FEMÉRIDES DE
LA NACIÓN CANARIA
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII
DECADA 1581-1590
CAPITULO XIII-XI
Guayre
Adarguma Anez’ Ram n Yghasen
1587. La isla de Titoreygatra (Lanzarote), sometida desde su
invasión y conquista por los piratas Jean de Bethencoiurt y Gadifer de la Salle a una serie de
contratiempos (acoso pirático, indefensión, pobreza, abusos señoriales y
emigración más o menos for zosa), no pudo desarrollarse desde el punto de vista
económico y social. Por eso durante toda la centuria la encontramos escasamente
poblada. En 1587 Lanzarote contaba con un total de 600 almas (el 1,5 por ciento
del volumen de la colonia) y una escuálida ocupación humana de 0'71 habitantes
por kilómetro cuadrado. En estos años destaca la villa de Teguise con medio
millar de personas y Haría con sólo un escaso centenar de habitantes.
La dinámica emprendida por los
señores feudales de la isla consistente en expediciones a Berbería a la caza de
esclavos mazigios y las represalias consiguientes introdujeron a Titoreygatra
(Lanzarote) de lleno en una zona de guerras, de seguridad, de hostigamiento
constante y por lo tanto nada atractivo para posibles nuevos colonos. En 1545
se conoce la expedición de Pedro Fernández Saavedra que resultó un rotundo
fracaso falleciendo, además del propio Saavedra, varios de sus oficiales y
numerosos soldados canarios. Poco después, Agustín de Herrera y Rojas
(fallecido en 1598), conde y marqués de Lanzarote, protagonizó nada menos que
14 expediciones a la caza de esclavos en las costas del continente entre 1556 y
1560 desde donde se trajo un gran número de esclavos moros de los que se dice
que «sacaba grandísimo provecho y riqueza». La isla se poblaba gracias a la
afluencia de estos esclavos de los cuales muchos terminaban bautizándose a
cambio de la libertad y sumisión servil a los colonos a los colono feudatarios
dedicándose a la agricultura, al pastoreo y al transporte pero instalados ya
como siervos o vecinos y habitantes. Se decía que las tres cuartas partes de
los lanzaroteños eran todos maxigios o descendientes de aquéllos, preocupando
al “Santo Oficio”. Se temía su colaboración con los asaltos piráticos
efectuados con justa represalia por los norteafricanos. Estas incursiones
contribuían directamente a la des población de Titoreygatra (Lanzarote). Por
ejemplo, el asalto de los piratas de Fez al mando de Calafat (7-IX-1569) se
llevó a 90 cautivos de esta isla. Otro tanto de lo mismo se volvió a producir
con la invasión de Dogalí en 1571, o la efectuada en 1586 por los corsarios
argelinos al mando de Amurath que sacó a unos 200 prisioneros lanzaroteños.
Algunos cautivos eran rescatados más tarde, pero abundaban
los que renegaban de su fe católica y se quedaron en el continente indefinidamente.
En los años 90 la población
estimada no sobrepasaba el millar de almas. Eso significa que la isla era pobre
en brazos. «La causa de que haya tan poca gente, afirma Torriani, es que gran
parte de ella se la llevaron cautiva los turcos y los moros».Titoreygatra
(Lanzarote) precisaba para su mejor protección de mayor cantidad de hombres
pero «su pobreza y disensión» no contribuían precisamente a ello. Yeso que la
vida en la isla era saludable puesto que «Los hombres viven mucho tiempo, sin
notar enfermedades de cuidado, ni tener necesidad de médico para curarse» según
testimonio del ingeniero cremonés. (Ramón Díaz Hernández; 1991)
1587. En
el actual Puerto de Santiago, en Taxo (Santiago del Teide), desembarcó el
ingeniero cremonés Leonardo Torriani, mandado por el Rey de la metrópoli Felipe
II para fortificar la colonia las Islas Canarias en previsión de que fuesen
invadidas de otros piratas europeos.
1587.
Uno de los más destacados hechos
del plan de reformas y concesiones militares de 1587 fue el tercer reparto de
armas entre los soldados de las milicias. Se asignaba a la isla de Tenerife 300
arcabuces, 100 mosquetes, 500 picas y 25 quintales de pólvora de arcabuz, y
encargaba a sus autoridades el máximo desvelo en su distribución, pues el Rey
se quejaba en la misma por los indicios de coincidencia con la organización
militar de Tenerife, que las “instrucciones"
de esa fecha rigieron con anterioridad en la isla de Gran Canaria, aunque sólo
sea en una diferencia de días, y que su autor e inspirador no pudo ser otro que
don Rodrigo Manrique de Acuña. ¿Qué indicios son éstos? El primero, el mismo
proceso incoado por la familia de Bernardino de Carvajal contra don Rodrigo
Manrique de Acuña en 1556, ante el juez de residencia y justicia mayor
licenciado Pedro Mexía, sucesor de Manrique en la gobernaduría de Gran Canaria.
En dicho proceso se personó como
parte acusada el ex gobernador Manrique, y en uno de sus escritos de defensa
declara que Hernando de Pineda fué "alcalde
mayor e Capitan Coronel de las villas de Gáldar e Guia, por especiales
comisiones que tenia mías y de Pedro Ceron, capitan general desta Ysla...",
y reitera la antedicha condición y calidad al considerar la muerte de Pineda
"como atrocisimo y calificado [delito] cometido contra un alcalde y
capitan Coronel y en el camino real y sobre lanzas y fecho pensado...". De
informes tan valiosos, por su singularidad, dedúcese bien a las claras que
Hernando de Pineda era coronel de Gáldar y Guía, por designación de Manrique y
Cerón, y que la isla se hallaba dividida desde 1554, como la de Tenerife, en
distritos o "coronelías" donde se agrupaban las compañías anteriores.
Por otra parte, parece admisible
que Bernardino García del Castillo fué coronel de la gente de guerra de Telde y
Agüimes.
Si a ello añadimos que por un documento
de Simancas venimos en conocimiento de que en 1554 era sargento mayor en Gran
Canaria Bernardino Camino de Veyntemilla, mercader genovés residente en ella,
no es muy arriesgado afirmar la identidad y paralelismo entre las
organizaciones militares de Tenerife y Gran Canaria.
De estos indicios cabe deducir
que la isla se hallaba dividida en tres "coronelías" : la de Las Palmas y sus aledaños, la de Gáldar y
Guía y la de Telde y Agüimes, cada uno con su coronel al frente y con un número
variable de compañías de infantería. Las Palmas contaba con cuatro de éstas y
una de caballería, más la del lugar vecino de la Vega; Gáldar y Guía, con
cuatro: una compañía en Gáldar, otra en Guía, otra en Arucas y otra en Teror, y
la coronelía de Telde y Agüímes con otras tres: dos en Telde y una en Agüímes.
La pérdida del archivo del
Cabildo de Gran Canaria nos impide concretar más sobre las variaciones en la
distribución de las compañías y sobre los cambios personales en el mando de las
mismas. Sin embargo, nos inclinamos a creer que una de las notas típicas de la
organización militar de Gran Canaria es su inmutabilidad a través de los años y
que frente a los continuos cambios de Tenerife la de aquella isla se mantuvo
sin variaciones sensibles hasta 1589. (En: A. Rumeu de Armas, 1991, t. 2,
primera parte)
1587.
Concentrados los barcos del embargo en Lisboa, con vistas a la conquista de
Inglaterra, se proyectó traer el oro en bergantines. Amparados en el secreto,
pasarían las Canarias sin "tomar puerto... ni dejarse ver",
separándose las flotas en la
Deseada, libres de chismosos, por ser isla caribe. (L.A.
Toledo)
1587. La colonia canaria cuenta con unos 38.705 habitantes censados
por la secta católica. Estos recursos humanos se reparten entre unas 50
localidades de población concentradas destacando en primer lugar las capitales
insulares de las dos islas centrales – Eguerew (La Laguna) y Winiwuada n
Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria)- así como las villas capitalinas de las
islas periféricas y las localidades de Telde, La Orotava, Icod y Garachico.
Evolución demográfica durante el siglo XVI a la vista de los
datos expuestos se pueden colegir los siguientes hechos:
a) Se inicia la tendencia a concentrarse la población en las
dos islas centrales, absorbiendo ambas al finalizar el s. XVI nada menos que el
74,65 por ciento del total.
b) Las islas periféricas, en
cambio, presentan una evolución demográfica bajo el signo de las oscilaciones
bruscas, retrocesos y avances tímidos. En general, presentan un panorama
evolutivo más bien sombrío, a excepción de Benahuare (La Palma).
c) En esta centuria se esbozan
los que con el tiempo serán los principales núcleos urbanos de Canarias hasta
convertirse en cabeceras municipales y comarcales.
d) Se afianza la tendencia a la
absorción poblacional por parte de las capitales insulares.
e) Al terminarse el s. XVI se
aprecian todavía densidades muy bajas así como un poblamiento discontinuo con
espacios geográficos vacíos o semivacíos.
En las últimas décadas del s. XVI
la población de la colonia en las Canarias Occidentales albergaban a 28.465
habitantes que venían a suponer el 73,54 por ciento de la población canaria. Se
distribuían entre 34 localidades arrojando una densidad de 8,87 habitantes por
kilómetro cuadrado. Es decir, casi 4 puntos por encima de la densidad media del
Archipiélago. Esto viene a significar que la supremacía demográfica era
ostentada por la parte occidental de las Islas Canarias ya que en Chinet
(Tenerife), Gomera, Esero (Hierro) y Benahuare (La Palma) residen 7 de cada 10
colonos y canarios. Chinet (Tenerife) es a todas luces la isla mejor poblada,
seguida a mucha distancia por Benahuare (La Palma).
Desde el Sínodo del obispo católico Vázquez de Arce, la isla
de Chinet (Tenerife) sobresale como la más poblada de todo el Archipiélago
Canario.
A mediados del s. XVI Eguerew (La Laguna) contaba con más de
850 vecinos y La Orotava
con unos 150 vecinos. El aumento demográfico se apreciaba también en las
localidades de Los Realejos, Icod, Daute y Abona. El profesor Ladero estimó la
población de Tenerife en 9 ó 10 mil habitantes basándose en la cantidad de
cereales necesaria para abastecer sus necesidades.
La sociedad tinerfeña de entonces estaba constituida por
unos 2.500 guanches censados
(gran-canarios, gomeros y hawaras (palmeros) y esclavos arrancados del
continente. El resto lo formaban invasores colonizadores europeos.
La densidad estaría de 4 ó 5
habitantes por kilómetro cuadrado y el poblamiento era discontinuo con
numerosos espacios vacíos. Tenerife durante la primera mitad del dieciséis
tenía una producción cerealera excedentaria y escasez de mano de obra a pesar
del crecimiento experimentado en el último tercio de la primera mitad de la
decimosexta centuria debido a que la población guanche rehuía trabajar a
soldada de los invasores. A esas bases económicas se sumaban, y de forma
destacada, los cultivos de caña de azúcar, los ingenios azucareros, la
orchilla, la vid y el comercio marítimo. (Ramón Díaz Hernández; 1991)
1587. El ingeniero italiano Leonardo Torriani al servicio de la
corona de las españas, es enviado a la colonia Canaria para inspeccionar y
acondicionar las defensas, en la isla de Benahuare (La Palma), “uno de los primeros
actos de Torriani en La Palma
fue dirigirse al Cabildo para que designase un regidor, como delegado de la
corporación que le prestase en su labor las asistencias necesarias. Reclamando
de paso los elementos necesarios para el cumplimiento de su misión: oficiales
de carpintería, albañiles, peones, bestias de carga, barcos, etc.; pero el
ingeniero obtuvo el más indiferente silencio por respuesta. Otro segundo
escrito de Torriani (sin fecha también como el primero) volvía a reiterar
análoga petición. Suplicaba ahora que habiendo de visitar las fortalezas, ver
la artillería, calcular los gastos de las reparaciones y los materiales para
ellas precisos, el Cabildo designase varios "caballeros" de su seno
que le acompañasen para facilitar la tarea. En este oficio planteaba también
Torriani al Cabildo la necesidad de nombrar la persona a cuyo cargo debían
quedar las obras del muelle, arbitrar los fondos necesarios para ellas y
acordar cómo habían de realizarse -si a jornal o a destajo-, con objeto de
ganar tiempo, mientras él visitaba las demás islas, hasta volver a residir en
Santa Cruz de La Palma,
en espera de las órdenes regias. En vista de ello Leonardo Torriani entretuvo
los días que corrieron entre primeros de septiembre y mediados de noviembre en
estudiar los problemas concernientes a la fortificación de Santa Cruz de La Palma, pues recorrió una a
una sus tres fortalezas, visitó el llano de la Caldereta, tomó nota
puntual de su artillería, calculó lo necesario para dejarlas en buen estado de
defensa e inspeccionó sus milicias y armamento. Por sus informes, minuciosos y
precisos, conocemos el estado militar de La Palma en 1587 mejor que en ninguna otra época de
su historia, ya que nos brindan datos sobre las milicias de la isla, los
artilleros y la artillería” (Emelinda Martín Acosta)
1587.
A comienzos del dieciséis las Canarias Occidentales
contaban con amplia supe rioridad demográfica en relación con el conjunto de la
colonia. Disponían, en efecto, de 31.612 personas que significaban el 77 ,65
por ciento de los colonos y canarios y una densidad de 9,85 habitantes por
kilómetro cuadrado. Es decir, superaban la media general en unos 4 puntos Eso
hace que Chinet (Tenerife), a principios de siglo, sólo experimente una subida
de 620 personas desde 1587. La densidad se eleva un poco a 10,87 habitantes por
kilómetro cuadrado y los núcleos urbanos también crecen a más de 20.
Poblaciones como Tacoronte, Icod, Realejo de Abajo, La Rambla y Buenavista
concentran al 25, 75 por ciento del total tinerfeño. En cambio la capital
insular obtiene un porcentaje bajo -21,4 por ciento- más de la mitad por debajo
de recuentos anteriores. Garachico y La Orotava sostienen el ritmo de crecimiento rápido
que ya se hacía sentir desde mediados del siglo pasado.
1587. Gaspar Borges, poema a la muerte del europeo Luís Vandewalle, colono fundador de su casa
en Benehuare (La Palma),
procedente de Brujas, Bélgica.
1587. Jean Baulen, Mercader francés, natural y vecino de
Saint-Malo, en la segunda mitad del siglo XVI. Era hijo de Bemard Baulen,
primer juez y cónsul de la ciudad de Saint-Malo y de Jeanne Marinier. Jean
comerciaba con Canarias: en 1587 estaba en Tamaránt (Gran Canaria) y firmaba
Baulen. Probablemente en alguno de sus viajes le acompañaba su hijo Pedro Tomás
Baulen, que acabó estableciéndose en Chinet (Tenerife), donde fue tronco de la
familia de colonos establecidos en canarias de este apellido.
1587. Desde 1587 hasta 1605 la isla Benahuare (La Palma) había crecido en unos
2.835 habitantes en tan sólo 18 años. Los 8.685 hawaras (palmeros) convierten a
esta isla en la segunda más poblada del Archipiélago. Eso supone una densidad
de 13 habitantes por kilómetro cuadrado y un 21,33 por ciento del total de la
colonia. Los recursos humanos tienden a concentrarse en la capital insular,
Tedote (Santa Cruz), que absorbe el 41,45 del total hawarita. La villa de San
Andrés se erige en la concentración más poblada, seguida de La Breña (sic), Los Llanos e
Ingenios de Argual. En las localidades
restantes habita el 22,23 por ciento de la población insular.
Entre 1676 y 1688 la población
hawara (palmera) pasó de 13.315
a 14.342 habitantes con un aumento del 7 ,46 por ciento
en un intervalo de 12 años, pero mucho más espectacular si comparamos ambas
magnitudes con las de 1605. La densidad aumenta en estos años a más de 21,65
habitantes por kilómetro cuadrado y se sitúa en tercer lugar después de Chinet
(Tenerife) y Tamaránt (Gran Canaria). La mayor parte de los hawaras (palmeros)
se ubican en la zona costera, quedando las medianías y cumbres semivacías.
Salvo la emigración hacia
América, Benahuare (La Palma)
no tuvo grandes sobresaltos que incidieran negativamente en el desarrollo
demográfico. Tuvo dos erupciones volcánicas en 1646 y 1676 sin efectos
catastróficos, la amenaza pirática apenas incidió sobre una isla
predominantemente acantilada, poblada y bien guarnecida.
1587. (Hasta 1591). Siendo
infatigable la actividad del santo Oficio, y no habiendo disminuido por aquel
tiempo el número de los sospechosos y herejes, a pesar de los repetidos
castigos que se les imponían y de las “caritativas” exhortaciones de los jueces
y comisario se hizo indispensable despachar procesos entre auto, esto es, sin
esperar a que los reos Salieran en aquellas públicas funciones, tanto porque
las estrechas cárceles del Tribunal no podían contenerlos, cuanto porque no era
conveniente, que la pena se hiciera esperar después del fallo, y se perdiese
así una parte de su saludable efecto.
Consta, pues, que entre el auto
celebrado en 1587, y el que tuvo lugar en 1591,
se despacharon los procesos
siguiente:
Bastian Rodríguez: guanche,
descendiente de gentiles, natural del pueblo de la Can- delaria, en la Isla de Tenerife, de 32 años.
Fue preso en las cárceles secretas, porque estando un día con otros, segando un
campo de trigo, dijo: que faltar al sexto mandamiento con una comadre, no era
pecado. Tuvo la suerte de que sus dos acusadores estuvieron discordes en sus
declaraciones, y después de muchos meses de prisión, fue absuelto de la
instancia.
Pascual Machín, jornalero,
natural de la Palma,
de 32 años de edad; fue acusado de perjuro; pero él negó obstinadamente, y no
habiendo medios de probárselo, hubo que absolverle también de la instancia.
Pedro Pinto, natural de la Madera, jornalero, y de 30
años fue llevado á !as cárceles secretas, porque afirmaba que el era San Pedro
y Dios al mismo tiempo, y que había de quemar á un regidor de la Orotava, porque volaba por
los aires, y era judío.
En la información se acreditó,
que por temporadas perdía el juicio, y también fue absuelto.
Fray Antonio Pacheco Sampayo, de la Orden de San Francisco,
natural de la Madera,
vecino de Tenerife, y de 40 años de edad. Fue testificado por una mujer,
diciendo, que en la cuaresma de 1585 fue á confesar con él, en el convento de la Ciudad de la Laguna: y al manifestarle
ciertos pecados carnales, la interrumpió con estas palabras: A eso veniste
aquí, á poblar la tierra. y continuando ella la relación de sus flaquezas,
el fraile volvió á interrumpirla haciéndole proposiciones, que alarmaron su
pudor.
Otras testigos declararon, que
les había dirigido en el confesionario palabras deshonestas, y propuesto tratos
vergonzosos manifestando una, que tenia un hijo habido con él. En el término de
prueba negó estos hechos, y procuró cohonestar sus palabras dándoles otra
significación; pero el Tribunal no se dio por convencido, y le condenó, al fin,
á cuatro años de reclusión en un convento; prohibición de confesar, y 50 azotes
á presencia de su Comunidad. La sentencia y el castigo no se hicieron públicos.
Agustina de Vargas, viuda, vecina
de la Laguna y
de 40 años; fue procesada por hechicera y bruja. Acusaronla de que invocaba á
los demonios, arrojando sal al fuego, con ciertas yerbas; y de que echaba
suertes con unas habas, que derramaba por el suelo sobre una cruz, diciendo la
oración de la Estrella
y la de Santa Marta.
La testigo Isabel González
aseguraba, que habiéndole pedido que viniese un hombre, con quien ella estaba
en relaciones, al poco rato éste apareció. Las hijas del Licenciado Llarena,
que le suplicaron torciera la voluntad de su padre, inclinado á encerrarlas en
un convento, declararon, que les pidió doce doblas por cumplir su deseo. Otra
testigo afirmó, que la reo le había dicho que cuando quería hablar con las
ánimas las llamaba, venían, y le concedían lo que se le antojaba.
Calificaronse estas proposiciones
y conjuros de heréticos; votóse á prisión, y estando la reo negativa, se le
hizo abjurar de levi.
Leonor, morisca, esclava de
Gabriel Mas, de 27 años, y vecina de la Laguna, fue acusada de tener pacto con el Diablo,
de dar bebedizos á los hombres, para que quisieran á ciertas mujeres, y de
recitar varias oraciones en sus conjuros. Confesó su delito, y dijo que lo
hacia por ganar dinero. Fue penitenciada en la Capilla del Tribunal.
Isabel Marquez, mulata, moza
soltera, de 22 años, y vecina de la Laguna. A ésta la acusaron también de hechizos,
encantamientos y brujerías; pero ello es que fue absuelta de la instancia. Tal
vez influyera en algo su edad.
Domingo de Sea, portugués, patrón
de una caravela. Se le procesó por haber admitido á su bordo algunos marineros
ingleses, que deseaban escapar de un país, donde se empleaba tan eficaces
medios de persuasión para catequizar los neófitos. Alegó y probó que los
ingleses se habían embarcado sin su consentimiento, y que al saber que no
llevaban licencia de la
Inquisición, quiso desembarcarlos, sin embargo, votóse: Que
fuese reprendido en el Tribunal, y que oyese una misa rezada en la Capilla del Santo Oficio
en forma de penitente, con una vela de cera en la mano, y una multa de 21
doblas para gastos.
Gines de Cabrera, Beneficiado y
vicario de la Isla
de Fuerteventura, se vio envuelto en un proceso, porque, creyendo que no le
habían retirado el título de Comisario, había sostenido una competencia con la
justicia ordinaria. Pero, como era eclesiástico, se salvó con un pequeño
sacrificio de 4 doblas.
El Bachiller Gago de la Cervera, hermano del
Inquisidor Juan Lorenzo, se le procesó porque se permitió decir ciertas
palabras contra el ejecutor de embargos, que tenia orden de cobrar cierta. suma
á su hermano.
Toda la cuestión estuvo, en que
el Secretario quiso incluir en la diligencia unos calzones y unas. calzas de
terciopelo, que pretendía el Bachiller pertenecerle. Tal pretensión le costó
ser penitenciado, y 24 doblas de multa.
Sancho de Herrera León, morisco
bautizado, con mujer é hijos en Lanzarote. Parece que en la invasión Morato
Arraez cayó prisionero con su familia, y estuvo algún tiempo en Berbería; pero
luego cometió la torpeza de volver a las Islas; y aunque aseguró que lo había
hecho por no querer abandonar su nueva fe, el Santo Oficio dudó de su palabra,
y fué sentenciado á abjurar de levi, a destierro perpetuo de Lanzarote y
Fuerteventura, sopena de azotes y galeras, y a una multa de 40 doblas.
Andrés de Ortega, clérigo,
presbítero, capellán de la parroquia de San Juan de Telde, de de 54 años, fue
testificado por varias hijas de confesión, de haberlas solicitado dentro y
fuera de la Iglesia. Son
curiosas las declaraciones prestadas, en cuyos pormenores no entramos, porque
no lo permite la naturaleza del asunto. Fue votado por consultores no casados,
a que se le lea su sentencia en la
Sala de acuerdos á presencia de confesores y de religiosos,
sea gravemente reprendido, abjure de levi, pague 20 ducados para gastos del
Santo Oficio, y no vuelva á confesar mujeres.
Miguel Ponce de León, cura de Sun
Juan de la Rambla
en Tenerife, fue procesado, porque el Jueves Santo de 1587, después de las
tinieblas, hizo detener al pueblo, y le di-rigió la siguiente alocución .-«El
Padre Medina dijo la salutación de Nuestra Señora en el sermón, y dijo el ave
maría, y mandó que todos la dijesen, y no supo lo que dijo, porque no se había
de decir, ni el ave maria ni la salve regina, porque tal noche como ésta,
Nuestra Senora no puede favorecer á su hijo, y tanto puede como yo. Por eso no
se ha de rezar más de solamente el paternoster y el credo, después que el
Santísimo Sacramento esté encerrado, y no se ha de rezar á los Santos, ni en
los altares porque están cubiertos, sino á Dios padre, el paternoster y el
Credo.»-Vot()se.-Que en el Tribunal se lea su senteccia, que en él sea
reprendido, ábjure de levi, se retracte delante de sus parroquianos, pague 20
dobIas, y sea privado del Curato.
Brehem, turco, esclavo de
Baltazar Hernández Perera, vecino de la Palma, de 22 años. Estando presos unos ingless
para ser conducidos como herejes á la Inquisición, les ayudó á fugarse, y juntos
escaparon en una barca; pero escaseándoles el agua, se-detuvieron en la Gomera, y allí fueron
hechos prisioneros. Se le condenó a 50 azotes, que se le dieron atado al poste
del patio de la Cárcel.
Antonio López Perera, natural de
las Islas terceras, de 42 años, mozo de Cámara del Rey de Portugal.
Persiguieron á éste porque dijo en Garachico á una doncella, que más valía
estar amancebada con un hombre de bien, que casada con un bellaco.
Le costó la broma algunos meses
de cárcel, reprensión, y 30 ducados para gastos.
El Dr. D. Alonso Pacheco, regidor
de Canaria, y Teniente de Gobernador de Tenerife. habia excomulgado á este
caballero el Sr. Obispo, por no querer abandonar cierta amistad ilícita con
mujer casada. La
Inquisición llamó así el proceso, y después de muchas
competencias, y de citar é interpretar por ambas partes el capítulo 8º. de la
sesion 24 del Concilio Tridentino, la muerte concluyó la causa, llevándose al
mal aconsejado doctor.
Gaspar .Mingote, marinero,
natural de Málaga, de 30 años. Hallándose éste en con versación con varios
amigos en el Puerto de la Palma,
dijo aunque con otras palabras, que el que fuera casto en este mundo, lo había
de fastidiar el Diablo en el otro. Esta atrevida suposición le valió el susto
de estar en las cárceles del Santo Oficio algunos meses, y la penitencia
consiguiente.
Pedro Álvarez, negro, natural de
Guinea, de cien años de edad, fue procesado porque aseguró que Dios mandaba que
todos los hombres fuesen circuncidados. Tal error en un negro, y á la edad de
cien años, hubiera sido digno de una pena ejemplar, si no se hubiera muerto
durante el proceso, y se hubiera sustraído así á un castigo, que tenia bien
merecido por su ignorancia.
Hans Aventrot, natural de
Colonia, mercader, vecino de la
Palma, y de 30 años. Fue acusado por su hijastro, de que
comía carne los viernes, y de haber contestado, cuando se le reprendía, que la
carne no dejaba señal en el alma. También se le acusaba del grave delito de
hablar en flamenco, y de no ayunar en la cuaresma. Fue mandado prender con
embargo de bienes, y examinado por la doctrina cristiana, lo supo signarse ni
santiguarse, diciendo los mandamientos en latín, como están en el capítulo del
Exodo. Siendo rico y persona de respeto, se le reprendió y se le hizo pagar la
considerable suma de 200 ducados para gastos. Compárese esta sentencia con la
de azotes, coroza y mordaza, que se imponía por frases menos escandalosas, á
los que no tenían con que pagar esas multas, y se verá cuan singular era la
equidad del Santo Oficio.
Barbara Ponte, cristiana nueva de
mora de 50 años; se atrevió á decir un día en que le notificaban, que había de
aprender los artículos de la fe: «Estos cristianos cada día salen con una
cosa nueva; ahora nos mandan rezar los cernícalos, (artículos) y nosotros
apenas sabemos hablar: pésame de ser cristiana, que nunca fue con mi
consentimiento.» Tuvo la suerte de que los testigos eran personas de mal
vivir, y los tachó, escapando con algunos meses de cárcel.
Sebastán Rodríguez, vecino y
natural de Telde, labrador, de 31 años. Fue procesado porque dijo á unos
chicos, que le estaban destrozando un parral.-“Voto á Dios, que si
alguno me entra en el parral,
le he de despernar aunque sea el hijo de la Vírgen María.” Calificóse
la frase de blasfemia heretical, y constituido en prisión, se excusó y pidió
misericordia; con lo que se salvó, mediante una reprimenda y 4 ducados de
multa.
Hemos hecho esta larga
enumeración, respecto de los procesos seguidos entre auto, para que, al trazar
el cuadro de la historia de la
Inquisición en estas Islas, nada faltase que contribuyera á
presentarlo bajo todos sus aspectos. Omitiremos en lo sucesivo estos
incidentes, aunque se repetían con frecuencia, porque con lo dicho se podrá
juzgar de su forma y efectos. (Agustín Millares Torres; 1981)
1587. El licenciado
Romero, Personero General desta Ysla, digo que a Vms. Costa y es notorio a
questa Ysla tener frutos de binos y açucares en cantidad para poder sacar della
y tratar en otras partes y de otras partes asi de Reynos de Su Magestad como de
Francia venir a esta ysla y tratar y traer su ropa para con ella llevar los
frutos desta dicha ysla y esta ysla aprovecharse de la Ropa para su necesidad de vestidos
y ornatos de sus personas y casas y para la labor y cultura de los dichos
frutos pues esta mediante vienen a gosar y aprovecharse del premio de sus
trabajos que es vender sus frutos a cuya causa han venido y vienen muchos
navíos de este trato así de los Reynos de Castilla y Portugal como de Flandes y
Francia para llevar los dichos frutos.
Y bien
saben vuestras mercedes que en esta ysla ni en ninguna de las de Canaria no hay
cuño ni se labra moneda con la qual los que biven por su trabajo y los que
compran y venden no pueden ajustar sus precios sin la dicha moneda sin la qual
en nuestros tiempos es ymposible tratar y en está tan necessitada della quanto
a vuestras mercedes en notorio pues para comprar un poco de trigo que no se
saque de la ysla ha tenido (el Cabildo) necesidad de importunar los fieles del
almojarifazgo prestando el dinero para ello porque si así no se haze se podría
sacar y quedar la ysla en riesgo de perderse pues no tiene vecinos contiosos
que puedan prestar quinientos escudos sin mengua de sus haziendas y esto lo
alego por notorio y agora que vienen algunos navíos asi de Francia como de
Portugal y entre otras cosas traen dineros para efectuar su trato y mercancía,
algunas personas sin recelo de lo que a la ysla toca y sin recelo del daño que
le pueda resultar han dado en el mayor ynconbinente que le puede dañar a esta
ysla por denunciar de los que asi traen dineros de fuera para su trato y
mercancia, cosa tan contra todo derecho natural pues no abrá lei en el Fuero y
Reyno de España que prohiba el meter dineros en ella ni en parte della, la saca
si es prohibida y asi si alguno tarxesse a esta ysla dineros es bien los
registre si los uviere de sacar della porque no lleve algunos más con los que
traxo y ponga en necessidad la tierra, más los que vienen para se gastar en la
tierra no ayga que se registren ni den noticia a nadie dello pues vienen a
convertirse en bien y en utilidad de la ysla y de lo contrario no ay derecho en
los Reynos de España que disponga porque sería quitar el comercio y trato de
las yslas amedrentando a los demás que uviessen de venir visto el mal trato que
a los presentes se les haze, pues no son gente prohibida ni de contrabando a
quien era justo se les negase el trato y saca de frutos.
(Archivo Municipal de La Laguna. Gentileza de J.R. Núñez-Pestano a Manuel de Paz).
(Archivo Municipal de La Laguna. Gentileza de J.R. Núñez-Pestano a Manuel de Paz).
eduardobenchomo@gmail.com
Julio de 2013.
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