1757. Nace en Ipalam
(San Sebastián) isla de la
Gomera el criollo José Ruiz de Padrón.
Uno
de los personajes más famosos de la colonia de las Islas Canarias. Estudió en
el convento franciscano de la
Plaza de San Francisco, en Eguerew n Chinech (La Laguna-Tenerife).
Su celebridad se debe sobretodo a su
actividad como diputado doceañista, y concretamente por la elaboración de unos
discursos y dictámenes sobre la abolición de la Inquisición.
Debido
al naufragio del navío que le llevaba a Cuba desde Chinet (Tenerife), llegó a
las costas de Pennsylvania (Estados Unidos). Allí entabló amistad con Benjamín
Franklin. Participará en tertulias con los revolucionarios americanos
conociendo en ellas a Geoge Washingtón, John Adams y los otros líderes de la revolución
y fundadores del nuevo estado. Lanza un famoso sermón (1788)) en la iglesia
católica de Filadelfia en contra de la Inquisición, y pedirá su abolición. Este sermón
se hizo rápidamente famoso en la ciudad de Filadelfia y en todo el estado. A
finales de 1788 la orden franciscana le exige que vaya a La Haban, donde le reprochan el
discurso contra la
Inquisición y sus ideas liberales. En Madrid le acusan de
liberal, masón, jansenista y antiesclavista.
Solicita
del Papa la secularización de los franciscanos para convertirse en sacerdote;
libre de la obediencia a la órden, viaja por la Francia de la Revolución y por
Italia. Vuelve a la metrópoli para instalarse como sacerdote en el curato de
Quintanilla de Somoza (León) hasta 1808, en que fue nombrado abad de
Villamartín de Valdehorra (Galicia). En 1811 es nombrado diputado en las Cortes
de Cádiz, representando a la colonia de Canarias, siendo uno de los principales
artífices de la primera Constitución española de 1812. Gracias a él desapareció
el impuesto o voto de Santiago, y consiguió que las Cortes suprimieran el
Tribunal de la
Inquisición.
El texto que le hizo mundialmente
famoso fue su Dictamen sobre la abolición del “Santo Oficio”,
traducido al inglés y al portugués y con numerosas ediciones en castellano
(tanto en la metrópoli como en la
América colonial), y contra el que se editaron numerosos
artículos y folletos. Este texto representa en efecto una clara síntesis de sus
ideas políticas y religiosas: el catolicismo liberal. Esta doctrina se basa en
una concepción regalista y nacional de la Iglesia española, la cual debería estar bajo la
égida de pastores, párrocos y obispos. La Inquisición era un
organismo que vulneraba la jurisdicción que estos tenían sobre sus feligreses,
ya que, aunque el Estado era confesional y se prohibía la difusión de otras
religiones, aquellos no podían inmiscuirse en la libertad de conciencia de
quienes las practicaban. Para Ruíz de Padrón sólo los pastores podían corregir
las creencias de los miembros de la
Iglesia, pero sólo con carácter educativo.
El
discurso de Ruiz de Padrón, que recogía las ideas y el planteamiento de su
sermón de Filadelfia, fue publicado por las Cortes con el título de "Apéndice
al dictamen del Dr. Don Antonio José Ruiz de Padrón sobre el tribunal de la Inquisición".
Pero luego volvió a España el rey Borbón Fernando VII abriendo de nuevo el
"Santo Tribunal", por lo que se destituye de su cargo y se le abre
proceso en el tribunal de la
Inquisición de Valladolid y después en el tribunal diocesano
de Astorga. En 1815 lo condenan como culpable a destierro perpetuo, para su
reclusión en el convento de Cabeza de Alba. Ruiz de Padrón recurrió logrando
ganar el recurso en 1818. Participará luego en las Cortes del año 1820. Fallece
en Portela de Valdeorres
(España), 1823.
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