LOS GRABADOS DEL BARRANCO DE
BALOS
El presente trabajo es el primero
de una serie dedicada por el Servicio Pedagógico del Museo Canario a la
difusión del conocimiento sobre un apartado tan importante, y a la vez
marginado de nuestra cultura, como sin duda lo es la prehistoria del
archipiélago canario. Conocimiento que no sólo es ajeno a sectores sociales
menos preparados culturalmente, sino que incluso afecta a profesionales con
titulaciones medias y superiores, de entre estos últimos destacamos a maestros
y licenciados ya que una gran mayoría de ellos, aun impartiendo labores
docentes de enseñanza, reconocen no poseer conocimientos básicos sobre los
aspectos más elementales del pasado prehistórico de nuestras islas. En este
sentido, las encuestas realizadas ponen de manifiesto que más de un 90 por
ciento de los encuestados no han visitado jamás los yacimientos arqueológicos
declarados Monumentos Históricos Artísticos como son los de Cuatro Puertas Tufia,
La Cueva Pintada ,
Los Grabados de Balos, etc., por otra parte también obtuvimos porcentajes
elevados referentes a las escasas visitas que realizan a los museos,
especialmente al Museo Canario, reconociendo que tan sólo lo hicieron en su
infancia.
En base a los resultados
obtenidos no se nos ocurren sino amargas reflexiones, pues entendemos que el
medio de protección más efectivo para el patrimonio arquelógico canario no
puede ser otro que la elevación del nivel cultural de la sociedad. De nada sirve
amurallar los yacimientos ni siquiera someterlos a vigilancia, mientras la
convicción de que los atentados contra nuestro patrimonio arqueológico
constituyen un daño irreparable contra nuestra propia identidad como pueblo. Es
preciso que esta idea llegue a todos para que cada ciudadano pueda convertirse
en el más efectivo guardián del legado cultural de nuestros antepasados.
No compartimos la idea de
determinados grupos, los cuales argumentan que las medidas más efectivas
encaminadas a proteger nuestros yacimientos deben ser las de no difundir
información sobre la existencia de los mismos. En nuestra opinión tal medida no
constituye otra cosa que un "parche" temporal a la verdadera solución
del problema. La experiencia demuestra que la opinión pública se moviliza
presionando ante los organismos oficiales para evitar el destrozo en un
yacimiento tan sólo cuando existe una conciencia colectiva del problema.
Por último, antes de concluir con
el apartado de la introducción, quisiéramos señalar que el lector no encontrará
en estas páginas otra cosa que un breve resumen sobre cada yacimiento, en donde
se recoge la opinión de diferentes autores, lo más relevante, extractado de una
bibliografía por lo general ya agotada y de difícil adquisición. No obstante,
los trabajos se acompañarán de un aparato bibliográfico, así como de su
procedencia, para quienes deseen profundizar en el conocimiento de los temas
tratados.
EL MARCO GEOGRÁFICO
El barranco de Balós se encuentra
emplazado en el sudeste de Gran Canaria. Con una superficie dé 55 kilómetros
cuadrados, posee una cuenca hidrográfica no muy larga pero sí bastante ancha.
Dicha cuenca tiene dos partes bien diferenciadas. La parte superior de
pendiente pronunciada con su cabecera en el pico del Majabal a 400 metros de altura,
y la parte costera, bastante llana — Los Llanos de Arinaga— desaguando en la
bahía de Forma.
Por su izquierda limitan sus
divisorias con las del barranco de Guayadeque y otras pequeñas cuencas de menor
importancia como las del barranquillo del Villanillo y de Montaña Francisco.
Por su derecha lo hacen con las de Tirajana y los Llanos de Sardina.
El topónimo de Balos le viene
porque en todo su ancho estuario existen multitud de estas plantas (Plocama
Péndula)'cuyo nombre vulgar es balo, arbusto resistente a la sequía, tronco
leñoso, muy flexible de tallo y ramas, tallo que al ser raspado emite un olor
desagradable, que se transmite a la leche de las cabras cuando toman el arbusto
como pasto en épocas de sequía.
No obstante, el balo no es la
única especie vegetal que existe en este barranco; encontramos también el
cardón, la tabaiba, el tasaigo, el verode, el incienso, la vinagrera, etc.
Los puntos que producen estos
golpes suelen ser muy superficiales y poco profundos sufriendo los grabados
realizados con esta técnica una erosión intensa y múltiple, especialmente del
agua en las zonas bajas que se muestran lamidas y abrillantadas. También se ven
afectados por el aire que arrastra arena precipitándola contra los grabados que
por ello se ven seriamente deteriorados.
B) Incisión o frotado a base de un pico
basáltico, menos frecuente que el picado, pero que prácticamente esta técnica
se utiliza para unir los puntos picados y dar al trazo la forma de línea
continua.
A. Beltrán apunta al respecto:
"Dado lo superficial de ambos trabajos a veces no resulta fácil
separarlos; en cambio, es quizá en esta técnica donde resulta más fácil
eliminar los trazos modernos (se refiere el autor a los innumerables grafitos
realizados recientemente).
C) Incisión fina y
continua, sumamente rara (A. Beltrán). Esta técnica aparece en las
inscripciones tifinagh. Según Beltrán: "Cronológicamente la técnica de
incisión y la de arrastrado se superponen a la de picado y son por lo tanto más
modernas, sin que podamos decir cuánto, en términos absolutos".
"En cuanto a la pátina, es tan variable y se unifica de
tal modo con el transcurso del tiempo, que no hace falta sea mucho, que resulta
aventurado extraer consecuencias cronológicas, no obstante las
diferencias".
Referente a la conservación de los grabados, éstos están en
función sobre todo de la acción de los agentes erosivos. Por lo general, los
picados antiguos, algo erosionados, son de difícil visibilidad (A. Beltrán).
Las campanas de mentalización deben ser llevadas a cabo por
los maestros
desde los primeros años de enseñanza
TIPOLOGÍA DE LOS GRABADOS
No es nuestra intención
extendernos demasiado en la descripción tipológica de los grabados, el lector
interesado podrá remitirse a la bibliografía especializada que existe al
respecto.
Por lo general, los autores que
se han ocupado del tema coinciden en clasificar los grabados de Balos de la
siguiente forma:
Antropomorfos, zoomorfos,
arboriformes, naviformes, lineales, alfabetiformes, astrales, bélicos,
simbólicos, espiriformes y cruciformes.
En lo que respecta a los grabados
cruciformes, hay que tener en cuenta que Telde, lugar cercano, fue uno de los
lugares primigenios en la cristianización de Canarias —recuérdese los mártires
de Telde - y sede del obispado de Canarias, no sería aventurado pensar, como
dice el doctor Hernández Pérez: "Que muchos de estos signos fuesen una
cristianización del lugar, porque ya existían otros anteriores, o al menos que
grabasen cruces como otro motivo más...".
Sobre el origen y cronología de los
grabados opina A. Beltrán: "Queda pues sentado que todas las cuestiones
relativas al origen, cronología y relaciones de los grabados y del resto de las
islas son de imposible solución, al menos con certidumbre, en el momento
presente, y que solamente cuando se aclare el problema de la procedencia de los
aborígenes canarios y de la época de su arribada a cada una de las islas y las
fases de desarrollo y caracteres de su cultura material, se podrá avanzar, con
seguridad, en el tema; lo dicho no excluye que se puedan adelantar hipótesis de
trabajo con un fondo de verosimilitud e incluso de algunas precisiones
concretas".
Así el doctor Beltrán concluye:
"El macizo de los Balos fue un santuario o lugar sagrado, en uno de los
puntos estratégicos de Gran Canaria, su posición privilegiada respecto de las
entradas en la isla lo hace muy accesible, pero no obliga a suponer que quienes
llegaron a grabar allí lo hiciesen circunstancalmente, sino que debe
pensarse.en habitantes de la isla que han dejado allí sus huellas picadas sobre
la roca,a lo largo de unos cuatro mil años".
Sobre el origen de los autores de
los grabados, señala: "La arribada de los grabadores a Canarias
procedería, inmediatamente, de África, recogiendo en la zona noroeste
aportaciones mediterráneas, hispánicas y atlánticas que se mezclarían aun antes
de llegar, y tomarían una fuerte carga de localismo en cada isla, evolucionando
independientemente".
Dentro del apartado de las
hipótesis, Beltrán hace las siguientes afirmaciones: "No hay nada en Balos
anterior al neolítico, ni probablemente neolítico, cronológica o culturalmente
considerado, de Europa o de África. Los signos concéntricos, espirales,
meandros, circunferencias y óvalos con diámetros, serían los más antiguos y
podrían llevarse hasta el eneolítico o el bronce medio europeo".
Lo mismo que decimos para Balos
puede aplicarse a las pinturas del abrigo de la Majada Alta y de la Cueva del Moro, que están en
la línea de algunas esquematizaciones de Balos y que, en cualquier caso, son
posteriores a la edad del bronce".
No quiséramos concluir este
trabajo sin mencionar que el estado de conservación que presenta el macizo de
Balos está en relación no tanto de los agentes erosivos naturales, sino más
bien relacionado con la acción criminal de desaprensivos que impunemente están
destruyendo una de las más importantes estaciones rupestres del archipiélago
canario.
Julio Cuenca Sanabria, Conservador del Museo Canario, en: Revista
Aguayro
Año XII nº 141, mayo-junio de 1982.
(Archivo Personal de Eduardo Pedro García Rodríguez)
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