FEMÉRIDES DE
LA NACIÓN CANARIA
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII
DECADA 1581-1590
CAPITULO XIII-XV
Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
1588. El ingeniero
cremonés al servicio de la corona española Leonardo Torriani, enviado a la
colonia para inspeccionar las defensas
dibuja el litoral de Añazu (Santa Cruz), mostrándonos que en la playa
sólo queda lo que parece ser la ruina del atraque de un muelle aunque se seguía
utilizando como tal. El golpe definitivo y desesperanzador lo da el temporal de
1600 que arrasó con todo lo que quedaba. Ya en los primeros años del s XVII se
encarga la construcción de un nuevo muelle en otro lugar. Esta vez se designó
la peña que cerraba la Caleta,
excavando unos escalones en la misma roca para facilitar el acceso de personas
y mercancías. El muelle se había trasladado desde la playa a la Caleta. Con grandes
dificultades este muelle prestó servicio durante todo el s XVII en medio de un
litoral ingrato y de una fábrica que no ofrecía muchas garantías.
Los trasvases de mercancías y
pasajeros continuaban realizándose con gran dificultad.
1588. El Ingeniero cremonés
Leonardo Torriani es estante en Eguerew
(La Laguna) en
la isla Chinet (Tenerife) encargado por la corona de la metrópoli de la inspección
y construcción de las defensas en la colonia de Canarias. Nos trasmitió una
descripción de la isla Chinet y de sua habitantes pre- coloniales, los
guanches. Veamos como nos describe el Ingeniero: “Esta es la mayor de las
Afortunadas y la más soberbia, que, situada en medio de las demás, descubre en
su alrededor 1500 millas
de mar que forman su horizonte. Es con mucho la más rica de todas en azúcar y
en vinos excelentes que se transporta a diferentes partes del mundo, según se
ha dicho en el capítulo de Canaria. Tiene mucho comercio, porque está más
poblada que Canaria, y dos veces más que La Palma. La mayor parte de
la gente son portugueses los cuales, como superan a las demás naciones de
España en la industria de la agricultura, han conseguido que esta isla fuese la
de mayor feracidad y riqueza.
Por la banda del Norte está llena de bellísimas villas cada una de 300 a 600 casas. Tiene
terrenos muy fértiles, bosques espesísimos y altísimos, que es cosa de
maravilla para la construcción de los navíos y de los edificios. En efecto
dejando de un lado lo que dice Plinio, tiene árboles de tanto grosor y altura,
que con las tablas que se sacaron de un solo pino se cubrió "una iglesia
de 80 pies
de largo y de 48 de ancho; y con otro pino parecido se cubrió otra iglesia,
larga de 110 pies
ancha de 35. En la parte del sur está quemada y devastada por infinitos
volcanes antiguos, y es poco fértil, porque allí no hay tanta abundancia de
agua, ni terrenos para cultivo.
,
La isla es
triangular y tiene 174
millas de circuito. Al
tiempo de Juba y de Plinio se llamaba Nivariat por las nieves con que
está cargado casi todo el año el monté altísimo que tiene, llamado el pico de
Teide, segunda Etna-occidental. Más de 500 años antes de la venida del Salvador
se llamó Pintuaria; y después, Tolomeo le dijo Aprositus (según opinion mía),
por considerarla inaccesible, en razón de aquella altísima montaña. Los
lsleños, anteriormente a la conquista; le decían Chinechi, y 1os palmeros,
Terierife, que en su
lengua significa tanto como “monte de nieve;” como el candor ha dado su nombre
al Cáucaso.
Esta isla se halla ilustrada por la devotísima imagen de Nuestra
Señora de la Candelaria,
que apareció en ella, noventa
años antes que fuese de cristianos, y
por la predicación y el martirio de dos santos monjes escoceses, Maclovio y
Blandano, de los cuales se hablará más adelante. Está a 45 millas, de distancia
de Canaria, a 14 de La Gomera
ya 52 de La Palma.”
Se cree que antiguamente los
africanos Azanegh, poblaron esta
isla y la dividieron en nueve
reinos de los cuales cada uno
tenía un rey, a quien ellos
Mencey
El uno era Detzenuhia, rey de Taoro, es decir de La Orotava, y el más poderoso, porque tenía 6000 hombres de guerra. El otro era Acaimo, rey de Güímar; el tercero, Aguassona, rey de
Abona; el cuarto, Atbitocazpe, rey de Adexe; y otros, cuyos nombres se desconocen.
A estos reyes seguía en su
trono el hermano, y después
empezaba la descendencia, con el primogénito. Su elección estaba hecha por los
más nobles y los parientes, los
cuales hacían jurar al rey el pacto sobre un hueso de algún rey, su predecesor y
pariente, que había dejado santa
memoria y gran reputación; y
después juraban ellos también, sobre
el mismo hueso, y lo besaban y lo ponían encima de la cabeza, exactamente como
el rey lo había hecho antes, y después sobre el hombro, diciendo: -Agogné i
acoran i gnatzhagna chacognamet, que significa: -«Por el hueso de aquél por
quien te hiciste grande» y con estas ceremonias y otras más hacían a los reyes.
Estos ponían mucho cuidado al casarse, si faltaban mujeres de igual
sangre y grandeza, les era permitido tomar por mujer a sus hermanas. En
invierno vivían cerca del mar, y en verano en la montaña. Cuando caminaban, les
llevaban adelante una vara delgada, llamada anzpa, bien labrada, que era
la insignia real; y , si encontraban a alguno de sus vasallos, éste les
limpiaba los pies y los besaba con grandísima humildad.
Entre estos isleños había tres clases de gentes es decir, villanos,
nobles y nobilísimos, que eran los que descendían de la sangre real. Los
villanos se llamaban achicaxana; los nobles, cichiciquitza; y los
más nobles, achimencey entre los cuales hubo hombres de grandísima
fuerza y destreza, y gigantes altos de catorce pies. Vestían como los canarios
y se adornaban (sobre todo las mujeres) con conchas del mar y con otros
ornamentos que hallaban en la playa del mar.
Confesaban al verdadero Dios con este nombre, Achguayaxerax
y Ochoron Achaman, es decir, «sustentador del cielo y de la tierra».
También
lo llamaban Achuhuran Achahucanac, es decir, “el grande, el sublime”; ya
Nuestra Señora, Chaxiraxi, y también la llamaban Armaxes Ouaiaxiraxi,
que significa “la Madre
de aquél que sustenta el mundo”. Dicen también que a Dios lo llamaban Arguaicha
jan ataman, que significa “Dios del cielo”, porque al cielo namaban ataman;s
y que celebraban algunos días de fiesta. Contaban e1 tiempo de la luna con
nombres diferentes; y el mes de Agosto se llamaba Begnesmet. Tenían
bautismo con agua, que administraba una mujer venerable, la cual, por esta
razón, contraía parentesco con todos. Decían que había un infierno en el Pico
de Teida (porque Eheida quiere decir “nfierno”, y el de., monio se dice guaiota); y que dios había hecho al primer hombre
ya la primera mujer de la tierra.
Todas estas cosas religiosas las tuvieron de dos santos escoceses,
Maclovio y Blandano, de la orden de San Benito. Este Blandano era padre de tres
mil monjes, los cuales., según el obispo Cabilonense, y según Maurolicio en su Calendario,
ilustraron ambos juntos estas islas Afortunadas con la predicación
evangélica, durante siete años; y en particular a ésta de Tenerife, según mi
parecer, por la religión que en ella permaneció; esto fue en tiempo de
Justinián; primer emperador, que fue después del nacimiento del Salvador 525
años y dicen que aquí el beato Maclovio resuscitó a un gigante, el cual,
bautizado por él, le relató las penas de los paganos y de los judíos, y poco
después volvió a morir. Antes de estos tiempos se cree que entre estos isleños
no hubo ninguna religión, y que tenían relación indiferentemente con cualquier
mujer, con excepción de la madre; y que no tenían justicia, ni gobierno, sino
que todos eran ladrones y totalmente gentiles.
Hubo entre ellos oficiales, mecánicos, y muchas cosas necesarias para
la vida, como entre nosotros, con excepción del trigo y de los bueyes. Fuera de la casa, no podían
hablar con ninguna mujer, bajo pena de vida. Cuando querían casarse, Se les
concedía la mujer que, ellos pedían, pero sin dote; y después, cuando el marido
quedaba cansado de ella, la podía enviar a casa de su padre, y se quedaba con
los hijos; éstos, por efecto del divorcio del padre y de la madre, se
consideraban bastardos. Dicen que se podían casar con cualquier pariente,
excepto con la madre y con las hermanas. Estas y muchas otras cosas se han
conservado en la memoria de la gente, que por no tener interés para los
lectores, dejo que otros las escriban.” (Leonardo Torriani; 1959:177-80)
1588.
En Tedote, Benahuare (Santa Cruz de la Palma) se inaugura la fuente
conjunto renacentista, excepcional, encontramos dentro de la Plaza de España, la famosa
fuente terminada en 1588, siendo Gobernador Hierónimo de Salazar, costando 200
ducados.
Está adosada a una pared desde donde salen cuatro chorros de agua
enmarcados en un arco rebajado. Existe un pequeño arquitrabe y luego un friso
corrido con la leyenda de su construcción. El coronamiento es un frontón
triangular cerrado, rematado en sus vértices por un pequeño pedestal. El
tímpano aparece blanqueado, con elementos heráldicos, dos escudos: el de la
izquierda, las armas de la isla con la efigie del Arcángel San Miguel y a la
derecha las de Jerónimo de Salazar.
1588. El Ingeniero cremonés al servicio de Carlos II, de la
metrópoli en su visita a la isla de La Gomera nos dejó el siguiente relato en torno a
los primitivos gomeros: “Los antiguos gomeros fueron hombres grandes, forzudos,
ágiles, guerreros, poco cuidadosos en sus trajes, e idólatras. Tuvieron
gigantes, y de tanta fuerza, que se sabe que uno de ellos, señor de la cuarta
parte de la isla, llamado Gralhequia, habiendo salido un día a pescar, junto
con otros, encima de un peñasco algo alejado de la tierra, halló que, al
regresar, les cortaba el paso un gran pez carnívoro. Entonces él se tiró a nado
y se abrazó estrechamente con él, nadando ora debajo, ora sobre el agua, hasta
tanto que sus compañeros pasaron a salvo, y después lo soltó, sin haber
recibido ningún daño.
Estos fueron tan ágiles en tirar
las piedras con la mano, y los dardos sin punta de hierro, es decir con la
punta quemada, que me parece que vencieron con mucho a los mallorquines. En sus
ejercicios, desde el principio acostumbraban a los hijos pequeños a hurtar el
cuerpo aciertas batas de tierra, y los adiestraban a que las evitasen con las
manos, ó con el cuerpo. Después; cuando habían crecido en edad y en habilidad,
les tiraban piedras y últimamente, cuando ya estaban amaestrados, les lanzaban
los dardos
exactamente como si hubiese
peleado de verdad.
Su traje era cubrirse las partes
más deshonestas del cuerpo, y vendarse la cabeza con una faja pintada con un
color encarnado, que sacaban de las raíces de un árbol llamado tainaste, del
cual también se saca el colorete para las mujeres. También se cubrían algunas
veces con un tamarco, como en Canaria O en Tenerife, hecho con tres pieles.
Adoraban al demonio en figura de
hombre velludo, a quien llamaban Hirguan. Eran sumamente amigos de la soledad,
como refiere Petrarca en el libro De Vita solitaria, y, por consiguiente, eran
muy melancólicos. Cantaban versos de lamentación, de ocho, nueve y diez
sílabas, y con tanta tristeza, que lloraban ellos mismos, como se ve que
todavía lo hacen hoy día los que descienden de los últimos habitantes. Su tono
lamentoso ha sido empleado por excelentes músicos en sus composiciones, sobre
todo por el divino Fabricio Dentici, y por los españoles en la poesía, en duos
y tercetos, imitando a los antiguos, de que nosotros hemos notado uno más
abajo. Su nombre es endechas; es decir, lamentos mujeriles. Es verdad que
también se cantaban en las demás islas, con motivo de la muerte de alguna
persona principal, o de algún triste suceso; pero las de esta isla eran más
hermosas y más dolorosas. De ellas hemos traducido como sigue, en nuestra
lengua, dos tercetos españoles que se cantan:
Se gli delfini moren d' amore,
ahi tassa, che faremo noi,
che piil di toro habbiam dolce ii
core?,
Últimamente cuando esta isla fue
conquistada, estaba dividida en cuatro
partes, que se llamaban así: una Mulagua, la segunda Agona, la tercera Ipalam,
la cuarta Orone. Cada de estas tenía a su señor; el de la primera se llamaba
Aberbequeie; el de la segunda, Aguaboreque; el de la tercera, Auhagal; y el de
la cuarta, Unihepe.
Entre estos isleños hubo hombres
valientes y de grandísimas fuerzas, como Igalgan, Aguabanahizan, Agualeche,
Hauche, Arnuhaici, Aguacoromos; y, por haber fallecido en
la guerra, sus nombres quedaron
entre sus descendientes, como de personas dignas de ser imitadas y celebradas.
También tuvieron hombres fatídicos,
que predecían lo que había de ocurrir; y entre éstos se menciona a uno llamado
Eiunche, que les daba a entender que en el cielo hab1a un Dios llamado Orahan,
quien había hecho todas las cosas; y también decía que, después de su muerte,
vendrían a la isla hombres nuevos, quienes les dirían a quién debían de adorar;
y decía que el hombre velludo a quien adoraban, no era el verdadero Dios de los
gomeros, sino su enemigo.
1588.
Castillo de San Hemeregildo en la
isla Titoreygatra (Lanzarote)
“Guanapay en la isla de
Lanzarote. Después de ser arruinada y quemada su fábrica bárbara por Morato
Arráez año de mil quinientos ochenta y seis, Gonzalo Argote de Molina en el año
1588 que vino á aquella isla por estar casado con la hija del Marqués, fabricó
a su costa el dho Castillo, y puso en él onze piezas de artillería de bronce de
diferentes pesos y teniendo gastado 28 dz. en la fábrica llegaron á aquella
isla el General Dn Luis de la
Cueva y Benavides, y el Obispo Dn Fernando Xuarez de
Figueroa, llebando consigo á Leonardo Turriano, Ingo de S.M. con cuyo parecer y
del Marqués de
Lanzarote, y que se aprobó esta
fábrica y se mandó continuar dejando para ello en aquella isla al dhoLeonardo
Turriano con 20 ducados que el dho Marqués dió de sus rentas é por su mandado
se gastaron en ella: y habiendo enviado la madera necesaria para cubrir la
plaza de Armas que costó 500 ducados, llegó á aquella Ysla jaban Arraes: con
Armada del Xarife en el año de 93 y hallándola en el puerto del Arrecife, la
quemó. Y lo qe es necesario hacer en el dho Castillo para que esté en
perfección, es cubrir la plaza de armas de madera y lajas, y que las dos
garitas que se fabricaron sobre madera,
se fabriquen de piedra y barro,
abriendo los cimientos al pié de la muralla del dho Castillo, lebantando dos
plataformas desde el suelo que reciban en si las dhas dos garitas, para todo lo
qual ofrecieron los vecinos 500 fangs. de trigo y dineros de que se hizo
repartimiento entre ellos, y sobre otras 200 fangs. de trigo que el Marqués
tiene ofrecidas. Yansimesmo falta por encalbargar [1o] la Artillería que teniendo
aderezadas ruedas y cajas el dho Argote de Molina en esta de Canaria para
quatro piezas grandes de bronce, se las tomó el Capitán Melchor Morales,
Governador de ella el año de I592 para
sus Castillos y se las ha buelto
asta °Y: Y para el sustento del dho Castillo y paga de los Artilleros y salario
del Alcayde. Pólbora y municiones, atento la imposibilidad del Marqués, será
menester cada año 400 ducados, para los quales se ha de pedir licencia á S.M.
para que se impongan sobre la entrada de los vinos en aquella isla, en cada
pipa un ducado, y sobre las otras mercaderías que el Consejo de la dha Isla
pareciere que será menor daño de los Vezinos con intersección y aprobación de
los Sres. Presidente y Oydores de la Real Audiencia de estas Yslas por estar á cargo
suyo, como tengo dicho la superintendencia de la guerra. -Es copia de un papel
antiguo que parece ser de la misma letra que otras ojas sueltas que tengo, en
que se refieren distintas invasiones, y algunos modos de fortificar las Islas,
que parece obra de algun Ingeniero antiguo, y el original de que he copiado lo
antecedente y la figura que seguirá parece destacada de algun libro ms.” (En:
José María Pinto y de la Rosa.
1996)
1588. La villa de San Sebastián, que está en esta isla de La
Gomera, fue llamada así por del día 21 de enero (1) én que
fondeó en ella Letancurt. Está situada entre dos a1turas. Al lado de un río,
cerca de uma playa, larga de 900 pasos; en forma de semicirculo. Éstá con dos
extremos montuosos que tiene, forma un puerto tranquilo y cómodo
en que, además de diferentes
navíos que van a las Indias y Cabo Verde ,también hacen escala las armadas de
España y se proveen con mantenimientos y con agua buena, para su navegación. Tiene 200 casas, dos iglesias,
una de Clero seglar, otra de frailes de san Francisco, y una torre que sirve de
cárcel. A la base de esta torre, en la
parte hacia fuera, cuatro piezas de
artillería, para defensa del puerto pero
están tan mal situadas que ofenden a los navíos amigo mas que a los enemigos.
Por ser este puerto frecuentado y de tanta utilidad (porque es el
mejor de todos cuantos hay en las islas) conviene que se fortifique una punta
de Nuestra Señora de Buen Paso, que es la que está a la entrada del puerto.
Ésta sólo tiene necesidad de ser igualada, y de un parapeto en su alrededor. Y,
como el enemigo puede desembarcar un poco más arriba, y puede ocupar el lugar
alto que la domina, conviene que también éste lugar quede fortificado, como lo
demuestra el dibujo; porque, además del provecho y de la seguridad que ofrece
para la fuerza de abajo, también sirve de retirada para la gente de la villa,
dado que, caso de ser poderoso el enemigo, es imposible defenderla.
A algunos les ha parecido que
sobre la montaña, al lado de la villa, donde está señalada una E, se debería
fabricar una fortaleza igual que la anterior; lo cual a mí no me parece bien,
porque quedaría demasiado lejos para poder defender la villa y el puerto y los
pasos que los enemigos pueda tomar en tales ocasiones. Otros pensaban que, con
ceñir la villa con una muralla delgada,
era para ella bastante defensa, pero no tenían en cuenta as alturas que están detrás. De modo que,
siendo necesario buscar allí alguna defensa, mejor era y será ponerla encima
del puerto, en efecto, el enemigo no
está familiarizado con todos los desembarcaderos ni con todos los pasos
difíciles de la tierra, de modo que viene directamente al puerto. Con esta
defensa también se asegurará la villa. Y, cuando otra cosa ocurriese decir, si los enemigos vinieran por otra
parte, desde el interior, la gente de la villa, como se dijo más arriba, se
podría retirar a esta fortificación de arriba.
También está claro que, mientras
los enemigos no fuesen dueños del puerto, no se atreverían a abandonar los
navíos, los cuales, aun en tiempo de mar tranquilo, son empujados por las
corrientes en dirección del Hierro; y no pueden volver; sin grandes esfuerzos
si, el viento les es favorable.
(Leonardo Tooriani; 1959: 117-19)
(1) La fecha dada por Torriani
para el asentamiento europeo o fundación de la villa de Ipalam o San Sebastián
no figura en ninguna otra fuente, no es probable que dicho asentamiento se
remonte a la época del pirata Jean de Bethencourt.
1588.
Leonardo Turriano, Ingeniero
cremonés al servicio del rey, propuso
darle mayor amplitud a su plaza de armas de la fortaleza de Santa Cruz,
haciendo avanzar la edificación a lo largo de la lengua de tierra que separaba
la caleta de la playa de Santa Cruz, con objeto de que al descubrir mejor desde
sus muros ambos puntos, ofreciese una eficaz garantía de seguridad a los navíos
que en él se amparaban. Por parte de tierra aconsejaba se construyese un ancho
foso que inundado por el agua del mar incomunicase el castillo con el poblado;
también proponía variaciones en las habitaciones destinadas al Castellano,
almacenes, cisternas, etc.; esta obra se ve perfectamente en el plano de Sta
Cruz de 1590 levantado por este ilustre Ingeniero. (José María Pinto de la Rosa, 1996)
1588.
Propuso el Ingeniero de S.M. el
cremonés Leonardo Turriano la construcción de un pequeño fuerte en el Puerto de
la Cruz –salida
natural al mar de la Villa
de la Orotava-
en la isla de Tenerife, para defender aquella caleta emplazando en él 4
culebrinas y calculaba su costo en 22.000 reales.
1588 Mayo 8. Moría en Titoreygatra (Lanzarote) a los 70 años de
edad doña Ines de las Cuevas y Ponte. Y
el 22 de Noviembre se volvía casar el Marques en un viaje a Madrid (Castilla)
con doña Mariana Enríquez Manrique de La Vega, hija de don Diego de Tebes y Brito, gentil
hombre de la casa del Rey, y de doña Isabel Manrique de la Vega quien llevo diez mil
ducados de dote. Gonzalo Argote aprovechando la ausencia de su suegro intento
apoderarse del Gobierno Civil y Militar colonial de Erbania (Fuerteventura), consiguiéndolo
gracias a don Luís de la Cueva
y Benavides, Capitán General de las fuerzas castellanas de ocupación en la
colonia de Canarias, quien puso a disposición de Gonzalo Argote el Gobierno de
las armas aludiendo a una posible invasión enemigas (la verdad era que tenia un
gran odio por los Señores de Fuerteventura).Gonzalo Argote soltó a los presos
de las cárceles, abolió los Regidores que componían el Ayuntamiento, nombrando
en su lugar a 24 Sevillanos. Impuso tributos y ejecuto notables vejaciones a
quienes osaron resistírsele. Los señores de Erbania (Fuerteventura) hicieron
llegar estos relatos al pie del Trono y el rey español Felipe II mando a don
Luís de la Cueva
dejase de ayudar a Gonzalo Argote y le obligara a abandonar la isla de Erbania
(Fuerteventura) para que los colonos de esta viviera pacíficamente.
1588 Mayo 8.
Fallece la criolla Inés de Ponte,
de la casa de los señores de Adeje en
Chinech (Tenerife), cuya señora murió, sin dejar sucesión. Viviendo aún Inés de
Ponte, el marqués Agustín de Herrera tuvo relaciones extra maritales con
Bernardina de Cabrera y León, mujer criolla atrevida y hermosa casada en
Titoreygatra (Lanzarote) con un comerciante genovés llamado Teodoro Espelta,
que la amaba apasionadamente. A vivóse el amor del
marqués con la obstinada
oposición del padre de la joven, que se creía deshonrado con las liviandades de
su hija, intentando en cierta ocasión dar muerte al adúltero amante y vengar
así su ultrajado honor; pero la verdadera víctima de esta vergonzosa intriga
fue el. pobre negociante, que, ignorando la conducta de su esposa, continuaba
amándola y satisfaciendo siempre sus menores caprichos.
Una noche, viniendo el engañado
esposo después de un largo viaje al pago de Testeyna, donde tenía su
residencia, se le antojó a doña Bernardina unos dulces de la Madera que había quedado en
Teguise, y deseando complacerla tomó inmediatamente un caballo y salió a
aquella hora para traerle el apetecido regalo. ¿Qué sucedió entonces?
Nadie lo supo. Sólo se vio que al
día siguiente se encontraba muerto el genovés detrás de una tapia de su propia
casa, con el vestido azul que llevaba al salir, cuello y botas blancas, pero
sin ninguna herida visible en su cuerpo.
Recogido el cadáver y practicadas
las diligencias oportunas, nada pudo averiguarse, quedando desde entonces la
viuda más obsequiada y asistida del marqués, sin que este tuviese ya necesidad
de ocultar a nadie su pasión. El pueblo, sin embargo, le señaló como instigador
del crimen y autor premeditado de aquel alevoso asesinato.
A los tres meses del trágico
suceso, doña Bernardina dio a luz a una niña que legalmente debía ser
considerada como hija de Espelta, pero que el marqués no dudó en llamarla doña
Juana de Herrera, teniéndola por hija suya con menos precio de la moral, de las
leyes y de la conciencia pública de los colonizadores. La manceba, manchada aun
con la sangre de su marido, no vaciló en trasladarse al palacio de su amante y
ejercer allí una influencia avasalladora en todos los negocios de la isla,
aunque existiera la legítima esposa doña Inés.
En 1568 nació de estos adúlteros
amores otra niña que recibió el nombre de doña Constanza, siendo ambas
declaradas hijas del marqués a pesar de su conocido origen. Como don Agustín no
dudaba de la paternidad de su segunda hija, siempre la manifestaba una marcada
predilección sobre la primera.
Esta niña fue la que luego casó
con el célebre Argote de Molina, colono tan ilustre por su nacimiento y
escritos como desgraciado por sus numerosos infortunios, sus litigios y su
muerte. (Agustín Millares Torres, t. III:187)
1588 Julio 8.
Con motivo del aviso que dio al
Cabildo de Tenerife, el Gobernador de Mazagán, de que Arráez estaba
aprestándose para invadir estas islas con 20 galeras, se acordó hacer una
plataforma inmediata a la Cruz
de Piedra (La Laguna),
«por la parte de abajo... una a mano
izquierda donde se puedan jugar 3 piezas de campo y a la mano derecha otra de
la misma capacidad, y por ambas partes corran unos parapetos para que lleguen
de una parte a la otra de los barrancos...» (Libro 3°, oficio 2°, folio
427).
Imagen: Autor: J. A. Baeyens
Julio de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario