lunes, 27 de julio de 2015

ARCHIVO PERSONAL DE EDUARDO PEDRO GARCÍA RODRÍGUEZ-LXXXIX



LOS GRABADOS DEL BARRANCO DE BALOS

El presente trabajo es el primero de una serie dedicada por el Servicio Pedagógico del Museo Canario a la difusión del conocimiento sobre un apartado tan importante, y a la vez marginado de nuestra cultura, como sin duda lo es la prehistoria del archipiélago canario. Conocimiento que no sólo es ajeno a sectores sociales menos preparados culturalmente, sino que incluso afecta a profesionales con titulaciones medias y superiores, de entre estos últimos destacamos a maestros y licenciados ya que una gran mayoría de ellos, aun impartiendo labores docentes de enseñanza, reconocen no poseer conocimientos básicos sobre los aspectos más elementales del pasado prehistórico de nuestras islas. En este sentido, las encuestas realizadas ponen de manifiesto que más de un 90 por ciento de los encuestados no han visitado jamás los yacimientos arqueológicos declarados Monumentos Históricos Artísticos como son los de Cuatro Puertas Tufia, La Cueva Pintada, Los Grabados de Balos, etc., por otra parte también obtuvimos porcentajes elevados referentes a las escasas visitas que realizan a los museos, especialmente al Museo Canario, reconociendo que tan sólo lo hicieron en su infancia.

En base a los resultados obtenidos no se nos ocurren sino amargas reflexiones, pues entendemos que el medio de protección más efectivo para el patrimonio arquelógico canario no puede ser otro que la elevación del nivel cultural de la sociedad. De nada sirve amurallar los yacimientos ni siquiera someterlos a vigilancia, mientras la convicción de que los atentados contra nuestro patrimonio arqueológico constituyen un daño irreparable contra nuestra propia identidad como pueblo. Es preciso que esta idea llegue a todos para que cada ciudadano pueda convertirse en el más efectivo guardián del legado cultural de nuestros antepasados.

No compartimos la idea de determinados grupos, los cuales argumentan que las medidas más efectivas encaminadas a proteger nuestros yacimientos deben ser las de no difundir información sobre la existencia de los mismos. En nuestra opinión tal medida no constituye otra cosa que un "parche" temporal a la verdadera solución del problema. La experiencia demuestra que la opinión pública se moviliza presionando ante los organismos oficiales para evitar el destrozo en un yacimiento tan sólo cuando existe una conciencia colectiva del problema.

Por último, antes de concluir con el apartado de la introducción, quisiéramos señalar que el lector no encontrará en estas páginas otra cosa que un breve resumen sobre cada yacimiento, en donde se recoge la opinión de diferentes autores, lo más relevante, extractado de una bibliografía por lo general ya agotada y de difícil adquisición. No obstante, los trabajos se acompañarán de un aparato bibliográfico, así como de su procedencia, para quienes deseen profundizar en el conocimiento de los temas tratados.

EL MARCO GEOGRÁFICO

El barranco de Balós se encuentra emplazado en el sudeste de Gran Canaria. Con una superficie dé 55 kilómetros cuadrados, posee una cuenca hidrográfica no muy larga pero sí bastante ancha. Dicha cuenca tiene dos partes bien diferenciadas. La parte superior de pendiente pronunciada con su cabecera en el pico del Majabal a 400 metros de altura, y la parte costera, bastante llana — Los Llanos de Arinaga— desaguando en la bahía de Forma.

Por su izquierda limitan sus divisorias con las del barranco de Guayadeque y otras pequeñas cuencas de menor importancia como las del barranquillo del Villanillo y de Montaña Francisco. Por su derecha lo hacen con las de Tirajana y los Llanos de Sardina.
El topónimo de Balos le viene porque en todo su ancho estuario existen multitud de estas plantas (Plocama Péndula)'cuyo nombre vulgar es balo, arbusto resistente a la sequía, tronco leñoso, muy flexible de tallo y ramas, tallo que al ser raspado emite un olor desagradable, que se transmite a la leche de las cabras cuando toman el arbusto como pasto en épocas de sequía.

No obstante, el balo no es la única especie vegetal que existe en este barranco; encontramos también el cardón, la tabaiba, el tasaigo, el verode, el incienso, la vinagrera, etc.

Los puntos que producen estos golpes suelen ser muy superficiales y poco profundos sufriendo los grabados realizados con esta técnica una erosión intensa y múltiple, especialmente del agua en las zonas bajas que se muestran lamidas y abrillantadas. También se ven afectados por el aire que arrastra arena precipitándola contra los grabados que por ello se ven seriamente deteriorados.

B)   Incisión o frotado a base de un pico basáltico, menos frecuente que el picado, pero que prácticamente esta técnica se utiliza para unir los puntos picados y dar al trazo la forma de línea continua.
A. Beltrán apunta al respecto: "Dado lo superficial de ambos trabajos a veces no resulta fácil separarlos; en cambio, es quizá en esta técnica donde resulta más fácil eliminar los trazos modernos (se refiere el autor a los innumerables grafitos realizados recientemente).

C)   Incisión fina y continua, sumamente rara (A. Beltrán). Esta técnica aparece en las inscripciones tifinagh. Según Beltrán: "Cronológicamente la técnica de incisión y la de arrastrado se superponen a la de picado y son por lo tanto más modernas, sin que podamos decir cuánto, en términos absolutos".

"En cuanto a la pátina, es tan variable y se unifica de tal modo con el transcurso del tiempo, que no hace falta sea mucho, que resulta aventurado extraer consecuencias cronológicas, no obstante las diferencias".
Referente a la conservación de los grabados, éstos están en función sobre todo de la acción de los agentes erosivos. Por lo general, los picados antiguos, algo erosionados, son de difícil visibilidad (A. Beltrán).

Las campanas de mentalización deben ser llevadas a cabo por los maestros
desde los primeros años de enseñanza

TIPOLOGÍA DE LOS GRABADOS

No es nuestra intención extendernos demasiado en la descripción tipológica de los grabados, el lector interesado podrá remitirse a la bibliografía especializada que existe al respecto.

Por lo general, los autores que se han ocupado del tema coinciden en clasificar los grabados de Balos de la siguiente forma:
Antropomorfos, zoomorfos, arboriformes, naviformes, lineales, alfabetiformes, astrales, bélicos, simbólicos, espiriformes y cruciformes.

En lo que respecta a los grabados cruciformes, hay que tener en cuenta que Telde, lugar cercano, fue uno de los lugares primigenios en la cristianización de Canarias —recuérdese los mártires de Telde - y sede del obispado de Canarias, no sería aventurado pensar, como dice el doctor Hernández Pérez: "Que muchos de estos signos fuesen una cristianización del lugar, porque ya existían otros anteriores, o al menos que grabasen cruces como otro motivo más...".

Sobre el origen y cronología de los grabados opina A. Beltrán: "Queda pues sentado que todas las cuestiones relativas al origen, cronología y relaciones de los grabados y del resto de las islas son de imposible solución, al menos con certidumbre, en el momento presente, y que solamente cuando se aclare el problema de la procedencia de los aborígenes canarios y de la época de su arribada a cada una de las islas y las fases de desarrollo y caracteres de su cultura material, se podrá avanzar, con seguridad, en el tema; lo dicho no excluye que se puedan adelantar hipótesis de trabajo con un fondo de verosimilitud e incluso de algunas precisiones concretas".

Así el doctor Beltrán concluye: "El macizo de los Balos fue un santuario o lugar sagrado, en uno de los puntos estratégicos de Gran Canaria, su posición privilegiada respecto de las entradas en la isla lo hace muy accesible, pero no obliga a suponer que quienes llegaron a grabar allí lo hiciesen circunstancalmente, sino que debe pensarse.en habitantes de la isla que han dejado allí sus huellas picadas sobre la roca,a lo largo de unos cuatro mil años".

Sobre el origen de los autores de los grabados, señala: "La arribada de los grabadores a Canarias procedería, inmediatamente, de África, recogiendo en la zona noroeste aportaciones mediterráneas, hispánicas y atlánticas que se mezclarían aun antes de llegar, y tomarían una fuerte carga de localismo en cada isla, evolucionando independientemente".

Dentro del apartado de las hipótesis, Beltrán hace las siguientes afirmaciones: "No hay nada en Balos anterior al neolítico, ni probablemente neolítico, cronológica o culturalmente considerado, de Europa o de África. Los signos concéntricos, espirales, meandros, circunferencias y óvalos con diámetros, serían los más antiguos y podrían llevarse hasta el eneolítico o el bronce medio europeo".

Lo mismo que decimos para Balos puede aplicarse a las pinturas del abrigo de la Majada Alta y de la Cueva del Moro, que están en la línea de algunas esquematizaciones de Balos y que, en cualquier caso, son posteriores a la edad del bronce".

No quiséramos concluir este trabajo sin mencionar que el estado de conservación que presenta el macizo de Balos está en relación no tanto de los agentes erosivos naturales, sino más bien relacionado con la acción criminal de desaprensivos que impunemente están destruyendo una de las más importantes estaciones rupestres del archipiélago canario.
Julio Cuenca Sanabria,  Conservador del Museo Canario, en: Revista Aguayro
Año XII nº 141, mayo-junio de 1982.
(Archivo Personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)



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