Informábamos, el 29 de Mayo del
97, de una reunión con el entonces Vice Consejero de Medioambiente, Manuel
Torres, que este nos había confesado que existían fuertes intereses ligados a
la “Construcción”, dentro y fuera del Parque Rural, y ante la pregunta de cuál
iba a ser su postura “oficial”, contestó con que “en su terreno nadie le decía
que tenía que hacer...” Una respuesta clásica de político ante una pregunta
clara [Ellos los políticos, los filósofos y los psiquiatras son especialistas
en complicar lo que intrínsecamente es sencillo] que, además, cada cual puede
interpretar “a la carta”.
Claro, cuando te sueltan de
repente una respuesta tan ambigua, cada
uno la puede interpretar de acuerdo a sus expectativas o deseos; Hubo quienes
la interpretaron como que apoyaría a las Asociaciones de Vecinos allí
representadas, y hubo quienes lo interpretamos como que dependería de las
“ventajas” que le convendrían o no... [¡Aaah...!, la eterna desconfianza sobre
los políticos...]
Pasado el tiempo, comprobada la
revalorización que “algunas parcelas tuvieron con la aprobación del Plan Rector
de Uso y Gestión del Parque Rural de Anaga, uno no puede por menos que
preguntarse cuanto no se habrán revalorizado “algunos terrenos” con la
Afectación de Anaga como Reserva de la Biosfera. Yo no me creo que los buenos
políticos, esa gente desinteresada que trabaja para nosotros, el populacho
desagradecido, hayan pensado solo en nuestro bienestar, hayan planificado el
Desarrollo endógeno de Anaga pensando en nosotros; Que las pequeñas
construcciones de chalets de alto estanding adosados a las faldas de las
laderas y montañas serán realidad tarde o temprano dentro del Espacio Natural
serán un hecho, estoy absolutamente seguro. De eso se asegura el PRUG del
Parque Rural.
Que la nueva normativa de la Reserva
de la Biosfera se asegurará de que así sea no me cabe la menor duda; De que
está encaminada toda la vieja reglamentación como la que vendrá, a refrendar
todo esto no me cabe duda, pues tiene como premisa fundamental respaldar los
intereses de quienes gobiernan de verdad y no de los mandados políticos, y en
Anaga, como en otros sitios no se salva ni el pito del sereno. Por tanto es
previsible que haya aumentado el precio de cotización de los solares, acorde a
las “nuevas restricciones”.
Y hablando de restricciones,
recuerdo cuando, por aquellas fechas se intentó vendernos la moto de que,
debido “ a lo justas que eran nuestras reivindicaciones” se nos intentó vender
la moto de que a cualquiera que tuviera una parcela de 5.000 m2 en determinadas
zonas, se permitiría construir una primera residencia... ¿Pero, si ellos
hicieron un estudio sobre la Estructura de la Propiedad en Anaga...? Claro, por
eso la propuesta, porque quien tuviera esos terrenos dedicados a la agricultura
no iba a dejar de hacerlo, pues si divides la propiedad entre dos hijos
[Pongamos por caso] ya no cumples lo estipulado, además de que había que
cumplimentar otra reglamentación, con lo que
lo de los 5000 m2 quedaba en agua de borrajas, solo asequible al
“funcionariado y a gentes de más alto estanding” y no a los propietarios que
tendrían que vender lo suyo en cuatro perras para no estar pagando impuestos
por tierras improductivas.
En resumen, todo planeado para
que quienes vivimos y sufrimos la Afectación de Espacio Natural Protegido, tengamos
que vender barato y desarraigarnos social y culturalmente, en lo gethos urbanos
que como Añaza, fueron construidos para los magos de Anaga. Todo diseñado para
aburrirnos y que nos vayamos. Como muestra
un botón; Si tienes la mala fortuna de que una especie protegida y en
Anaga lo es hasta la flora introducida potencialmente peligrosa, en medio de
una huerta, estás obligado/ a a ir primero a la oficina del Cabildo más cercana
a solicitar permiso para desceparla o arrancarla, y cuando te lo den, proceder
a arrancarla, en lugar de hacerlo directamente. ¿Qué se pretende con esto?
Cansar a la gente, porque ¿Acaso no la arrancas igual con permiso o sin
permiso? ¿No las estas “matando” igual? Sin embargo pidiendo permiso, pierdes
medio día y gastas en transporte y una comida fuera de tu lugar de residencia,
solo porque unos/ as burócratas, en su imbecilidad, dicen que tienes que
hacerlo así y punto.
Si esto ocurriera en Galicia u
otros sitios, ya no hubiera más verde en Anaga que los cuartos de aperos pintados
con ese color, o dicho de otra forma,
han dado con gente que sabe apreciar y valorar el terruño donde vive y del que
come, pues no hace tanto tiempo, en que los padres de esos mismos burócratas
“subían al mago” a rebuscar lo que quedaba atrás después de la cosecha o a
intercambiar cosas a cambio de productos del campo, o bajaban las mujeres y
niñas, “ajundiditas” de leña, carbón, leche y otras para vender en la ciudad,
si es que guardias abusadores no se las requisaban para regalárselas a
cantineros igualmente abusadores a cambio de alcohol barato.
Que nadie de esos “ecologistas
urbanos” [Que no son tales ecologistas] crean que somos tan tontos como para
haber olvidado el pasado y “no conocer al pájaro por la cagada...”
Desde la Vieja
Fortaleza, Menceyato de Anaga
Rukaden Ait Anaga, 29
Julio 2015
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