sábado, 31 de agosto de 2013

ATAUDES COMUNALES DE TENO ALTO





GABRIELA GULESSERIAN | Buenavista del Norte
Diario de Avisos.
Teno Alto, en Buenavista del Norte, es uno de los lugares donde mejor se guardan las tradiciones en Tenerife. Quizás, por lo incomunicado y aislado que estuvo hasta 1972, cuando se abrió la carretera que enlaza este caserío con El Palmar, aunque no se asfaltó hasta mediados de la década de los 80.

La caja de enterramiento comunal consta de dos varales para poder portarla
Ello ha permitido que en este lugar, caracterizado por un paisaje casi mágico pero también por unas duras condiciones de vida hasta entonces, se puedan conservar costumbres de antaño que marcan la idiosincrasia de la Isla. Con el fin de que se conozcan, la empresa El Cardón Educación Ambiental ha organizado la Ruta de las Tradiciones, una iniciativa que pretende divulgar las señas de identidad de los habitantes del lugar y ayudar a conservarlas.
Entre las más curiosas, se encuentra la de trasladar a los difuntos en cajas comunales, con la peculiaridad de que en esta zona todavía se conservan donde siempre han estado, el Roque de la Cruz, un sitio aislado de los núcleos de población, de difícil acceso, que los vecinos protegen porque para ellos tiene un significado muy especial. Las dos cajas que se encuentran allí fueron construidas a principios de los años 50 por un carpintero de Buenavista.
El féretro se llevaba hasta la casa del fallecido para luego bajarla por el camino del Risco, una vía muy estrecha en la que solo es posible ir en fila, y que años atrás era el acceso más rápido para ir de Teno Alto al casco de Buenavista, pese a su peligrosidad y grandes desniveles. Incluso, también se utilizaba cuando se celebraba una boda y los novios no estaban exentos de subirlo y bajarlo.
La caja de enterramiento comunal consta de dos varales o parihuelas que se apoyaban sobre los hombros para poder portarla, una tarea bastante complicada dado que además había que tener mucho cuidado de no resbalarse. Si quedaba tiempo se llevaba al difundo a la misma casa donde se atendía a los enfermos hasta la hora del sepelio, caso contrario, se lo trasladaba al cementerio.
Esta antigua costumbre, que no es exclusiva de Teno Alto sino de cualquier población de medianías de Tenerife, nace después de la conquista, cuando se obliga a enterrar las personas en un camposanto que, en general, estaba ubicado en el centro urbano de cada municipio. Los datos sobre la finalización de esta tradición son aún imperfectos, pero el director de El Cardón, Valerio del Rosario, estima que fue a principios de la década de los 70, coincidiendo con la construcción de la carretera.

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