miércoles, 29 de julio de 2015

El "Tigre": un símbolo, no un arma




Francisco García-Talavera Casañas *



Esperé prudentemente durante meses a que hablaran los hechos y no las palabras, mientras se arreglaban los desperfectos -que no afectaron al cañón, dicho sea de paso- del Centro de Interpretación del Castillo de San Cristóbal producidos por la desgraciada riada del pasado 1 de febrero. Dadas las circunstancias, aprovechamos así la ocasión para renovar totalmente la museografía. Durante ese tiempo hemos aguantado pacientemente las "arremetidas" de algunos de los componentes de la Tertulia de la Gesta del 25 de Julio, porque esperábamos que al final iba a imperar la comprensión y el entendimiento, pero veo que no es así; al menos por parte de algunos que no aciertan a comprender que el verdadero contexto del cañón "Tigre" es el lugar desde donde tan eficazmente disparó aquella noche del 24 al 25 de julio de 1797: el castillo de San Cristóbal. El caso es que ahora el legendario cañón se encuentra en un exclusivo ámbito donde se resalta su figura y su contribución a la gloriosa gesta, a tan sólo 25 metros de donde, se supone, estaba situada la tronera abierta -con gran acierto- la noche anterior a la batalla, en la batería de Santo Domingo del propio castillo, por indicaciones del teniente tinerfeño Francisco Grandi, y desde donde su disparo hirió gravemente al contralmirante Nelson.
Tras la reapertura del centro, en el que, como ya comentamos, se ha renovado y mejorado en gran parte el discurso museográfico, adaptándolo a las posibilidades que ofrece aquel original espacio subterráneo -con un resultado, creemos, bastante digno- ha vuelto a desarrollar su función patrimonial con normalidad. No se trata de un museo -el señor Ontoria Oquillas lo ha calificado despectivamente como "escondrijo"-, sino de un espacio histórico-cultural en el que se han puesto en valor los restos del histórico castillo, el principal de la isla, que tan gloriosamente defendió Santa Cruz desde su construcción, en 1575, hasta que fue tristemente demolido en 1928. En él se hace un recorrido de los hitos más importantes en la evolución histórica de nuestra ciudad y de su litoral, haciendo especial énfasis en el antiguo sistema defensivo. Y para ello se ha realizado un diseño expositivo moderno, didáctico y ergonómico, con las nuevas tecnologías audiovisuales adaptadas al perfil del visitante, local y foráneo. En este sentido, un valor añadido es su estratégica ubicación, a la entrada de la ciudad desde el puerto -en un lugar tan céntrico y emblemático como es la plaza de España, por donde circulan centenares de personas todos los días- frente al Cabildo de Tenerife. También se ha tenido en cuenta que más del 50% de las miles de personas que lo han visitado son extranjeros, en gran parte cruceristas. Por eso todos los textos son bilingües (español-inglés).
Volviendo a nuestro legendario cañón "Tigre", me atrevo a decir que está mejor que nunca, en lo que se refiere a su estado de conservación -del que se ocupan nuestros técnicos especialistas- en un espacio que quizás no sea el ideal, pero en el que se han aprovechado al máximo sus posibilidades y, sobre todo -repetimos-, porque está en su contexto. Y ya que hablamos de contexto, ¿están en su contexto las añepas guanches que se exhiben en el museo de Almeyda?, ¿es el contexto adecuado para el cañón "Tigre" una amplia sala, sin una clara separación, en donde comparten espacio armas de todo tipo y época, un ámbito dedicado al general Franco, y los objetos de la gesta?
Todos coincidimos en que el "Tigre" es un símbolo del pueblo tinerfeño y como tal debe ser considerado. Ya ha trascendido su carácter militar como arma de guerra y ahora es un objeto histórico y legendario que nuestro pueblo ha adoptado como icono emblemático de sus gloriosas gestas frente al invasor. Por cierto, Tenerife cuenta con otro cañón, el "Hércules", mucho mayor y más histórico que el "Tigre". Fue fundido en Malinas y comprado por el Cabildo de Tenerife en 1566 (el "Tigre" se fundió en Sevilla en 1768, 200 años después). Defendió la ciudad durante 300 años -también desde el castillo de San Cristóbal-, rechazando, entre otros, los ataques de las escuadras inglesas de Blake (1657) y Jennings (1706). Pues bien, ese magnífico y precioso cañón (en su momento, de los mayores del mundo) está de nuevo en Tenerife y se exhibe en el Museo Militar de Almeyda, ya que, una vez fuera de servicio, fue trasladado en el siglo XIX al Museo Militar de Madrid. Y es de justicia decir que, gracias a las laboriosas gestiones del presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, en su calidad de senador por Tenerife, ha regresado a nuestra isla. Una vez aquí, el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife contribuyó a su engrandecimiento, encargando y abonando los cuantiosos gastos de la fabricación de la cureña (que pesa 2 toneladas y media, más que el propio cañón "Tigre") y su traslado al Museo de Historia de La Laguna, donde fue exhibido con motivo de la exitosa exposición "Símbolos de identidad de Tenerife" (Dic.'08-Feb.'09), para pasar finalmente a Almeyda, con su flamante cureña y la museografía cedidas por nuestro Organismo Autónomo.
Creo, sinceramente, que todo esto hay que valorarlo, y con el buen espíritu de colaboración que siempre ha existido entre las tres instituciones, tratar de que los dos centros no sean competitivos sino complementarios, todo ello en aras de la optimización de nuestros recursos, y así propiciar un mejor conocimiento y difusión de nuestra Historia, que buena falta nos hace. Cada uno desde su propia y personal perspectiva, pero pensando en el bien común de la sociedad. En cualquier caso, la última palabra la tiene el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, legítimo propietario no sólo del cañón sino de otros muchos objetos históricos relacionados con la gesta del 25 de Julio de 1797. Y si en tiempos de Manuel Hermoso fue a parar a Almeyda, ahora, en otras circunstancias, la corporación que preside Miguel Zerolo ha decidido prorrogar por dos años su permanencia en el Centro de Interpretación del castillo de San Cristóbal. En definitiva, el "Tigre", como símbolo de los chicharreros estará en el lugar donde la representación de la soberanía popular decida y considere más oportuno para los intereses de la ciudad y de toda la isla.
* Consejero del Cabildo de Tenerife y presidente del Organismo Autónomo de Museos y Centros



No hay comentarios:

Publicar un comentario