UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1521-1530
CAPITULO VI-XXXIII
Eduardo
Pedro García Rodríguez
1530 abril 19.
Luisa de Betancor
Princesa Tenesoya Vidina.
ASCENDENCIA
Y DESCENDENCIA DE TENESOYA
Es en la Información de nobleza
solicitada por Luisa de Betancor y dos de sus hijos de 1528 donde se reconoce
su ascendencia: hermana de Autindana, hija de Aymedeyacoán, faycán y guadarteme
de Telde, y prima segunda de doña Catalina de Guzmán. Invito a los lectores
interesados a consultar el facsímil y transcripción de este documento en
el que se señalan las nueve preguntas de la Información y una de
las respuestas de Arminda Masequera en esta dirección de Internet:
En cuanto a la descendencia es bastante
esclarecedora, aunque no cierra el círculo, la consulta del siguiente
documento:
TESTAMENTO
DE LUISA DE BETANCOR VIUDA DE MACIÓN DE BETANCOR
ESCRIBANO: ALONSO DE SAN CLEMENTE FECHA: 19 de Abril de 1530
“Otrosi mando que si finamiento de mi acaeciere que el mi cuerpo sea sepultado en mi Capilla que yo con el dicho Macion de Betancor mi marido tenemos fecha e labrada enla Yglesia
de Señor Santiago desta Villa y en la misma sepoltura del dicho mi marido, la
qual mando que se abra para en que se meta mi cuerpo e quel dia de mi
enterramiento, el cuerpo presente, me digan una missa de requien cantada con su
vigilia e letania, e cabo de nueve dias, e cabo de año, todo ofrendado con su
pan e vino e cera e se pague por lo decir lo acostumbrado, lo qual se diga
dentro de la dicha mi capilla en lo qual se haga segun la calidad de mi
persona.
ESCRIBANO: ALONSO DE SAN CLEMENTE FECHA: 19 de Abril de 1530
“Otrosi mando que si finamiento de mi acaeciere que el mi cuerpo sea sepultado en mi Capilla que yo con el dicho Macion de Betancor mi marido tenemos fecha e labrada en
Yten debo a Geronimo de Pineda mi
yerno seis doblas de oro, mando que se le paguen.
Yten mando que den a Francisca Ceresa muger de Juan Perdomo mi hijo, por algo que le soy… de dos mantillos de saia, medio usados que me ha dado e yo he rompido, un mantillo de anascote nuevo guarnecido de tercio pelo e se pague de mis bienes e por el su valor.
Yten mando que den a Francisca Ceresa muger de Juan Perdomo mi hijo, por algo que le soy… de dos mantillos de saia, medio usados que me ha dado e yo he rompido, un mantillo de anascote nuevo guarnecido de tercio pelo e se pague de mis bienes e por el su valor.
Yten mando que se conpre para mi
capilla é del dicho mi marido un libro misal é un calix de plata, é patena de
plata que cueste hasta dies doblas de oro con que se consagre, é se pague de
mis bienes, e mando que si no cupiere en el quinto, que entre en el tercio
porque haya efecto.
E cunplido e pagado todo lo
susodicho e mis mandas é cosas segun que en este testamento se contiene, mando
que todo lo al que quedare e remaniente de mis bienes los hayan y hereden el
dicho Arriete de Betancor, é Juan Perdomo e Maria de Betancor mis hijos
lexitimos e hijos del dicho Macion de Betancor por iguales partes tanto el uno
como el otro”
(......) que asi consta y parese
del citado testamento, que queda en mi oficio a que me refiero y de pedimento
del Capitan Don Agustin de Pineda y Betancurt en virtud de mandato judicial,
firmo y signo presente en esta villa de Guia a seis de septiembre de mil
setecientos quarenta y quatro años.
En testimonio de verdad Pedro Tomas Ariñes Escribano Publico.
Debemos agradecer que el tal
Agustín de Pineda y Betancurt haya reclamado en 1741 una copia del testamento
dictado dos siglos antes, en 1530, por su ilustre ascendiente. De otro
modo, este protocolo no hubiera llegado hasta nosotros por haberse
perdido los registros notariales de Gáldar posteriores a 1524. Amén de las
sorprendentes fórmulas de fe cristiana y de los esmerados preparativos de sus
funerales “según la calidad de su persona” para ser inhumada junto a su marido
Maciot de Betancor en la capilla de Santa Ana en la iglesia de Santiago,
costumbres que no son fáciles de explicar en una persona que ha sido gentil
buena parte de su vida, debemos destacar, por su interés genealógico, la
referencia a sus herederos: sus hijos Arriete de Betancor, Juan Perdomo y María
de Betancor. El testamento nos habla también, en el capítulo de deudas
pendientes, de su yerno, Jerónimo de Pineda, y de una de sus nueras, Francisca
Cerezo, la esposa de Juan Perdomo.
De Arriete de Betancor, según
Leopoldo De La Rosa
Olivera (Los Bethencourt en Canarias y en América
AEA nº 2 de 1956), se señala que estuvo casado con María Jáimez, hija del
Alférez Mayor de la conquista Alfonso Jáimez de Sotomayor y de su esposa María
Bolaños, y que de esa unión nacieron cuatro hijos: Ana, Gregorio, Gaspar y
Ángelina cuya descendencia se extinguió en la siguiente generación. En el
Nobiliario cuyo capítulo dedicado a los Bethencourt fue escrito posteriormente
por el mismo autor en colaboración con Sergio Bonnet tan solo se señala que se
desconocen las vicisitudes de sus descendientes.
Por nuestra parte, sin embargo,
tenemos constancia de que entre 1507 y 1514 Arriete aparece en muy diversas
ocasiones como testigo de distintos eventos bautismales acompañado de una
esposa, María May, a quien pudiera identificarse como hija de Ana Guerra y
nieta de su homónima, la esposa de Hernán Guerra, hombre de las islas, adalid
de la conquista de Gran Canaria. Arriete y María May no solo aparecen como
testigos, también aparecen citados en el libro primero como padres de cuatro de
sus hijos: Gregorio en 1507, Gaspar en 1508, Margarita en 1510 y Angelina
en 1512, por lo que podemos atestiguar que los datos que aportan De la Rosa y Bonnet son erróneos.
Tratando de poner un poco de orden en nuestros papeles estimamos que Arriete
pudo tener un primer matrimonio con María May que le dio su descendencia para
después casarse con María Jáimez de Sotomayor. Su testamento dictado en 1548
ante Alonso de San Juan puede ser solución para estos interrogantes. Por lo
pronto les mostramos un protocolo dictado ante Alonso de San Clemente en 1524
en el que se acredita la existencia de la segunda esposa:
“Arriete de Betancor, vecino de
Gáldar y María Jáimez, su mujer, venden a Francisco de Miranda, que está
presente, un parral y tierras con la parte del agua de una suerte de regadío de
las Vegas de Gáldar… Declaran haber recibido como precio diez doblas de oro
castellano”.
De María de Betancor tenemos
pruebas fehacientes de que no tuvo descendencia de su matrimonio con el regidor
Jerónimo de Pineda, razón por la cual sus posesiones pasaron a sus familiares,
instituyendo en su testamento fechado en 1543 el mayorazgo de la Hoya de Pineda.
Acerca de Andrés de Betancor
hemos de decir que no aparece citado en el testamento de su madre de 1530 que
hemos reproducido, ni tampoco en la Información de Nobleza ya comentada de 1528. De la Rosa presupone por tales
razones que debió morir pronto o pasar a otro lugar, pues su nombre, nos
indica, no aparece en los registros notariales de Gáldar que se conservan
(1509-1524) y sí aparecen sin embargo los de sus hermanos.
Nosotros llegamos a pensar
que el tal Andrés de Betancor, hijo de Mateo (Maciot) y Luisa de
Betancor, el que en 1501-1502 estuvo en Francia y luego en Castilla para
reconocer y hacer valer los derechos de su linaje (deducimos que debió nacer
sobre 1575 pues la mayoría de edad estaba entonces establecida en 25
años), podía identificarse con Arriete de Betancor, en razón de que su nombre,
castellanizado, se pronuncia de modo similar. Los papeles en que aparece el
nombre de Andrés, nos comenta De la
Rosa , son copias del original, que no se encuentra, por lo
que nos aventuramos a decir, erróneamente, que el transcriptor pudo confundir
ambos términos dando lugar a un entuerto genealógico de siglos.
Sin embargo una ejecutoria real
(Registro General del Sello en el Archivo de Simancas) dada en Sevilla a 28 de
febrero de 1502 parece confirmar la existencia de este personaje:
“A los justicias de la isla de
Gran Canaria, a petición de Andrés de Betancor, vecino de dicha isla, para que
le concedan cierta agua de una rivera que se dice Ellayraga y una torre en el
término de Gáldar que está caída en recompensa de los méritos de su padre y de
su abuelo en la conquista de la isla”.
Un nuevo documento, una
partida de bautismo de la iglesia de Santiago que les transcribimos a
continuación, es la prueba para nosotros definitiva de que Andrés era el
primogénito y de que estuvo avecindado en Gáldar al menos hasta 1507:
“Domingo a siete días de marzo de
quinientos siete bateó Francisco de Miranda una gija legitima de Elbira su
mujer por nombre Leonor, sus padrinos Andrés de Betancor y la mujer de
Pedro de Jahen, vecinos”
De la Rosa Olivera en el
artículo citado (nota al pie de la p. 137) nos habla de otra posible hija de
Maciot y Luisa de Betancor que tampoco aparece reconocida en el testamento:
“En el AHPLP legajo 733 folio 25 se conserva una escritura de toma de
posesión de unas casas por Francisca Baralides de Betancor, cedidas por su
madre, Luisa de Betancor, en pago, con una esclavilla, de 3000 castellanos de
oro que el padre de la primera y marido de doña Luisa le había enviado para
aquella desde Indias, donde se hallaba, y que Luisa había tomado”.
La fecha de este protocolo
dictado ante Cristóbal de San Clemente es el 3 de septiembre de 1516. El
documento aparenta ser la ejecución de la dote por la que han casado a su hija.
De confirmarse estos datos, nos dice de la Rosa , no solo advertimos que hubo otra hija del
matrimonio sino también recibimos con sorpresa la noticia de que
Maciot estuvo en Indias de Su Majestad. Como sabemos que su cuerpo yace en la Iglesia de Santiago, según
el testamento de Tenesoya, y que falleció antes de 1524, según los protocolos
de Gáldar, hay que pensar que regresó poco antes de morir. Quizá Andrés el
primogénito pudo haber participado junto a su padre en la aventura americana.
Tratando de rastrear información
acerca de esa posibilidad, comprobamos que en el libro primero de bautismos de
Gáldar (1506-1514) Maciot y su esposa Luisa de Betancor ejercen de padrinos de
bautismo en dos eventos de 1506 y 1508. Posteriormente en febrero de 1512
aparece como testigo en otro nacimiento tan solo Luisa acompañada del genovés
Bartolomé de Riverol. Ni Maciot ni Luisa aparecen en adelante en los registros
de 1513 y 1514 aunque sí lo hacen sus hijos Arriete y María en numerosas
ocasiones.
Es solo a través de Juan Perdomo
por quien tenemos certezas de la continuidad del linaje de Tenesoya y de
Maciot. Gracias al testamento de su esposa Francisca Cerezo, hija del
genovés Antón Cerezo y de Juana Sánchez, dictado en Gáldar en 1523 ante Alonso
de San Cristóbal, el Nobiliario nos aporta información veraz pero solo lo
hace acerca de su descendencia masculina pues esta publicación no parece
interesarse por los linajes femeninos: Maciot III por quien sigue la línea;
Antonio Cerezo, casado con Isabel Jáimez y en segundas nupcias con Catalina
Guerra; y Ángel de Betancor casado con Elvira de Malueños.
Tratando de corregir esa
deficiencia, gracias al excelente trabajo de investigación de Juan Gómez-Pamo
Guerra del Río (La familia de Antón Cerezo inserto en la publicación
Testamento de Antón Cerezo, Agaete 2011) podemos añadir al listado a Antonia, a
Escolástica y a Teresa Francisca Cerezo y también a un varón, Juan de
Bracamonte, que por su apellido debió confundir a los investigadores, aunque
hoy bien sabemos (Miguel Rodríguez Díaz de Quintana dixit. Ver artículo, De
la inexistente primera mujer de Maciot de Bethencourt) que ese es el apellido
de la abuela de su abuelo Maciot, doña María de Bracamonte, más conocida como
Princesa Teguise de Lanzarote, esposa legítima del primer Maciot e hija de los
últimos reyes indígenas de la isla, Guadarfía y Aniagua.
En el libro primero de sepulturas
(1518-1529) constan dos registros relacionados con Juan Perdomo. El primero es
el enterramiento de una de sus hijas en 1520. El segundo, datado en 1521,
es el pago de la inhumación de su tío Autindana:
“Iten a 26 de julio recibí de
Juan Perdomo 50 maravedís por abertura de la sepultura en que se enterró
Tindana”
Acerca de Maciot III, primer
poseedor del mayorazgo de Hoya de Pineda, consta en escritura de arras
que casó en 1534 con Ana Rengifo de Herrera, hija de Alonso de Herrera y de Ana
Rengifo. De este matrimonio proceden, los siguientes hijos: Lucano de Betancor,
sucesor del mayorazgo, casado con Leonor de Vega y Melchora de Padilla; Maciot
IV, casado con María Ardid; Juan de Betancor, con María de Quintana; Marcos de
Betancor, con Catalina Ugarte y también con Ángela Betancor; y
Luisa de Betancor, por quien sigue la línea.
Luisa de Betancor, en su
matrimonio con Adán de Acedo (hijo de Pedro Acedo y Elvira de Cubas y nieto por
tanto de Catalina Hernández Guadarteme y de su segundo esposo Adán de Acedo, el
mozo) tuvo, al menos, a estos hijos: Adán de Acedo, marido de Úrsula de
Betancor por quien sigue la línea; y Juan de Acedo, casado con María de
Ceberio.
Adán de Acedo y Úrsula de
Betancor, hija de Juan de Betancor y Marina de Algaba, fueron los progenitores
de: Pedro de Acedo, nacido en Gáldar en 1578 y casado en 1616 con Leonor de
Trejo y Carvajal; Marina de Betancor, nacida en 1591, mujer de Lázaro de Reina;
Luisa de Betancor nacida en 1594, casada en Guía en 1616 con Cristóbal de
Mireles; y Beatriz de Betancor, por quien sigue la línea.
A partir de aquí abandonamos el
Nobiliario y procedemos a mostrar a los lectores con documentación propia de
respaldo la sucesión del linaje estudiado. Veamos en primer lugar la partida de
matrimonio de Beatriz de Betancor con Juan de Quintana:
Iglesia de Santiago Apóstol de
Galdar, Libro1 Folio17 Vto 1626 “En veinte y uno de Setiembre case y vele
infasie eclesie con las tres amonestaciones conforme lo dispone el Sancto
Consilio á Juan de Quintana Carvajal el moso con Doña Beatris de Betancor
vecinos desta villa de Galdar fueron padrinos Christoval Origuela y Doña
Beatris su muger en presencia de Francisco Cabrejas y el licenciado Barreto y
Matheo Quintana y Pedro Zambrano y otros muchos y lo firme de mi nombre, fecho
en veinte y un dia de San Matheo se dió las manos y en veinte y quatro
veló.” Br. Francisco Roldan.
El testamento de Beatriz fue
dictado en Gáldar ante el escribano Pedro Alonso de Medina, un año
después del dictado por su esposo que era ya difunto. Mostramos a
continuación dos de sus cláusulas que clarifican las cosas acerca
de la continuidad de la estirpe y de sus relaciones con ilustres
personajes galdenses. Atención al hecho de que uno de los testigos recibe el
nombre de Fernando Guanarteme, casi dos siglos después del fallecimiento del
rey canario:
“Yten declaro que yo fui casada y
belada en has de la santa Madre yglesia con Juan de Quintana Gonsales que dios
aya y durante el matrimonio tubimos por nuestros yjos a doña Antonia de Cabrejas,
a don Gaspar de Quintana y don Sebastian de Quintana”...
“Yten declaro que dejo por mis
albaseas testamentarios al lisensiado don Juan Asedo Betancor mi sobrino y a
mis tres yjos que lo pido por amor de dios y por que hasi quien otro tanto
hagan por ellos y asi nonbro a mi primo Esteban Sanbrano Betancor como de quien
tengo tanta confiansa que haran por mi anima todo aquello que les pido y esta
es mi ultima boluntad siendo testigos Alonso de Fiesco, Luis del Billar y Juan
de Miranda y Nicolas Rodrigues, don Cristobal de Aguilar y Esteban Sanbrana
Betancor y Fernando Guanarteme vesinos desta billa que se allaron presente a
esta memoria ques fecha en la billa de Galdar en dies y ocho de Mayo de mil y
seysientos y sesenta y un años y por no saber firmar yo la dicha doña Beatris,
Rogue a un testigo lo firme por mi que lo fue a su Ruego Fernando Guanarteme.”
Soy testigo Alonso de Fiesco Sanches, Esteban Sanbrana. Fernando Guanarteme
Gaspar de Quintana, por quien
sigue la línea, nace y fallece en Gáldar. Aunque no hemos localizado su partida
de matrimonio, sí su carta de testamento, dictada ante Cristóbal Suárez de
Medina en 1691, dos días antes de su muerte.
“Yten declaro que yo fui casado y
belado en has de la Santa
Madre Yglesia con Doña Maria de Medina y del matrimonio
procreamos por nuestros hijos lexitimos a Francisco de Quintana, a Juan de
Quintana y a Diego de Quintana, Pedro de Quintana y a Doña Beatris de Quintana
Asedo Vetancurt que oy biben declarolo asi”
Francisco de Quintana, el
primogénito, por quien sigue la línea, nace en Gáldar en 1656 y casa en la
misma localidad a los 22 años en junio de 1679 con Catalina Luis. Esta es la
partida correspondiente:
Iglesia de Santiago Apostol de
Galdar, Libro 1- Folio 59 Vto - Año 1679. "En la villa de Galdar en
catorse de Henero de mil y seiscientos y setenta y nueve fray Blas Castellano
Servidor del Beneficio de dicha villa case y vele a Francisco de Quintana hijo
de Gaspar de Quintana y de Doña Maria Medina con Catharina Luis hija legitima
de Benito Castellano y de Ana Gonsales su legitima muger segun la forma del
Santo Evangelio siendo testigos D. Diego Pineda y Don Luis del Villar, con
otras personas y por verdad lo firme en dicho dia mes y año. Fray Blas
Castellano."
Ambrosio de Quintana, hijo de los
anteriores, nace en Gáldar en 1679 y casa en la misma iglesia de Santiago en
1701 con Melchora Lorenzo. He aquí la partida que lo atestigua:
Iglesia del Apóstol Santiago -
Galdar, Libro 3 - Folio 258 Vto - Año 1701 "En la villa de Galdar en
beinte y tres de octubre de mil setesientos y un años yo el Bachiller Francisco
Sanches de Tobar Beneficiado desta parroquia de el apostol Santiago case en has
de la Santa Madre
Iglecia a Don Ambrosio de Quintana y Betancur hijo lexitimo de Don Francisco de
Quintana y de Cathalina Castellano y a Melchora de Saavedra hija lexitima de
Antonio de Saavedra y de Ynes Hernandes difunta, todos besinos desta billa,
siendo testigos D. Pedro de Tapia, D. Diego de Quintana y Joan Rodrigues
vesinos de esta billa y otras personas que se hallaron presentes”. Bachiller
Francisco Sanches de Tobar."
E.
DESDE GÁLDAR A LOS ARENALES DE LAS PALMAS
A partir del peldaño X bajamos la
escala apoyándonos todo el tiempo en la diestra parte, la femenina,
para, de madre a hija, durante diez generaciones descender
progresivamente hasta alcanzar la base del cuadro que, en esta
ocasión, no está ocupada por el autor de estas líneas. Es mi hija Nayra
la que hereda, a través de su madre y de sus abuelas, la sangre de Tenesoya.
Aunque las generaciones más
recientes están afincadas en Las Palmas, la ascendencia pronto se dirige
al encuentro de Tenesoya en Gáldar, la ciudad de las guayarminas. Alternándose
las Carmen y las María José hacemos un recorrido hacia atrás en el tiempo por la Gáldar de los siglos XIX y
XVIII a través de los apellidos Saavedra, Moreno, Alemán, Mendoza, Castellano,
Lorenzo hasta empatar con los Quintana y los Betancor que nos llevan en
volandas hasta la guayarmina Tenesso.
Sabemos que es difícil a estas
alturas cambiarle el nombre a Tenesoya Vidina pero del mismo modo que
defendemos que el rey canario debe ser llamado, como atestiguan las crónicas,
Guadarteme o Guadnarteme, proponemos que a esta reina o guayarmina en concreto
se le respete su nombre vernáculo de Tenesso. Recordemos para los que se
inician es estas lides históricas que fue el insigne Morales Padrón, el autor
de Canarias: Crónicas de su conquista, quien señaló en su momento (p.
54):
“Creemos que la crónica
primitiva, tal como se lee en la
Lacunense decía “Tenesso y era sobrina”; en la Ovetense ya el texto se
ha convertido en “Tenesoyas, sobrina”; y Sedeño escribe Thenesoia. No
vamos muy descaminados si por apócope “Tenesso y era” dio Tenesoya y “Vidina”
se leyó por sobrina”.
La foto más antigua que
conservamos de este linaje galdense es de la retatarabuela de mi hija
Nayra: Carmen González Saavedra, a quien vemos acompañada de su marido,
Wenceslao (Pancho) Pérez. Calculamos por las pintas que la foto es de finales
del XIX. También conservamos una instantánea de su tatarabuela materna, Mª José
Pérez González, que, aunque nacida en Galdar en 1883, casa en Las Palmas en la
iglesia de San Agustín con Pedro Gregorio González Martín, natural de
Agaete. Desde entonces su descendencia se asienta en los arenales próximos
a Las Canteras en el popular barrio de Guanarteme.
En honor a mi hija Nayra,
descendiente de la guayarmina Tenesso en vigésima generación, a quien tanto
quiero, voy a terminar este artículo haciéndole en verso un retrato
escultórico:--- (Faneque Hernández)
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