PADRÓN NOBLE:
La, caricatura y la percepción de la personalidad
Desde hace más de cinco años los
lectores de nuestra revista han podido seguir en cada número la sección
titulada "Personas", en la cual han desfilado más de medio centenar
de personajes de las artes, las ciencias, las profesiones liberales, la
empresa, etc., y de personas populares de nuestro mundo insular. Todas han sido
"radiografiadas" por ese magistral caricaturista que es nuestro
estimado colaborador Manolo Padrón Noble, quien recientemente ha presentado una
interesante exposición de caricaturas en la Casa de Colón, en Las Palmas de Gran Canaria.
Padrón Noble posee dos grandes virtudes que le convierten en un maestro de la
caricatura: su capacidad de percibir en profundidad la psicología y la
idiosincrasia de una persona y su increíble facilidad para plasmar en unos
pocos trazos aquella personalidad. Posiblemente sean éstas las virtudes que
definen a un caricaturista por antonomasia. Con motivo de su mencionada última
exposición hemos sostenido con él una conversación en torno a su concepción de
la caricatura y a la multitud de personajes salidos de sus pinceles, comenzando
por sus primeras muestras en su ciudad natal. Las Palmas de Gran Canaria.
Padrón Noble lleva haciendo
caricatura desde hace treinta y cinco años. Su primera exposición la presentó
el año 1948, en el desaparecido Club Pala, que tenía su sede social junto a la
playa de las Canteras.
—En aquella primera exposición —
nos dice—había caricaturas de don Gonzalo Pérez Casanova, don Sixto Flórez y
otros. En esa época hice caricaturas de don Eduardo Benitez Inglot, de Víctor
Doreste, Pedro Perdomo Acedo, el doctor Gavilanes, Luís Doreste Silva y otros
personajes conocidos de entonces.
—
La caricatura es, en definitiva, una forma de
profundizar en la psicología de un individuo. ¿Cómo concretas y plasmas a
través de tu forma de hacer este intento inicial de percepción?
—
Hay una definición de un autor inglés llamado Ronald
Searle que dice que "la caricatura es el arte de deformar una imagen para
hacer un retrato más verdadero". Yo hago mía esta afirmación, pero no
puedo explicar ni detallar el proceso mediante el cual se pasa de la percepción
a la plasmación particular del personaje, que son dos cosas bien diferentes.
Pienso que esto nos sucede a casi todos los artistas; hacemos /< obra, pero
no sabemos hablar de ella.
—
¿Se presta la caricatura a ridiculizar al personaje?
—
Bueno, aún hoy el Diccionario de la Real Academia señala
que la caricatura recoge los aspectos risibles di una persona. Hay gente que se
guía por este criterio. Yo tengo otro
distinto, pues con la técnica de la caricatura, que es expresionista, lo que
pretendo es conseguir un retrato, tanto físico como psicológico de la persona.
—
Desde el punto de vista formal, tu
caricatura puede definirse
fundamentalmente por el trazo esquemático ¿Te parece acertada esta afirmación?
Yo tengo una preferencia por la
línea recta, que representa lo escueto, le sintético. Rehuyo la línea curva,
que es proclive a las fiorituras; en cambio, la línea recta se asocia a lo
conciso y a lo esquemático. La línea recta me parece más rotunda. De todas
formas, la línea la adapto al personaje, y hay personas que exigen ser
retratadas con la línea curva. El personaje siempre pide la técnica de
expresión. Así, tratando de subrayar lo que singulariza a un individuo a veces
le pongo un ojo solamente o si, por ejemplo, las orejas no destacan, no
"se ven" porque son correctas, y puesto que es obvio que todos
tenemos dos orejas, las suprimo. Prescindo, así, délo superfluo; siempre voy a
una economía de líneas.
—
¿Cuántas personas has caricaturizado en el conjunto de tu obra?
— Yo creo que más de quinientas.
—
¿Cuál o cuáles han sido los más difíciles de plasmar?
—
En general, los más difíciles de plasmar son las personas de aspecto un
tanto grotesco, que podría evidenciarse más en la caricatura. Y desde el punto
de vista de la percepción, las personas que carecen de una personalidad acusada,
las personas grises. Y las más fáciles, las que manifiestan una personalidad
más acusada.
— El haber caricaturizado a tantos personajes
te habrá proporcionado infinidad de anécdotas y recuerdos curiosos. ¿Podemos
insertar alguno aquí?
— Una vez le hice una caricatura ¡ Stanley
Pavillard, el médico, y me la de volvió
diciéndome que no le habí» puesto el clavel que siempre llevaba en la
solapa. Tenia razón. Al trabajarla can catura como lo hago yo en contacto coi
el personaje, he conocido a muchas per sonas curiosas e interesantes, de lat
que tengo multitud de anécdotas y re cuerdos. Y, por supuesto, me encarifk
muchas veces con el personaje.
— ¿Desde cuándo utilizas el cola en la
caricatura?
Caricatura de don Vicente Rojas
Mateos, Presidente de la
Caja Insular de Ahorros
Caricatura de don Juan Francisco
García González, Director General de la
Caja
—
Siempre lo he utilizado. Lo que ocurre es que las que se publican en
periódicos y revistas sólo aparecen en linea. Para mi el color es fundamental.
Cada individuo tiene un color y procuro que el color refleje su personalidad,
incluyendo el color de los fondos que han de manifestar el "clima" o,
como ahora llaman los parapsicólogos, el aura de un individuo. Todas
las caricaturas las hago siempre
en color.
—
Sin embargo, puede haber una justificación de la caricatura lineal, sin
color.
—
La linea, por supuesto, tiene importancia, porque en la misma caricatura
en color la linea es la que da la forma, la que da los gestos, la que, en una
palabra, define al individuo. Pero el color completa la imagen.
—
¿Te consideras en la vanguardia de la caricatura?
—
Si, por supuesto. La caricatura que se ve hoy en los
periódicos y revistas es la que se hacía más de cincuenta años atrás: retratos
deformados, grotescos; no es una caricatura elaborada.
—
En cambio, el género de
caricatura en el que yo me muevo es una caricatura "de laboratorio",
decantada, estilizada, en la que se recoge la personalidad de un individuo con
el menor número de lineas posible; y todo ello con una preocupación estética.
Este es, sin duda, un género de caricatura mucho más difícil que el otro,
aunque parezca más simple.
—¿Cuántas exposiciones has hecho
a lo largo de tu carrera profesional?
— Ocho individua/es en las Palmas
de Gran Canaria, desde aquella primera del Club Pala, en diferentes centros:
Museo Canario, Casa de Colón, Sala de Arte de la Caja , Club Victoria y otros.
También he participado en nueve muestras colectivas. En la medida en que
cultivo la caricatura de personajes loca/es, naturalmente las exposiciones se
celebran en el ámbito local. Pero tengo el proyecto de hacer una exposición en
Madrid con personajes nacionales. Y otro proyecto que considero interesante
rea/izar es una exposición de caricaturas de mujeres solamente, que la quiero
presentar este año en Las Palmas de Gran Canaria.
— De todos estos años como caricaturista ha
surgido una auténtica galería, de personajes de nuestro círculo insular.
—
Sí, puesto que he tenido una dedicación completa a la
caricatura de personalidades locales, pienso que esta es una labor que no es
baldía, ya que constituye una serie de personajes destacados en distintos
campos o de persona jes populares, que he ido formando y que quedan aquí
plasmados para nuestros contemporáneos y para el futuro. Esto podría ser objeto
de un álbum que recogería este sinfín de personajes relevantes de nuestro mundo
insular.
Interesante iniciativa, que
esperamos sea recogida, para que esa galería de magníficas caricaturas de
tantos y tantos personajes de esta tierra sea reunida en un álbum que
testimonie la magnífica labor de Padrón Noble y guarde la personalidad de
muchas figuras representativas que ya han pasado a formar parte de nuestra
pequeña historia insular.
A.H. en: Revista Aguayro
Año XII nº 138, diciembre
de 1981.
(Archivo Personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
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