La tradición o leyenda
acerca de los nueve reyes o Menceyes que gobernaban en Tenerife, nace de las
correrías de los soldados de Herrera por aquella isla aun sin conquistar, y
proporcionada sin duda por alguno de los guanches hecho prisionero; relato
quizá equivocado, que, si en otro tiempo pudo ser verdad, ya no lo era en los
tiempos de la conquista por Lugo.
Examinemos los testimonios
que poseemos referentes a este particular, anteriores a la sumisión de la isla.
El veneciano Alvise
Cadamosto, es el primero que habla de esa división:
"Esta isla (Tenerife)
está gobernada por nueve señores llamados Duques (jefes), los cuales no son
elegidos por derecho de sucesión o de herencia, sino por el de la fuerza."
(In questa isola hanno fra loro nouo Signori chiamati Duchi, non sonó Signori
per natura che suceda il íligliuolo al padre, ma obi ipiu poute e signori...)
Sabido es que Cadamosto
aportó a la isla de la Gomera
en 1454, donde fue recibido por Diego de Herrera (1) y su mujer, y allí
adquirió la noticia de los nueve reyes que le dio, sin duda, el mismo Herrera,
porque el viajero veneciano" no desembarcó en Tenerife. Solamente visitó la Gomera y el Hierro; tocó en la Palma , pero no saltó a
tierra. He aquí 811 tegiimonio: "lo Aluise fui in due di dette
isole di Canaria, ció e neirinola Gomera, e nel Ferro che sonó de christiani, e
anche ai isola dellíi Palma, ma in quesia non dismontai per seguir il
nostro viaggio".
Segun este autor, la
división de la isla en nueve distritos con un jefe a la cabeza, correspondía a
nueve formas religiosas, distintas en cada distrito. Veamos sus palabras:
"Non hanno fede, ma adorano alcuni 11 Solo, altri la Luna. e altri pianoto, e hanno miove fantasie di idolatria
.." Por consiguiente,
la religión daba la división de la isla, siendo el Mencey el representante de
cada idolatría.
El portugués Eannes de
Azurara (1455) que conoció el relato de Cadamosto, según demuestra S. Berthelot
(Etn. págs. 51-65)', escribe:
"E.-'lári divididos
(los ha'bitantes de Tenerife) en ocho
o nueve tribus o
poblaciones, y cada una de ellas tiene su rey..." (E som VIII ataa nove bandos,
e em vada hum teen rev, o qual ham de trazer semipre consigo..." (cap.
XXXI).
Azurara nos da cuenta de
una costumbre singular: o sea que el rey, ya muerto, acampana al vivo a todas
partes, "pues cuando es reemplazado por otro príncipe se encuentran
entonces con un rey muerto y otro vivo, V cuando el segundo llega a morir,
conducen al primero a un sitio
en donde lo
depositan..." (Ibd.)
Un viajero portugués,
desconocido por nuestros historiadores, llamado Diogo Gomes, (2) nos
proporciona noticias muy interesantes de estas islas, y especialmente de
Tenerife, de» la que escribe (1444-1463) lo siguiente: "Y tienen entre
ellos tres reyes, y dice que había allí 2'.:.(HK' hombres." (El
habent intcr se tres reiges, et dicunt, quod erant ibi 23'.'00 hominum.) Este
viajero no estaba muy descaminado en su narración, y haremos observar que no
tuvo relación con los Herrera.
El siguiente relato de
Diogo Gomes, escrito en latín y traducido por nosotros, es tan nuevo para la
historia de esta isla que nos impele a publicarlo antes de dar a luz
íntegramente el texto de referencia: Dice así:
"Y tienen la costumbre
(en Tenerife) de que cuando muere un rey, le extraen las visceras, y las
colocan en una cesta hecha de hojas de palmora.
Y hay allí, en aquel monte,
un lugar peligroso cortado a pico que dá sobro el mar, y aceptan que
voluntariamente uno de los naturales de la tierra lleve consigo las visceras
del rey y vaya a lo más alto que pueda de aquel lugar escarpado, y se arroje al
mar, de donde no puede salir más; desde lo alto al fondo hay muy bien 500 pies.
Están allí los demás mirando y diciendo algunos do ellos: "Te encomiendo
al Rey", otros dicen: "'Te encomiendo a mi padre", otros:
"Al hijo", otros, a su ser querido muerto, o no." Y todas
las noticias que saben de sus reyes o parientes, las envían a sus reyes y
parientes difuntos por medio de aquel que se arroja al mar..."
La tradición recogida por Cadamosto
y Azurara adquiere fuerza de hecho histórica con la siguiente acta de Herrera.
El. ACTA DE HERRERA
Ansioso Diego de Herrera de
dominar en Tenerife, preparó una expidición de 500 hombres en tres navíos,
desembarcando parte de su gente por las playas del Bufadero, pero viendo que
los guanches se disponían a rechazarlo,
cambió de táctica y envió un mensajero para celebrar"
un tratado de paz con
aquellos, de lo cual levantó acta el escribano publico Fernando do Párraga, cuyo
documento, fechado el 21 de junio do J464, f3) le sirvió a Herrera para
demostrar que los nueve Menceyes le habían prestado obediencia y ejercía
dominio en la isla. Dicho instrumento público comienza así:
A todos cuantos esta carta
viéredes, que Dios honre y guarde de mal: Yo Fernando do Párraga escribano
público, en la isla de Fuerteventura en lugar de Alfonso de Cabrera escribano
público en las islas de Canaria por mi señor Diego de Herrera, señor de las
dichas islas, con la autoridad y decreto que el dicho señor me dio, vos doy fe
y fago saber que en presencia de mí el dicho escribano, e de los testigos que
de yuso serán escritos, en como un sábado, veinte y un días del mes de junio, año
del nacimiento do nuestro Salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e sesenta
e cuatro años, estando en la isla de Tenerife, una de las islas de Canaria, en
un puerto que se llama el Bufadero estando ende el dicho señor Diego de Ferrcra
señor de las dichas islas, con ciertos navíos armados con mucha gente que traía
en los dichos navios, vinieron ende parecieron ante el dicho señor el gran Rey
de Imnbach, de Taoro, el Rey de las Lanzadas, que se llama Rey de Oüimar. El
Rey de Anaga El Rey do Abona. El Rey de Tacoronte. El Rey de Benicod. El Rey do
Adeje. El Rey de Teigueste. El Rey de Dante. E todos los sobredichos
nuevo Reyes, juntamente hicieron
reverencia y besaron las manos al sobredicho señor Diego de Ferrera
obedeciéndolo por señor; presentes lo Trujomanes, que ende estaban, los cuales
eran Rey de armas que han nombre
Lanzarote. e Matheos Alfonso, y otros muchos, que saben
la lengua de la dicha isla
de Tenerife..."
En otro pasaje de la citada
acta, leemos: "E luego el dicho señor Diego do Herrera dio ende sus navios
gente, e decendió, y subió por la tierra arriba, bien cerca de dos leguas, con
los dichos Reyes, hollando la tierra con sus pies, en señal de posesión, y
cortando ramas de árboles,
que en la dicha isla
estaban, e los dichos Reyes metiéndolo en la dicha posesión pacíficamente, non
selo conturbando, ni contrallando 'persona alguna; yendo con él por la dicha
tierra acompañándole, e faciéndole todo agasajo, e servicio que podían..."
Este documento, como ya
hemos dicho, no tiene, a nuestro juicio, mas valor sino el querer demostrar
Herrera que la isla de Tenerife estaba sometida a sus armas. Lo único que
parece cierto es que Herrera haría algún convenio con un cabecilla del litoral
para sacar madera,
especialmente pinos; que es
posible levantara una torre donde dejó alguna guarnición, y que pretendió
catequizar a los habitantes de la costa, a cuyo efecto trajo la imagen de la Virgen de Candelaria. Muy
poco duró ese dominio insignificante: los guanches derruyeron la torre, y expulsaron
a los intrusos con harta mengua para sus armas.
Además, se advierte a
primera vista que el acta levantada por el escribano Párraga, está redactada a
gusto y conveniencia de Herrera, pues no aparece refrendada ni consentida por
ninguno de los jefes guanches: también es muy significativo que de los nueve
jefes, uno tan
sólo aparezca con nombre
propio, el Rey Imobac, de Taoro; al de Guimar se le designa con un
sobrenomibre, (4) y a los restantes por el distrito en que ejercían sorberanía.
Y es evidente 'que si esos reyes se hubieran presentado ante Herrera, el
escribano Párraga habría consignado
sus nombres.
Por último, conociendo el
carácter altivo e independiente de los guanches, es imposible aceptar que los
nueve Menceyes de la Isla
acudieran al solo requerimiento de un extranjero para someterse a su voluntad, el
cual apenas contaba con 400 o 500 hombres para hacerse respetar.
Por eso Viera y Clavijo se
burla de esa toma de posesión, cuando dice: que sólo se sacó de ella "una
gran certificación en pergamino".
ESPINOSA Y GALINDO
El acta suscrita por el
escribano Párraga dio la norma para lo sucesivo.
A partir de ese documento,
todos los cronistas e historiadores de las islas afirman que en Tenerife
existieron nueve reyes o Menceyes que mandaban en un territorio determinado, y
que con anterioridad pertenecía a un solo señor. Y tan ciegamente admitieron
ese testimonio que en ningún momento se atrevieron a ponerlo en duda o
comprobarlo.
Tanto pesaba entonces la
tradición.
Nosotros vamos a realizar
un estudio crítico sobre esta cuestión, apoyándonos en los cronistas más
antiguos, para continuar con los que los siguieron hasta los tiempos modernos,
haciendo un cotejo que nos permita conocer las diversas modificaciones ideadas
por esos escritores para ajustarse al acta de Herrera.
El P..Espinosa, autor más
cercano a la conquista, escribe: Muchos años estuvo esta isla (Tenerife) y
gente della subjeta a un solo Rey que era el de Adeje, cuyo nombre se perdió de
la memoria, y como llegase a la vejez a quien todo se le atreve, cada cual de
sus hijos, que fueron nueve, (5) se levantó con su pedazo de tierra haciendo
término y
i reyno por sí. El mayor de
los cuales como lo era en edad, lo fué en distinción, fuerza y ánimo,
llamábanlo Betenuhya, o Quebehí por excelencia.
Este tiranizó y señoreó el
reyno de Taoro, que agora llaman Orota va, cuyo término fué desde Sentejo hasta
la Rambla
aguas vertientes a la mar, tras del y a imitación suya los demás infantes,
tomaron y se levantaron con sus pedazos llamándose Mencey que es Rey. Acaymo se llamó e intituló Mencey de Güimar; de
Abona, Atguaxoña; y Atbitocarpe de Adexe. Los demás Reyes, cuyos
nombres se ignoran, reinaron en Naga, en Tegueste, en Tacoronte, en Icod y en
Daute..."
Según puede notarse, en el
tiempo que escribe el P. Espinosa se ignoraba el nombre de seis menceyes, si
seguimos la distribución resultante en
el acta de Herrera y que Espinosa acepta, pero desconociendo ya sus
nombres en 1594- Abreu Galindo (6), no es más afortunado que el P. Espinosa. En
su historia escrita en 1632, nos dice:
"En esta isla de
Tenerife hubo un señor que la mandaba y a quien En Taoro, Bencomo (*) el potentísimo, Pelicar, en Icode,
noble reino, En Dante el gran Romen, Rey poderoso,
Del do Abona, Adjoñá, Rey
esforzado,
De Adeje, Pelinor, no
menos fuerte.
De Teño, Guántacara, bravo
y fuerte..."
(Canto I)
Viana llama por primera vez
al rey de Taoro, Bencomo, en lugar de Betzonuhya; al de Güiniar, Añaterve,
en vez de Acaymo; al de Abona,
Adjona, en vez de
Atgnaxoña' y al de Adeje, Pelinor, en vez de Atibitocarpe. Para
los demás Menceyes, cuyos nombres fueron desconocidos por Espinosa y
Galindo, descubre que se llaman: el de Tacoronte, Acaymo (igual que el
Mencey de Güimar, según Espinosa y Galindo); el de Naga Beneharo; el de
Icode, Pelicar; y el de Dante, Romen.
Viana, es también el
primero que usa el nombre de Tinerfe el Grande, seguramente formado por
él, para señalar al primitivo señor de toda la isla, criterio que es
seguido por Núñez de la Peña ,
Viera y Clavijo, Millares Torres, y demás historiadores.
Un solo Rey la isla sojusgaba,
Y el último," llamado el
Gran Tinerfe,
Dejó cuando murió, nueve o
diez hijos,
Los cuales cada cual reinar
queriendo.
Se alzaron cada uno con su
término,
Y así fué el Reino en nueve
dividido..."
(Canto I.)
Peliear, en Icode, noble reino,
En Dante el gran Romen, Rey
poderoso,
Del do Abona, Adjoñá, Rey
esforzado,
De Adeje, Peiinor, no
menos fuerte.
De Teño, Guántacara, bravo
y fuerte..."
(Canto I)
Una innovación del poeta es
la de suprimir el reino de Tegueste, En Taoro, Bencomo (*) el
potentísimo, de Tacoronte, forja ese
nuevo nombre. Por último, como era natural, rechaza el menceyato de
Teño creado por Viana, y sigue la nomenclatura tradicional del acta de Herrera
con el reino de Tegueste, a cuyo Mencey le da el mismo nombre del territorio.
LAS GENEALOGÍAS DE VIERA
Viera y Clavijo realiza un
verdadero sincretismo con las nomenclaturas fiadas por cada autor de los ya
citados, confeccionando así una sucesión de Menceyés en cada reino que heredan
de padres a hijos, (9) sin tener en cuenta las diversas épocas en que fueron
compuestas esas listas, superchería
que encierran, las interpolaciones que contienen,
ni el punto de verdad que
pudiera aceptarse.
Veamos su procedimiento:
Toma de Viana el nombre del rey que fué de toda la Isla , después compara los
nombres de los Menceyés que traen Espinosa y Galindo, si alguno es común apela
a Viana, formando así una lista en que entran a formarla dos generaciones de
reyes por lo menos. Cuando se le agotan las nomenclaturas de Espinosa y Galindo,
entonces el cotejo lo efectúa con Viana y Núñez de la Peña. Viera no
inventa nombres de reyes,
forma genealogías que son imaginarias, enlazando los nombres de los Menceyés
que traen los historiadores anteriores.
Solamente un detenido estudio
de los primitivos cronistas ha podido darnos la clave utilizada por Viera,
aunando nombres de Meneyes para formar dinastías evidentemente apócrifas.
Veámoslo:
Rey que fué de toda la Isla : Tinerfe el Grande
(sigue a Viana, inventor de este nombre).—Reino de Taoro: Bentenuhya (Espinosa),
le sucede su hijo Imobach (Galindo),
y le sucede Bencono (Viana).—Reino de Güimar: Acaymo (Espinosa.'
Galindo, y Núñez de la Peña ),
su hijo Añalerve el Bueno (Viana).—Reino de Abona: Atguax(»ia (Espinosa,
Gilindo y Núñez de la Peña ),
su hijo Atxoña o Adjmia (Viana).—Reino de Adeje: Atbitocarpe (Espinosa.
Galindo, y Núñez de la Peña );
le sucede Pelinor (Viana).
Aquí terminan las listas de
Espinosa y Galindo. Viera continúa en Nuñe
de la Peña , .que
para el autor de las "Noticias" son los padres (10) de una genealogía
imaginaria, y las listas de Viana, que supone son los hijos, a pesar de que
este poeta escribe en 1604, y Núñez de la Peña en 1676. Comprobémoslo:
Reino de Tacoronte: Rumen
(Núñez de la Peña );
le sucede Acaimo (Viana). Téngase presente que Viana designa a Rumen o
Romen, como Mencey de Daute, y Núñez de la Peña como rey de Tacoronte,
pero Viera no quiso advertir esta contradicción, y prosigue su método.
Además,
para Espinosa, Galindo y
Núñez de la Peña
es Acaimo mencey de Guiñar y no de Tacoronte, como solo indica
Viana—.Reino de Naga o Anaga:
Beneharo I; le sucede su hijo Beneharo II. Núñez de la Peña le llama Benecharo, y
Viana, Beneharo, Viera forma una dinastía con esos dos nombres iguales,
si bien consigna que a Beneharo I otros le llaman Serdeto.—Reino de
Icod: Chicanayro, (Núñez de la
Peña ); su hijo Pelicar, (Viana).—.Reino de Daute: Concanáymo,
(Núñez de la Peña );
su hijo Rumen (Viana), que Núñez de la Peña lo señala como Mencey de Tacoronte.—Reino de
Tegueste: Tegueste I (Núñez de la Peña ). Gomo Viera no admite tampoco el reino de
Teño, creado por el poeta Viana con su Mencey Guantácara, el autor de las
"Noticias" forja un sucesor a Tegueste 1, que es Tegueste II,
haciéndole hijo del anterior.
Por último, el señor
Millares Torres en su "Historia general de las Islas Canarias", lib.
4.2, páigs. 186-188, copia íntegra la genealogía formada por Viera y Clavijo
.que hasta ahora se ha admitido por todos los hisloriadores sin discusión de
ningún género.
Después de lo expuesto, si
es que el lector ha seguido con atención nuestro análisis, cabe
preguntar; ¿Podemos seguir manteniendo la división de la isla en nueve
cantones o distritos, y en cada uno de ellos un Mencey o Jefe? Creemos
que ya es completamente imposible,
hay tantos elementos de
falsedad, es tan enorme la superchería que se advierte, que sostener esa
división sería ir contra la verdad, negar la practica y falsear los hechos.
Así, pues, de todo cuanto
hemos visto, compulsado y examinado, las únicas nomenclaturas de Menceyes .que
podemos considerar como ciertas o posibles son las publicadas por el P.
"Espinosa y Abreu Galindo, suprimiendo de la de este último el
nombre del mencey Imobac, que lo toma del acta de Herrera y lo consideramos
apócrifo. Si atendemos a lo que esos autores primitivos nos dicen, no podemos
aceptar sino cuatro reinos o Menceyatos, a saber: el de Taoro, el de Güimar, el
de Abona y el de Adeje.
BAUTISMO E IDA A LA CORTE DE LOS MENCEYES
Añadamos a cuanto hemos
dicho, que Núñez de la Peña ,
afirma que los reyes de Taoro, Tacoronte, Anaga y Tegueste (Bencomo, Acaimo,
Beneharo y Tegueste) se rindieron a las armas de Castilla en los Realejos el 25
de julio de 1496. Más tarde, el 29 de septiembre del citado año, dice el mismo
autor, que los Menceyes del sur de la isla se entregaron a las fuerzas de Lugo.
Estos jefes eran: Pelinor, de Adeje; Romen, de Daute: Axoña, de Abona, y
Belicar, de Icod. Si a estos ocho reyes se agrega el de Güimar tenemos los mueve
Menceyes que la tradición afirma gobernaban la isla.
Los nombres consignados por
Núñez de la Peña
no pertenecen a la lista de Menceyes que nos da dicho autor en su obra, sino a
la confeccionada por Viana, exceptuando al Mencey de Tegueste.
Y ante este hedió nuestro
asombro sube de punto. Núñez de la
Peña contradice su
propia lista de Menceyes y
acude a Viana. Viera y Clavijo, al copiar a Núñez de la Peña , no advierte que sigue
al poeta que tanto desprecian ambos, (11) hecho verdaderamente inexplicable.
Más tarde, después de
sometidos los reyes, fueron bautizados, según
la tradición, en la iglesia
de los Realejos. Dice a este propósito el poeta
Viana:
"Y en un alegre día el
gran Bencomo,
Beneharo, Añaterve,
Guaeimara...
Recibieron devotos el
bautisimo:
El gran Bencomo se llamó Crist^al,
El rey de Naga, Pedro de
los Santos;
el de Güimar, Juan de
Candelaria..."
(Canto XVI.)
De suerte que, según Viana,
sólo tres reyes recibieron el bautismo. Núñez de la Peña pretende seguir la
tradición de los nueve reyes, aunque muy poco agrega a lo dicho por el poeta,
al que copia. Dice así:
"Bautizáronse los
nueve reyes, y sus hijos: el rey Bencomo se llamó Cristóbal; el Rey de Anaga, Pedro
de los Santos; el Rey de Güimar, Juan de Candelaria; el Rey de Adeje, Diego; de
los nomln'es de los deñc¿ de la
Peña solo agrega a los Menceyes citados por Viana, el de
Adeje.
Nuñez de la Peña , el formidable
genealogista, el incansable investigador de documentos, confiesa que desconoce
los nombres de cinco Menceyes para completar la lista de Herrera, y los que
cita, menos uno, los copia de un poeta. De aquí el grave error de los genealogistas
al pretender establecer las descendencias de los Menceyes. (12).
Más extraordinario es el
caso de Viera y Clavijo. A la lista de los Menceyes bautizados que consigna
Viana, ampliada en uno por Núñez de la
Peña , agrega los nombres necesarios hasta completar los nueve
reyes, sin decirnos de donde los toma ni en que documento los halló.
Dice; "De manera que
esta fué la primera Iglesia Parroquial que vio Tenerife (la del Realejo-alto),
y la memorable fuente bautismal, es donde recibieron el carácter de cristianos
los nueve Reyes Guanches, con los demás neófitos de la nación: Benchomo
de Taoro recibió el
nombre de Christoval;
Beneharo de Anaga, el de Pedro de los Santos; Añaterve de Güimar. el de Juan de
Candelaria; Pelinor de Adeje, el de Diego..." Los nuevos bautizados, según
este autor, son: "Acaymo de Tacoronte, toma el de Fernando; Tegueste,
el nombre de Antonio; Romen de Dante, el de Gonzalo; Adxoña de
Abona, el de Gaspar; Pelicar de Icod, el de Blas Martín... (Tomo II pág.
258).
¡Pero qué paradoja tan
enorme! Viana no cita más de tres Menceyes con nombre cristiano, y escribe en
1604; Nüñez de la Peña
en 1670 agrega uno más. y confiesa su ignorancia acerca de los restantes,
mientras que Viera y Clavijo, sin declarar los datos de que se vale, completa la
lista de los nueve menceyes, diciéndonos como se llamaban
después del bautismo, y eso
en la segunda mitad del siglo XVllI.
Por último, Núñez de la Peña escribe: "En el año
de mil y cuatrocientos y noventa y siete, llevó el Adelantado los nueve reyes a
la presencia de los .Católicos Reyes, que se holgaron de verlos y fueron bien recibidos,
y sus Majestades les hicieron muchas mercedes." (pég. 63).
Esta afirmación la recoge
Viera y Clavijo: "Por este mismo tiempo, dice, si creemos a nuestros
historiadores, o poco antes, havia pasado también a España el General y
Gobernador Don Alonso Fernández rendidos en la toma de Tenerife, y de hacer
personalmente a sus Altezas una relación circunstanciada de la naturaleza de la Isla , y de la serie de sus
victorias... A la sazón estaba la corte en la Villa de Almazán.
Don Alonso mereció de los
Monarcas una audiencia particular, en que les presenté sus cautivos." (T.
II, páig, i2Gv;.
No existen documentos que
acrediten la ida de los nueve Menceyes a la Corte , ni es cierta tampoco la fecha que señala
Núñez de la Peña
para ese (hecho: pero lo que sí existe es una real cédula de lecha 30 de marzo
de 1512, firmada por la reina doña Juana, contra don Alonso Fernández de Lugo,
a petición de los naturales de Tenerife y la Palma , (13) en que se lee lo que sigue:
"e después desto hecho,
estando los sobredichos (naturales) so mi guarda e seguro e defendimiento real
diz que al tiempo que. vos venistes a
estos reynos truxitste veynte e cinco hijos e hijas de los dichos
canarios que os dieron en rehenes para
seguridad de la dicha paz e conordia que con vos ahían concertado e contratado
e asy traydos los dichos veynte e cinco hijos e hijas de los dichos canarios
que los vendiste; e enajenastes e hezistes dellos lo que quisystes como
esclavos a ellos e a otros muchos en gran número dellos que después diz que
truxistos e otros por vuestro mandado
todos de los que heran de paz o se avian tornado cristianos dando a entender al
Rey mi señor padre e la
Reina mi señora madre que
aya santa gloria que heran esclavos de guerra e aun demandándoles merced dellos
no los deziendo nin haziendo salier como eran de pazes."
Lugo no llevó los nueve
Menceyes ante los Reyes Católicos, poro supo vender los rehenes jóvenes que
llevaba.
CONCLUSIONES
Terminamos este trabajo
formulando las siguientes conclusiones:
1.- La tradición de la división de la isla de Tenerife en
nueve distritos gobernados por nueve jefes o Menceyes, nació de relatos
legendarios cuando las correrías de los europeos por nuestras costas, sin poder
descriminar hoy la verdad que contengan. En esos relatos se apoyó Diego de
Herrera cuando levantó el acta de posesión en 1464.
2.- Ese documento da la norma a nuestros cronistas e
historiadores para afirmar unánimemente la división de Tenerife en nueve
reinos, aun cuando los primitivos escritores como el P. Espinosa y Galindo no
declaran el nomhre sino de cuatro, ignorando los demás.
3.-Viana es el primero que
inventa nueve nombres, uno para cada Mencey; Núñez de la Peña forma otra lista de
nueve jefes que difiere de la del poeta, y Viera y Clavijo establece una falsa
genealogía con ambas, en la cual los padres son tomados de Núñez de la Peña , y los hijos de Viana.
4.- Hemos demostrado que el
bautismo e ida a la Corte
de los nueve Menceyes, es una fabula de Núñez de la Peña sin fundamento alguno documental
y de redacción muy tardía; sólo pudiera admitirse que un número reducido de
jefes realiziaron el acto de someterse y bautizarse: y
5.- Que el único testimonio
que aceptamos, mientras no se demuestre lo contrario, es el del P. Espinosa, o
sea la existencia de cuatro Menceyes en esta Isla, que fueron los de Taoro,
Güimar, Abona y Adeje. desechando en absoluto los nueve distritos y reyes
señalados por el documento de Herrera.
B. BOÍNNET. Mavo 1988.
En: Revista de Historia,
número 42, abril-junio de 198
(*) Quizá el nombre de
Bencomo derive de Benitomo, citado en la información efectuada en 1526 por doña
Margarita Guanartcme, hija de don Fernando, Guanartenie de Gáldar, que dice:
"E que después, cuando fue el dia del desbarate de los guanches, cuando
mataron al Rey Grande, que se llamaba el Rey Benitomo de Taoro, el Adelantado y
Capitán, por traer a los guanches al conocimiento de la fe de Cristo, e porque
se diesen, sin más riesgo e muerte de gente, mandó ir al dicho Guanarteme al Rey
Mentor, hijo de Benitomo a requerir que se diese y tornase cristiano e que le
faria toda la cortesía que quisiese, e que el dicho Guanarteme fue al dicho Rey
Bentor, entre ios guanches, y le fábló, pues que sabía la lengua de guanches, e
volvió con respuesta al Real, diciendo que el dicho Rey Bentor no se quería
dar, como pareció después, que no se dio, fasta que la tierra se tomó por
fuerza de armas..." (Dr. Chil Naranjo.
"Estudios históricos,
climatológicos, etc." Tomo III). Por consiguiente, Bentor y no
Bencomo fué el último Rey de Taoro.
Viana nos habla también de
un Mencey de Güimar llamado Dadarmo, que reliittba cuando el regreso a la isla
de Antón el Guanche, y que no figura en la lista de los nueve reyes formada por
el poeta. Este Mencey Dadarmo vivía cuando la apari>ciót' de 1i Virgen de
Candelaria, Habla Antón, y dice:
Dadarmo, Rey en Güimar
coronado
Supo todo el suceso, y muy
gozoso
Mandó le visitase, y su
mandado
Cumplí pues siendo Rey,
como forzoso..."
Canto VI.
(l), .«queste isóle di
Canaria sonó sette, quattró habítate da cliristiani ció *
Lanr.arotta, Porte ventura,
la Gomera , il
Ferro, tre sonó di idolatri ció e la gran Canftt'ia,
Tenériffe, la Palma , il Bignore di queste
habítate da cliristiani ¿ nomlnato FeÍTS?
Kentil'buomo & caualier
naturale di Sibilla, & soggreto al Re di Spagna..." L.
'CADA*tOSTO.
"Litwo da primera navigationi per l'Oceano."
(2) "De inaulis primo
inventis in mari océano occidentis, et primo de Insulis
Fortuiíatis, quaie nunc de
Canaria vocantur", por DIOGO GOMES de SINTRIA. Inserta
en el "Abhandlungen der Philos. Philolog, classe der Koeniglich
Bayerischen
Akademie der Wissenschaften, München. 1847.
(8) Lo publica íntegro
Núñez de la Peña
(lib. I cap. IX, pags. 67-70) Este autor
afnma que en Fuerteventura
se conservaba el original en pergamino, y un traslado sigjnado de
escribano público existía en los papeles de nobleza del Ledo. Armas, oeneiiciado
que fué de la iglesia parroquial de la Concepción en La Laguna , por ser aesiendiente
de Juan Negrín, que como Rey de armas levantó el pendón en estas paces.
(4) En el tratado de
paz se lee: "El Rey de las Lanzadas, que se llama el Rey
de Güimar..." El poeta
Viana atribuye ese sobrenombre al Rey de Taoro.
Ahora, pues, el año de conquista,
Fin del florido abril, el
gran Bencomo
Señor de los distritos,
tierra y término
Mejores y más ricos de la Isla
Que se llamó el gran Rey
de las Lanzadas
Y poseedor del Reyno de
Taoro "
(Canto lü)
(•)
El erudito Serra Ráfols acepta la división de la isla en nueve reinos. Dice así:
"En las islas occidentales se vivía en pleno régimen tribal, acaso mejor,
de clases; no se contaba menos de cuatro bandos en Gomera; de nueve en
Tenerife, de documento la
Palma. De todos modos, el poder de aquellos reyes no parece
otra cosa que ana extensión de la autoridad patriarcal del jefe familiar, y por
tanto bastante análogo
al
de los cabezas de los bandos de estas últimas islas..." Cfr.
"Incorporación de las Islas Canarias a España" en las
publicaciones del "Instituto GALLACH", Barcelona.
(6) Op. cit. lib. III, cap. XI, págs. 191-192. A la
dignidad real, dice, llamaban
en su lengua Qaehebf.
(*) Quizá el nombre de
Bencomo derive de Benitomo, citado en la información efectuada en 1526 por doña
Margarita Guanartcme, hija de don Fernando, Guanartenie de váldar, que dice:
"E que después, cuando fue el dia del desbarate de los guanches, cuando
mataron al Rey Grande, que se llamaba el Rey Benitomo de Taoro, el Adelantado y
Capitán, por traer a los guanches al conocimiento de la fe de Cristo, e porque
se diesen, sin más riesgo e muerte de gente, mandó ir al dicho Guanarteme al Rey
Mentor, hijo de Benitomo a requerir que se diese y tornase cristiano e que le
faria toda la cortesía que quisiese, e que el dicho Guanarteme fue al dicho Rey
Bentor, entre los guanches, y le fábló, pues que sabía la lengua de guanches, e
volvió con respuesta al Real, diciendo que el dicho Rey Bentor no se quería
dar, como pareció después, que no se dio, fasta que la tierra se tomó por
fuerza de armas..." (Dr. Chil Naranjo.
"Estudios históricos,
climatológicos, etc." Tomo III). Por consiguiente, Bentor y no
Bencomo fué el último Rey de Taoro.
Viana nos habla también de
un Mencey de Güimar llamado Dadarmo, que relata cuando el regreso a la isla de
Antón el Guanche, y que no figura en la lista de los nueve reyes formada por el
poeta. Este Mencey Dadarmo vivía cuando la aparicion de 1a Virgen de Candelaria, Habla Antón, y
dice:
Dadarmo, Rey en Güimar
coronado
Supo todo el suceso, y muy
gozoso
Mandó le visitase, y su
mandado
Cumplí pues siendo Rey,
como forzoso..."
Canto VI.
(9)
Otro enorme error de nuestros historiadores fué el afirmar que los hijos de.
los Menceyés sucedían en el trono a sus padres, como en las sociedades
modernas.
La
filiación uterina o materna estnblecia que los hijos no heredaban sino los
soltoinos, hijos de la hermana, a los cuales se llamaba hermanos (Durkein), y
ese sistema era seguido en Tenerife, Canaria y la Gomera. Los habitantes
de Tenerife practicaban H exogamia (casamiento fuera de la tribu), y por eso
decía con razón el P. Espinosa: el modo de suceder que tenían era que la
sucesión de los reyes no era de padres u hijos, sino que si el rey que a la
sazón reynaba tenía hermanos, aunque tuviera hijos. no heredaban los hijoa sino su hermano
mayor, y este muerto, heredaba el otro hermano, y asi hasta qne no quedaba hermano
alguno..." (Op. cit. cap. VIII, página
18.)
Se compranderá ahora los yerros en que cayeron nuestros genealogistas»
(10)
El único motivo que pudiera tener Viera y Clavijo para tomar de Núñez de la Peña los padres de su
imaginaria genealogía, son las siguientes palabras de aquel escritor:
"Estos nueve Beyes reinaron en Tenerife, y descendientes de estos eran los
que reianaban cuando fué esta isla conquistada..." Ahora que Núñez de la Peña no dice cuales eran los
descendientes de aquellos reyes fabulosos. Tampoco Viera y Clavijo nos explica
porqué de la lista de Menceyes de Viana hace los hijos.
(1) Escribe Núñez de la Peña : "No trato aquí de
los amores, que dice el licencia do Viana tuvo el capitán Castillo con la
hermosa infanta Dácil... ni de las finezas del principe Huyman y de la infanta
bella Guaeimara... que sin agraviar a este autor más parece comedia que
historia verdadera; asi lo dejo a un lado y prosigo mi conquista, sin que el
lector se embarace en leer estas historias cómicas..." (Pág. 110.)
Viera
y Clavijo, dice en el prólogo del primer tomo de sus "Noticias":
"Antonio de Viana, su antecesor (de Núñez de la Peña ), y su falso adalid en
mucha parte de lu historia, también se había propuesto escribir la historia de
nuestra conquista en un Poema que pudiera pasar por épicp si guardara las
reglas y principios de la epo
(12) Por «BO dice
acertadamente el investigador de genealogías guanches, don Nicolás Diaz Dorta:
"En vista de la confusión que existe en las filiaciones de los Menceyes de
Tenerife, particularmente de los que reinaban al tiempo de la conquista, ruyoa
nombres indigenas y hasta 1M de Pila aparecen con tantas variantei en los documentos antiguos que
deagraciadamente han impedido separar, en esta parte, el error
de la verdad deseando
nosotros dejar franco el camino del estudio a los sabios que se dediquen al
descubrimiento de la verdad histórica de las antigüedades canarias, fornulmos este
apéndice insertando en él las noticias más o menos contradictorias que hemos
leído en diferentes documento* y que difieren también en algunos detalles de las
que tunemos en nuestro pequeño archivo."—Apuntes históricos del p u eblo
de Buenavista”
naviíta, Imp. d« A. J.
Benitos, 1908.-
(13) Dr. Dominik Wolfel:
"La Curia Romana
y la Corona de
España en la defensa de los aborígenes de Canarias". ANTHROPOS. Revue
Internationale d'Ethnologie et de Linguistique. Tomo XXV, pág 1075, separata.
Viena, 1930.
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