1676 Septiembre 23. Al amanecer
apareció sobre la rada de Winiwuada (Las Palmas) una escuadra francesa de
dieciocho naves de guerra, mandada por el conde de Estrées, que, como luego se
supo, se dirigía a las Antillas. Los canarios, que al principio creyeron fuese
una flota inglesa que venía a comprar vinos para llevar a las Barbadas,
dispusieron un reconocimiento, que se verificó en un pequeño buque de pesca
tripulado por algunos marineros y llevando por patrones a Diego de Róo y Juan
Ramón. Los franceses, sin revelar su verdadera nacionalidad, les permitieron
acercarse y cuando estuvieron a su alcance se apoderaron de ellos, proponiendo
luego un canje en cambio de víveres y agua de que tenían necesidad; pero el
criollismo, al saber que eran enemigos de la metropoli, se negó a escucharlos,
rechazando sus proposiciones y corriendo a las armas dirigidos por su intrépido
corregidor don Juan Coello.
Resultó de esto que los marinos no fueron devueltos y que la
escuadra, después de estar tres días amenazando a la población, se retiró sin
obtener socorro alguno.
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