1. INTRODUCCIÓN
La Viceconsejería de Cultura y Deporte del Gobierno de
Canarias, por requerimiento
del Servicio de Medio Ambiente del Cabildo Insular de Tenerife, autorizó en 2002 y
2003, la prospección arqueológica de urgencia de
dos vías de
servicio paralelas a la Autopista
del Sur, TF-1, el acondicionamiento de la TF-631
Abades-San Miguel de Tajao
(Arico) y la vía de acceso entre el puerto de
Granadilla y el aeropuerto Reina
Sofía del Sur de Tenerife (Granadilla),
cuyo trazado más oriental pasa por las proximidades del Monumentos Natural de Montaña Pelada y el Monumento Natural de las
montañas de Los Riscos e Ifara.
2. LOCALIZACIÓN Y
YACIMIENTOS DOCUMENTADOS
2.1. Sector 1:
Arico
Los yacimientos se encuentran asociados a
los cauces de los tres grandes barrancos, Narices, Las Lisas y Vijigua, por disponer
de agua al estancarse en
el cauce, o bien sobre lomas con posición visual
dominante y visibilidad hacia el mar.
El trazado de
la carretera de servicio paralela a la autopista del
Sur, que en la
TF-1 tiene cotas descendentes
entre 67-57 m.s.n.m., oscila en la TF-631, entre Abades y San Miguel de Tajao
entre las cotas máxima de 93 y la mínima de 28 m.s.n.m. En su trazado, los accidentes geográficos más significativos a
nivel del poblamiento humano, son el cauce del
Barranco de Narices que desemboca
en Abades, el Barranco de las Lisas en
la Playa de la Jaca y el Barranco
de Vijigua en la
Caleta del Sordo.
El espacio se halla notablemente
antropizado, atravesado por la actual carretera de servicio TF-631 que va a ser
objeto de mejora. En el arranque
de la carretera en Abades, la montaña inmediata se encuentra parcialmente desmontada. En el
cauce del Barranco de Narices, la construcción de una tubería de agua
elevada que va muy próxima a la
carretera de servicio, ha desmontando
sectores del barranco y se ha vertido cemento
y escombros en sus inmediaciones.
Una gasolinera en la margen derecha de
la carretera, en la zona de
Los Revueltos, ha aterraplanado una notable superficie junto a
la autopista TF-1. Finalmente, se
aprecian terrazas de cultivo de secano abandonadas próximas al Barranco de
las Lisas y La Jaca, o la presencia de invernaderos en la margen derecha junto
al cauce del Barranco de Vijigua, próximas a la rotonda que desciende hacia San Miguel de Tajao.
2.1.1. Abrigo del
Barranco de Narices 1
Abrigo de habitación situado a 59
m.s.n.m., orientado al Suroeste, 200º,
en la margen derecha del barranco, siempre visto desde el mar. Aprovecha
un afloramiento de toba cuya visera, que
debió tener unos 2 m., está derrumbada
en su práctica totalidad. Se aprecia
en la
plataforma superior encima de
la visera, en la zona del
derrumbe y en sus inmediaciones, huesos de cabra, malacología de patella
sp. y Monodonta atrata,
cerámica aborigen e histórica a mano, obsidiana y basaltos trabajados.
El espa cio nmediato está muy afectado por
la construcción de una gran tubería de
agua cuya instalación quizás provocó parte de los derrumbes. Coordenadas UTM:X
357329.8695-Y 3113987.6573.
2.1.2. Loma del
Barranco de Narices 2
En la
margen izquierda del barranco,
individualizada por una curva del cauce
del barranco, sobre una cota dominante
de 62 m.s.n.m., controlando la ensenada de
Abades, con una superficie con abundantes rocas sueltas, entre las cuales se
aprecia alguna estructura
estacional destruida, se detectó cierta concentración de material
aborigen como malacología, patella,
y basaltos trabajados, claramente
exógenos a la litología del
en torno, pertenecientes a
este asentamiento estacional.
Coordenadas UTM: X 357264.9485-Y 3113862.3238.
2.1.3. Abrigos
artificiales de Los
Revueltos 1
En una de
las laderas de Los
Revueltos, se localizan dos
abrigos artificiales abiertos al Sur-Suroeste, 200º, aprovechando un espacio de
visera junto a la parte superior de
una ladera, en la cota de 59
m.s.n.m., que cuentan un muro de
cierre hasta arriba.
No se aprecia material arqueológico claramente
aborigen, puesto que la fauna de cárpidos y la presencia de Thais haemastoma no resulta diagnóstica, y cabe definirla como
una estructura de interés etnográfico.
Coordenadas UTM: X 356902.3570- Y 3113451.6748.
2.1.4. Cuevas
artificiales de Los
Revueltos 2
En otra ladera de Los
Revueltos, se localizan dos cuevas
y un abrigo artificial en la toba, abiertos al Sur, aprovechando un
espacio de visera, entre las cotas de
79-77 m.s.n.m. La cueva principal tiene una puerta con dintel, y la
segunda presenta un acceso con
vano usando bloques aparejados. El
abrigo artificial presenta cierre con
una pared de circunvalación
parcialmente derrumbada, probablemente para estabulado de cápridos. En superficie se documentó cerámica
aborigen e histórica a mano, patella y
Thais haemastoma. A pesar de su intensa reutilización cabe presumir un
origen aborigen. Coordenadas
UTM: X 356614.5990-Y
3112933.7174.
2.1.5. Lomo de los
Revueltos 3
En lo alto
de una loma de 84 m.s.n.m., con visibilidad hacia la ensenada de
La Jaca, que cuenta a sus
pies con una torre de tendido eléctrico, en una superficie muy pedregosa se observa cerámica decorada aborigen, un gran núcleo y lascas de obsidiana y patella, propias de
un punto de ocupación estacional con talla lítica ocasional. Coordenadas
UTM: X 356420.1018-Y 3112771.5727.
2.1.6. Lomo del
Barranco de las Lisas
En la
ladera alta de una loma de 59
m.s.n.m., se encuentran algunos
muros circunvalando las paredes de la
loma, conservadas hasta un máximo
de seis
hiladas que sirven de abrigo del
viento y estabulado temporal de
cápridos. En su interior se observa una notable concentración
de pequeñas conchas de Thais haemastoma,
junto con Monodonta atrata y patella,
algunas cerámicas aborígenes e
históricas, y un dudoso ídolo de piedra sobre piedra basáltica con cuatro denticulados que pueden ser
de origen natural. Coordenadas UTM: X
356260.4312-Y 3112332.2012.
2.1.7. Lomo
del Barranco de La
Jaca 1
En una altura dominante del Barranco de
la Jaca, de 78 m.s.n.m., en una
superficie pedregosa, se aprecian
espacios despedregados donde se han producido
expolios puntuales, observándose en
superficie cerámica aborigen e
histórica, obsidiana, patella
y Monodonta atrata, propios de
un punto de ocupación estacional.
La loma inmediata, de 76
m.s.n.m., presenta dos torres
de tendido electrico. Coordenadas UTM: X 355834.4112-Y 3111840.2471.
2.1.8. Cuevas
artificiales del Barranco de
La Jaca 2
Junto a la
actual carretera TF-631 se localizan dos cuevas artificiales excavadas en la
tosca, en la cota de
78 m.s.n.m., al pie de una
loma de 85 m.s.n.m., muy expoliadas y en lamentables
condiciones de acumulación de basuras por
encontrarse totalmente accesibles desde la carretera. En su
interior se aprecian hornacinas interiores y compartimentaciones, cada una con una puerta tallada al exterior. No
se pudo identificar material
arqueológico ya que exigen una limpieza interior por el nivel
de basuras, pero tienen un notable interés etnográfico. Co- ordenadas
UTM: X 355591.3961-Y 3111585.6028.
2.1.9. Cuevas
artificiales del Barranco de
La Jaca 3
En sus
inmediaciones, y más próximas a un
cauce secundario tributario del Barranco de
la Jaca, se aprecian dos
cuevas artificiales excavadas en
tosca, orientadas al Sureste,
140º, que aprovechan una visera natural,
separadas por un muro artificial. En
sus inmediaciones se aprecia
cerámica aborigen e histórica a mano y
patella, pero su entorno está afectado por haber sido
cultivado en secano, aunque está
actualmente abandona- do. En todo caso, a
pesar de su reutilización hasta fechas actuales, cabe
presumir una ocupación desde época aborigen. Coordenadas
UTM: X 355511.5608-Y 3111539.1505.
2.1.10. Cuevas
artificiales del Barranco de
Vijigua 1
Se trata de
un conjunto de dos
cuevas artificiales excavadas en
la toba, en la cota de 47 m.s.n.m., que presentan buena parte de sus
viseras derrumbadas, orientadas al Norte, 350º. Existe un segundo nivel inferior que
presenta filtraciones de la parte superior por tratarse de
un sedimento de matriz muy arenosa en el que se aprecia la acción de madrigueras de conejos y expoliadores que han actuado en diversos sectores del depósito arqueológico, observándose en superficie cerámica aborigen, fauna de
ovicápridos, patella y Thais haemastoma.
Este yacimiento quizás podría ser
el citado en la
bibliografía como Barranco de las
Revueltas (Delgado Gómez, 1995: 92,
139 fot.). Por encima de las
cuevas pasa el camino que va
hacia el Tagoro de Tajao. Coordenadas UTM: 355432.2533-Y
3111153.8799.
2.1.11. Cueva artificial del Barranco de
Vijigua 2
Se trata del
yacimiento arqueológico más importante detectado en la
prospección. Se trata de una gran cueva-abrigo excavada en tosca, orientada a 300º,
que presenta buena parte de su
visera derrumbada, lo que ha provocado una notable caída de
bloques y el desplazamiento de un
importante paquete sedimentario.
Este además ha sido afectado por continuos expolios, observándose en superficie grandes concentraciones de
material arqueológico, que incluyen
cerámica aborigen decorada, fauna de ovicápridos, obsidiana y basalto trabajados, palleta, Monodonta atrata y
Thais haemastoma. Es recomentable
la excavación del yacimiento por vía
de urgencia para su ade- cuada caracterización y conservación. Coordenadas UTM:X
355322.4147-Y 3110890.0975.
2.2. Sector 2:
Granadilla
También en este
sector los yacimientos se encuentran siempre asociados a
los cauces de los
barrancos, por disponer de agua al
estancarse en el cauce, en
ocasiones como en el Barranco
de la
Barca, por presentar un sustrato
geológico de toscas.
El trazado de
una vía de transporte de
los materiales necesarios para la
construcción del puerto de Granadilla, aprovecha una pista previa, y se
sitúa entre las cotas de 80 y 120
m.s.n.m. En su recorrido, los accidentes geográficos más significativos a
nivel del poblamiento humano son los
cauces de los barrancos de
Las Moradas, La Barca y Los
Calderones.
El espacio también se halla notablemente antropizado, más de lo que a primera vista podría esperarse, por la
presencia en buena parte del
trazado oriental de una pista
que será aprovechada por el
trazado de la vía
de transporte de los
materiales, un gran depósito
de agua a la altura del
Lomo del Guirre, una gran
concentración de invernaderos bordeando
el Barranco de la Barca y la
margen izquierda del Barranco
de los
Calderones, y ya pasada la carretera
TF-614, que conecta San Isidro
con El Médano, al Sur de la Balsa del
Saltadero del Cabildo Insular de
Tenerife, los invernaderos bordean todo
el trazado de la
vía. A ello se suman numerosos restos de antiguos cultivos de tomate- ras, coches abandonados y
quemados en el Barranco de
las Moradas, abandono indiscriminado de
escombros en la pista que viene
desde el puerto de Granadilla, y en el
entorno de los in- vernaderos, vertidos de basuras y fertilizantes.
2.2.1. Cueva del
Barranco de las Moradas 1
Posible cueva de enterramiento situada a 80 m.s.n.m., en
la margen izquierda del barranco,
siempre visto desde el mar. Apro- vecha
un afloramiento basáltico en su
ladera media. Por sus
dimensiones, inferiores a 1 m.,
no presenta condiciones para
espacio de habitación, observándose
en superficie huesos de ovicápridos,
conejo, microfauna y malacología de
patella. Pudo tratarse de una
posible cueva de enterramiento,
actualmente muy expoliada, pero no
se ha podido identificar huesos humanos.
Coordenadas UTM: X 350096-Y 3106636.
2.2.2. Barranco
de las
Moradas 2
En la
margen derecha del barranco, en la
cota dominante de 88 m.s.n.m., y
frente a la montaña de Los Riscos, se encuentra otro afloramiento
basáltico, que en su
ladera norte cuenta en superficie
con una significativa concentración
de malacología de
patella, y relativa abundancia de obsidiana. Se
domina visualmente la cueva
del Barranco de las
Moradas 1, que debe estar en
relación con este punto de
hábitat estacional. Coorde- nadas UTM:
X 350122-Y 3106639.
2.2.3. Barranco
de las
Moradas 3
En las
terrazas que bordean la margen derecha del Barranco
de las Moradas, en
la cota de 87
m.s.n.m., y muy próxima a una torre de
tendido eléctrico, se aprecian
en superficie al pie de
la Loma del Guirre, donde se
encuentra un gran depósito de agua, una
amplia dispersión malacología de
patella, y algunos huesos de ovicápridos que aparentan ser
recientes. Este espacio ha
sido afectado por las
arroyadas del barranco cuando ha
arrastrado cierta cantidad de agua, y
los procesos postdeposicionales
parecen ser muy intensos. Coordenadas
UTM: X 350034-Y 3106401.
2.2.4. Abrigos
del Barranco de las
Moradas 4
En un
afloramiento basáltico en la margen izquierda del Barranco de las
Moradas, en la cota de
91 m.s.n.m., se aprovecha una visera natural para construir
con muros artificiales de piedra seca
basáltica del entorno inmediato,
dos cuevas de unos 3 m.
de longitud, que hasta fechas recientes han sido reutilizadas
para el estabulado de cabras. Se
observa en su interior
y alrededor de la zona anexa, una significativa concentración
de cerámica aborigen, obsidiana de
buena calidad, huesos de
ovicápridos y malacología, patella, Monodonta atrata y
Thais haemastoma. Coordenadas UTM: X
349865-Y 3106418.
2.2.5. Cueva del
Barranco de las Moradas 5
En la
ladera media de otro afloramiento
basáltico en la margen derecha del Barranco de
las Moradas, en la
cota de 93 m.s.n.m., existe una
cueva natural de dimensiones reducidas, 1.20 de longitud
por 1 m.
de alto, que pudo haber sido utilizada
como cueva de enterramiento,
aunque no se documentaron con claridad huesos humanos por encontrarse muy expoliada. Sí se
aprecian huesos de ovicápridos y
microfauna. Coordena- das UTM: X 349866-Y
3106353.
2.2.6. Cueva del
Barranco de las Moradas 6
En el afloramiento basáltico donde se encontraban los abrigos
del Barranco de las
Moradas 4, justo pegado al cauce
de la margen izquierda, se abre una pequeña cueva de habitación de 4 m.
de longitud, 1.50 m. de altura y
2.5 m. de
profundidad, que ha sido
reutilizada ocasionalmente. Presenta relleno arqueológico y en superficie se
aprecia cerámica aborigen, obsidiana, fauna de ovicápridos y malacología, patella y Thais haemastoma. Coordenadas UTM: X
349865-Y 3106418.
2.2.7. Abrigos
del Barranco de la
Barca 1
En el interfluvio de la
margen izquierda de un barranco tributario con el
Barranco de la Barca, en
la ladera, se aprecian tres abrigos reutilizados en las
cotas de 89-91 m.s.n.m., mediante la construcción de muros artificiales de piedra. El
de mejores condiciones es el
central, con unas dimensiones
de 1.60
m. de altura, 4 m. de
longitud y 1.80 m. de
profundidad, con un muro artificial que conserva superpuestas hasta 4 hiladas de piedras. Sólo se
aprecian evidencias de malacología, concretamente patella, que
pueden ser recientes. Coordenadas
UTM: X 349865- Y 3106418.
2.2.8. Cuevas
artificiales del Barranco de
la Barca 2-3
Desde un punto de
vista etnográfico, la evidencia
más interesante es la presencia de
dos cuevas artificiales excavadas
en la tosca en la
cota de 97 m.s.n.m. de
la margen izquierda del Barranco
de la Barca. La cueva 1, la mejor conservada, presenta
1.70 m.
de altura, 4 m. de
longitud y 3.5 m. de
profundidad. Coordenadas UTM: X
348324-Y 3105538. La cueva 2, situada a 5
m. hacia el norte de la cueva 1, ha sido
más reutilizada hasta fechas recientes, incluyendo un muro o
pesebre de cemento. Coordenadas
UTM: X 348314-Y 3105546.
2.2.9. Barranco
de la
Barca 4
A lo largo de
las cotas superiores a 103-105 m.s.n.m. de la
margen izquierda del Barranco de la
Barca, en un sector de cantera muy afectado por la
extracción de piedra basáltica
y abundantes derrumbes de piedra,
se observa ocasionalmente algunas
obsidianas y un fragmento de cerámica aborigen decorado. En todo caso, no
se pudo identificar ninguna
estructura o concentración clara.
2.2.10.
Barranco de los
Calderones
El único yacimiento vinculado al Barranco de
los Calderones, en su
margen derecha, entre las cotas
de 104-106 m.s.n.m., se trata de
un afloramiento basáltico
que quizás pudo permitir la acumulación temporal de agua en
caso de lluvia. Bordeando
este espacio, en un
área de unos 40 m.
de longitud por 15 m.
de ancho, se aprecia cerámica aborigen decorada y lisa,
gran abundancia de obsidiana,
malacología de patella, vértebras de pescado, algún posible
fragmento de piedra molinera, fauna de
ovicápridos, etc. El notable interés del yacimiento, sin embargo, disminuye por estar afectado buena parte de su
superficie, en la margen derecha
del barranco, por antiguos aterrazamien- tos agrícolas hoy
abandonados. Coordenadas UTM: X
348100- Y 3105171, 348088-3105151
(límite sur margen izquierda), 348105-3105159 (límite
sur margen derecha).
3. LOS
LÍMITES DEL MENCEYATO
DE ABONA
Casi en
el límite noreste del municipio de
Arico, Delgado Gómez (1995: 27-28) sitúa el inicio del menceyato de
Abona, en el barranco de Tamadaya que
desemboca en la playa de
Los Eres, que identifica con el valle
de Tamaduce, a partir de la data
514 de
1505 que dice
«Diego de Negrón. Unas tas. y agua q.[ue] son entre el
reino de Guymar y entre el reino de
Abona en un valle q.[ue] se dice la ta.
de Ymovard y llámase el agua
Cebeque y el agua se llama Tamaduçe, las cuales dhas. tas. son
en derecho de
los Abrigos» (Serra Ràfols,
1505/1978: 114).
Este límite actualmente es recorrido por
una ruta ganadera tradicional que
salía desde la Playa de los
Eres y subía por el Barranco
de Tamadaya hasta el Lomo de
Tamadaya, por enci- ma de
la carretera vieja TF-822 (Delgado Gómez, 1995: 81,
83).
La propuesta más aceptada sobre el límite
fronterizo oriental entre el menceyato de
Güímar y Abona es la
ofrecida por Diego Cuscoy (1968:
156, 161). Sin
embargo, no precisa un barranco concreto y
opta por dos, bien por
el Barranco de Herques, actual
límite entre Güímar y Fasnia, bien por
el Barranco de El
Río, límite actual entre
Arico y Granadilla.
La primera opción del Barranco de
Herques es por la
que
más se inclina
Diego Cuscoy (1968: 121-122, fig.
10), como se aprecia en su
cartografía, y es la que
ya planteaba Béthencourt Alfonso
(1912/1994: 84, 87), e
implica que a la
frontera entre ambos menceyatos se
le daba un contenido preferentemente funerario.
La segunda opción ha sido
retomada por Cebrián Latasa (2003:
88, 91),
quien define como límites a Granadilla al Norte, lo que
implicaría situar la frontera
en el
Barranco del Río, actual separación entre los municipios de
Arico y Granadilla, San Miguel
de Abona y el Valle de San
Lorenzo de Arona en el centro
y el Barranco de Chasna al Sur,
con límite con el menceyato de Adeje
en el Barranco del Rey
que desemboca en Adeje
en la Playa de Troya.
El límite Oeste del menceyato de
Abona tampoco cuenta con una aceptación unánime, aunque la data 553
de 1504 demuestra claramente que el río
de Chasna era el límite de
los mence- yatos de Abona y
Adeje. «Gyónymo de Valdés, Andrés Suares Gallinato, Guillén
Castellano y Fernando d[e] Espinosa. A
todos cuatro juntamente un río o
arroyo de agua con todas las
tas. q.[ue] con la dha. agua se
pudieren aprovechar (...) q.[ue]
se llama, en la lengua de
Tenerife, Chasna, y junta
los términos entre el reino de Abona y el reino de Adex»
(Serra, 1978: 122).
El río de
Chasna es identificado con el
Barranco de la Orchilla,
actual límite entre los
municipios de Granadilla y Arona por
Béthencourt Alfonso (1912/1994:
87-88), el cual desemboca en la Playa Grande de Los
Abrigos, lo que implicaría que todo el municipio de Arona estaría incluido en el menceyato de Adeje.
También se ha
situado el Río de
Chasna en el Barranco de la Vera o
del Chorrillo (de las
Casas, 1997: 79-80), que seguiría descendente por los
cauces del Barranco del Bucio, Barranco de la Orchilla y Barranco de la
Fuente, lo que supone que
inicialmente iría dentro del
municipio de Vilaflor y luego
giraría hacia el Suroeste siguiendo el
actual límite sur entre los términos de
Vilaflor y San Miguel de Abona.
La frontera seguiría por las crestas del Roque de
Jama, Montaña de la Centinela, Montaña y Barranco de
Erales, Montaña del Majano,
Montaña Negra, Montaña del Malpasito y
finalizar en la Montaña Amarilla, al Este de Las
Galletas, lo que implica que
pone como límite sur entre los
menceyatos de Abona y Adeje el actual límite entre los municipios de San Miguel de
Abona y Arona, que quedaría así
incluido dentro del menceyato de Adeje.
Incluyendo parte del termino municipal de Arona sería la propuesta de Diego Cuscoy (1968: 92 n.
1, 93-94 fig.
9, 95), quien traza una línea
desde Vilaflor en dirección sur hasta Punta de Rasca, por
medio del municipio de Arona, mientras identifica el
río de Chasna con
el Barranco del Río
entre Arico y Granadilla, aunque
no lo
aplica en el mapa que
propone para los límites de los
menceyatos de Tenerife.
Si partimos de
la data 1290 de
1516, «600 f.[anegas] de s. de
buena medida en el Reino de
Abona desde el llano del ahiladero [Valle de San
Lorenzo] q.[ue] comienza dende la fuente
de Jamar [La Fuente] con
la dha. fuente todo el barranco abajo q.[ue] va
a dar a las
Galletas hasta la mar con
los pozuelos del dho. barranco
q.[ue] están junto al mar e hacia las moradas
q.[ue] se llaman de Guadarteme e
más las mismas moradas e estando
en las
dhas. Galletas dende allá hacia
Jamar a la banda de Aldea Blanca con
el corral q.[ue] hizo Martín Vays a
dar al corral grande q.[ue] dicen
de los
Cristianos e por allí arriba hasta el barranco q.[ue] está
junto al barranco y camino de Adegue» (Serra, 1978:
253-254), que incluye el Llano del Ahiladero, probablemente una
corrupción de Ahijadero, actual
Valle de
San Lorenzo, la fuente de Jamar, con
los caseríos de La Fuente y Jama, y el corral grande de los
Cristianos junto a la actual
playa, todos en el municipio actual de Arona, implica un límite más occidental que el
propuesto por Diego Cuscoy
(1968) o de las
Casas (1997).
El límite del
Barranco del Rey es
defendido por Delgado Gómez
(1995: 34, 36, 38),
que en sus
tramos más bajos se denomina
de Chacama y finalmente de Troya, hasta desembocar en la Playa de
Troya, dentro de la actual Playa
de las
Américas, e implicaría que el
actual límite entre Arona y Adeje sería
el de los menceyatos de Abona y Adeje. Este límite también es apoyado por
Díaz Frías (1996: 46-48 y 1999:
26-27) quien identifica el río
de Chasna con el Barranco del Rey,
cuyo nombre habría cambiado al
concedérsele allí tierras en 1504
según la data 845 «a vos don
Diego, natural de Tenerife, q.[ue]
fuestes Rey d Adexe en la
isla de Tenerife, de
daros 30 f.[anegas] de ta.
con su agua ellas
(...) y estas dhas. 30 f.[anegas] son en
la ta. y agua del
río de Chasna, q.[ue] es en el Reino d[e]
Adés, adonde se parten los
caminos con Abona» (Serra, 1978: 172).
En esta data el
río de Chasna parece que se
incluye dentro del Menceyato
de Adeje, pero podría tratarse que las
tierras que se le conceden al antiguo mencey linden por la margen izquierda con
el río de
Chasna, ya en el
antiguo menceyato de Ade je, lo
que permitía el abastecimiento regular de agua para su cultivo.
Al topónimo del Barranco del Rey
habría que unir las ruinas
de la Casa del Rey
en Fañabé (Adeje) (Béthencourt
Alfonso, 1912/1991: 423) y la
Caldera del Rey (Adeje), que
domina ac- tualmente la Playa
de las
Américas, próximos a la desembocadura del Barranco del
Rey. Otros topónimos vinculados a
la fi- gura de Don
Diego de Adeje se
encontraban en Armeñime, una
localidad de Adeje, la Cueva del
Rey, el Charco del Rey y
el Pozo de la Reina (Béthencourt Alfonso, 1912/1991: 406 y 1912/1994: 93), próximos a la
Caleta de Adeje.
4. PROSPECCIONES Y
EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS
EN ARICO Y
GRANADILLA
Los yacimientos más antiguos que conocemos del
municipio de Arico son
mencionados por Béthencourt Alfonso (1912/1994: 302) en
el Barranco de Tajo. De
este municipio, Diego Cuscoy (1968: 241) menciona tres hallazgos aislados de cerámicas en paraderos pastoriles en las
Cumbres de Arico, Hoya Trujillo y
la Cueva de la Cuesta mata asnos, dos cuevas sepulcrales en El Frontón y el Barranco de
la Cuerva, un conjunto de
cuevas de habitación y
sepulcrales en El Río,
una cueva de habitación en Icor y dos
abrigos en la costa del
Río y Barranco de Juan Andrés.
El municipio fue
objeto de una prospección
arqueológica dentro del Inventario del
Patrimonio Arqueológico del municipio de
Arico, dirigido por F.
Álamo en 1994, que aún permanece inédito.
Posteriormente, como resultado
de una Memoria de Licenciatura sobre el menceyato de Abona, que
incluye el municipio de Arico,
Delgado Gómez (1995: 99) presenta nuevos
yacimientos inéditos, un enterramiento en una cueva del
Barranco de las Narices, por debajo de
la Autopista del Sur, y menciona
también (Delgado Gómez, 1995: 92-93,
fig. 1a-b, 96 fig.,
139 fot.) la
presencia de cuevas
naturales en toba, sin
definir si habían sido retocadas
o simplemente se acomodaron en una cueva preexis- tente, en el Barranco de las
Revueltas y el Barranco de Guama,
de donde presenta dos bordes decorados incisos, uno horizontal y
otro vertical.
Para el municipio de
Granadilla, Diego Cuscoy (1968:
241) menciona sólo cuatro yacimientos, un posible tagoror en el
Tagoror del Rey, dos
cuevas sepulcrales, La Jaquita y
Las Vegas, que proporcionaron cráneos, y un conjunto de
cuevas de habi- tación y
sepulcrales en el Barranco de Chiñama de
los que proceden restos humanos, cerámicas, molinos,
punzones, una espátula de hueso y
un anzuelo de cuerno (Delgado Gómez, 1995: 100, 127,
130 fig. 12).
En fechas recientes se elaboró la
Carta Arqueológica del Término
Municipal de Granadilla en 1990, dentro
del Inventario del Patrimonio
Arqueológico de las Canarias
Occidentales (Provincia de Santa Cruz de
Tenerife), dirigido por J.F. Navarro, que
permanece inédita.
El yacimiento más conocido del municipio está en la llanura al
pie de las
montañas de Los Riscos e Ifara, declaradas monumentos
naturales en la Ley
12/1994 de Espacios Naturales de
Canarias, pues próxima a la montaña de
Ifara, junto a la Casa de
la Solapa, se sitúa un
hábitat estacional de cabañas con cerámicas aborígenes decoradas, cierta abundancia
de obsidiana, y diversos paneles
rupestres con grabados que presentan temas geométricos y barcos.
En concreto, en
un espacio de unos 400
m2, se localizan 38 paneles de grabados rupestres incisos con motivos geométricos horizontales, de los
cuales cerca de una decena
corresponden a representaciones geométricas de
tendencia oval y rectangular (Marante et alii,
1996: 13-15).
En este
sentido, es importante que Béthencourt Alfonso (1912/1994: 116), a
partir de la tradición oral de fines del
siglo XIX, situaba la Morra del
Tagoro del Rey o
Tagoro de Ifara en sus
inmediaciones, lo que explica
que el barranco más próximo al
yacimiento se denomine
actualmente Barranco Tagoro.
5. LOS SECTORES
PROSPECTADOS
El entorno de
los cauces medio-bajo de los
barrancos de Narices, Las Lisas,
La Jaca y Vijigua no destaca por
sus especiales condiciones
de habitabilidad en época aborigen. En general,
se trata de terrenos muy pedregosos, con poca vegetación para pastos, que presentaban las zonas más adecuadas junto a los cauces de
los barrancos donde
ocasionalmente circulaba el agua después de
lluvias torrenciales, especialmente en
los dos cauces principales,
Narices y Vijigua.
El único tagoror que se
sitúa en la zona próxima a la
prospección se encontraba en Tajao, según la tradición oral que recoge Béthencourt Alfonso (1912/1994: 89-90, fot. 2),
nombre que hoy se
mantiene en el camino del
Tagoro que baja inmediato al Barranco de
Vijigua, y cuya posible
estructura del Tagoro aún es visible en
el entorno.
En el espacio estudiado, es difícil tener una valoración muy clara
de la
agrupación del hábitat aborigen
ya que
la prospección se trataba de un
estudio transversal al cauce de
los barrancos, sólo
seccionándolos en función
del trazado de la
carretera, pero el Barranco de
Vijigua parece ser el cauce más
interesan- te. Presenta la mayor concentración de cuevas artificiales en toba en ambas márgenes, incluido el yacimiento más
importante, Barranco de Vijigua 2,
su cauce es el más
profundo, alcanzando cotas inferiores de
28 m.s.n.m., y en su
fondo se producían
estancamientos de agua,
como también señala en la
cartografía Delgado Gómez (1995:
60, 63),
dada la existencia de un sustrato
geológico de toscas, que permite la acumulación de agua de la
lluvia en forma de eres naturales en los
pequeños saltos que se forman en
su cauce, al ralentizar mucho el filtrado del
agua, permitiendo un aprovechamiento estacional para abrevar el
ganado y ramonear la escasa vegetación circundante.
Aparte del hábitat en
cuevas retocadas o excavadas
en toscas, sólo
cabe mencionar tres emplazamientos dominantes con buena visibilidad
hacia el mar, que presentan indicios
de ocupación estacional, quizás paralelo
al control de los
rebaños de ovicápridos, con
prácticas de talla basáltica y
obsidiana, y consumo de malacofauna. Este
patrón lo encontramos en la Loma del
Barranco de Narices 2, el Lomo
de los
Revueltos 3 y el Lomo del
Barranco de La Jaca 1.
Un caso diferente es el del
Lomo del Barranco de las
Lisas, ya que se
trata de estructuras
acondicionadas en la ladera alta de una loma, donde se observan muros formando rediles o espacios
para protegerse del viento, dentro
de las
cuales se ha producido el consumo
de malacofauna. Debido al arrasamiento agrícola
de parte de la superficie superior de la loma por
un uso agrícola de secano, donde hoy se
aprecian dos paredones de
protección de árboles frutales con cierto interés etnográfico en la cota de 60 m.s.n.m., es dificil valorar si estas
estructuras aborígenes estuvieron en
relación con algunas otras, pero
en todo caso sólo indican una ocupación estacional.
Tampoco el entorno de
los cauces medios de los
barrancos de Las Moradas, La
Barca y Los Calderones del municipio de Granadilla es un
territorio especialmente adecuado para el hábitat aborigen. En general, se
trata también de un espacio con
muy poca vegetación para pastos, que
presenta los entornos más
adecuados junto a los cauces de
los barrancos, en los
que ocasionalmente circulaba el agua después de las
lluvias.
En el entorno estudiado, el área de habitación aborigen más interesante se concentraba en el
cauce del Barranco de las Moradas. En este
barranco parecen apreciarse pequeños puntos de hábitat
estacional, vinculados siempre
a afloramientos basálticos, bien
en superficie, Barranco de las
Moradas 2, bien en cuevas, Barranco de las Moradas 6,
con abrigos utilizados como
rediles de ganado, Barranco de las
Moradas 4, que suelen tener
en sus
inmediaciones, siempre en la otra
margen del cauce del
barranco, alguna pequeña cueva de
enterramiento en las covachas
del Barranco de las Moradas
1 y 5, aunque este último
aspecto no pudo confirmarse
con absoluta seguridad por encontrarse
muy expoliadas. La distancia entre ambos
conjuntos de habitación y funerarios no parece superar un kilómetro siguiendo el cauce del barranco.
En el
barranco de la Barca no
pudo definirse ningún con- junto claro de habitación dentro del entorno del
trazado de la carretera. Sí hubo una frecuentación aborigen en el
Barranco de la Barca 4,
como pudo confirmar la presencia
ocasional de cerámica aborigen, pero no
hay evidencias claras de estructuras
constructivas en superficie,
quizás porque se trata de un entorno antropizado y cuyas laderas han
sido explotadas parcialmente como punto
de extracción de cantera.
El principal interés del Barranco de
la Barca es su
sustrato geológico de toscas,
que permite la acumulación de agua de
la lluvia en forma de eres naturales en los
pequeños saltos que se forman
en su
cauce, al ralentizar mucho
el filtrado del agua. Este factor nos indica que
debió ser objeto de un
aprovecha- miento estacional para abrevar el ganado y ramonear la vegetación circundante. Esto también sucede
en otro barranco próximo, situado más hacia el Oeste, el Barranco
del Charco o en el Barranco del Callao, próximo a la
Montaña de Los Riscos.
Finalmente, en el Barranco de los
Calderones sólo se detectó
un punto de hábitat junto a un afloramiento basáltico, como sucedía en el Barranco de las
Moradas. Este hábitat de
superficie no presenta señales de estructuras de habitación en
superficie al estar afectada buena parte de la
margen derecha del barranco
por antiguos aterramientos para el
cultivo de tomateras, actualmente
abandonados, que debieron reutilizar
las piedras de las estructuras. Sin embargo, en
superficie se aprecia una gran
concentración de obsidiana, y abundante cerámica aborigen decorada,
malacología, fauna y vértebras de pescado.
Estos puntos de hábitat estacional es posible que
estuvieran vinculados a la ruta ganadera tradicional que atravesaba La Caldera, La
Pájara, Vicácaro, El Salto,
la Montaña de los Riscos y finalizaba en la
Playa de los Riscos (Delgado Gómez,
1995: 82-83).
6. REFERENCIAS
EN DATAS A
CUEVAS HORADADAS
Un reciente estudio de parte de
las datas de Tenerife ha
llevado a plantear que las
cuevas horadadas fueron introducidas en
Tenerife por aborígenes de Gran Canaria, parte de los
cuales participaron junto a
los castellanos en la
conquista de Tenerife y fueron beneficiados con datas de
tierras, apoyándose en el
asentamiento de grancanarios en Tegueste,
Heneto, Taoro y Güímar. Puesto que las
datas a menudo confirmaban
en propiedad una ocupación de hecho, Larraz (1996 y 1998: 229-232) sugiere que las
cuevas horadadas serían excavadas por los grancanarios y su propiedad incorporada en la
solicitud del repartimiento.
6.1. Data 3
de 13 de
Julio de 1497, «Juan de Almansa. A todos quantos este alvalá vierdes fago saber como yo doy a (...) vº[ecino] desta
isla la cueva
foradada en Tegeste
e más las t[ierr]as. de
arriba del restroxo de [Hon]tiveros» (Serra, 1978: 19).
6.2. Data 859
de 31 de
Diciembre de 1500, «Almansa. Una
cueva q.[ue] está en Tegeste, alinda
con el
aviar de Ervás, que era la
cueva hora[da]da y la tiene
cerrada y adobada, y el andén q.[ue]
está del cabo de arriba della y un c.[ahíz] encima (...) Que digo
que me plaze de
daros la cueva con tal
que no esté dada» (Serra, 1978: 175;
Moreno, 1992: 22).
Juan de Almansa, población de
Albacete, fue escudero de Lugo
y participó en la
conquista de la isla,
instalándose en Tegueste (Cioranescu, 1971: 207;
Cebrián, 2003: 51). En
la se- gunda data se observa que
ha realizado modificaciones en la cueva en
1500, cerrándola y mejorando el
anden de acceso a ella. Sin
embargo, si tenemos en cuenta que
la conquista de Tenerife no se logró hasta el invierno de 1495-96, y en
Mayo de 1496 se rindió la
isla ante los reyes en
Almazán con el acto de pleitesía
de los
menceyes, resulta llamativo que
en menos de un año, en
la tercera data, ya se
mencione una cueva horadada, aunque
Larraz (1998: 231) considere que «no
era mucho el tiempo y esfuerzo
que se invierte en excavar la toba volcánica». Por otra parte, si bien se
mencionan reformas en 1500, estas
son de
cierre y mejora de acceso.
6.3. Data 1846
de Marzo de 1500
«Alonso Dias, criado de vuestra
merced. Dice que tiene una cueva que hice que
agora mora, podrá haber dos años
[ca. 1498] y (...)
le dio la
dicha cueva (...) a Antón Sanches
y seis f.[anegas] de t.[ierras] de s.[equero] en el
lomo del Meca y agora tengo temor
(...) la
di- cha cueva me sea quitada y pide en remuneración a sus
servicios se le haga merced de dicha cueva y tierra, pues yo la
hice y he gastado algo de lo que
tengo (...) que la
cueva sea vuestra y dos hanegas» (Serra, 1978: 356).
La tercera data
demuestra que parte de estas cuevas hora- dadas ya estaban siendo construidas en 1500. Alonso Díaz se trata de
un aborigen grancanario, criado
de Fernández de Lugo, que
participó en la conquista de
La Palma y Tenerife, recibien
do tierras en Taoro, Centejo, Güímar e Icode (Cioranescu,
1971: 246; Cebrián, 2003: 187).
Cabe presumir que imitó un tipo de habitación en el que
pudo haber vivido en Gran
Canaria, lo que ratifica al menos parte
de la
propuesta de Larraz.
6.4a. En
1505, «Antón de la Sierra y Juan González, conquistadores. Cada
20 f.[anegas] de t[ierr]a. de s.[equero] que son en
Taoro, que han por linderos de
la una parte t[ierr]as. de Diego
de Cala
e de la otra el
barranco de la fuente de
la cuesta e de la otra parte el
barranco hondo e de la
parte de encima de la cueva horadada» (Moreno, 1992: 270).
6.4b. Protocolo
del escribano Alonso Gutiérrez, nº
485, 1520, «40 fanegas de tierra de
sembradura en Taoro, y 1
pedazo que linda con
tierras de los entenados de
Navarro, con el barranco hondo,
con la
cuesta de La Orotava y
con la cueva horadada» (Gutiérrez, 1520-21/1979: 190).
6.5. Data 447
de 1507, «en Taoro bajo de
la cuesta, junto de unos almácigos, linde donde tiene las colmenas de
Antón de la Sierra e Pedro Delgado de Grand Canaria e su
entenado, e de parte de arriba la cueva horadada derecho a las cuevas q.[ue] están encima de los
almácigos» (Serra, 1978: 100).
La cuarta y quinta datas, en el antiguo menceyato de Taoro, relacionan indirectamente a grancanarios con la
presencia de una cueva horarada que
se menciona como límite, al igual que en
protocolo notarial. Antón de
la Sierra se trata de
un aborigen grancanario, que participó en
la conquista de La
Palma y Tenerife
(Cioranescu, 1971: 339-340; Cebrián, 2003:
438). Se menciona un Juan González en Viana como peón de la
compañía de Esquivel, pero existe un
Miguel González, también
grancanario que participó en la
conquista de La
Palma y Tenerife, hermano de
la mujer de Antón de
la Sierra (Cioranescu, 1971: 267;
Cebrián, 2003: 246). Antón de
la Sierra se asentó en el Realejo de
Arriba y Miguel González en La
Orotava de Taoro, en donde se
concedió la data.
La quinta data, aparte de Antón de
la Sierra, menciona a Pedro Delgado, aborigen grancanario, quien participó en la conquista de La
Palma y Tenerife con las funciones de lengua
e interprete, asentado en El
Realejo de Arriba (Cebrián,
2003: 186).
6.6a. Libro II,
Cuaderno 13, sin fecha pero anterior a 1506, año en que
murió «Pedro Viscayno. Unas t[ierr]as. q.[ue] están camino de Goymad con
la cueva horadada q.[ue] está más
delante de la cueva de
Guillén, bajo de la montañeta cabe de la d[ic]ha. cueva fasta la mar» (Serra, 1978: 145).
6.6b. Protocolo otorgado ante el escribano Juan del Castillo
en 1564 por
Juan Alonso, que compró las
propiedades de Pedro Vizcaíno a su
viuda, Constanza Fernández, «unas tierras en el
camino de Guymad, abaxo de la
montaña de Taco e una cueva
que se
dice la cueva Horadada» (Cebrián, 2003: 485).
La sexta data, completada con un
protocolo notarial que nos sitúa
mejor en el límite oriental del Menceyato de
Güímar con Anaga, por debajo de la
montaña de Taco en el
actual municipio de Santa Cruz de
Tenerife, nos vuelve a mencionar a
otro isleño, Pedro Vizcaíno, aborigen grancanario, que
participó en la conquista de La
Palma y Tenerife, con las funciones de
lengua e interprete, asentado
en El
Realejo de Arriba. Su viuda se casó con Pedro Madalena (vide infra, 6.8a) (Cioranescu, 1971: 363;
Cebrián, 2003: 484).
6.7. Data 464 de
1508, «Gaspar [Fernández] e Francisco de Tacoronte e Antón de los
Frailes. Un pedazo de t[ierr]a. q.[ue] es en Heneto, debajo del camino de
la Candelaria en q.[ue] hay 60 f.[anegas] lindero de Guani[quilar] (...), las
cuales se llaman Maragua, arriba
de las
cuevas horadadas a donde está una palma
cortada» (Serra, 1978: 104).
En la
séptima data, donde se mencionan
un conjunto de varias cuevas horaradas en
Geneto, actual municipio de La
Laguna, aparecen por primera vez dos
aborigenes de Tenerife. Uno de
ellos, el guanche Francisco
de Tacoronte, quien se casó con
la viuda de Juan de
Vera (vide infra, 6.12), la también guanche Leonor Alonso, fue residente en
La Laguna (Cebrián, 2001c: XVI y
2003: 468). Antón de
Tegueste o de los Frailes fue criado de los
frailes del Convento de San Francisco en La La guna,
donde residía y era vecino de la casa de
Gaspar Fernández (Cebrián, 2001b:
XVI XVII). Gaspar Fernández debió proceder del
bando de guerra de Taoro, pero posteriormente fue ahorra- do
y fue hombre de
confianza de Alonso Fernández de
Lugo (Cebrián, 2002: XI-XII).
6.8a. Data 552
de 1508 «Pedro Magdalena, natural de la
Grand Canaria. En repartimiento e por
vecindad por cuanto teneis
en la dha. isla vuestra casa poblada con mujer e hijos un pedazo de t[ierr]a. en
q.[ue] puede haber 4 c.[ahices]
de sembradura para pan q.[ue] alindan
con la
montaña Bermeja al cabo de las
t[ierr]as. del Rey e del
otro cabo el rey de Guímar.
Asimismo vos fago merced de
una cueva q.[ue] se llama
Abugarat horadada» (Serra, 1978: 122).
6.8b. Testamento de Pedro Madalena, «Iten dexo en el
término de Güímar desta ysla unas tierras que dizen del
Rey, lindando con una montaña que dizen Tagona e por la
otra parte el malpaís, que se
entiende de las casas del
Rey para arriba» (Cebrián,
2003: 316).
La octava data, completada con un
testamento, es importante porque
menciona por primera vez un
nombre aborigen que denominaba a una cueva horadada, topónimo que es más
lógico fuese antiguo que uno reciente. Situada próxima a Montaña
Bermeja, actualmente en el
límite entre los municipios
de El Rosario y Candelaria, dentro
del menceyato de Güímar, se menciona a Pedro Madalena,
aborigen grancanario de Gáldar,
casado con Constanza Guanarteme, la hermana de Fernando
Guanarteme, que participó en la
conquista de La Palma
y Tenerife, y después se asentó
en El
Realejo de Abajo en
Taoro (Cebrián, 2003: 315).
6.9. Data 1115
de 22 de Agosto de
1508, «Pedro del Fyerro, canario
(...) En
el barranco de Tegeste tengo fecho y reparado dos cuevas y porque e q.[ue] me serían tomadas por tiempo por alguna persona o metería pleito,
suplico a V.M. me
mande dar las d[ic]has. cuevas.
E servido en el
tiempo de la conquista,
y así mismo suplico a V.M. me
mande dar un pedazo de t[ierr]a. q.[ue] está en Tegeste, de
obra de 4 f.[anegas].
Désele las 4 f.[anegas] y la una
de las
cuevas. Alonso de Lugo» (Serra,
1978: 211-212).
La novena data de Tegueste ratifica la información aportada por la
tercera, la realización por aborígenes
grancanarios de cuevas horadadas para su
vivienda. Pedro del Hierro,
aborigen grancanario, también participó en
la conquista de Tenerife (Cioranescu, 1971: 275;
Cebrián, 2003: 271).
6.10a. Data 1416
de 1515, «Juan Sanches Negrín
e Francisco Guillama v[ecino]s. Todas
las demasias de las
t[ierr]as. de Alonso Sánchez
(...) las cuales d[ic]has. t[ierr]as. son dende la montañuela de Masgan hacia el barranco de Haohao e hasta el otro barranco q.[ue]
se dice
Abimarja e la cueva horadada e debajo del
camino de la Candelaria» (Serra, 1978: 294).
6.10b. Data 129
de 1533-38. «unas tierras
que son
en el término de Heneto que
lindan con tierras de Guillama y de
Juan Sánchez Negrín que vienen
lindando con la montaña Avimarga e con la cueva Horadada para abaxo hazia la mar hasta el
camino que va para Guadamojete (...) lindando por
la parte de arriba con tierras de
Francisco Guillama e con tierras
de Alonso Sánchez e con tierras de
Juan Sánchez Negrín e de esta
parte el barranco de los Pinos e por
la cueva Horadada e por la
cueva de los
Ovejeros e por la cueva de
Pedro Esteves a dar en el camino de
Guadamoxete» (Moreno, 1988:
188, 191).
La décima data nos menciona una cueva horadada como límite en las
proximidades de Montaña de Birmajen en
El Rosario. Francisco Guillama, vecino de Fuerteventura, vendrá como repoblador a Tenerife, donde fue
uno de los fundadores de Taganana (Cebrián, 2003: 261),
y debe ser un cristiano viejo de origen peninsular o francés. Existe un Juan Sánchez, hijo del vecino
de Fuerteventura, Andrés Sánchez, que
vino como repoblador a Tenerife en
1499 y se instaló en
Güímar y Tacoronte. Existe otro Juan Sánchez, aborigen grancanario
que participó en la conquista de La Palma y Tenerife (Cioranescu, 1971: 335; Cebrián, 2003: 424-425).
6.11.En 1517, «Andrés Suárez Gallinato. Doy a
vos como a v.º[ecino] e
conquistador de esta isla un
pedazo de t[ierr]as. de s.[equero] en
que habrá 100 f.[anegas] de
sembradura, que es en Taoro, que
han por linderos de la una
parte el camino que va
de esta villa a
la Araotava que pasa el
cercado de la cueva Horadada e
del otro cabo un barranco grande» (Moreno, 1992: 231).
En la
onceava data de Taoro, la cueva horadada figura nuevamente como linde.
Andrés Suárez de Gallinato fue el sobrino político de Alonso Fernández de Lugo,
con quien participó en la conquista de
La Palma y Tenerife, y fue elegido regidor en Tenerife en 1507
(Cioranescu, 1971: 341-343;
Cebrián, 2002: 442-443).
6.12. En
1518, «Bastián (Alonso),
yerno de
J.[uan] de V.[era] Un lomo
de ta.
en Agacher, en que
puede haber 3 cahíces de
t[ierr]a., que se dice Ganaguesta, entre dos barrancos e de la parte de
abaxo al pie está un
madroño y de la parte de
arriba una cueva horadada y más vos doy
una cueva que está en la cumbre y que se
dice Nostre e otra cueva junto
de la
montaña que se llama ¿Aofoo?» (Moreno, 1992: 269).
En la
doceava data la cueva horadada
sigue funcionando como límite, en este caso en
Punta de Agache, en el
actual municipio de Güímar.
El aborigen grancanario Juan de Vera murió en
berbería en 1502. Previamente se
había casado con la guanche Leonor
Alonso del que tuvo un
hijo también llamado Juan de Vera
(Cebrián, 2003: 468).
6.13. Data 1303
de 1522, «Pero Martín,
natural desta isla, e Francisco Delgado,
mi criado, vº.[ecino] Unas cuevas e
mora- das q.[ue] son en
Heneto q.[ue] han por nombre
de los
naturales desta d[ic]ha.
isla Guina q.[ue] son en
el barranco de las t[ierr]as. q.[ue] dicen de Guillén Castellano, el barranco abajo cerca de la
montaña de Taco por la una
banda e por la banda de abajo el mismo barranco q.[ue] va hacia el mar
e por la otra parte la cueva horadada. Otrosí hago merced a vos
el dho. F.[rancisco] D.[elgado] de
la d[ic]ha. cueva horadada» (Serra,
1978: 256).
Nuevamente, una cueva horadada
de Geneto, actual muni- cipio de La
Laguna, es uno de los
límites mencionados. Pedro Martín es
un aborigen grancanario que tal
vez participó en la conquista de La
Palma y Tenerife (Cebrián,
2003: 326), aunque
se le menciona como «natural» de
Tenerife. Existe un Francisco
Delgado, hijo del aborigen de
Gran Canaria Pedro Delgado y la
grancanaria Teresa García,
al que
se le concedió una cueva horadada en
Taoro en 1507 (vide
supra, 6.5) (Cebrián,
2003: 186).
6.14. En
1522, «Juan de Baltasar. Un pedazo de
t[ierr]a. de s.[equero] en
que puede haber un cahíz, poco más o menos, del barranco Hondo
yendo a ntra. Sra. de la Candelaria, las cuales lindan con Pedro Masyona, natural de esta isla,
y más vos doy una cueva horadada
que llaman a fuera de
guanches Ysynesa, en que agora
moráis. 15.11.1522. Digo que
vos do el
dicho cahíz en el dicho lugar, en nombre de
sus magestades, y la dicha cueva» (Moreno, 1992: 288).
En la data catorceava en Barranco Hondo, límite del municipio de
El Rosario con el de
Candelaria, dentro del menceyato
de Güímar, y muy próxima a
la ya mencionada en
Montaña Bermeja, no es posible
identificar a los propietarios que en
este caso residen en la cueva horadada, pero es importante que por segunda vez se
mencione un nombre aborigen para
la cueva, específicamente guanche, «que llaman
a fuera de guanches Ysynesa».
6.15. Data 1866
de 1523, «Catalina
Hernandes, mujer de Gonzalo Martín,
vº.[ecino] Unas cuevas junto a la montaña de Taco en el barranco de Heneto, una a man[o] derecha y la otra a mano izquierda, en que
moró [Juan] Clavero, la una
horada- da, para vuestros ganados»
(Serra, 1978: 359).
En esta data de
Geneto en La Laguna, junto a la
montaña de Taco, merece
destacarse por primera vez el uso
de una cueva horadada como establo de ganado. Se
menciona una cueva horadada, donde parece que vivió
o frente a la cual había vivido el guanche, quizás del bando de
Icode, Juan Clavero, que se
identifica como «natural», que
posteriormente pasó a ser vecino
en Icode (Cebrián, 2001a: XVII).
Si valoramos los datos aquí expuestos se observan
interesantes conclusiones:
1) Existen cuevas horadadas ya
en 1497, un año después de la
conquista de la isla.
2) A partir de
1500 conocemos la presencia de
aborígenes grancanarios que
construyen cuevas horadadas para su vivienda, al menos en Tegueste, continuando un modelo de
hábitat en el que
habían residido en Gran Canaria.
3) Entre las quince datas utilizadas, conocemos con seguridad a
7 aborígenes grancanarios que participaron en la conquista de
Tenerife, Alonso Díaz, Antón de
la Sie- rra, Pedro Delgado, Pedro Vizcaíno, Pedro
Madalena, Pedro del Hierro, Juan de Vera y
quizás Pedro Martín. Más cuatro
guanches de Tenerife, Gaspar Fernández, Francisco de Tacoronte, Antón de Tegueste y Juan Clavero.
4) En
dos casos sabemos que la
cuevas horadadas tenían un nombre
aborigen, Abugarat e Ysynesa,
en ambos casos casi en el
actual límite entre los municipios
de El Rosario y Candelaria,
presumiblemente dentro del menceyato
de Güímar.
5) La
distribución de las cuevas horadadas abarca Taoro, Geneto de La
Laguna, Tegueste, Santa Cruz de
Tenerife, El Rosario, Candelaria
y Güímar, lo que implica que
se trata de una manifestación
significativa por su dispersión, aunque no demasiado frecuente, lo que
propicia que se use
a veces como referente en los
límites de las datas otorgadas y
genera la mayor parte de las
menciones sobre cuevas horadadas.
7. EL
HÁBITAT ABORIGEN EN
CUEVAS HORADADAS
Aparte de los datos aportados
por las
datas de repartimiento, la
referencia más antigua para Tenerife no
pone en duda el carácter aborigen
de las
cuevas horadadas, «su morada
era comúnmente en cuevas (...)
o en otras hechas a mano en
piedra tosca, con muy buena orden
labradas» (Espinosa, 1594/1980: 39).
Por otra parte, en Güímar tenemos referencias seguras sobre
su uso
en época aborigen en el
barranco de Chinguaro, donde se
encontraba la cueva del mismo nombre del Mencey de Guímar (Espinosa, 1594/1980:
58), barranco que desemboca en
la playa de Chimisay donde
se encontró la Virgen de
Candelaria.
Esta técnica constructiva se
atribuyó ya en el siglo XVII a
una penetración tardía en el siglo XIV,
«fabricaron los Mallorquines
en Canaria y Thenerife algunas casas que son
las enmaderadas de piedra
sola» (Sedeño, 1507-1640/1978: 379),
pero se ha de- mostrado en Gran Canaria su utilización desde época aborigen, siendo
el caso más claro el conjunto de
la Cueva Pintada de Gáldar.
Paralelamente, la utilización
de cuevas horadadas fue ganando
importancia en el Sur de
Tenerife, aunque no sin
riesgos para sus ocupantes, y si
66 familias vivían en Arico a mediados del siglo
XIX en «cuevas, abiertas en la
piedra tosca que cubre los cerros; también se sirven de iguales cuevas para encerrar los animales,
siendo frecuente en las grandes invernadas, desplomarse unas y otras,
causando estragos irreparables en
personas y bestias» (Madoz, 1845-50/1986: 44).
Esta vivienda troglodita llevó a diversos investigadores a hacer una lectura actualista de algunos sectores rurales de la
sociedad canaria de fines
del siglo XIX,
retrotrayéndola a época aborigen,
así, en
El Río de
Arico, próximo al límite con
Granadilla que se encuentra en
el Barranco de El Río,
«allí donde el suelo está formado
por curiosos estratos regulares de dura y grisácea toba, viven varios cientos de trogloditas. Estos pueden ser considerados descendientes directos de los
guanches, quienes hace quinientos
años habitaban en cuevas en esta parte de la isla, quizá en
las mismas cuevas» (Edwardes,
1888/1998: 154). Del mismo modo,
«En Fasnia, por el
contrario, las viviendas están
excavadas en la toba volcánica y sus habitantes viven en esas
cuevas de la misma forma que los
antiguos guanches» (Verneau,
1891/1981: 226).
En este
sentido, los guanches «en verano iban a establecerse en el
interior de la isla,
en los ribazos de
los barrancos para respirar el
aire fresco de las montañas. Estas cuevas de verano, que
aún se ven en Tenerife, han sido la
mayor parte abiertas por la mano del
hombre. Los guanches las construían en
la toba; las más hermosas
son las
del distrito de Güímar, conocidas con
el nombre de las
cuevas de los reyes.
Se encuentran a la salida del
pueblo, bajando hacia el barranco de
Chimisay; se hallan todas situadas a lo largo del mismo ribazo; algunas ofrecen en
sus divisiones varios cuartos
cuadrados, de los cuales el principal recibe la claridad por
la puerta de la
entrada; los demás no debían servir sino para dormir o guardar provisiones; asientos cortados
en el
macizo de las rocas han sido construidos
a lo largo del
basamento del primer cuarto,
en donde aún se ve una especie de nichos cortados en el espesor de
las paredes, y destinados sin duda a
colocar en ellos los
vasos de agua o de
leche» (Berthelot, 1840-42/1978:
89).
Los estudiosos canarios, por el
contrario, manifestaban sus dudas respecto a la
tradición oral entonces existente sobre el posible carácter aborigen
de las
cuevas horadadas, como refleja un
texto para Granadilla de Abona de
Béthencourt Alfonso (1912/1994: 584),
«Cuevas excavadas. Dicen que los
guanches abrieron algunas cuevas de
toscas, como en el Lomo de la Cantera, de La
Higuera, en Chimichi, en el Desierto, en Ifara, en
el Lomo de las Cuevas, en
Velázquez y en San Isidro (¿Será
cierto?)». Sin embargo, sí las valora como lugares de almacenamiento de
grano de cereal, «De estas cuevas
depósitos abrieron algunas en roca blanda de tosca, como es legendario en
varios puntos de la isla,
como en Chimiche, Ifara, etc., del
pueblo de Granadilla»
(Béthencourt Alfonso, 1912/1994:
406).
Sin embargo, no
conviene olvidar las ideas preconcebidas
que tenía este autor para quien «La creencia de
que los guanches eran trogloditas en el
sentido de que moraban y dormían en las
cuevas es un grosero error» (Béthencourt Alfonso, 1912/
1994: 417 n.
2), a pesar que
el registro arqueológico ya en su época
indicaba claramente todo lo contrario.
Después de la
Guerra Civil del siglo
XX, se reanudaron los estudios de campo en
los años cuarenta y fruto
del trabajo de tres décadas, Diego Cuscoy (1968: 78-81) planteó en
su mejor síntesis un nuevo modelo donde aplicaba un patrón de
habita- ción actualista al Sur
de Tenerife. En él
considera que las comarcas costeras del Sur de
la isla, que denomina de
las «tierras blancas» hasta la
cota de 500-600 m.s.n.m., presentaban
un hábitat estacional, «ocupadas ocasionalmente, habitaciones de
transhumantes más que de sedentarios» por la
«escasez de habitación en la costa, la pobreza de lluvias y la aridez del suelo», concentrándose el poblamiento entre los 500 y
1000 m.s.n.m.
Este modelo seguía el poblamiento
histórico desde el siglo XVI,
vinculado a la carretera vieja del
Sur de Tenerife, actual TF-822,
donde los pueblos a partir de
Güímar se sitúan entre las cotas de
400-600 m.s.n.m., El Escobonal, Fasnia, Lomo de Arico, El
Río y Chimiche y
siguen ascendiendo hasta 600-800
m.s.n.m. Granadilla de Abona,
San Miguel de Abona
y Arona, para comenzar a
descender a partir de Adeje.
El hábitat en
cuevas horadadas se volvió a
plantear en los años ochenta
del siglo XX a
partir de una sentencia de la
inquisición contra María de
Guasa, la cual en el siglo
XVII aún vivía en una cueva excavada en la toba que
habían pertenecido a sus antepasados
guanches (González Antón y Tejera, 1981: 173), referencia que ha
sido valorada de modo escéptico por falta de
documentación arqueológica
(Martín Socas, 1998: 47). Por otra parte, en este
texto de 1675 sólo
se habla de cuevas de tos- ca
en Guassa morada de los
«antiguos» según declaración de
un testigo, el alcalde lugareño de Arico, Gil
Gómez (Cebrian, 1996: 418).
Más recientemente, se ha defendido por
Tejera (1992: 49-50) y del Arco et alii
(1999: 12) la hipótesis de
que los guanches de Tenerife labraron cuevas
artificiales admitiendo el texto ya men- cionado de Espinosa, mientras otros autores lo
consideran una práctica excepcional siendo dudosos los casos conocidos como las Cuevas de
los Reyes en Güímar (Martín Socas y Camalich, 1975: 305;
Tejera, 1977: 11; Navarro y del
Arco, 1987: 23) o
las Cuevas del Granerito (Arco et alii,
1992: 46).
En Tenerife, en
la actualidad, la principal zona de cuevas artificiales excavadas en toscas, tobas volcánicas que son
no sólo lo suficientemente
blandas para ser excavadas sino también
sólidas para no derrumbarse interiormente,
se distribuye por la zona litoral del Sur de
la isla, Güímar, Fasnia, Arico y Granadilla, con alguna prolongación en Arona en
La Tosca y Túnez en el
Valle de San Lorenzo.
8. CONCLUSIONES
El resultado más importante de la
prospección que hemos
desarrollado en dos sectores de
los municipios de Arico
y Granadilla es la confirmación arqueológica de una ocupación aborigen de cuevas artificiales horadadas realizadas sobre toscas en el
Sur de Tenerife. Estas estructuras,
que siempre se les había otorgado un interés exclusivamente etnográfico, a veces por
haber sido objeto de una reutilización muy intensa, como sucede
en las
dos cuevas artificiales del Barranco de
La Jaca 2, en el área de
estudio han presentado cerámica aborigen en cuatro
conjuntos, las cuevas horadadas
de Los
Revueltos 2, las del Barranco
de La
Jaca 3, Barranco de Vijigua 1
y 2, y
en un quinto caso, el derrumbe actual de la
visera ha hecho desaparecer
el antiguo abrigo, como sucede en el
Barranco de Narices 1.
Este nuevo patrón de asentamiento resulta una consecuencia lógica por
la completa inexistencia en el entorno de
cuevas sobre soportes geológicos basálticos. Cabe presumir que inicial- mente se aprovecharon abrigos con viseras, cuyos cierres fue- ron
acondicionados con muros, y paralelamente, o ya
en un segundo momento, se procedió a la
realización de acondicionamientos
importantes de algunas de ellas
e incluso a su talla- do interno cuidadoso, quizás con formas geométricas rectangulares, aunque
en estos casos, como sucede en las
dos cuevas artificiales del Barranco de
La Jaca 2, la deposición
sistemática de basuras en su
interior impide su
caracterización adecuada y
confirmar una adscripción aborigen.
Esta utilización aborigen de cuevas horadadas no
fue confirmada en el sector prospectado de Granadilla. Los abrigos del Barranco de la
Barca 1 no tienen evidencias claras de ocupación aborigen y en
los alrededores o el
interior de las cuevas artificiales del Barranco de
la Barca 2, no hay
presencia de cerámica aborigen u
obsidiana. En todo caso, estas últimas
se tratan de unas estructuras
artificiales interesantes por el
cuidadoso tallado interior formando
espacios geométricos regulares en la
tosca.
En zonas exteriores al área de
prospección, puede señalarse una ocupación aborigen en abrigos horadados del entorno de las Cuevas del
Trigo, al pie de
Montaña Pelada en Granadilla.
El ejemplo más claro e interesante, a pesar del
importante derrumbe que se
ha producido en su
entorno, es la cueva horadada del
Barranco de Vijigua 2 de Arico, la cual por haber sido objeto de un
expolio sistemático, presenta una gran concentración de material arqueológico en sus
inmediaciones y demuestran, sin
lugar a dudas, este uso
aborigen de las cuevas horadadas.
(Alfredo Mederos Martín y
Gabriel Escribano Cobo)
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Por favor, no es legal (ni cortés) reproducir un artículo completo de otros autores sin nombrar a étos. Este artículo es de ALFREDO MEDEROS MARTÍN y GABRIEL ESCRIBANO COBO. y fue publicado por el Anuario de Estudios Atlánticos.
ResponderEliminarHola a todos, quiero usar este medio para agradecer al Dr. Obodubu Monday, un gran lanzador de hechizos por ayudarme a recuperar mi relación con mi ex amante cuando terminó y se volvió hacia mí durante bastante tiempo (hace 6 meses). realizó un hechizo para mí y dentro de las 48 horas posteriores a la realización del hechizo recibo un mensaje de texto de mi ex diciendo que lamenta los dolores y las lágrimas que me había causado y que no me volverá a hacer tal cosa en su la vida. Me sorprendió, pero luego lo volví a aceptar. Cualquier persona que esté en la misma línea de problema o en una diferente que quiera contactar a un lanzador de hechizos debe comunicarse felizmente con el Dr. obodubu el lunes ahora en esta dirección de correo electrónico: babadoctorobodubuspiritualhome@gmail.com o puede contactarlo a través de su línea de whatsapp +2349058774809
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