Sexuality " (La Herida no Cicatrizada: La Iglesia y la Sexualidad), argumenta que los obispos y cardenales actuaron más como ejecutivos corporativos que líderes religiosos, encubriendo un escándalo, amenazando a los que querían hablar, rodeándose de abogados y gurús de relaciones públicas expertos en pulir imágenes y opacar vergonzosas verdades.
Por supuesto, los encubrimientos no están restringidos a los que están en buena posición para ganar unos cuantos millones por aquí y por allá. La Policía tiene su muro de silencio; los médicos murmuran acerca de cirujanos incompetentes, no sólo para proteger a sus colegas sino para proteger a su profesión. Los teóricos organizacionales con frecuencia han observado cómo la gente dentro de las instituciones, ya sea por autoengaño o cinismo, pasa infracciones por alto a fin de no empañar la reputación de la organización.

En todo caso, afirman algunos, la iglesia es aún más susceptible a tal opinión.

"La tentación de todas las iglesias es considerar a la iglesia como más importante que su mensaje, y en cualquier momento que suceda eso, puede ocurrir la corrupción ", aseguró Paul Wadell, catedrático asociado de estudios religiosos en St. Norbert College en DePere, Wisconsin.
"Existe la tendencia de querer proteger a la institución a cualquier costo; la gente se vuelve prescindible ", agregó.
Añada a eso un temor particularmente agudo al escándalo, en la Iglesia.

"La única cosa posible pero trágicamente equivocada que uno podría decir es que estaban tratando de proteger a los fieles contra el escándalo", contra la noción de que los sacerdotes eran criaturas con defectos, señaló Kaveny.
Aunque el temor al escándalo llevaría inevitablemente al secreto, el catolicismo tiene una relación especialmente íntima con la confidencialidad más allá del interés propio. Desde el Siglo XI, cuando la penitencia pública cedió completamente el paso a la confesión privada, la confidencialidad ha tenido un papel central en la práctica de la Iglesia. Cavanaugh considera el secreto como un problema del sistema en la iglesia, pero uno que tiene doble filo. Junto al deseo de proteger la institución, manifestó, también está una sincera renuencia a hacer un ejemplo público de los pecados de alguien.

Al final, sin embargo, principalmente hay desconcierto por las decisiones que pusieron a muchísimos niños en las manos de infractores conocidos. Sí, la compasión desborda al Nuevo Testamento. Pero cualquier intento de justificar el trato dado a sacerdotes infractores en esos términos es falsa compasión, aseguró el padre Neuhaus.

Es erróneo pensar que es compasivo no obligar a una persona a enfrentar la maldad de lo que ha hecho y asegurarse de que no lo vuelva a hacer.
Si, el arrepentimiento y el perdón son piedras angulares de la enseñanza cristiana, pero no existe tal cosa como la gracia barata, agrega Schussler Fiorenza.
"Uno no va a ser perdonado a menos que emprenda medidas concretas para evitar repetir el pecado", dijo.
"Me pregunto qué diablos estaba pasando por la cabeza del Cardenal", externó Schussler Fiorenza respecto al Cardenal Bernard F. Law, de Boston, quien junto con otros funcionarios de la Iglesia, transfirieron al ahora destituido sacerdote John J. Geoghan de parroquia a parroquia mientras abusaba de hasta 130 niños.

"Es una locura", comentó.


The New York Times



SANTA ROSA, California.- En el único juicio de abuso sexual actualmente ante un jurado estadounidense, el reverendo Don Kimball está acusado de violar a una niña de 14 años de edad cerca del altar de una Iglesia católica, hace 25 años.
Catedráticos legales señalaron que parecía que el padre Kimball no podía ser enjuiciado en cualquier otro estado, ya que la ley de prescripción se había agotado para los cargos en su contra. En California, no obstante, una ley de 1993 que es única en la Unión Americana eliminó de manera efectiva las leyes de prescripción para el abuso sexual.

En el Condado de Sonoma, el fiscal de distrito, J. Michael Mullins, había perseguido con una inusual determinación a los sacerdotes infractores.
Pero si las leyes californianas y la dura postura de Mullins han hecho que el juicio del padre Kimball sea único por ahora, eso podría estar cambiando. Fiscales en varias regiones señalaron que buscan nuevas maneras de interpretar las leyes que podrían permitirles presentar acusaciones criminales en contra de los sacerdotes abusivos incluso cuando las leyes de prescripción parezcan impedírselos.
En Detroit y Cincinnati, fiscales presentaron órdenes judiciales de comparecencia a un Arzobispo y a una arquidiócesis la semana pasada, exigiendo información sobre sacerdotes acusados de mala conducta sexual. En ambos casos, los fiscales consideraron sus acciones como sin precedente para sus ciudades.
En San Luis, Missouri, una fiscal reunió docenas de acusaciones sexuales que no habían sido reportadas en contra de sacerdotes después de invitar a los ciudadanos a reportar los abusos, permitiéndole abrir nuevas investigaciones criminales en contra de más de una docena de sacerdotes activos y ex sacerdotes, señaló un portavoz.
En Maine, ocho fiscales de distrito pidieron a la Diócesis de Portland mostrar los registros de acusaciones de abuso sexual que datan de 75 años atrás y señalaron que incluso los casos para los cuales la ley de prescripción había expirado podrían arrojar información que lleve a nuevos enjuiciamientos.
Sylvia Demarest, una abogada de Dallas, empleó las estadísticas para apoyar ese argumento.

De entre los 46 mil sacerdotes estadounidenses, dijo Demarest, ella ha reunido los nombres de 1 mil 200 sacerdotes acusados de crímenes sexuales en contra de menores de edad. De ésos, sólo se presentaron cargos en contra de 120, y menos de 80 cumplieron sentencias en prisión, aseveró.
Una clara señal del cambio fueron las citaciones emitidas la semana pasada por los dos fiscales de distrito del Medio Oeste estadounidense.

Tomado del diario El Norte, de Monterrey, N.L., México:
Cleveland, Estados Unidos.-  Un sacerdote católico se suicidó después de haber sido acusado de agresión sexual contra una joven en un hecho ocurrido hace más de 20 años, informaron ayer fuentes policiales en Cleveland, Ohio.
El padre Don Rooney murió de una herida de bala en la cabeza y su cuerpo fue encontrado el jueves en un vehículo en el estacionamiento de una farmacia de Hinckley, un suburbio de Cleveland, precisó la Policía.
Según informaciones de prensa, la investigación concluyó que se trataba de un suicidio.

El padre Rooney, de 48 años, había sido convocado para el miércoles a una audiencia con los responsables del Obispado de Cleveland para responder a las acusaciones de que habría agredido a una joven en 1980, cuando la misma era menor, declaró un responsable del Obispado, Robert Tayek.
No obstante, el sacerdote, que se desempeñaba en la parroquia San Antonio de Padua, en los suburbios de Cleveland, no se presentó a la cita.
"Nuestra preocupación en este momento es por la trágica muerte de un sacerdote, por el dolor de una madre y la familia, y también por la supuesta víctima que hizo la acusación", dijo Tayek.
"Pedimos a Dios que se apiade del padre Rooney y de todos nosotros", declaró el Obispado en un comunicado.

La muerte del sacerdote ocurre cuando la Iglesia católica estadounidense enfrenta una avalancha de denuncias sobre actividades de sacerdotes pedófilos.
Varias decenas de sacerdotes fueron suspendidos de sus funciones o cesados a partir de enero en al menos 17 diócesis estadounidenses.
El Obispo de Cleveland encargó la semana última a una comisión que evaluara las medidas tomadas frente a estos episodios para responder a una serie de artículos críticos aparecidos en el diario Cleveland Plain Dealer.
Los Ángeles, Estados Unidos.-  El Cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, negó categóricamente la acusación de una mujer, a la que asegura desconocer, de abuso sexual hace 32 años.
En un comunicado divulgado por él mismo a los medios de comunicación, Mahoney, responsable de la mayor arquidiócesis de Estados Unidos, afirma que se enteró de las alegaciones el mes pasado, cuando le fueron comunicadas por el Obispo de Fresno.

La mujer, Flora Mae Hickman, ha reconocido un historial de esquizofrenia paranoide y que está siendo tratada con antidepresivos.
"Sé que la gente no va a creerme, pero me ocurrió", dijo Hickman en una entrevista emitida por la cadena de televisión NBC.
La mujer aseguró que los abusos deshonestos ocurrieron en 1970, cuando era una adolescente que estudiaba en la escuela católica de Fresno, donde Mahoney daba clases.

Afirmó que perdió la consciencia durante una pelea con otros estudiantes y que, cuando se despertó, le faltaba parte de la ropa y que el ahora Cardenal estaba sobre ella. Según asegura, acudió a la Policía, pero los agentes no le creyeron.
El Cardenal de Los Ángeles, por su parte, dijo que al enterarse de la acusación, el pasado 22 de marzo, pidió a la Iglesia católica y a la Policía que abrieron una investigación.

"Esos falsos alegatos son dolorosos y preocupantes, pero sigo rezando, fervientemente, por los que los realizan", señaló en un comunicado de tres páginas.
Las denuncias contra el cardenal Mahoney se producen cuando en Estados Unidos han proliferado una serie de denuncias contra sacerdotes por abusos sexuales a menores, generalmente a niños y hace varias décadas.
A finales de marzo, el propio Mahoney había pedido perdón a sus feligreses por los recientes casos descubiertos y prometido que trataría de retirar a los curas que hayan sido declarados culpables de cometer esos abusos deshonestos.
Una encuesta del diario The Washington Post, la cadena de televisión ABC y el servicio de noticias de Internet Beliefs.com, divulgada esta semana, señaló que el 66 por ciento de los católicos de Estados Unidos desaprueba la forma en que la iglesia ha tratado esos abusos.

Muchos católicos se han quejado de la forma en que los jefes de su Iglesia han encubierto esas denuncias y han trasladado a los acusados de abusos sexuales de una parroquia a otra.
Decenas de sacerdotes y ex sacerdotes se enfrentan a acusaciones y juicios, y la Iglesia católica deberá pagar cientos de millones de dólares en compensaciones a las víctimas, que se cuentan por miles.
Anthony J. O'Connell, ex Obispo de una diócesis de Florida, renunció al cargo recientemente tras admitir públicamente haberse tocado de manera inapropiada, hace 25 años, con Christopher Dixon, cuando éste era seminarista en Hannibal, Missouri.

William White, de 69 años, dejó el sacerdocio después de conocerse que la archidiócesis de Nueva York había logrado un acuerdo por 100 mil dólares con la presunta víctima del caso, en 1997.
Nueva York, Estados Unidos.-  Nuevos casos de presuntos abusos sexuales por parte de sacerdotes apuntan a la complicidad de la Iglesia católica de Estados Unidos en el encubrimiento de esos hechos, revelan documentos recién dados a conocer en Boston por presuntos víctimas de religiosos.
La Arquidiócesis de Boston, centro de un escándalo que sacude desde hace meses a toda la Iglesia católica de Estados Unidos, admitió ayer que su política respecto a acusaciones de abusos sexuales había sido "inadecuada" en el pasado, y prometió que de aquí en más habrá una "tolerancia cero" hacia dichos abusos.
La declaración de la Arquidiócesis de Boston se produjo luego de que Greg Ford, una presunta víctima de un sacerdote católico de Boston, Paul Shanley, diera a conocer el lunes unas 800 páginas de documentos que la Iglesia se vio obligada a entregar a la corte, tras una demanda presentada en los tribunales contra el religioso.

Ford, de Newton, Massachussets, dijo que los documentos prueban que la jerarquía católica de esa ciudad sabía que Shanley había abusado sexualmente de él desde que tenía seis años, pero permitió que el sacerdote siguiera en una iglesia de Newton hasta 1989.

Según el abogado de Ford, Roderick MacLeish, se conocen al menos 26 niños que fueron víctimas de Shanley.
El abogado indicó que los documentos revelan que la Arquidiócesis sabía desde al menos 1967 que Shanley había presuntamente abusado sexualmente de niños, y que, pese a ello, lo protegió.
La Arquidiócesis de Boston -seriamente desprestigiada, luego de que el sacerdote John Geoghan fue sentenciado en febrero pasado a 10 años de cárcel por haber abusado de un niño- trató de defenderse de acusaciones de complicidad, al asegurar en un comunicado que nunca tomó decisiones que deliberadamente pusieran en riesgo a niños.

"La Arquidiócesis de Boston ha aprendido de la dolorosa experiencia de sus políticas inadecuadas en el pasado, y su prioridad ahora es la protección de los niños", dijo en un comunicado.

Por otra parte, la diócesis católica romana de Cleveland suspendió a nueve sacerdotes tras la denuncia de abuso sexual por parte de fiscales locales.
La diócesis también se comprometió a entregar información sobre los nueve clérigos y otros 13 ex y actuales sacerdotes acusados de abuso.
La suspensión fue decidida en respuesta a una citaciónemitida el viernes por la oficina del fiscal del condado de Cuyahoga, quien decidió actuar luego que se presentaran denuncias de abuso sexual contra dos sacerdotes de Cleveland en las recientes semanas.
Las diócesis de todo el país han sido sometidas desde entonces a una creciente presión para que se deshagan de los sacerdotes con historiales de abuso sexual.



Dic 2002
AP
Roma, Italia.-  En una medida que parece responder a las crecientes llamadas a la acción, el papa Juan Pablo II convocó a Roma a los cardenales destinados en Estados Unidos para tratar el escándalo de abusos sexuales a menores en el que están implicados sacerdotes de la Iglesia católica de ese país.
Según informó ayer el diario italiano "La Repubblica" en su edición online, que cita fuentes autorizadas del Vaticano, los Cardenales acudirán a Roma la semana próxima.

Esta información se da después de que se asegurara que el Cardenal de Boston, Bernard Law, en el centro del escándalo, continúa negándose a renunciar a su cargo al frente de la diócesis.
Law, de 70 años, está siendo acosado por varios sectores de la Iglesia católica y por la prensa de Boston para que renuncie. Se le acusa de haber hecho oídos sordos a las acusaciones de abusos sexuales contra varios sacerdotes de su diócesis y de, en vez de llevar los casos ante la Justicia o retirar a los implicados, haberlos trasladado de parroquia en parroquia para evitar el escándalo.
Las presiones para su renuncia se hicieron más evidentes después que se conocieran la semana pasada 800 páginas de documentos que acusan a Shanley de abusos sexuales contra niños.

Los documentos sostienen que la arquidiócesis sabía desde hace por lo menos 20 años de los abusos sexuales de Shanley y sin embargo le permitió seguir trabajando, trasladándolo primero a Nueva York y luego a la diócesis de San Bernardino, California.

Más de 400 personas han admitido, al parecer, haber sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes estadounidenses.

Cd. del Vaticano, Vaticano.-  10 Diciembre 2,002 -- El Papa Juan Pablo II aceptó este viernes la renuncia del controvertido Cardenal de Boston, Bernard Law, criticado por haber sido negligente con los religiosos de su diócesis acusados de abusos sexuales, con la esperanza de recuperar la confianza de los fieles estadounidenses.
El Arzobispo de Boston, de 72 años, presentó su dimisión al Papa y pidió que una nueva personalidad se encargue del caso, de manera que no padezca la ira de los creyentes estadounidenses.

"A todos los que sufrieron por mis fallas y mis errores presento mis excusas y les pido perdón", dijo Law.
El Papa nombró en su reemplazo en la arquidiócesis de Boston, con el título de administrador apostólico, a monseñor Richard Gerard Lennon, de 55 años, auxiliar desde junio del 2001 de Law.
Con la salida de Law, la jerarquía de la Iglesia católica intenta reconciliarse con sus fieles, quienes habían protestado duramente contra el Cardenal por haber tratado con negligencia el caso de los abusos sexuales cometidos por religiosos de su diócesis.

Law expresó al pontífice "su profunda gratitud" por haber aceptado su renuncia, que espera sirva "a ayudar a la arquidiócesis de Boston a encontrar el alivio, la reconciliación y la unidad que desesperadamente necesita", dijo.
El Papa aceptó la renuncia en base al artículo 401, párrafo 2 del código de derecho canónico, según el cual el obispo encargado de una diócesis presenta renuncia por "razones graves" que lo convierten en "no apto" para el cargo, y no como suele ocurrir, por alcanzar el límite de edad (75 años) o por razones de salud.
Bernard Law nació en Torreón México, en 1931. En el seno de una familia militar estadounidense.


( 24 Agosto 2003).-
Matan en prisión a cura pederasta
BOSTON.- El ex sacerdote John J. Geoghan, quien estuvo en el centro del escándalo de abuso sexual del clero en esta ciudad, murió ayer por la tarde después de haber sido atacado en una prisión estatal de Massachusetts, informó una vocera del Departamento Estatal de Correcciones.
Geoghan, de 68 años de edad, estuvo involucrado en una disputa con otro interno en la prisión de Shirley, Massachusetts, poco después del medio día, dijo la vocera. Fue llevado al Hospital Leominster, donde falleció.
Geoghan estaba cumpliendo una condena de nueve a 10 años por asalto y agresión indecente. En enero fue declarado culpable de deslizar sus manos en el traje de baño de un niño en 1991, en una alberca suburbana. Geoghan, quien ha sido acusado de haber abusado sexualmente de casi 150 niños mientras fue sacerdote en la Arquidiócesis de Boston, aún tenía en su contra dos cargos pendientes por violación a menores.
En septiembre, la arquidiócesis llegó a un acuerdo de 10 millones de dólares con 86 personas quienes dijeron haber sido agredidas sexualmente por Geoghan. (NEW YORK TIMES NEWS SERVICE)


Vaticano.-  El Papa Juan Pablo II dijo hoy, en referencia a los casos de abusos sexual de menores por parte de ciertos sacerdotes, que el "grave escándalo'' ha proyectado una "sombra de sospecha'' sobre la totalidad de la curia.
En su alocución anual a los sacerdotes de todo el mundo, el Papa dijo que "como sacerdotes estamos personal y profundamente afligidos por los pecados de algunos de nuestros hermanos que traicionaron la gracia de la ordenación''.
Agregó que esos sacerdotes sucumbieron "a las formas más odiosas del misterio de la maldad''.

El Obispo de Roma reconoció que "ha sido causado un grave escándalo, con el resultado que ha sido proyectada una sombra de sospecha sobre los otros valiosos sacerdotes que cumplen su ministerio con honestidad e integridad y con frecuencia con
autosacrificio heroico''.
Juan Pablo dijo que la Iglesia "muestra su preocupación por las víctimas e intenta responder con verdad y justicia a cada una de esas penosas situaciones''.
El Papa se refirió por primera vez en público al tema, tras las acusaciones surgidas en meses pasados en Estados Unidos, sobre abusos sexuales por parte de sacerdotes. Los cargos causaron la renuncia de un obispo de Palm Beach, Florida, y afectaron la
reputación del cardenal Bernard Law, de Boston, porque no tomó medidas contra un sacerdote que había acosado a un menor.
El problema tiene implicaciones a nivel mundial para la Iglesia.
En enero, la Iglesia Católica en Irlanda convino en pagar una cifra sin precedente, 110 millones de dólares, a un niño que había sido objeto de abuso sacerdotal durante décadas. Más de 20 sacerdotes, monjes y monjas han sido sentenciados por cargos
semejantes.

También se han registrado casos de abuso sexual encubierto en Inglaterra, Francia y Australia, entre otras naciones.


Durante años, el Vaticano consideró informes semejantes como intentos de desacreditar a la Iglesia o como parte de una campaña contra el celibato.
El Cardenal Darío Castrillón Hoyos, que presentó la carta de Juan Pablo II a la prensa, dijo que el Pontífice "apoya'' a los obispos y sacerdotes de las diócesis donde surgieron los escándalos.
Castrillón no respondió preguntas específicas. En cambio, citó un estudio que muestra que el 3% de los clérigos estadounidenses tienen "tendencia'' a abusar de menores y que 0.3% son pederastas.
Los Ángeles, Estados Unidos.-  Nuevas acusaciones de índole sexual contra una diócesis católica en EU han motivado un acuerdo económico fuera de los tribunales favorable a la supuesta víctima de los abusos.
Según anunció hoy la Arquidiócesis de Los Angeles, el acuerdo de 1.2 millones de dólares pone fin a la denuncia que Lori Capobianco Haigh presentó el pasado diciembre por los supuestos abusos sexuales de los que fue objeto hace 20 años por parte del clérigo John Lenihan, ahora cesado de la orden.
Haigh asegura que sufrió los abusos sexuales de Lenihan entre 1978 y 1982 en la diócesis de Orange County, área al sur de Los Angeles.
También denunció el comportamiento de la diócesis por mantener al cura después de que fueran conocidos sus abusos sobre otra menor con anterioridad a este incidente, y por la respuesta que recibió de otros dos clérigos cuando expuso sus preocupaciones.

"El primero le respondió con sugerencias sexuales... y el segundo la acusó de mentir y le dijo que nunca volviera a su iglesia", dijo la denunciante a través de su abogada, Katherine Freberg, en recordatorio de la experiencia vivida cuando tenía 17 años.

La denuncia de Haigh se suma al amplio escándalo que viven diversas diócesis estadounidenses que en los últimos meses se han visto acusadas por el comportamiento sexual de sus clérigos.
Según la diócesis de Orange County, que pagará el 80 por ciento de este acuerdo económico, Lenihan fue expulsado de la orden en septiembre del pasado año, después de que admitiera a la prensa sus relaciones con diferentes mujeres.
En el caso de la Archidiócesis de Los Angeles, encargada de pagar el 20 por ciento de la cantidad asignada, el acuerdo económico ha sido alcanzado tras valorar lo que le costaría la defensa en un juicio así, "no por la veracidad de las acusaciones".



Por EL ABOGADO DEL PUEBLO
EL NORTE / México:
Diciembre 2002

La pregunta que aún está en el aire es la siguiente: ¿Los sacerdotes se vuelven pederastas, o los pederastas se vuelven sacerdotes?
Existen importantes diferencias respecto a cómo tratar el problema, desde el punto de vista de las víctimas, reales o potenciales, dependiendo de la respuesta.
Si la persona cae en un escape bizarro por represiones sexuales psicológicamente explicables, como sería el primer caso (el del sacerdote volviéndose pederasta), entonces las medidas a tomar serían unas.
Mas si el caso es el otro, el que los pederastas recurran al sacerdocio en la búsqueda de un entorno rico en blancos de oportunidad, entonces la solución sería otra.

Este tema, habrán ustedes observado, amables lectores, no se ha mencionado en los relatos oficiales surgidos después del cónclave de dos días en Roma, lo cual de hecho nos lleva al segundo tópico: la muy pobre respuesta a la problemática surgida -principalmente en Estados Unidos, aunque también aceptada aquí en México por el Cardenal Rivera- con la revelación de casos de abuso sexual de niños por parte de sacerdotes católicos.
El escándalo es tan mayúsculo que se esperaba más, mucho más, de la reunión de los obispos norteamericanos en Roma.
Para muestra, un botón: una nota que publicó el "USA Today" en su edición de fin de semana a nivel nacional, dice, "Los resultados de la cumbre vaticana de esta semana sobre los abusos sexuales en la Iglesia católica norteamericana han enojado a las víctimas, entristecido a los líderes seglares y confundido a muchos católicos".

Francamente hablando, se les cayó la pelota a los diplomáticos de la Santa Sede, quienes quizá no han medido las dimensiones del problema ni el daño que este escándalo le está ocasionando a una Iglesia de por sí débil en Estados Unidos.

Los obispos norteamericanos esperaban, como su feligresía, que al salir de esta reunión -en la que incluso se involucró al Papa- los cardenales norteamericanos tuvieran en sus manos los apuntes para una política de cero tolerancia, en la que con una "caída" sería suficiente para merecer la expulsión del sacerdote ofensor y en la que además, las autoridades eclesiásticas cooperarían completamente con las autoridades civiles para investigar y castigar a los ofensores.
Lo que salió de Roma, sin embargo, resultó una broma pesada, misma que en los días transcurridos ha movilizado a la sociedad civil norteamericana, a algunos obispos y ha forzado la creación de un "Comité para la Prevención de Abusos Sexuales por Sacerdotes" con sede en Chicago y presidida por un empresario católico, Michael Tario.

Este comité iniciará sus actividades hoy lunes y amenaza con un boicot de contribuciones a la Iglesia a menos que rectifique.


El vocero de los cardenales norteamericanos, el también Cardenal Wilton Gregory, quien preside la Conferencia Norteamericana de Obispos Católicos, salió de la reunión en el Vaticano y leyó un documento en el que la Iglesia norteamericana ofrecía destituir a cualquier sacerdote "notorio" encontrado culpable del abuso sexual "serial" y "predatorio" de menores.
La abundancia de adjetivos y la ausencia de sustantivos generó fuertes críticas al Vaticano, pues todo ese lenguaje calificativo fallaba seriamente al blanco y desilusionó prácticamente a todos los católicos.
Entre otras cosas, porque dejaba la puerta abierta a sacerdotes con fallas ocasionales, no repetidas y no predatorias, ya con menores o con adultos, a seguir haciendo lo que venían haciendo sin merecer expulsión por parte de una Iglesia precisamente acusada de tolerante para con los abusadores.
La destitución inmediata del Cardenal de Boston, Bernard Law, también hubiera ayudado a calmar la indignación, pues su inexplicable conducta protegiendo repetidamente al abusador "serial" y "notorio", Padre Shanley, quien abiertamente defendía en discursos las relaciones sexuales entre hombres adultos y menores, minó por completo la fe de su gremio y de la sociedad.
Su remoción hubiera sido una señal fuerte de inconformidad por parte del gobierno central de la Iglesia, situación que no se dio.
Debido a la presión -y a la existencia de leyes y prácticas de acceso a la información-, desde enero (cuando surgió por primera vez el escándalo del Padre John J. Geoghan, acusado de molestar a casi 150 niños en un lapso de 30 años), las autoridades civiles norteamericanas han recibido informes de cuando menos 260 casos de denuncias contra sacerdotes por abusos sexuales y, de éstos, más de 170 ya han sido removidos o han renunciado.

Esto, de una población sacerdotal católica en Norteamérica de 46 mil 75 personas, es decir: una denuncia por cada 177 sacerdotes, aproximadamente.
Nadie puede decir que el problema es pequeño, y que los medios lo están exagerando más allá de cualquier proporción.
Por ser la mexicana una sociedad cerrada, secretista, lo cual se pretende cambiar con la nueva Ley de Acceso a la Información, nadie sabe precisamente cuáles son los números ni los incidentes en nuestro país.
No obstante, si los casos sumaran tan sólo UNO, sería uno de más: de manera que la Iglesia católica mexicana -independientemente del Vaticano- debe tomar medidas para adoptar algún tipo de política que tranquilice a la sociedad, que le restaure su confianza, que tome en cuenta a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y que prevenga que en el futuro se repitan o se den este tipo de hechos lamentables que minan por completo, desde sus, la seriedad, la moralidad y la integridad de una institución que debería estar ajena a problemas tan mundanos.
B- En México:
Guardan el caso Maciel
Hace cuatro años presentaron la denuncia en el Vaticano
Por MARCELA TURATI
20 Abril 2002
EL NORTE / México


El caso contra el padre Marcial Maciel por abuso sexual a menores se estancó en los Tribunales de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano desde su llegada, hace cuatro años. Se quedó en manos del subsecretario de la Congregación, monseñor Gianfranco Girotti. La abogada que llevaba el caso contra el sacerdote amigo del Papa, Martha Wegan, no pudo hacer nada.
Hoy, el asunto Maciel es conocido entre sacerdotes como "el caso que bloqueó el Vaticano".

En el mismo Tribunal se litigan casos difíciles para el Vaticano, como el del Arzobispo africano Emmanuel Milingo, quien se casó con una pedicurista de la Secta Moon, así como las anulaciones matrimoniales que se complican; las rebeliones contra el Papa; los procesos contra curas que se hacen pasar por Obispos o las quejas de curas contra sus Obispos y de religiosos contra sus congregaciones.
La denuncia contra el mexicano fundador y superior de los Legionarios de Cristo -una de las congregaciones preferidas por el Papa por su lealtad y conservadurismo, que ha tenido una expansión impresionante (480 Sacerdotes, 2 mil 500 seminaristas)-, no llegó a los otros tribunales vaticanos, ya que la Congregación, antes conocida como Santo Oficio, se ocupa de los casos más graves.


Esto lo explicó en entrevista el sacerdote Antonio Roqueñí, ex juez eclesiástico arquidiocesano y asesor de los quejosos durante la primera etapa de la denuncia.

El alegato legal comenzó en 1997 cuando dos ex Legionarios, José Barba y Arturo Jurado, buscaron a Roqueñí para pedirle asesoría en su calidad de especialista en derecho canónico. Representaban a un grupo formado por nueve hombres que habían pertenecido a la Legión y que decían haber sido víctimas de Maciel, dos y tres décadas atrás.

En octubre de 1998 Roqueñí, Jurado y Barba llegaron a Roma. Buscaron entre la lista de canonistas autorizados por la Santa Sede a alguien que llevara el caso y eligieron a Wegan, una austriaca famosa por sus triunfos en los juzgados, quien conoce personalmente al Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y a su equipo.


"Monseñor Girotti nos recibió a los tres, con Wegan, y pusimos en sus manos la denuncia inicial. Girotti nos causó la mejor de las impresiones", narró Roqueñí.

En la denuncia entregada al Tribunal se acusaba a Maciel de cometer delitos que no prescriben, uno de ellos con base en los cánones que prohíben la absolución del cómplice "en un pecado contra el sexto mandamiento" (No cometerás adulterio).

A decir del profesor del ITAM, José Barba, cuando recibió la causa Girotti les pidió un favor: guardar silencio y no tratar el caso con periodistas. Ellos le informaron que ya habían dado una entrevista, pero que no hablarían más con la prensa mientras durara el proceso. Y así quedaron.
Asunto suspendido
El 20 de febrero de 1999, Wegan escribió a sus clientes con buenas nuevas: la congregación había aceptado el caso que recibió el título oficial "Absolutionis complicis (A. Jurado et alii -Rev. Marcial Maciel Degollado)". Pero a fin de año, el panorama había cambiado totalmente.
"En el 99 Wegan les dijo: 'señores, me indicaron que el asunto es muy delicado y está detenida la denuncia pro nunc', lo que significaba que el asunto dilataría indefinidamente. No hubo más explicación", narra Roqueñí.
Por su parte, el Sacerdote Alberto Athié envió una carta al cardenal Ratzinger a través del Obispo de Coatzacoalcos, Carlos Talavera, en la que incluye el testimonio de un ex Legionario, Juan Manuel Fernández Amenábar, quien antes de morir le pidió que exigiera justicia en su nombre porque él también había sido víctima de Maciel.

"Cuando el Cardenal Ratzinger lee la carta, le expresó al Obispo que no consideraba prudente abrir el caso porque Maciel era una persona muy querida del Santo Padre, que había ayudado mucho a la Iglesia y porque lo consideraba un asunto muy delicado", relata Athié, ex secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

Tampoco Barba tuvo suerte.
"El lunes 31 de julio del 2000 nos entrevistamos con Girotti en el Palazzo del Santo Oficio, fui respetuosamente a avisarle que los miembros del grupo no podíamos continuar con el silencio respecto a los medios porque nos resultaba costoso callar mientras algunos Legionarios decían que alguien nos había dado dinero (para difamar a Maciel).

"Girotti escuchó una hora y cinco minutos. Sólo nos dijo que no habíamos cumplido con nuestra palabra de guardar silencio y por eso había suspendido todo; él se refería al artículo que había aparecido en 'L'Espresso', la entrevista que le habíamos informado desde un principio", dice el académico. Nunca más supieron nada.
"El silencio de la Santa Sede es absolutorio sin haber establecido juicio y sin haber mediado el proceso que marcan los cánones (leyes de la Iglesia)", dice Roqueñí.

La cárcel del Vaticano:
Si el fallo resultara condenatorio, el asunto se enviaría a la Penitenciaría Apostólica, encargada de imponer las penas espirituales a los culpables. El castigo, según Roqueñí, puede ser desde una amonestación hasta la suspensión del ministerio sacerdotal y, en caso de que no se avenga al fallo, la excomunión.
"Si se acata y se aviene le aplican remedios penitenciales de tipo medicinal, como los tratamientos psicoterapéuticos, o que le digan que se dedique a dar ejercicios espirituales, o que asuma un cargo de capellán de leprosos en Santa Rita de Cassia, donde tal Obispo va a estar encargado de ti.
"Los tribunales eclesiásticos no aplican coerción física... lo que se pretende es la salvación de las almas, cómo ayudar al padre Milingo y al padre Maciel, si fuera el caso. No se trata de encarcelarlos y dejarlos a pan y agua en una celda", dice.

El fraile dominico Girotti, subsecretario de la Congregación, fue promovido hace dos meses: ahora es regente de la Penitenciaría Apostólica.


La Congregación de los Legionarios de Cristo, en México rompió el silencio, y negó categóricamente las imputaciones por abuso sexual en contra de su fundador y dirigente, el Padre Marcial Maciel.
El miércoles pasado, a través de un comunicado firmado por el vocero Octavio Acevedo, la Congregación presume que la ola de ataques en su contra obedecen a su fidelidad a la fe católica y al Papa.
"No nos toca a nosotros juzgar el corazón ni las intenciones de estas personas, pero nos aflige profundamente por ellos y por daño injusto que nos causan y que causan a la Iglesia", dice una declaración de los Legionarios de Cristo, del jueves pasado.

"Coincidimos con el juicio general de la sociedad y reprobamos cualquier abuso de menores que suceda dentro o fuera de la Iglesia católica. Los Legionarios de Cristo nos hemos consagrado al servicio de los hombres y de la Iglesia, tal vez por nuestra fidelidad a la fe católica y al Papa, se ha desatado esta ola de ataques contra nosotros".

Los sacerdotes Antonio Roqueñí y Alberto Athié señalaron por separado que no tienen interés en desacreditar al padre Marcial Maciel y a la congregación religiosa que fundó, y que lo único que piden es que la Congregación para la Doctrina de la Fe aplique las leyes de la Iglesia.
"Mi dolor y mi queja no es sobre el padre Maciel, a quien no conozco, y mucho menos a la congregación que fundó, sino a la inobservancia del derecho. Ni siquiera culpo a todo el Vaticano sino a las autoridades que tienen en sus manos este caso.

"Me duele mucho que las autoridades responsables de este caso hayan guardado un silencio tan prolongado que contrasta con las palabras del Papa (...) No concibo que estas autoridades no apliquen el derecho de la Iglesia, que es un mandato, no sólo para los fieles católicos sino en primer lugar para las autoridades eclesiásticas", dijo Roqueñí.

En el mismo tono, Athié explicó que su única solicitud es que se abra un proceso jurídico.

"No me interesa denigrar la imagen del Marcial maciel, no tengo nada contra él, ni lo conozco. Conozco el trabajo excelente que hacen y a muchos padres legionarios, pero no estoy en contra de él ni de la Congregación, sólo quiero que se conozca la verdad y que si miento salga a la luz que yo soy un difamador, pero que se abra un proceso", dijo.

Los dos sacerdotes dijeron estar dolidos por el silencio del Vaticano.
Roqueñí, especialista en derecho canónico y ex juez del tribunal eclesiástico, asesoró a los quejosos para que llevaran su denuncia ante los tribunales de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Athié, ex secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano, envió una carta al Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación, para pedir la investigación de las denuncias.
¿Dejad que los niños se acerquen a mí.?

Revela libro la vida íntima del Padre Maciel

Por RODRIGO VERA
EL NORTE / México
23 febrero 2003-

MEXICO (APRO).- Las prácticas pederastas y otros secretos de la vida íntima del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, son reveladas en detalle en el libro El legionario, escrito por Alejandro Espinosa Alcalá, uno de los miembros del llamado "harem de efebos" que el religioso tuvo en los años cincuenta y a principios de los sesenta.
El libro testimonial, que ya circula bajo el sello de la editorial Grijalbo, refiere principalmente los métodos de adoctrinamiento que Maciel aplicaba a los niños bajo su cuidado, la manera en que abusaba sexualmente de ellos con lujo de detalles, su fuerte adicción a las drogas y los oscuros medios por los que obtenía recursos para expandir la Legión de Cristo.
Para empezar, El legionario expone que los pupilos de Maciel, además de bellos, debían ser inteligentes y de familias acaudaladas que solventaran gastos en momentos de crisis, por lo que, en el momento de la selección, Marcial los hacía desfilar como "ganado de registro".

Debían ingresar, dice, entre los 8 y los 12 años, con la mente "en gracia", indefensa contra el adoctrinamiento.
Quince años después ya cosechaba frutos alucinantes entre las pías damiselas de la élite social mexicana: los legionarios eran "muñecos de escaparate" destinados a manipularlos, llenarles de sentimiento el corazón... y conseguir los objetivos económicos previstos. Al final de la década de los sesenta ya se distinguía por su colección de "guapos" que levantaban alaridos entre el beaterío de la sociedad.

Ya con los pupilos seleccionados y lejos de sus familias, Maciel los inducía a guardar los "votos secretos", que consistían en no criticar al superior, "rajar" si alguien lo hacía, es decir, romper cualquier vínculo de amistad para que prevaleciera el fanatismo... el éxito radicaría en la eficacia de la esclavitud... el truco era simple: tomaba una parte sustancial de la ascética cristiana, La imitación de Cristo, y la aplicaba a su conveniencia. Hacía creer que el legionario perfecto partía de la transformación de hombre pecador en un ser santificado.
"Imponía a novicios, juniors, filósofos y teólogos usar el cilicio tres veces por semana, y someternos a la disciplina dos veces por semana: veinte latigazos en la espalda o muslos antes de acostarnos. Los martes y los jueves se escuchaban rumores por todo el edificio: el blandir lacerante de disciplinas como granizada, y al día siguiente se observaba la cojera discreta de quienes llevaban a la pierna la culebra de garfios, el cilicio que deberíamos usar al menos durante los servicios religiosos. Había quienes lo utilizaban todo el día para domar a la bestia y dominar el aguijón de la carne".
Para poner el ejemplo, el mismo Maciel hacía correr la voz de que dormía en un ataúd, y de que vivía dedicado a la oración, al ayuno y al sacrificio.
Pero tras esa fachada de ascetismo se escondía un Maciel que, con imaginación y zorrería, poco a poco iba integrando su "harem de efebos", a quienes convencía de que contaba con "las indulgencias" del Papa Pío XII para realizar sus prácticas homosexuales, pues sólo éstas apaciguaban sus "dolencias prostáticas".
La droga:
Espinosa Alcalá explica de esta forma su decisión de escribir el libro: "Por el giro que han tomado los acontecimientos y desesperado por la apatía de las autoridades eclesiásticas, pensé que la mejor forma de denuncia sería hacer realidad mi plan de publicar una biografía novelada (haciendo a un lado el temor a Marcial), para deshacerme de todo lo que me enferma por dentro...
"Aquí presento la historia que viví, el doloroso abuso del que fui víctima en la edad más vulnerable por parte de una persona cuya fachada es un fraude. En este libro va mi vida entera, todo lo logrado con el psicoanálisis profundo que me vi obligado a poner en práctica conmigo mismo para poder sobrevivir...".
De 311 páginas, muchas de ellas marcadas por la crudeza de los actos descritos, El legionario explica que en aquel tiempo, por los años 50, sólo los concubinos prosperaban en esa organización.
"La gratitud me lleva a sentir un amor desmedido por él, que perduraría aunque me solicitara faenas de prostitución. Era la predestinación de Cristo, además de la vida futura. ¿Qué más podría soñar?".
Aparte de sus funciones sexuales y económicas, los efebos de Maciel debían aplicarle ampolletas de morfina y dolantina, drogas a las que era adicto, y cuando agotaba las reservas por anticipado y el mercado negro, o el blanco, se cerraba en los hospitales de Roma o de la periferia, las cosas se complicaban.
La droga, continúa, lo mantenía de buen humor, y para conseguir dinero Maciel inclusive viajaba a La Habana y Nueva York, así como a ciudades europeas o del norte de Africa, donde, de acuerdo con algunas versiones, ofrecía perdones divinos a cambio de limosnas, o servicios ilícitos a cambio de donativos.
El general de los Legionarios, sostiene el libro, llegaba al extremo de utilizar a sus seminaristas en labores de narcotráfico:
Viaje de Alfonso Fernández a Roma. Antes de viajar prepara al joven de 18 años; desea agasajar a la comunidad de Roma con una comida mexicana, para lo que llevará las tostadas desde México. Alfonso se encarga de dos grandes cajas de cartón con cientos de tostadas amarradas con mecates.
En el aeropuerto de Nueva York, al descender del avión, un golpe inesperado de aire le hace perder el equilibrio y soltar una de las cajas, que se abre esparciéndose las tostadas. Ante el desastre, Marcial se pierde en la multitud. Damas vestidas de armiños se aprestan a auxiliar al sonrojado seminarista, quien entonces se percata de dos bolsas negras de plástico llenas de polvo parecido a una harina delgada, ocultas entre las tostadas. Su candidez le impide relacionarlas con la huida de Maciel... Igual que todos, deben pasar años para que descifre el engaño.
Las averiguaciones


El 11 de octubre de 1956, el Vaticano instauró una averiguación contra Marcial Maciel, para investigar sus prácticas de drogadicción y pederastia.


Desterrado de Roma y separado temporalmente de la dirección de la Legión, Maciel manda llamar a Alejandro Espinosa y le dice:


-No hables de mi enfermedad ni de las medicinas, mucho menos de las inyecciones. Recuerda, ¡ni viste, ni sabes, ni oyes! -y habló de lo más explosivo, los masajes-: ¡Tú sabes!

Le aseguré mi lealtad hasta la muerte, impotente para meter mano en el jaleo.

...Por su parte, Marcial no temía; la investigación no tendría repercusiones, incluso podría considerarse positiva. ¿Qué lograrían escudriñar con los candados impuestos a su gente?

Alejandro Espinosa fue de los primeros en ser llamados a declarar. El general carmelita lo hizo jurar ante La Biblia.


-¿Sabe por qué estamos aquí?

-No.
-La endeble salud del Padre Maciel. ¿Ha visto algo que debiera comunicarnos?
-No.
-¿Ha visto algo anormal de lo que en conciencia deba informar?
-No.
... La obediencia al jefe me obliga a mentir; la obediencia a los frailes, a decir la verdad. ¿Cuál obediencia obedezco? Las realidades se vuelven ambiguas, la verdad se esfuerza por arrastrarse por la lengua.
-¡Son calumnias insidiosas, envidias!
-Bien, bien hermano -con sonrisa diáfana, comprensiva. Y me extiende una hoja con mi nombre invitándome a firmarla.
Ocultan su decepción con delicadeza y me despiden con afecto... nadie hablaría... la investigación muere de tedio antes de tocarlo.
El libro prosigue relatando el destierro, el abandono y la deserción a los que, con el tiempo, fueron orillados los otrora incondicionales de mon père, como Luis Ferreira, Saúl Barrales, Carlos de la Isla, Salvador Avila, Rafael Cuena y otros.
También menciona la reactivación de las denuncias, ocurrida en febrero de 1997, cuando el periódico estadounidense The Hartford Courant publicó las quejas de nueve hombres ya maduros que, de niños, sufrieron abusos sexuales por parte de Maciel.

Y concluye en el año 2000, con el silencio encubridor del Vaticano, que se niega a dar cauce al juicio canónico que siguen intentando los abogados de las víctimas.   
Et dabo pueros principes eorum, et effeminati dominabuntum eis.


El ya basta, de la monjas:          17 Agosto 2003
diario El Norte.
 Exponen religiosas sus demandas al Vaticano; exigen crear un ombudsman religioso
MEXICO.- Hartas de los constantes atropellos a sus derechos humanos -que van desde ser utilizadas como simples "sirvientas", hasta sufrir violaciones sexuales de sus superiores religiosos-, las monjas mexicanas empiezan a integrarse a un gran movimiento internacional de protesta que no sólo pide castigo para los sacerdotes violadores, sino también exige que, dentro de la Iglesia, las mujeres tengan iguales derechos que los hombres.
A través de sus organizaciones mundiales -como la Federación Internacional de Monjas o la Coalición de Monjas Americanas-, las religiosas ya organizan sus propios "sínodos" y encuentros internacionales para exponer sus demandas al Vaticano: alto a los abusos sexuales en su contra, crear un ombudsman religioso, celibato opcional, ejercer sus preferencias lésbicas, ser sacerdotisas y obispas... Esta inusitada rebelión de las religiosas ya provoca choques con el Vaticano, como el ocurrido en junio del 2002, cuando siete monjas fueron ordenadas sacerdotisas por el Arzobispo argentino Rómulo Braschi. El Vaticano inmediatamente desconoció la ordenación y las excomulgó.
Todo esto coincide con la exhibición en México de la película En el nombre de Dios, en la cual se revelan los maltratos, los abusos, incluyendo los sexuales, y las vejaciones que miles de mujeres -huérfanas, madres solteras y jóvenes violadas- sufrieron por parte de la congregación católica de las Hermanas de la Magdalena en Irlanda, desde los setenta hasta mediados los ochenta.  
La ex monja mexicana Pilar Sánchez Rivera, una de las más destacadas impulsoras de los cambios, revela: "Contra ese abuso de poder y centralismo eclesiástico, está irrumpiendo un cambio dentro de la Iglesia, en el que muchas congregaciones de religiosas llevan la delantera. Por ejemplo, ya no conciben al cuerpo como enemigo del alma. Tienen nuevas propuestas. Por eso surgió la teología feminista, que los teólogos han ido asimilando".
"Hay sacerdotes en México que nos apoyan. En otros países, algún obispo o cardenal. Algunos lo reconocen públicamente, otros no", dice.
Y agrega: "A las mujeres nos está negado acceder al sacerdocio. La participación en actividades rituales, ministeriales y administrativas es sólo para unos cuantos. Aquí también quedan excluidos los hombres casados y los homosexuales. Esta centralización es un abuso".
Religiosa franciscana durante 12 años y ahora dedicada a defender los derechos humanos de las mujeres católicas, Pilar Sánchez señala que son frecuentes en México los abusos sexuales de sacerdotes contra las monjas.
"En México, ha habido abusos y violaciones sexuales contra nuestras religiosas. Sin embargo, a muchas de ellas las forma un obispo o un sacerdote, por lo que están muy sujetas al control jerárquico y no denuncian. Aquí todavía no existe, pues, una cultura de la denuncia." En México, los dos centros de derechos humanos que atienden a este tipo de víctimas, el Departamento de Investigaciones Sobre Abusos Religiosos (DIAR) y el Instituto Cristiano de México (ICM), tienen registrados muy pocos casos de atropellos a religiosas.
Raymundo Meza, director jurídico del DIAR, comenta: "Nosotros, actualmente sólo manejamos los casos de dos monjas, en el Distrito Federal, que fueron seducidas por sus superiores jerárquicos. Están muy dañadas sicológicamente. Obviamente que no puedo mencionar sus nombres. Son las únicas denuncias que tenemos de este tipo".
-¿A qué atribuye la renuencia de las monjas a denunciar? 
- El mismo hecho de vestir los hábitos es un gran obstáculo para luchar contra la jerarquía. Hay un aspecto sicológico que las inhibe. Para la Iglesia, las monjas son una especie de sirvientas, cuya función es obedecer. Lo curioso es que muchas de ellas abandonan la vida monacal, y hasta entonces dejan su inhibición y se transforman en abiertas defensoras de los derechos humanos, como sucedió con la religiosa dominica Digna Ochoa.
 El nuncio seductor:
Raymundo Meza cuenta que, en 1996, el DIAR llevó el caso de siete monjas del convento de las Carmelitas Descalzas de Santa María de la Fe, en Ciudad del Carmen, Campeche. Estas religiosas se quejaban de los malos tratos de su superiora, María Josefina de Jesús Apango López, quien además se negó a apoyarlas médicamente, cuando varias de ellas resultaron con graves quemaduras al explotar un tanque de gas. Aparte, denunciaban abusos sexuales solapados por su superiora.
Las monjas pusieron su queja ante su entonces superior provincial, Bernardo Chehaibar, y ante el Obispo de Campeche, José Luis Amezcua Melgoza. Al no recibir respuesta, enviaron una carta a Roma, dirigida al padre general de los carmelitas descalzos, Camilo Maccise, quien les respondió el 16 de julio de 1996, mediante una carta en la que les decía que sólo a "nivel local" se podía "estudiar el caso", y que con la "gracia y protección" de la Virgen saldrían de "todas las dificultades". Ante esto, las monjas optaron por abandonar el convento.
Raymundo Meza comenta: "El DIAR les brindó atención sicológica y las apoyó en sus demandas laborales, puesto que querían una indemnización. Pero nada pudimos hacer, ya que el noviciado voluntario y todas esas cosas hicieron muy endeble nuestra demanda laboral. Los abusos quedaron impunes".
El Centro de Investigaciones del ICM logró documentar otro caso que, a mediados de los 90, sólo se ventiló en los altos círculos eclesiásticos: los abusos sexuales que Jerónimo Prigione, entonces Nuncio Apostólico en México, cometía con la hermana Alma Zamora, de la congregación Hijas de la Pureza de la Virgen María, con sede en la ciudad de Aguascalientes.
El investigador Jorge Erdely, autor del libro Pastores que abusan, y director académico del ICM, relata que monjas de esa congregación se encargaban del quehacer doméstico de la nunciatura -labores de limpieza y cocina, cuidar las mascotas de Prigione...-, y entre ellas se encontraba Alma Zamora, a la que Prigione escogió como concubina.
Prosigue Erdely: "En 1994, la congregación efectuó una dinámica grupal a la que llamó 'ejercicios de discernimiento', que dirigió el entonces seminarista jesuita Juan Ricardo Herrera Valenciano. Ahí se analizaron los conflictos de conciencia provocados por el concubinato de Prigione y Alma Zamora, por lo que las religiosas decidieron retirarse del servicio personal del Nuncio. Y así se lo hicieron saber. Pero Prigione, aferrado, no las quiso dejar ir y las amenazó con disolverles la congregación, que entonces contaba con 300 religiosas y tenía presencia sobre todo en el norte del País".
Prigione logró incluso que se les hiciera una visita apostólica, dirigida por el Obispo Emilio Berlié Belaunzarán, para inspeccionar si la espiritualidad y ortodoxia de las monjas se apegaba a los lineamientos vaticanos.
Así, las monjas fueron sometidas a "interrogatorios inquisitoriales", por lo que algunas sufrieron crisis nerviosas y fueron hospitalizadas. El Vaticano, a través de la Congregación para Institutos Religiosos y de Vida Consagrada, también intervino y, en 1995, dio un fallo fulminante: mientras Prigione estuviera en funciones en México, las Hijas de la Pureza de la Virgen María deberían servirle sin chistar.
"De este modo, las monjas tuvieron que acatar las órdenes del Vaticano y seguir sometidas a los caprichos del nuncio", comenta Erdely, doctor en filosofía y teología por la Universidad de Oxford.
-¿Y qué pasó con la hermana Alma Zamora?
- ¡Qué iba a pasar! Contra su voluntad, siguió siendo la concubina de Prigione hasta que dejó de ser nuncio. El Vaticano, prácticamente, le había concedido derecho de pernada. Este caso ejemplifica a la perfección lo que es el abuso de poder que aplasta a las religiosas.
El complot del silencio
Pilar Sánchez pone su propio caso como ejemplo: "Yo sé lo que es el poder de una sotana. A los siete años de edad, cuando estudiaba en una escuela de religiosas, fui abusada por un diácono".
Cuenta que, pese a esta experiencia traumática, decidió ser franciscana misionera de María. Estudió en Roma. Fue misionera en Perú, donde participó en la reforma educativa. Regresó a México para dirigir el Instituto Tepeyac, de León, Guanajuato. Finalmente decidió colgar los hábitos por parecerle "castrante" la vida religiosa.
Actualmente imparte talleres, diplomados y conferencias en varios países, colabora con algunas organizaciones de derechos humanos, como Católicas por el Derecho a Decidir, donde es consultora externa... A sus 58 años, mantiene constante comunicación con monjas de todo el mundo.
-¿Qué clase de abuso padecen más frecuentemente las religiosas? 
- ¡El abuso de autoridad! Esa centralización de la verdad absoluta, de la infalibilidad, de la iluminación y el considerar a la deidad dentro del género masculino les ha dado el poder a los hombres, erosionando la autoestima de las mujeres. Todo eso se llama abuso. La única defensa que tenemos es nuestra voz interna, nuestra conciencia. Queremos desmontar esa fuerza negativa e ir creando una reforma en la Iglesia.
Un documento revelador -indica-, precipitó la organización y las protestas de las religiosas a nivel mundial: en 1994, la monja Maureen O'Donohue, integrante de Médicas Misioneras de María, inició una investigación en la que descubrió que el hostigamiento sexual y la violación de religiosas era una práctica común realizada por sacerdotes. Y envió un informe al Vaticano para que castigara a los violadores.
Al año siguiente, en el 95, concluyó la investigación. Los resultados del informe O'Donohue eran alarmantes. Los abusos contra religiosas se extendían a 23 países. Salió a relucir la gran cantidad de monjas embarazadas que, por lo mismo, eran expulsadas de sus congregaciones. Las hubo infectadas de sida u obligadas a abortar. Incluso se documentó el caso de un sacerdote que embarazó a una monja y la llevó a abortar, ahí perdió la vida y el sacerdote todavía ofició la misa en su funeral.
Dice Pilar Sánchez: "El informe recogió testimonios y pruebas médicas, datos verificables. No fue una fantasía".
-¿Y el Vaticano castigó a los culpables? 
- No, hasta el momento no ha hecho nada, sólo ha cambiado geográficamente a sus delincuentes, por lo que los abusos continúan. Ante nuestras denuncias, el Vaticano instauró el complot del silencio.
Después del 94, volvió a entregársele el informe en 1998, a través de Joaquín Navarro Valls, vocero del Vaticano, y del Cardenal Joseph Ratzinger, a cargo de la congregación para la Doctrina de la Fe. Ellos dieron el acuse de recibo.
-¿Qué medidas están tomando ante el silencio del Vaticano?
- El año pasado, presentamos el expediente formal ante la ONU, ojalá y este organismo internacional pueda hacer algo. Pedimos, entre otras cosas, que las monjas expulsadas sean reinstaladas en sus comunidades religiosas, atención médica para las infectadas de sida, apoyo legal y económico para los hijos de quienes sufrieron la maternidad impuesta. Inclusive, ya comienza a surgir la propuesta de que se instale un ombudsman religioso.


EL NORTE / México
Enero 2003
Acepta Episcopado culpa y anuncia rectificación
Admiten que rehuyeron al escándalo, Señalan que Obispos aprendieron la lección y que cooperarán con la justicia cuando sean requeridos.

El secretario general del Episcopado, Abelardo Alvarado, reconoció que, por cuidar el prestigio de la Iglesia y evitar el escándalo, los Obispos sólo reubicaban a los curas pederastas en espera de que corrigieran su conducta, y que esta misma lógica prevaleció con las denuncias de abuso sexual presentadas contra el padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
En conferencia, dijo que, tras la "amarga experiencia", los Obispos ya aprendieron la lección y, de ahora en adelante, cooperarán con la justicia cuando sean requeridos. De igual manera, responderán si el Papa Juan Pablo II los llega a mandar llamar, como hizo con los Cardenales estadounidenses.
"Al interior de la Iglesia se tenía la percepción de que las faltas de los sacerdotes eran faltas aisladas; se esperaba que el sacerdote se corrigiera y dejara de hacer daño. Ahora entendemos que se trata de una patología que desgraciadamente parece que no hay curación. Antes, la medida que se tomaba era cambiarlos de parroquia, pero eso ya se vio que no funciona", dijo.
Al hacer público el examen de conciencia del Episcopado, admitió que no hay una lista de sacerdotes con historial de abusos sexuales, porque en México no se lleva un registro de los casos.
El Obispo auxiliar de México dijo que la misma lógica de rehuir al escándalo prevaleció en 1997, cuando se presentaron ante el Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, nueve denuncias en contra del padre Maciel por abuso sexual.

"En lo que haya habido de real (en las denuncias), quiero pensar que se hizo todo con los mismo criterios que existían hasta ahora, por eso mismo no se tomaron medidas o se le destituyó de su cargo (...). No puedo explicar por qué el caso del padre Maciel no fue atendido, no es responsabilidad de los Obispos, sino de los tribunales donde se presentaron las denuncias en su contra", dijo en alusión al tribunal vaticano.

Señaló, sin embargo, que las denuncias se presentaron atemporalmente y posiblemente se hicieron con la intención de atacar a la Legión de Cristo en general, orden religiosa que en México administra la Universidad Anáhuac y el Instituto Cumbres.

"Tratándose de una persona con una alta investidura en la Iglesia no consta que las mismas acusaciones fueran tan comprobadas o auténticas, sino había también alguna intención de perjudicar a la institución. Desconozco qué haya pasado con las acusaciones que se presentaron en el Vaticano, si no tuvieron ningún resultado, no sabemos", dijo.
Cuestionado sobre las penas contra los pederastas, dijo que la excomunión no se aplica en este caso sino únicamente a personas que cometieron abusos muy graves, que constituyen una lacra social y que causan un mal mayor a un país ¿No se considera tan grave violar a un niño?, se le cuestionó.


"Lo que estoy diciendo es que la excomunión está prevista para otro tipo de delitos que constituyen una lacra social y que, independientemente del número, de la cantidad (...), no creo que proceda la excomunión; aquí procede otro tipo de sanciones establecidas por el Código de Derecho Canónico".
Al hablar de las nuevas intenciones de los Obispos, Alvarado expresó que, aunque el Código de Derecho Canónico prevé castigos espirituales de delitos sexuales a menores, eso no exenta a los clérigos de ser juzgados por los tribunales civiles y por las leyes mexicanas.

"Si los Obispos tenemos noticia de una acusación en contra de un sacerdote, y resulta fundada y cierta, tenemos el deber no sólo de aplicarle las penas canónicas sino, incluso, colaborar con las autoridades para que sea juzgado en los tribunales civiles y se le aplique la ley y las penas establecidas en el código", dijo.
Destacó que, "curiosamente", en México no existen muchas notificaciones de sacerdotes pederastas, posiblemente porque son menos frecuencia que en Estados Unidos o porque aquí no existe la cultura de la denuncia ni se llevan estadísticas.

Por Diana Nelly Torres/El Norte:

Saltillo, México.-  Como cualquier otra persona, los sacerdotes están expuestos a los mensajes carentes de valores que se propagan en la sociedad, lo que propicia que cometan actos que contravienen los votos que tomaron, consideró ayer aquí el Nuncio Apostólico, Giuseppe Bertello.
"Yo creo que el sacerdote no vive aislado, vive en una sociedad, en una comunidad, y muchas veces es débil como los demás y ¿cuántas veces ésta sociedad lanza mensajes que no son valores?", comentó.
Al referirse al reciente reconocimiento de autoridades eclesiásticas de la existencia de casos de presbíteros que incurrieron en pedofilia, el representante del Papa en México reiteró que los sacerdotes también son hombres que día a día viven la realidad profunda de su vocación y consagración a Dios.
Monseñor Bertello antepuso el derecho de las víctimas de los sacerdotes pederastas a la necesidad de guardar silencio por conservar el prestigio de la Iglesia católica.

Dijo que un sacerdote es parte de una sociedad y, como todos sus integrantes, debe respetar la ley que la rige, sobre todo en temas tan delicados como el de abusos sexuales a menores de edad.
"El sacerdote es un ciudadano que debe vivir y respetar la ley del Estado en general, sobre todo cuando se trata de temas tan delicados como éste (la pedofilia) en el que el derecho de las víctimas debe respetarse", dijo.

Califica Obispo Auxiliar de México como triste el caso del cura Salomón Palma 
Justifica sacerdote de Chihuahua su vida sexual.
11 Enero 2,003

EL NORTE / Redacción

CHIHUAHUA.- "El sacerdote no es un ángel, es un hombre", es la frase con la que Salomón Palma Chaparro, párroco de la Iglesia de Cristo Rey de la Diócesis de Cuauhtémoc, se justificó tras haber sostenido relaciones sexuales con su secretaria, una mujer casada de 28 años.
En una entrevista concedida a El Diario de Chihuahua, el sacerdote negó que la divulgación de las escenas del famoso casete donde aparece con la mujer lo haya impactado, ya que dijo haber estado preparado para eso y hasta para más.

La copia del video fue entregado al diario por miembros de la sociedad de Cuauhtémoc, quienes afirman que primero trataron infructuosamente de discutir el caso con el Obispo de la Diócesis de Cuauhtémoc, Guillermo López.
El sacerdote dirigía una parroquia ubicada en la colonia Reforma, la más antigua y de mayor población en Cuauhtémoc, y el video fue visto por familiares de la secretaria del cura, quien ahora se encuentra sin ubicación precisa por el escándalo que se suscitara y por las amenazas de muerte que pesan sobre ambos.
Tomado con una cámara doméstica en formato VHS, el padre Salomón Palma Chaparro elaboró presumiblemente para uso personal el video pornográfico al lado de su secretaria.

El párroco dice que se arrepiente, pero su espíritu está firme. Reconoce por completo su culpa, pero cree en el perdón de Dios. Confiesa que cometió un pecado, y por eso quiere alejarse de la Diócesis y de los que, de alguna manera, pudo haber defraudado.

"Al romper la regla del celibato, uno ya no es fiel a lo que prometió. Pero eso no conlleva a una excomunión. El sacerdote no es un ángel, es un hombre", dijo en su defensa el padre Palma.
"Fue un castigo mío", confesó en una extensa entrevista con El Diario.
Aseguró no culpar a nadie, que no fuera él mismo, por lo que sucedió ya hace tres años. Tampoco dijo guardar rencores contra la gente que hizo circular el video por las casas de Cuauhtémoc y posteriormente en el ejido Benito Juárez, donde actualmente vive el cura.

"Quiero tomar esto como una experiencia dura, pero a la vez alentadora y muy pedagógica, porque si metí la pata, ya voy a procurar no hacerlo", expresó con la sinceridad que caracterizó toda la conversación.
Casi al final de la plática dijo con firmeza: "Nunca me he arrepentido de haber sido sacerdote".
El párroco deslinda de la campaña de desprestigio en su contra a la familia de su amante. "De parte de la familia de ella nunca he recibido ningún reclamo, ni siquiera del esposo, ni de familiares de él".
Cuando le preguntaron si él grabó el video, el cura responde: "Lo que le puedo decir es que soy el único culpable... Me reservo el derecho de contestar".
Un video que revela la vida sexual del párroco es puesto a la vista de la comunidad.
Autograba cura escenas sexuales
CHIHUAHUA.- En un nuevo video que llegó hasta las oficinas del Diario de Chihuahua se confirma que el sacerdote Salomón Palma Chaparro se autograbó teniendo relaciones sexuales con su secretaria, pues se ve cuando él mismo prepara la cámara para grabarse.
En escenas que por momentos parecen chuscas, el polémico sacerdote se acerca a la cámara de video como para cerciorarse de su buen funcionamiento e insiste en encender la luz de la habitación mientras que la secretaria opone resistencia. En el video se observa que en no menos de 20 ocasiones se activa el interruptor de energía, pero cede ante la persistencia del religioso.
El nuevo material muestra a un sacerdote más resuelto a mostrar con claridad, quizá para sí mismo, las escenas de los múltiples contactos sexuales con la mujer, por lo que insiste en dejar encendida la luz de la habitación.
Este nuevo video se suma al anterior que se dio a conocer la semana pasada en donde también se advierte al sacerdote teniendo relaciones sexuales con una mujer casada, de 28 años, que hacía las veces de su secretaria.
Luego de que se difundió el primer video, Palma se justificó diciendo que "el sacerdote no es un ángel, es un hombre".
Palma se desempeñaba como párroco de la Iglesia de Cristo Rey de la Diócesis de Cuauhtémoc, y luego del escándalo pidió al Obispo de Cuauhtémoc, Juan Guillermo López Soto, su retiro espiritual.
Reprueban hecho:  Luis Fletes, Obispo Auxiliar de México, consideró ayer como un reflejo de la miseria humana el video del sacerdote Salomón Palma Chaparro, quien fue grabado cuando sostenía relaciones sexuales con su secretaria.
"Algo tenemos que hacer, pero no para destruir, es un caso que da tristeza, dolor a la iglesia, a la sociedad, pero esto no quiere decir que todo está perdido, siempre hay gente que saca la casta y da un buen testimonio de su ministerio", comentó.

"El celibato no es la causa de que haya pecado, es la naturaleza humana; el problema es de conciencia, de actitud; no es cuestión de pedir disculpa, estamos trabajando porque haya mejor educación en cada persona", añadió.


EL NORTE / Redacción
11 Enero 2,003
Acusan a párroco en Aguascalientes de violar a menor de 14 años 

AGUASCALIENTES.- Un Juez giró orden de aprehensión en contra del sacerdote Alejandro Cervantes Gallardo por corrupción de menores.
Sin embargo, los familiares de una de sus víctimas, el menor Daniel Hernández García, y quienes presentaron la denuncia, aseguraron que se trata de un caso de violación.

En el juzgado Quinto Penal a cargo del Juez Alfredo Quiroz García se desahoga el juicio en contra de sacerdote responsable del Templo de la Santa Cruz, ubicado en la colonia popular Martínez Domínguez de esta ciudad.
Para ello se abrió la averiguación previa AP5008/2002 en el Ministerio Público especial en Delitos Sexuales e Intrafamiliares.
La agente del Ministerio Público para Delitos Sexuales, Beatriz González Márquez, comentó que se investiga el caso donde existe una sola denuncia de violación en agravio de un menor de 16 años de edad.
La funcionaria informó que en sus declaraciones el menor asegura que desde hace dos años el sacerdote lo sometió en por lo menos tres ocasiones a actos sexuales.

La madre del menor, María Guadalupe García, asegura que su hijo sufre ataques epilépticos y fue violado por el sacerdote abusando de su condición, ya que con toda la confianza permitían que el menor conviviera con él.
La Ministerio Público informó que en este momento se están reuniendo todos los elementos para presentar en el juicio correspondiente.
El menor declaró que conoció al sacerdote Cervantes Gallardo durante la Pascua, y posteriormente el presbítero lo invitó a continuar con las visitas, alegando que era un menor muy retraído y él podía orientarlo.
Aseguró que durante las primeras visitas fue cordial y posteriormente lo sedujo.

A pesar de que hubo resistencia por parte de las autoridades judiciales para abrir la averiguación, el Juez Quiroz García decretó formal prisión al presbítero Alfredo Cervantes, según consta en el expediente 371/2002; además se presume que violó a otros tres niños, sin embargo, el proceso se sigue bajo el delito de corrupción de menores, alegando que aún no hay elementos suficientes para demostrar la violación.

Sobre este asunto, el Obispo Godínez Flores afirmó tajante que "apoyará" a Cervantes Gallardo, pues a pesar de ser un representante de Dios en la Tierra, "es un hombre y está expuesto a la tentación por tanta pornografía que hay".
Aunque se mostró renuente para hablar sobre el caso, sostuvo que, independientemente de la resolución que emita el Juez, Alfredo Cervantes "no dejará de ser sacerdote ni será excomulgado", e hizo un llamado a los feligreses: "Hay que orar por todos los sacerdotes para que no caigan en las tentaciones, y con eso es suficiente".

- En España:
Y con respecto a las estadísticas. Incluímos extracto obtendido de:
Nota: Las preferencias no indican necesariamente la práctica.

Con adultos mujeres = Normales
Con adultos varones = Homosexuales
Con menores varones = Pederastas
Con menores mujeres = Pedófilos


Mis recomendaciones a los clérigos involucrados:
Si non caste, saltem caute.

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