domingo, 14 de junio de 2015

HÁBITAT ABORIGEN EN CUEVAS ARTIFICIALES DEL SUR DE TENERIFE



                
    

1.    INTRODUCCIÓN

La  Viceconsejería de  Cultura y Deporte del  Gobierno de  Canarias, por  requerimiento del  Servicio de  Medio Ambiente del Cabildo Insular de  Tenerife, autorizó en  2002  y 2003, la  prospección arqueológica de  urgencia de  dos  vías  de  servicio paralelas  a la Autopista del  Sur, TF-1,  el acondicionamiento de  la TF-631  Abades-San Miguel de  Tajao (Arico) y la vía  de  acceso entre el  puerto de  Granadilla y el  aeropuerto Reina Sofía del  Sur de Tenerife (Granadilla), cuyo trazado  más oriental pasa por   las proximidades del  Monumentos Natural de  Montaña Pelada y el Monumento Natural de  las  montañas de  Los  Riscos e Ifara.


2.    LOCALIZACIÓN  Y  YACIMIENTOS  DOCUMENTADOS

2.1.    Sector 1: Arico

Los  yacimientos se encuentran asociados a los  cauces de  los tres grandes barrancos, Narices, Las  Lisas y Vijigua, por  disponer  de  agua al  estancarse en  el  cauce, o  bien sobre lomas con posición visual dominante y visibilidad hacia el mar.

El  trazado de  la  carretera de  servicio paralela a la  autopista del  Sur, que   en  la  TF-1  tiene cotas descendentes entre 67-57 m.s.n.m., oscila en la TF-631, entre Abades y San Miguel de Tajao entre las  cotas máxima de  93 y la mínima de  28 m.s.n.m. En  su trazado, los  accidentes geográficos más significativos a nivel  del poblamiento humano, son  el cauce del  Barranco de  Narices que desemboca en  Abades, el Barranco de las  Lisas en  la Playa de la Jaca y el  Barranco de  Vijigua en  la  Caleta del  Sordo.

El espacio se halla notablemente antropizado, atravesado por la actual carretera de servicio TF-631 que  va a ser  objeto de mejora. En  el arranque de la carretera en Abades, la montaña inmediata se  encuentra parcialmente desmontada. En  el  cauce del Barranco de Narices, la construcción de una tubería de agua elevada que  va muy próxima a la carretera de servicio, ha  desmontando sectores del barranco y se ha  vertido cemento y escombros en sus  inmediaciones. Una  gasolinera en la margen derecha de la carretera, en  la  zona de  Los  Revueltos, ha  aterraplanado una notable superficie junto a la autopista TF-1.  Finalmente, se aprecian terrazas de  cultivo de  secano abandonadas próximas al Barranco de las Lisas y La Jaca, o la presencia de invernaderos en la margen derecha junto al cauce del Barranco de Vijigua, próximas a la rotonda que  desciende hacia San Miguel de  Tajao.

2.1.1.    Abrigo   del   Barranco de  Narices 1

Abrigo de  habitación situado a  59  m.s.n.m., orientado al Suroeste, 200º,  en la margen derecha del barranco, siempre visto desde el mar. Aprovecha un  afloramiento de toba cuya visera, que debió tener unos 2 m.,  está derrumbada en su práctica totalidad. Se  aprecia en  la  plataforma superior encima de  la  visera, en  la zona del  derrumbe y en  sus  inmediaciones, huesos de  cabra, malacología de  patella  sp.  y Monodonta atrata, cerámica  aborigen  e histórica a mano, obsidiana y basaltos trabajados. El espa cio nmediato está muy afectado por  la construcción de una gran tubería de  agua cuya instalación quizás provocó parte de  los derrumbes. Coordenadas UTM:X 357329.8695-Y 3113987.6573.

2.1.2.    Loma   del   Barranco de  Narices 2

En   la  margen izquierda del  barranco, individualizada por una curva del  cauce del  barranco, sobre una cota dominante de 62  m.s.n.m., controlando la  ensenada de  Abades, con   una superficie con  abundantes rocas sueltas, entre las  cuales se  aprecia  alguna estructura estacional destruida, se detectó cierta concentración de  material  aborigen como malacología, patella,   y basaltos trabajados,  claramente exógenos a  la  litología del  en  torno, pertenecientes a este  asentamiento estacional. Coordenadas  UTM: X  357264.9485-Y 3113862.3238.

2.1.3.    Abrigos artificiales  de  Los  Revueltos 1

En   una de  las  laderas de  Los  Revueltos, se  localizan dos abrigos artificiales abiertos al Sur-Suroeste, 200º,  aprovechando un  espacio de  visera junto a la parte superior de  una ladera, en la  cota de  59  m.s.n.m., que   cuentan un  muro de  cierre hasta arriba.

No  se aprecia material arqueológico claramente aborigen, puesto que  la fauna de  cárpidos y la presencia de  Thais haemastoma no  resulta diagnóstica, y cabe definirla como una estructura de  interés etnográfico. Coordenadas UTM: X 356902.3570- Y 3113451.6748.

2.1.4.    Cuevas artificiales  de  Los  Revueltos 2

En  otra ladera de  Los  Revueltos, se  localizan dos  cuevas  y un  abrigo artificial en  la toba, abiertos al Sur, aprovechando un espacio de  visera, entre las  cotas de  79-77   m.s.n.m. La  cueva principal tiene una puerta con  dintel, y la  segunda presenta un acceso con  vano usando bloques aparejados. El  abrigo artificial presenta cierre con   una pared de  circunvalación parcialmente derrumbada, probablemente para estabulado de  cápridos. En superficie se documentó cerámica aborigen e histórica a mano, patella  y Thais haemastoma. A pesar de  su  intensa reutilización cabe presumir  un   origen  aborigen.  Coordenadas  UTM:   X 356614.5990-Y 3112933.7174.

2.1.5.    Lomo de  los   Revueltos 3

En  lo alto  de  una loma de  84 m.s.n.m., con  visibilidad hacia la  ensenada de  La  Jaca, que  cuenta a sus  pies  con  una torre de tendido eléctrico, en  una superficie muy pedregosa se  observa cerámica decorada aborigen, un  gran núcleo y lascas de  obsidiana y patella,  propias de  un  punto de  ocupación estacional con talla  lítica ocasional.  Coordenadas  UTM:   X  356420.1018-Y 3112771.5727.

2.1.6.    Lomo del   Barranco de  las  Lisas

En   la  ladera alta de  una loma de  59  m.s.n.m., se  encuentran algunos muros circunvalando las  paredes de  la  loma, conservadas hasta un  máximo de  seis  hiladas que  sirven de  abrigo del  viento y estabulado temporal de  cápridos. En  su  interior se observa una notable concentración de  pequeñas conchas de Thais haemastoma, junto con  Monodonta atrata  y patella,  algunas  cerámicas aborígenes e históricas, y un  dudoso ídolo de  piedra sobre piedra basáltica con  cuatro denticulados que  pueden ser   de  origen natural.  Coordenadas UTM:   X  356260.4312-Y 3112332.2012.

2.1.7.    Lomo del   Barranco de  La  Jaca  1

En   una altura dominante del  Barranco de  la  Jaca, de  78 m.s.n.m., en  una  superficie pedregosa, se  aprecian espacios despedregados donde se  han  producido  expolios puntuales, observándose en  superficie cerámica aborigen e  histórica, obsidiana, patella   y  Monodonta atrata, propios  de  un   punto de ocupación estacional. La  loma inmediata, de  76  m.s.n.m., presenta dos   torres de  tendido  electrico. Coordenadas UTM:   X 355834.4112-Y 3111840.2471.

2.1.8.    Cuevas artificiales  del   Barranco de  La  Jaca   2

Junto a  la  actual carretera  TF-631 se  localizan dos   cuevas artificiales excavadas en  la  tosca, en  la  cota de  78  m.s.n.m., al pie  de  una loma de  85  m.s.n.m., muy expoliadas y en  lamentables   condiciones de  acumulación de  basuras por   encontrarse totalmente accesibles desde la carretera. En  su  interior se aprecian hornacinas interiores y  compartimentaciones, cada una con  una puerta tallada al  exterior. No  se pudo identificar material  arqueológico ya  que  exigen una limpieza interior por  el nivel  de  basuras, pero tienen un  notable interés etnográfico. Co- ordenadas UTM: X  355591.3961-Y 3111585.6028.

2.1.9.    Cuevas artificiales  del   Barranco de  La  Jaca   3

En  sus  inmediaciones, y más próximas a un  cauce secundario  tributario del  Barranco de  la  Jaca, se  aprecian dos  cuevas artificiales excavadas en  tosca, orientadas al  Sureste, 140º,  que aprovechan una visera natural, separadas por   un  muro artificial.  En  sus  inmediaciones se aprecia cerámica aborigen e histórica a  mano y patella,  pero su  entorno está afectado por  haber sido   cultivado en  secano, aunque está actualmente abandona- do.  En  todo caso, a  pesar de  su  reutilización hasta fechas actuales, cabe presumir  una  ocupación desde época aborigen. Coordenadas UTM: X  355511.5608-Y 3111539.1505.

2.1.10.   Cuevas artificiales  del   Barranco de  Vijigua 1

Se  trata de  un  conjunto de  dos  cuevas artificiales excavadas en  la toba, en  la cota de  47 m.s.n.m., que  presentan buena parte de  sus  viseras derrumbadas, orientadas al Norte, 350º.  Existe un segundo nivel  inferior que  presenta filtraciones de  la  parte superior por  tratarse de  un  sedimento de  matriz muy arenosa en el que  se aprecia la acción de  madrigueras de  conejos y expoliadores que  han actuado en  diversos sectores del  depósito arqueológico, observándose en  superficie cerámica aborigen, fauna de ovicápridos, patella  y Thais haemastoma. Este yacimiento quizás podría ser  el  citado en  la  bibliografía como Barranco de  las Revueltas (Delgado Gómez, 1995: 92,  139  fot.). Por  encima de las  cuevas pasa el  camino que   va  hacia el  Tagoro de  Tajao. Coordenadas UTM: 355432.2533-Y 3111153.8799.

2.1.11.   Cueva   artificial del   Barranco de  Vijigua 2

Se  trata del  yacimiento arqueológico más importante detectado en  la  prospección. Se  trata de  una gran cueva-abrigo excavada en  tosca, orientada a  300º,  que  presenta buena parte de  su  visera derrumbada, lo que  ha  provocado una notable caída  de  bloques y  el  desplazamiento de  un  importante paquete sedimentario.  Este además ha   sido   afectado por   continuos expolios, observándose en  superficie grandes concentraciones de material arqueológico, que  incluyen cerámica aborigen decorada,   fauna de  ovicápridos, obsidiana y  basalto trabajados, palleta,  Monodonta atrata   y  Thais haemastoma. Es  recomentable la  excavación del  yacimiento por  vía  de  urgencia para su  ade- cuada caracterización y  conservación. Coordenadas  UTM:X
355322.4147-Y 3110890.0975.

2.2.    Sector 2: Granadilla

También en  este  sector los  yacimientos se  encuentran siempre   asociados a  los  cauces de  los  barrancos, por   disponer de  agua al  estancarse en  el  cauce, en  ocasiones como en  el Barranco de  la  Barca, por   presentar un  sustrato  geológico de toscas.

El  trazado de  una vía  de  transporte de  los  materiales necesarios para la construcción del  puerto de  Granadilla, aprovecha una pista previa, y se sitúa entre las  cotas de  80 y 120  m.s.n.m. En  su  recorrido, los  accidentes geográficos más significativos a nivel  del  poblamiento humano son  los  cauces de  los  barrancos de  Las  Moradas, La  Barca y Los  Calderones.

El  espacio también se  halla notablemente antropizado, más de  lo  que  a primera vista podría esperarse, por  la  presencia en buena parte del  trazado oriental de  una pista que  será aprovechada por  el  trazado de  la  vía  de  transporte de  los  materiales, un  gran depósito de  agua a la  altura del  Lomo del  Guirre, una gran concentración de  invernaderos bordeando el  Barranco de la  Barca y la  margen izquierda del  Barranco de  los  Calderones, y ya  pasada la  carretera  TF-614, que  conecta San Isidro con  El Médano, al Sur de  la Balsa del  Saltadero del  Cabildo Insular de Tenerife, los  invernaderos bordean todo el  trazado de  la  vía.  A ello  se suman numerosos restos de  antiguos cultivos de  tomate- ras, coches abandonados  y  quemados en  el  Barranco de  las Moradas, abandono indiscriminado de  escombros en  la pista que viene desde el  puerto de  Granadilla, y en  el  entorno de  los  in- vernaderos, vertidos de  basuras y fertilizantes.

2.2.1.    Cueva   del   Barranco de  las  Moradas 1

Posible cueva de  enterramiento situada a 80  m.s.n.m., en  la margen izquierda del  barranco, siempre visto  desde el mar. Apro- vecha un   afloramiento basáltico en  su  ladera media. Por   sus dimensiones, inferiores a  1  m.,  no  presenta condiciones para espacio de  habitación, observándose en  superficie huesos de ovicápridos, conejo, microfauna y malacología de  patella.  Pudo tratarse de  una  posible cueva de  enterramiento, actualmente muy expoliada, pero no  se  ha  podido identificar huesos humanos. Coordenadas UTM: X 350096-Y 3106636.

2.2.2.    Barranco de  las  Moradas 2

En  la  margen derecha del  barranco, en  la  cota dominante de  88 m.s.n.m., y frente a la montaña de  Los  Riscos, se encuentra otro afloramiento basáltico, que  en  su  ladera norte cuenta en  superficie con  una significativa concentración de  malacología  de  patella,   y  relativa abundancia de  obsidiana. Se  domina visualmente la  cueva del  Barranco de  las  Moradas 1,  que  debe estar en  relación con  este  punto de  hábitat estacional. Coorde- nadas UTM:  X  350122-Y 3106639.

2.2.3.    Barranco de  las  Moradas 3

En  las  terrazas que  bordean la  margen derecha del  Barranco  de  las  Moradas, en  la  cota de  87  m.s.n.m., y muy próxima a una torre de  tendido eléctrico, se  aprecian en  superficie al  pie de  la Loma del  Guirre, donde se encuentra un  gran depósito de agua, una amplia dispersión malacología de  patella,  y algunos huesos de  ovicápridos que  aparentan ser  recientes. Este espacio ha   sido   afectado por   las  arroyadas del  barranco cuando ha arrastrado  cierta cantidad de  agua, y  los  procesos postdeposicionales parecen ser  muy intensos. Coordenadas UTM:  X 350034-Y 3106401.

2.2.4.    Abrigos del   Barranco de  las  Moradas 4

En   un   afloramiento basáltico en  la  margen izquierda del Barranco de  las  Moradas, en  la  cota de  91  m.s.n.m., se  aprovecha una visera natural para construir con  muros artificiales de piedra seca basáltica del  entorno inmediato, dos  cuevas de  unos 3 m.  de  longitud, que  hasta fechas recientes han sido  reutilizadas   para el  estabulado de  cabras. Se  observa en  su  interior  y alrededor de  la  zona anexa, una significativa concentración de cerámica  aborigen, obsidiana  de  buena  calidad, huesos de ovicápridos y  malacología, patella,   Monodonta atrata   y  Thais haemastoma. Coordenadas UTM: X  349865-Y 3106418.


2.2.5.    Cueva   del   Barranco de  las  Moradas 5

En   la  ladera media de  otro afloramiento basáltico en  la margen derecha del  Barranco de  las  Moradas, en  la  cota de  93 m.s.n.m., existe una cueva natural  de  dimensiones reducidas, 1.20  de  longitud por  1 m.  de  alto, que  pudo haber sido  utilizada  como cueva de  enterramiento, aunque no  se  documentaron con  claridad huesos humanos por  encontrarse muy expoliada. Sí  se  aprecian huesos de  ovicápridos y microfauna. Coordena- das  UTM: X 349866-Y 3106353.

2.2.6.    Cueva   del   Barranco de  las  Moradas 6

En  el afloramiento basáltico donde se  encontraban los  abrigos  del  Barranco de  las  Moradas 4, justo pegado al  cauce de  la margen izquierda, se  abre una pequeña cueva de  habitación de 4  m.  de  longitud, 1.50  m.  de  altura y  2.5  m.  de  profundidad, que  ha  sido  reutilizada ocasionalmente. Presenta relleno arqueológico y en  superficie se  aprecia cerámica aborigen, obsidiana, fauna de  ovicápridos y malacología, patella  y Thais haemastoma. Coordenadas UTM:  X  349865-Y 3106418.

2.2.7.    Abrigos del   Barranco de  la  Barca 1

En  el interfluvio de  la  margen izquierda de  un  barranco tributario con  el  Barranco de  la  Barca, en  la  ladera, se  aprecian tres abrigos reutilizados en  las  cotas de  89-91  m.s.n.m., mediante la construcción de  muros artificiales de  piedra. El  de  mejores condiciones es  el  central, con  unas dimensiones de  1.60  m.  de altura, 4 m.  de  longitud y 1.80  m.  de  profundidad, con  un  muro artificial que  conserva superpuestas hasta 4 hiladas de  piedras. Sólo   se  aprecian  evidencias de  malacología, concretamente patella,  que  pueden ser  recientes. Coordenadas UTM: X 349865- Y 3106418.

2.2.8.   Cuevas artificiales  del   Barranco de  la  Barca 2-3

Desde un  punto de  vista etnográfico, la  evidencia más interesante es  la  presencia de  dos  cuevas artificiales excavadas en la  tosca en  la  cota de  97  m.s.n.m. de  la  margen izquierda del Barranco de  la Barca. La  cueva 1, la mejor conservada, presenta 1.70  m.  de  altura, 4 m.  de  longitud y 3.5  m.  de  profundidad. Coordenadas UTM:  X 348324-Y 3105538. La  cueva 2, situada a 5 m.  hacia el norte de  la cueva 1, ha  sido  más reutilizada hasta fechas recientes, incluyendo un   muro o  pesebre de  cemento. Coordenadas UTM: X  348314-Y 3105546.

2.2.9.    Barranco de  la  Barca 4

A lo  largo de  las  cotas superiores a  103-105 m.s.n.m.  de  la margen izquierda del  Barranco de  la  Barca, en  un   sector de cantera muy afectado por   la  extracción de  piedra  basáltica  y abundantes derrumbes de  piedra, se  observa ocasionalmente algunas obsidianas y un  fragmento de  cerámica aborigen decorado. En  todo caso, no  se  pudo identificar ninguna estructura o  concentración clara.

2.2.10.   Barranco  de  los   Calderones

El  único yacimiento vinculado al  Barranco de  los  Calderones, en  su  margen derecha, entre las  cotas de  104-106 m.s.n.m., se  trata de  un  afloramiento basáltico que  quizás pudo permitir la  acumulación temporal de  agua en  caso de  lluvia. Bordeando este  espacio, en  un  área de  unos 40  m.  de  longitud por  15  m. de  ancho, se  aprecia cerámica aborigen decorada y  lisa,   gran abundancia de  obsidiana, malacología de  patella,   vértebras de pescado, algún posible fragmento de  piedra molinera, fauna de ovicápridos, etc.  El  notable interés del  yacimiento, sin  embargo, disminuye por  estar afectado buena parte de  su  superficie, en la  margen derecha del  barranco, por   antiguos aterrazamien- tos  agrícolas hoy  abandonados. Coordenadas UTM: X  348100- Y  3105171, 348088-3105151 (límite  sur   margen izquierda), 348105-3105159 (límite sur  margen derecha).

3.    LOS   LÍMITES  DEL   MENCEYATO  DE  ABONA

Casi   en  el  límite noreste del  municipio de  Arico, Delgado Gómez (1995: 27-28) sitúa el inicio del  menceyato de  Abona, en el  barranco de  Tamadaya que   desemboca en  la  playa de  Los Eres, que  identifica con  el valle  de  Tamaduce, a partir de  la data
514  de  1505  que  dice  «Diego de  Negrón. Unas tas.  y agua q.[ue] son  entre el  reino de  Guymar y entre el  reino de  Abona en  un valle  q.[ue] se dice  la ta.  de  Ymovard y llámase el agua Cebeque y el agua se  llama Tamaduçe, las  cuales dhas. tas.  son  en  derecho  de  los  Abrigos» (Serra Ràfols, 1505/1978: 114).

Este límite actualmente es  recorrido por  una ruta ganadera tradicional que  salía desde la  Playa de  los  Eres y subía por  el Barranco de  Tamadaya hasta el  Lomo de  Tamadaya, por  enci- ma  de  la  carretera vieja  TF-822 (Delgado Gómez, 1995:  81,  83).

La  propuesta más aceptada sobre el límite fronterizo oriental  entre el  menceyato de  Güímar y  Abona es  la  ofrecida por Diego Cuscoy  (1968: 156,   161).   Sin   embargo, no  precisa un barranco  concreto y  opta por   dos,   bien por   el  Barranco de Herques, actual límite entre Güímar y Fasnia, bien por  el  Barranco de  El  Río,  límite actual entre Arico  y Granadilla.

La  primera opción del  Barranco de  Herques es  por   la  que
más se  inclina  Diego Cuscoy (1968: 121-122, fig.  10),  como se aprecia en  su  cartografía, y es  la  que  ya  planteaba Béthencourt Alfonso (1912/1994: 84,  87),  e  implica que   a  la  frontera entre ambos menceyatos se  le  daba un   contenido preferentemente funerario.

La  segunda opción ha  sido   retomada por   Cebrián Latasa (2003: 88,  91),  quien define como límites a Granadilla al Norte, lo  que  implicaría situar la  frontera en  el  Barranco del  Río,  actual separación entre los  municipios de  Arico  y Granadilla, San Miguel de  Abona y el Valle  de  San Lorenzo de  Arona en  el centro  y el Barranco de  Chasna al Sur, con  límite con  el menceyato de  Adeje  en  el Barranco del  Rey  que  desemboca en  Adeje  en  la Playa de  Troya.

El  límite Oeste del  menceyato de  Abona tampoco cuenta con una aceptación unánime, aunque la  data 553  de  1504  demuestra claramente que  el río  de  Chasna era  el límite de  los  mence- yatos de  Abona y  Adeje.  «Gyónymo de  Valdés, Andrés Suares Gallinato, Guillén Castellano y Fernando d[e]  Espinosa. A todos cuatro juntamente un  río  o  arroyo de  agua con   todas las  tas. q.[ue] con   la  dha. agua se  pudieren aprovechar (...)  q.[ue] se llama, en  la  lengua de  Tenerife, Chasna, y  junta los  términos entre el reino de  Abona y el reino de  Adex»  (Serra, 1978:  122).

El  río   de  Chasna es  identificado con   el  Barranco de  la Orchilla, actual  límite entre  los  municipios de  Granadilla  y Arona por  Béthencourt  Alfonso (1912/1994: 87-88), el cual desemboca en  la  Playa Grande de  Los  Abrigos, lo  que  implicaría que  todo el municipio de  Arona estaría incluido en  el menceyato de  Adeje.

También se  ha  situado el  Río  de  Chasna en  el  Barranco de la  Vera  o del  Chorrillo (de  las  Casas, 1997:  79-80), que  seguiría descendente por  los  cauces del  Barranco del  Bucio, Barranco de la  Orchilla y Barranco de  la  Fuente, lo  que  supone que  inicialmente iría dentro del  municipio de  Vilaflor y luego giraría hacia  el Suroeste siguiendo el actual límite sur  entre los  términos de  Vilaflor y San Miguel de  Abona. La  frontera seguiría por  las crestas del  Roque de  Jama, Montaña de  la  Centinela, Montaña y  Barranco de  Erales, Montaña del  Majano, Montaña Negra, Montaña del  Malpasito y finalizar en  la  Montaña Amarilla, al Este de  Las  Galletas, lo  que  implica que  pone como límite sur entre los  menceyatos de  Abona y Adeje  el actual límite entre los municipios de  San Miguel de  Abona y Arona, que  quedaría así incluido dentro del  menceyato de  Adeje.

Incluyendo parte del  termino municipal de  Arona sería la propuesta de  Diego Cuscoy (1968: 92  n.  1,  93-94   fig.  9,  95), quien traza una línea desde Vilaflor en  dirección sur  hasta Punta de  Rasca, por  medio del  municipio de  Arona, mientras identifica  el  río   de  Chasna con   el  Barranco del  Río   entre Arico   y Granadilla, aunque no  lo  aplica en  el  mapa que  propone para los  límites de  los  menceyatos de  Tenerife.

Si  partimos de  la  data 1290  de  1516, «600  f.[anegas] de  s. de  buena medida en  el  Reino de  Abona desde  el  llano del ahiladero [Valle  de  San Lorenzo] q.[ue] comienza dende la fuente  de  Jamar [La  Fuente] con   la  dha. fuente todo el  barranco abajo  q.[ue] va  a  dar a  las   Galletas hasta  la  mar con   los pozuelos del  dho. barranco q.[ue] están junto al mar e hacia las moradas  q.[ue] se  llaman de  Guadarteme e  más las  mismas moradas e estando en  las  dhas. Galletas dende allá  hacia Jamar a la banda de  Aldea  Blanca con  el corral q.[ue] hizo Martín Vays a  dar al  corral grande q.[ue] dicen de  los  Cristianos e  por  allí arriba hasta el barranco q.[ue] está junto al  barranco y camino de  Adegue» (Serra,  1978:   253-254), que   incluye el  Llano del Ahiladero, probablemente una corrupción de  Ahijadero, actual Valle  de  San Lorenzo, la  fuente de  Jamar, con  los  caseríos de La  Fuente y Jama, y el  corral grande de  los  Cristianos junto a la  actual playa, todos en  el municipio actual de  Arona, implica un   límite más occidental que   el  propuesto por   Diego Cuscoy (1968) o  de  las  Casas (1997).

El  límite del  Barranco del  Rey  es  defendido por   Delgado Gómez (1995: 34,  36,  38),  que  en  sus  tramos más bajos se  denomina de  Chacama y finalmente de  Troya, hasta desembocar en  la Playa de  Troya, dentro de  la actual Playa de  las  Américas, e implicaría que  el actual límite entre Arona y Adeje  sería el de los  menceyatos de  Abona y Adeje.  Este límite también es apoyado  por  Díaz  Frías (1996: 46-48  y 1999:  26-27) quien identifica el río  de  Chasna con  el Barranco del  Rey,  cuyo nombre habría cambiado al  concedérsele allí  tierras en  1504  según la  data 845 «a vos don Diego, natural de  Tenerife, q.[ue] fuestes Rey  d Adexe en  la  isla  de  Tenerife, de  daros 30  f.[anegas] de  ta.  con  su  agua ellas  (...)  y estas dhas. 30  f.[anegas] son  en  la  ta.  y agua del  río de  Chasna, q.[ue] es en  el Reino d[e]  Adés,  adonde se parten los caminos con  Abona» (Serra, 1978:  172).

En  esta data el  río  de  Chasna parece que  se  incluye dentro del  Menceyato de  Adeje,  pero podría tratarse que  las  tierras que se le conceden al antiguo mencey linden por  la margen izquierda  con   el  río  de  Chasna, ya  en  el  antiguo menceyato de  Ade je,  lo  que   permitía el  abastecimiento regular de  agua para su cultivo.

Al topónimo del  Barranco del  Rey  habría que  unir las  ruinas  de  la Casa del  Rey  en  Fañabé (Adeje) (Béthencourt Alfonso, 1912/1991: 423)  y  la  Caldera del  Rey  (Adeje), que   domina ac- tualmente la  Playa de  las  Américas, próximos a  la  desembocadura del  Barranco del  Rey.  Otros topónimos vinculados a la  fi- gura de  Don  Diego de  Adeje  se  encontraban en  Armeñime, una localidad de  Adeje,  la Cueva del  Rey,  el Charco del  Rey  y el Pozo de  la  Reina (Béthencourt  Alfonso, 1912/1991: 406  y 1912/1994: 93),  próximos a la  Caleta de  Adeje.

4.    PROSPECCIONES  Y  EXCAVACIONES  ARQUEOLÓGICAS EN   ARICO   Y  GRANADILLA

Los  yacimientos más antiguos que  conocemos del  municipio de  Arico  son  mencionados por  Béthencourt  Alfonso (1912/1994: 302)  en  el  Barranco de  Tajo. De  este  municipio,  Diego Cuscoy (1968: 241)  menciona tres hallazgos aislados de  cerámicas en paraderos pastoriles en  las  Cumbres de  Arico, Hoya Trujillo y la Cueva de  la  Cuesta mata asnos, dos   cuevas sepulcrales en  El Frontón y el  Barranco de  la  Cuerva, un  conjunto de  cuevas de habitación y  sepulcrales en  El  Río,   una cueva de  habitación en  Icor y dos  abrigos en  la  costa del  Río  y Barranco de  Juan Andrés.

El  municipio fue  objeto de  una prospección arqueológica dentro del  Inventario del Patrimonio Arqueológico del municipio de  Arico,   dirigido por   F.  Álamo en  1994, que   aún permanece inédito.

Posteriormente, como resultado de  una Memoria de  Licenciatura sobre el menceyato de  Abona, que  incluye el municipio de  Arico, Delgado Gómez (1995: 99)  presenta nuevos yacimientos  inéditos, un  enterramiento en  una cueva del  Barranco de  las Narices, por  debajo de  la Autopista del  Sur, y menciona también (Delgado Gómez, 1995:  92-93, fig.  1a-b, 96  fig.,  139  fot.)  la  presencia de  cuevas naturales  en  toba, sin  definir si  habían sido retocadas o simplemente se  acomodaron en  una cueva preexis- tente, en  el Barranco de  las  Revueltas y el Barranco de  Guama, de  donde presenta dos  bordes decorados incisos, uno horizontal y otro vertical.

Para el  municipio de  Granadilla,  Diego Cuscoy (1968: 241) menciona sólo   cuatro  yacimientos, un   posible tagoror  en  el Tagoror del  Rey,  dos  cuevas sepulcrales, La  Jaquita y Las  Vegas, que  proporcionaron cráneos, y un  conjunto de  cuevas de  habi- tación y sepulcrales en  el Barranco de  Chiñama de  los  que  proceden restos humanos, cerámicas, molinos, punzones, una espátula de  hueso y un  anzuelo de  cuerno (Delgado Gómez, 1995: 100,  127,  130  fig.  12).

En  fechas recientes se  elaboró la  Carta  Arqueológica del Término Municipal de Granadilla en  1990, dentro del  Inventario del Patrimonio Arqueológico de las  Canarias Occidentales (Provincia de Santa Cruz  de Tenerife), dirigido por  J.F.  Navarro, que  permanece inédita.

El  yacimiento más conocido del  municipio está en  la llanura al  pie  de  las  montañas de  Los  Riscos e Ifara, declaradas monumentos naturales en  la  Ley  12/1994 de  Espacios Naturales de Canarias, pues próxima a  la  montaña de  Ifara, junto a  la  Casa de  la  Solapa, se  sitúa un  hábitat estacional de  cabañas con  cerámicas aborígenes decoradas, cierta abundancia de  obsidiana, y diversos paneles rupestres con  grabados que  presentan temas geométricos y barcos.

En  concreto, en  un  espacio de  unos 400  m2,  se  localizan 38 paneles de  grabados rupestres incisos con  motivos geométricos horizontales, de  los  cuales cerca de  una decena corresponden a representaciones geométricas de  tendencia oval  y  rectangular (Marante et  alii,  1996:  13-15).

En   este   sentido, es  importante que   Béthencourt Alfonso (1912/1994: 116),   a  partir de  la  tradición oral de  fines del  siglo XIX,  situaba la  Morra del  Tagoro del  Rey  o  Tagoro de  Ifara en  sus  inmediaciones, lo que  explica que  el barranco más próximo  al  yacimiento se  denomine actualmente Barranco Tagoro.


5.    LOS  SECTORES PROSPECTADOS

El  entorno de  los  cauces medio-bajo de  los  barrancos de Narices, Las  Lisas, La  Jaca y Vijigua no  destaca por  sus  especiales condiciones de  habitabilidad en  época aborigen. En  general,  se  trata de  terrenos muy pedregosos, con  poca vegetación para pastos, que  presentaban las  zonas más adecuadas junto a los  cauces de  los  barrancos donde ocasionalmente circulaba el agua después de  lluvias torrenciales, especialmente en  los  dos cauces principales, Narices y Vijigua.

El  único tagoror que  se  sitúa en  la  zona próxima a  la  prospección se  encontraba en  Tajao, según la  tradición oral que recoge Béthencourt  Alfonso (1912/1994: 89-90, fot.  2),  nombre que  hoy  se  mantiene en  el  camino del  Tagoro que  baja inmediato al  Barranco de  Vijigua, y  cuya posible estructura  del Tagoro aún es  visible en  el  entorno.

En  el espacio estudiado, es  difícil tener una valoración muy clara de  la  agrupación del  hábitat aborigen ya  que  la  prospección se trataba de  un  estudio transversal al cauce de  los  barrancos,  sólo  seccionándolos en  función del  trazado de  la  carretera, pero el Barranco de  Vijigua parece ser  el cauce más interesan- te.  Presenta la  mayor concentración de  cuevas artificiales en toba en  ambas márgenes, incluido el yacimiento más importante,  Barranco de  Vijigua 2,  su  cauce es  el  más profundo, alcanzando cotas inferiores de  28  m.s.n.m., y en  su  fondo se  producían estancamientos  de   agua,  como también  señala  en   la cartografía  Delgado Gómez (1995: 60,  63),  dada la existencia de un  sustrato geológico de  toscas, que  permite la acumulación de agua de  la  lluvia en  forma de  eres naturales en  los  pequeños saltos que   se  forman en  su  cauce, al  ralentizar mucho el  filtrado del  agua, permitiendo  un   aprovechamiento estacional para abrevar el ganado y ramonear la escasa vegetación circundante.

Aparte del  hábitat en  cuevas retocadas o  excavadas en  toscas,  sólo  cabe mencionar tres emplazamientos dominantes con buena visibilidad hacia el mar, que  presentan indicios de  ocupación estacional, quizás paralelo al  control de  los  rebaños de ovicápridos, con  prácticas de  talla basáltica y obsidiana, y consumo de  malacofauna. Este patrón lo encontramos en  la  Loma del  Barranco de  Narices 2, el Lomo de  los  Revueltos 3 y el Lomo del  Barranco de  La  Jaca 1.

Un  caso diferente es  el del  Lomo del  Barranco de  las  Lisas, ya  que  se  trata de  estructuras acondicionadas en  la  ladera alta de  una loma, donde se  observan muros formando rediles o espacios para protegerse del  viento, dentro de  las  cuales se  ha producido el consumo de  malacofauna. Debido al arrasamiento agrícola de  parte de  la superficie superior de  la loma por  un  uso agrícola de  secano, donde hoy  se  aprecian dos   paredones de protección de  árboles frutales con  cierto interés etnográfico en la cota de  60 m.s.n.m., es dificil valorar si estas estructuras aborígenes estuvieron en  relación con  algunas otras, pero en  todo caso sólo  indican una ocupación estacional.

Tampoco el  entorno de  los  cauces medios de  los  barrancos de  Las  Moradas, La  Barca y Los  Calderones del  municipio de Granadilla es  un   territorio especialmente adecuado para el hábitat aborigen. En   general, se  trata también de  un   espacio con  muy poca vegetación para pastos, que  presenta los  entornos más adecuados junto a  los  cauces de  los  barrancos, en  los  que ocasionalmente circulaba el agua después de  las  lluvias.

En  el entorno estudiado, el área de  habitación aborigen más interesante se  concentraba en  el  cauce del  Barranco de  las Moradas. En  este  barranco parecen apreciarse pequeños puntos de   hábitat  estacional, vinculados siempre  a  afloramientos basálticos, bien en  superficie, Barranco de  las  Moradas 2,  bien en  cuevas, Barranco  de  las  Moradas 6,  con   abrigos utilizados como rediles de  ganado, Barranco de  las  Moradas 4, que  suelen tener en  sus  inmediaciones, siempre en  la otra margen del  cauce  del  barranco, alguna pequeña cueva de  enterramiento en  las covachas del  Barranco de  las  Moradas 1 y 5,  aunque este  último   aspecto no  pudo confirmarse con   absoluta seguridad por encontrarse muy expoliadas. La  distancia entre ambos conjuntos  de  habitación y funerarios no  parece superar un  kilómetro siguiendo el cauce del  barranco.

En  el  barranco de  la  Barca no  pudo definirse ningún con- junto claro de  habitación dentro del  entorno del  trazado de  la carretera. Sí  hubo una frecuentación aborigen en  el  Barranco de  la  Barca 4,  como pudo confirmar la  presencia ocasional de cerámica aborigen, pero no  hay  evidencias claras de  estructuras   constructivas en  superficie, quizás porque se  trata de  un entorno antropizado y cuyas laderas han sido  explotadas parcialmente como punto de  extracción de  cantera.

El  principal interés del  Barranco de  la  Barca es  su  sustrato geológico de  toscas, que  permite la  acumulación de  agua de  la lluvia en  forma de  eres naturales en  los  pequeños saltos que  se forman en  su  cauce, al  ralentizar mucho el  filtrado del  agua. Este factor nos   indica que   debió ser  objeto de  un  aprovecha- miento estacional para abrevar el  ganado y ramonear la  vegetación circundante. Esto también sucede en  otro barranco próximo,  situado más hacia el Oeste, el Barranco del  Charco o en  el Barranco del  Callao, próximo a  la  Montaña de  Los  Riscos.

Finalmente, en  el Barranco de  los  Calderones sólo  se  detectó  un  punto de  hábitat junto a un  afloramiento basáltico, como sucedía en  el Barranco de  las  Moradas. Este hábitat de  superficie  no  presenta señales de  estructuras de  habitación en  superficie  al  estar afectada buena parte de  la  margen derecha del  barranco por  antiguos aterramientos para el cultivo de  tomateras, actualmente abandonados, que  debieron reutilizar las  piedras de las  estructuras. Sin  embargo, en  superficie se  aprecia una gran concentración de  obsidiana, y  abundante cerámica aborigen decorada, malacología, fauna y vértebras de  pescado.

Estos puntos de  hábitat estacional es  posible que   estuvieran vinculados a  la  ruta ganadera tradicional que   atravesaba La  Caldera, La  Pájara, Vicácaro, El  Salto, la  Montaña de  los Riscos y finalizaba en  la  Playa de  los  Riscos (Delgado Gómez,
1995:   82-83).

6.    REFERENCIAS  EN   DATAS  A  CUEVAS   HORADADAS

Un  reciente estudio de  parte de  las  datas de  Tenerife ha  llevado a  plantear que  las  cuevas horadadas fueron introducidas en  Tenerife por  aborígenes de  Gran Canaria, parte de  los  cuales participaron junto a  los  castellanos en  la  conquista de  Tenerife y  fueron beneficiados con   datas de  tierras, apoyándose en  el asentamiento de  grancanarios en  Tegueste,  Heneto,  Taoro  y Güímar. Puesto que   las  datas a  menudo confirmaban en  propiedad una ocupación de  hecho, Larraz (1996 y 1998:  229-232) sugiere que   las  cuevas horadadas  serían  excavadas por   los grancanarios y su  propiedad incorporada en  la  solicitud del  repartimiento.

6.1.    Data 3  de  13  de  Julio de  1497, «Juan de  Almansa. A todos quantos este  alvalá vierdes fago  saber como yo doy  a (...) vº[ecino]  desta  isla   la   cueva  foradada  en   Tegeste  e  más las  t[ierr]as. de  arriba del  restroxo de  [Hon]tiveros» (Serra, 1978:   19).

6.2.    Data 859  de  31  de  Diciembre de  1500, «Almansa. Una cueva q.[ue] está en  Tegeste, alinda con  el  aviar de  Ervás, que era  la  cueva hora[da]da y la  tiene cerrada y adobada, y el  andén q.[ue] está del  cabo de  arriba della y un  c.[ahíz] encima (...) Que  digo  que  me  plaze de  daros la  cueva con  tal  que  no  esté dada» (Serra, 1978:  175;  Moreno, 1992:  22).

Juan de  Almansa, población  de  Albacete, fue  escudero de Lugo y  participó en  la  conquista de  la  isla,   instalándose en Tegueste (Cioranescu, 1971:  207;  Cebrián, 2003:  51).  En  la  se- gunda data se  observa que   ha  realizado modificaciones en  la cueva en  1500, cerrándola  y  mejorando el  anden de  acceso a ella.   Sin   embargo, si  tenemos en  cuenta que   la  conquista de Tenerife no  se logró hasta el invierno de  1495-96, y en  Mayo de 1496  se  rindió la  isla  ante los  reyes en  Almazán con  el acto de pleitesía de  los  menceyes, resulta llamativo que  en  menos de  un año, en  la  tercera data, ya  se  mencione una cueva horadada, aunque  Larraz  (1998: 231)   considere que   «no   era   mucho el tiempo y esfuerzo que  se invierte en  excavar la toba volcánica». Por   otra parte, si  bien se  mencionan reformas en  1500, estas son  de  cierre y mejora de  acceso.

6.3.    Data 1846  de  Marzo de  1500  «Alonso Dias, criado  de vuestra merced. Dice  que  tiene una cueva que  hice que  agora mora, podrá haber dos   años [ca.  1498] y  (...)  le  dio  la  dicha cueva (...)  a  Antón Sanches  y  seis   f.[anegas] de  t.[ierras] de s.[equero] en  el  lomo del  Meca y agora tengo temor (...)  la  di- cha cueva me  sea  quitada y pide en  remuneración a  sus  servicios  se  le haga merced de  dicha cueva y tierra, pues yo  la  hice y he  gastado algo  de  lo  que  tengo (...)  que  la  cueva sea  vuestra y dos  hanegas» (Serra, 1978:  356).

La  tercera data demuestra que   parte de  estas cuevas hora- dadas ya  estaban siendo construidas en  1500. Alonso Díaz   se trata de  un  aborigen grancanario, criado de  Fernández de  Lugo, que  participó en  la  conquista de  La  Palma y Tenerife, recibien
do  tierras en  Taoro, Centejo, Güímar e Icode (Cioranescu, 1971: 246;  Cebrián, 2003:  187).  Cabe presumir que  imitó un  tipo de habitación en  el que  pudo haber vivido en  Gran Canaria, lo que ratifica al  menos parte de  la  propuesta de  Larraz.

6.4a.   En  1505, «Antón de  la  Sierra y Juan González, conquistadores. Cada 20 f.[anegas] de  t[ierr]a. de  s.[equero] que  son en  Taoro, que  han por  linderos de  la una parte t[ierr]as. de  Diego de  Cala  e de  la  otra el  barranco de  la  fuente de  la  cuesta e de la  otra parte el  barranco hondo e  de  la  parte de  encima de  la cueva horadada» (Moreno, 1992:  270).

6.4b.   Protocolo  del  escribano  Alonso Gutiérrez,  nº  485, 1520, «40  fanegas de  tierra de  sembradura en  Taoro, y 1 pedazo  que   linda con   tierras de  los  entenados de  Navarro, con   el barranco hondo, con   la  cuesta de  La  Orotava y  con   la  cueva horadada»  (Gutiérrez, 1520-21/1979: 190).

6.5.    Data 447  de  1507, «en  Taoro bajo de  la  cuesta, junto de  unos almácigos, linde donde tiene las  colmenas de  Antón de la  Sierra e  Pedro Delgado de  Grand Canaria e  su  entenado, e de  parte de  arriba la cueva horadada derecho a las  cuevas q.[ue] están encima de  los  almácigos» (Serra, 1978:  100).

La  cuarta y quinta datas, en  el antiguo menceyato de  Taoro, relacionan indirectamente a  grancanarios con   la  presencia de una cueva horarada que  se  menciona como límite, al  igual que en  protocolo notarial. Antón de  la  Sierra se  trata de  un  aborigen  grancanario, que  participó en  la  conquista de  La  Palma  y Tenerife (Cioranescu,  1971:   339-340; Cebrián,  2003:   438).   Se menciona un  Juan González en  Viana como peón de  la  compañía   de  Esquivel, pero  existe un   Miguel González,  también grancanario  que   participó en   la  conquista  de  La  Palma  y Tenerife, hermano  de  la  mujer de  Antón de  la  Sierra (Cioranescu, 1971:  267;  Cebrián, 2003:  246).  Antón de  la  Sierra se asentó en  el Realejo de  Arriba y Miguel González en  La Orotava de  Taoro, en  donde se  concedió la  data.

La  quinta data, aparte de  Antón de  la  Sierra, menciona a  Pedro Delgado, aborigen grancanario,  quien participó en  la conquista de  La  Palma y  Tenerife con   las funciones de  lengua   e  interprete, asentado en  El  Realejo de  Arriba (Cebrián,
2003:   186).

6.6a.   Libro II,  Cuaderno 13,  sin  fecha pero anterior a 1506, año en  que  murió «Pedro Viscayno. Unas t[ierr]as. q.[ue] están camino de  Goymad con  la  cueva horadada q.[ue] está más delante de  la  cueva de  Guillén, bajo de  la  montañeta cabe de  la d[ic]ha. cueva fasta la  mar» (Serra, 1978:  145).

6.6b.   Protocolo otorgado ante el  escribano Juan del  Castillo  en  1564   por   Juan  Alonso, que   compró las  propiedades de Pedro Vizcaíno a su  viuda, Constanza Fernández, «unas tierras en  el  camino de  Guymad, abaxo de  la  montaña de  Taco e una cueva que  se  dice  la  cueva Horadada» (Cebrián, 2003:  485).

La  sexta data, completada con  un  protocolo notarial que  nos sitúa mejor en  el límite oriental del  Menceyato de  Güímar con Anaga, por  debajo de  la  montaña de  Taco en  el  actual municipio  de  Santa Cruz de  Tenerife, nos  vuelve a  mencionar a  otro isleño, Pedro Vizcaíno, aborigen grancanario,  que  participó en la  conquista de  La  Palma y Tenerife, con  las  funciones de  lengua  e interprete, asentado en  El  Realejo de  Arriba. Su  viuda se casó con   Pedro Madalena (vide  infra, 6.8a) (Cioranescu,  1971: 363;  Cebrián, 2003:  484).

6.7.    Data 464  de  1508, «Gaspar [Fernández] e Francisco de Tacoronte e Antón de  los  Frailes. Un  pedazo de  t[ierr]a. q.[ue] es en  Heneto, debajo del  camino de  la Candelaria en  q.[ue] hay 60  f.[anegas] lindero de  Guani[quilar] (...),  las  cuales se  llaman Maragua, arriba de  las  cuevas horadadas a donde está una palma  cortada» (Serra, 1978:  104).

En   la  séptima data, donde se  mencionan un   conjunto de varias cuevas horaradas  en  Geneto, actual  municipio  de  La Laguna, aparecen por  primera vez  dos  aborigenes de  Tenerife. Uno  de  ellos,  el guanche Francisco de  Tacoronte, quien se  casó con   la  viuda de  Juan de  Vera   (vide   infra, 6.12), la  también guanche  Leonor Alonso, fue  residente en  La  Laguna (Cebrián, 2001c: XVI y 2003:  468).  Antón de  Tegueste o de  los  Frailes fue criado de  los  frailes del  Convento de  San Francisco en  La  La guna, donde residía y era  vecino de  la casa de  Gaspar Fernández (Cebrián,  2001b: XVI XVII). Gaspar Fernández debió proceder del  bando de  guerra de  Taoro, pero posteriormente fue  ahorra- do  y  fue  hombre de  confianza de  Alonso Fernández  de  Lugo (Cebrián, 2002:  XI-XII).

6.8a.   Data 552  de  1508   «Pedro Magdalena, natural  de  la Grand Canaria. En   repartimiento e  por   vecindad por   cuanto teneis en  la dha. isla  vuestra casa poblada con  mujer e hijos un pedazo de  t[ierr]a. en  q.[ue] puede haber 4  c.[ahices] de  sembradura para pan q.[ue] alindan con   la  montaña  Bermeja al cabo de  las  t[ierr]as. del  Rey  e del  otro cabo el rey de  Guímar. Asimismo vos  fago  merced de  una cueva q.[ue] se  llama Abugarat horadada» (Serra, 1978:   122).

6.8b.   Testamento de  Pedro Madalena, «Iten dexo  en  el término de  Güímar desta ysla  unas tierras que  dizen del  Rey,  lindando con  una montaña que  dizen Tagona e por  la  otra parte el  malpaís, que   se  entiende de  las  casas del  Rey  para arriba» (Cebrián, 2003:  316).

La  octava data, completada con  un  testamento, es importante  porque menciona por  primera vez  un  nombre aborigen que denominaba a una cueva horadada, topónimo que  es  más lógico  fuese antiguo que  uno reciente. Situada próxima a Montaña Bermeja, actualmente  en  el  límite entre los  municipios de  El Rosario y Candelaria, dentro del  menceyato de  Güímar, se menciona a Pedro Madalena, aborigen grancanario de  Gáldar, casado  con  Constanza Guanarteme, la hermana de Fernando Guanarteme, que   participó en  la  conquista de  La  Palma  y Tenerife, y después se  asentó en  El  Realejo de  Abajo  en  Taoro (Cebrián, 2003:  315).

6.9.    Data 1115  de  22 de  Agosto de  1508, «Pedro del  Fyerro, canario (...)  En  el  barranco de  Tegeste tengo fecho y reparado dos  cuevas y porque e q.[ue] me  serían tomadas por  tiempo por alguna persona o metería pleito, suplico a  V.M.  me  mande dar las  d[ic]has. cuevas. E  servido en  el  tiempo de  la  conquista,  y así  mismo suplico a V.M.  me  mande dar un  pedazo de  t[ierr]a. q.[ue] está en  Tegeste, de  obra de  4  f.[anegas].  Désele las  4 f.[anegas] y la una de  las  cuevas. Alonso de  Lugo» (Serra, 1978: 211-212).

La  novena data de  Tegueste ratifica la  información aportada  por  la tercera, la realización por  aborígenes grancanarios de cuevas horadadas para su  vivienda. Pedro del  Hierro, aborigen grancanario, también participó en  la  conquista de  Tenerife (Cioranescu, 1971:  275;  Cebrián, 2003:  271).

6.10a.   Data 1416   de  1515, «Juan Sanches Negrín e  Francisco Guillama v[ecino]s. Todas las  demasias de  las  t[ierr]as. de Alonso Sánchez  (...)  las  cuales d[ic]has. t[ierr]as. son  dende la montañuela de  Masgan hacia el barranco de  Haohao e hasta el otro barranco q.[ue] se  dice   Abimarja e  la  cueva horadada  e debajo del  camino de  la  Candelaria» (Serra, 1978:  294).

6.10b.   Data 129  de  1533-38. «unas tierras que  son  en  el término de  Heneto que  lindan con  tierras de  Guillama y de  Juan Sánchez Negrín que  vienen lindando con  la  montaña Avimarga e con  la  cueva Horadada para abaxo hazia la  mar hasta el  camino que   va  para Guadamojete (...)  lindando por   la  parte de arriba con  tierras de  Francisco Guillama e con  tierras de  Alonso Sánchez e con  tierras de  Juan Sánchez Negrín e de  esta parte el barranco de  los  Pinos e por  la  cueva Horadada e por  la  cueva  de  los  Ovejeros e por  la  cueva de  Pedro Esteves a  dar en  el camino de  Guadamoxete» (Moreno, 1988:  188,  191).

La  décima data nos   menciona una cueva horadada  como límite en  las  proximidades de  Montaña de  Birmajen en  El  Rosario.  Francisco Guillama, vecino de  Fuerteventura, vendrá como repoblador a  Tenerife, donde  fue  uno de  los  fundadores de Taganana (Cebrián, 2003:  261),  y debe ser  un  cristiano viejo  de origen peninsular o  francés. Existe un  Juan Sánchez, hijo   del vecino  de   Fuerteventura,  Andrés Sánchez,  que   vino   como repoblador a  Tenerife en  1499  y se  instaló en  Güímar y Tacoronte. Existe otro Juan Sánchez, aborigen grancanario que  participó en  la conquista de  La Palma y Tenerife (Cioranescu, 1971: 335;  Cebrián, 2003:   424-425).

6.11.En  1517, «Andrés Suárez Gallinato. Doy  a  vos  como a  v.º[ecino] e  conquistador de  esta isla  un  pedazo de  t[ierr]as. de  s.[equero] en  que  habrá 100  f.[anegas] de  sembradura, que es  en  Taoro, que   han por   linderos de  la  una parte el  camino que   va  de  esta villa  a  la  Araotava que   pasa el  cercado de  la cueva Horadada e del  otro cabo un  barranco grande» (Moreno, 1992:   231).

En  la  onceava data de  Taoro, la  cueva horadada figura nuevamente como linde. Andrés Suárez de  Gallinato fue  el sobrino político de  Alonso Fernández  de  Lugo, con  quien participó en la  conquista de  La  Palma y Tenerife, y fue  elegido regidor en Tenerife en  1507   (Cioranescu, 1971:   341-343; Cebrián,  2002: 442-443).

6.12.     En   1518, «Bastián  (Alonso), yerno  de  J.[uan] de V.[era] Un  lomo de  ta.  en  Agacher, en  que  puede haber 3 cahíces de  t[ierr]a., que  se dice  Ganaguesta, entre dos  barrancos e de  la parte de  abaxo al  pie  está un  madroño y de  la  parte de  arriba una cueva horadada y  más vos  doy  una cueva que   está en  la cumbre y que  se  dice  Nostre e otra cueva junto de  la  montaña que  se  llama ¿Aofoo?» (Moreno, 1992:  269).

En   la  doceava data la  cueva horadada sigue funcionando como límite, en  este   caso en  Punta de  Agache, en  el  actual municipio de  Güímar. El  aborigen grancanario Juan de  Vera murió en  berbería en  1502. Previamente se había casado con  la guanche Leonor Alonso del  que  tuvo un  hijo  también llamado Juan de  Vera  (Cebrián, 2003:  468).

6.13.     Data 1303  de  1522, «Pero Martín, natural  desta isla, e Francisco Delgado, mi  criado, vº.[ecino] Unas cuevas e mora- das  q.[ue] son  en  Heneto q.[ue] han por  nombre de  los  naturales  desta d[ic]ha. isla  Guina q.[ue] son   en  el  barranco de  las t[ierr]as. q.[ue] dicen de  Guillén Castellano, el  barranco abajo cerca de  la  montaña de  Taco por  la  una banda e por  la  banda de  abajo el mismo barranco q.[ue] va hacia el mar e por  la otra parte la  cueva horadada.  Otrosí hago merced a  vos  el  dho. F.[rancisco]  D.[elgado] de  la  d[ic]ha. cueva horadada»  (Serra,
1978:   256).

Nuevamente, una cueva horadada de  Geneto, actual muni- cipio de  La  Laguna, es  uno de  los  límites mencionados. Pedro Martín es  un  aborigen grancanario que  tal  vez  participó en  la conquista de  La  Palma y  Tenerife (Cebrián, 2003:   326),   aunque  se le menciona como «natural» de  Tenerife. Existe un  Francisco Delgado, hijo  del  aborigen de  Gran Canaria Pedro Delgado  y  la  grancanaria  Teresa García, al  que   se  le  concedió una cueva horadada  en  Taoro en  1507   (vide   supra, 6.5)  (Cebrián,
2003:   186).

6.14.     En  1522, «Juan de  Baltasar. Un  pedazo de  t[ierr]a. de s.[equero] en  que  puede haber un  cahíz, poco más o menos, del barranco Hondo yendo a ntra. Sra. de  la  Candelaria, las  cuales lindan con  Pedro Masyona, natural de  esta isla,  y más vos  doy una cueva horadada que  llaman a  fuera de  guanches Ysynesa, en  que   agora  moráis.  15.11.1522. Digo   que   vos  do  el  dicho cahíz en  el  dicho lugar, en  nombre de  sus  magestades, y la  dicha cueva» (Moreno, 1992:  288).

En  la  data catorceava en  Barranco Hondo, límite del  municipio de  El  Rosario con  el de  Candelaria, dentro del  menceyato de  Güímar, y  muy próxima a  la  ya  mencionada en  Montaña Bermeja, no  es posible identificar a los  propietarios que  en  este caso residen en  la  cueva horadada, pero es  importante que  por segunda vez  se  mencione un  nombre aborigen para la  cueva, específicamente guanche,  «que llaman  a  fuera de  guanches Ysynesa».

6.15.     Data 1866   de  1523, «Catalina Hernandes,  mujer de Gonzalo Martín, vº.[ecino] Unas cuevas junto a  la  montaña de Taco en  el barranco de  Heneto, una a man[o] derecha y la  otra a mano izquierda, en  que  moró [Juan] Clavero, la  una horada- da,  para vuestros ganados» (Serra, 1978:  359).

En  esta data de  Geneto en  La  Laguna, junto a  la  montaña de  Taco, merece destacarse por  primera vez  el uso  de  una cueva  horadada como establo de  ganado. Se  menciona una cueva horadada, donde parece que  vivió  o frente a  la  cual había vivido  el guanche, quizás del  bando de  Icode, Juan Clavero, que  se identifica como «natural», que  posteriormente pasó a ser  vecino en  Icode (Cebrián, 2001a: XVII).

Si valoramos los  datos aquí expuestos se observan interesantes  conclusiones:

1)    Existen cuevas horadadas  ya  en  1497, un  año después de  la  conquista de  la  isla.
2)    A partir de  1500  conocemos la  presencia de  aborígenes grancanarios que  construyen cuevas horadadas para su vivienda, al menos en  Tegueste, continuando un  modelo de  hábitat en  el  que  habían residido en  Gran Canaria.

3) Entre las  quince datas utilizadas, conocemos con  seguridad a  7  aborígenes grancanarios que   participaron en la  conquista de  Tenerife, Alonso Díaz, Antón de  la  Sie- rra,  Pedro Delgado, Pedro Vizcaíno, Pedro Madalena, Pedro del  Hierro, Juan de  Vera  y quizás Pedro Martín. Más   cuatro guanches de  Tenerife, Gaspar  Fernández, Francisco de  Tacoronte, Antón de  Tegueste y Juan Clavero.

4)    En  dos  casos sabemos que   la  cuevas horadadas  tenían un   nombre  aborigen, Abugarat e  Ysynesa, en  ambos casos casi  en  el actual límite entre los  municipios de  El Rosario y Candelaria, presumiblemente dentro del  menceyato de  Güímar.

5)    La  distribución de  las  cuevas horadadas abarca Taoro, Geneto de  La  Laguna, Tegueste, Santa Cruz de  Tenerife, El  Rosario, Candelaria y Güímar, lo  que  implica que  se trata de  una manifestación significativa por   su  dispersión, aunque no  demasiado frecuente, lo  que   propicia que  se  use  a  veces  como referente en  los  límites de  las datas otorgadas y genera la  mayor parte de  las  menciones  sobre cuevas horadadas.

7.    EL   HÁBITAT   ABORIGEN  EN   CUEVAS   HORADADAS

Aparte de los datos aportados por  las  datas de repartimiento, la  referencia más antigua para Tenerife no  pone en  duda el carácter aborigen de  las  cuevas horadadas, «su  morada era  comúnmente en  cuevas (...)  o  en  otras hechas a  mano en  piedra tosca, con  muy buena orden labradas» (Espinosa, 1594/1980: 39).

Por  otra parte, en  Güímar tenemos referencias seguras sobre su  uso  en  época aborigen en  el  barranco de  Chinguaro, donde se encontraba la cueva del mismo nombre del Mencey de Guímar (Espinosa, 1594/1980: 58),  barranco que  desemboca en  la playa de  Chimisay donde se  encontró la  Virgen de  Candelaria.

Esta técnica constructiva se atribuyó ya en  el siglo  XVII  a una penetración tardía en  el siglo  XIV,  «fabricaron los  Mallorquines en  Canaria y Thenerife algunas casas que  son  las  enmaderadas de  piedra  sola» (Sedeño, 1507-1640/1978: 379),  pero se  ha  de- mostrado en  Gran Canaria su  utilización desde época aborigen, siendo el  caso más claro el  conjunto de  la  Cueva Pintada  de Gáldar.

Paralelamente, la utilización de  cuevas horadadas fue  ganando  importancia en  el  Sur de  Tenerife, aunque  no  sin  riesgos para sus  ocupantes, y si 66 familias vivían en  Arico  a mediados del  siglo  XIX   en  «cuevas, abiertas en  la  piedra tosca que  cubre los  cerros; también se sirven de  iguales cuevas para encerrar los animales, siendo frecuente en  las  grandes invernadas, desplomarse unas y otras, causando estragos irreparables en  personas y bestias» (Madoz, 1845-50/1986: 44).

Esta vivienda troglodita llevó  a diversos investigadores a hacer  una lectura actualista de  algunos sectores rurales de  la  sociedad canaria de  fines del  siglo   XIX,  retrotrayéndola a  época aborigen, así,  en  El  Río  de  Arico, próximo  al  límite con   Granadilla que  se  encuentra en  el Barranco de  El  Río,  «allí  donde el suelo está formado por  curiosos estratos regulares de  dura y grisácea toba, viven  varios cientos de  trogloditas. Estos pueden ser  considerados descendientes directos de  los  guanches, quienes  hace quinientos años habitaban en  cuevas en  esta parte de la isla,  quizá en  las  mismas cuevas» (Edwardes, 1888/1998: 154). Del  mismo modo, «En   Fasnia, por   el  contrario, las  viviendas están excavadas en  la  toba volcánica y sus  habitantes viven  en esas   cuevas de  la  misma forma que   los  antiguos guanches» (Verneau,  1891/1981: 226).

En  este  sentido, los  guanches «en  verano iban a establecerse en  el  interior de  la  isla,   en  los  ribazos de  los  barrancos para respirar el aire fresco de  las  montañas. Estas cuevas de  verano, que   aún se  ven  en  Tenerife, han sido   la  mayor parte abiertas por   la  mano del  hombre. Los  guanches las  construían en  la toba; las  más hermosas son  las  del  distrito de  Güímar, conocidas  con  el  nombre de  las  cuevas de  los  reyes.  Se  encuentran a la  salida del  pueblo, bajando hacia el barranco de  Chimisay; se hallan todas situadas a lo largo del  mismo ribazo; algunas ofrecen  en  sus  divisiones varios cuartos cuadrados, de  los  cuales el principal recibe la  claridad por  la  puerta de  la  entrada; los  demás no  debían servir sino para dormir o  guardar provisiones; asientos cortados en  el  macizo de  las  rocas han sido  construidos  a  lo  largo del  basamento del  primer cuarto, en  donde aún se  ve una especie de  nichos cortados en  el espesor de  las  paredes,  y destinados sin  duda a  colocar en  ellos  los  vasos de  agua o  de  leche» (Berthelot,  1840-42/1978: 89).

Los  estudiosos canarios, por  el  contrario, manifestaban sus dudas respecto a  la  tradición oral entonces existente sobre el posible carácter aborigen de  las  cuevas horadadas, como refleja un   texto para  Granadilla de  Abona de  Béthencourt Alfonso (1912/1994: 584),   «Cuevas excavadas.  Dicen que   los  guanches abrieron algunas cuevas de  toscas, como en  el Lomo de  la Cantera, de  La  Higuera, en  Chimichi, en  el Desierto, en  Ifara, en  el Lomo de  las  Cuevas, en  Velázquez y en  San Isidro (¿Será cierto?)». Sin  embargo, sí las  valora como lugares de  almacenamiento  de  grano de  cereal, «De estas cuevas depósitos abrieron algunas   en  roca blanda de  tosca, como es  legendario en  varios puntos de  la  isla,  como en  Chimiche, Ifara, etc.,  del  pueblo de Granadilla»  (Béthencourt  Alfonso, 1912/1994: 406).

Sin   embargo, no  conviene olvidar las  ideas preconcebidas que  tenía este  autor para quien «La  creencia de  que  los  guanches eran trogloditas en  el  sentido de  que  moraban y dormían en  las  cuevas es  un  grosero error» (Béthencourt Alfonso, 1912/
1994: 417  n.  2),  a  pesar que  el  registro arqueológico ya  en  su época indicaba claramente todo lo  contrario.

Después de  la  Guerra Civil  del  siglo   XX,  se  reanudaron los estudios de  campo en  los  años cuarenta y fruto del  trabajo de tres décadas,  Diego Cuscoy (1968: 78-81) planteó  en  su  mejor síntesis un  nuevo modelo donde aplicaba un  patrón de  habita- ción actualista al  Sur de  Tenerife. En  él  considera que  las  comarcas costeras del  Sur de  la isla,  que  denomina de  las  «tierras blancas» hasta  la  cota de  500-600 m.s.n.m.,  presentaban  un hábitat estacional, «ocupadas ocasionalmente, habitaciones de transhumantes más que  de  sedentarios» por  la  «escasez de  habitación en  la costa, la pobreza de  lluvias y la aridez del  suelo», concentrándose el poblamiento entre los  500  y 1000  m.s.n.m.

Este modelo seguía el  poblamiento  histórico desde el  siglo  XVI,  vinculado a  la  carretera vieja  del  Sur de  Tenerife, actual TF-822, donde los  pueblos a  partir de  Güímar se  sitúan entre las  cotas de  400-600 m.s.n.m., El Escobonal, Fasnia, Lomo de  Arico, El  Río  y  Chimiche y  siguen ascendiendo hasta 600-800  m.s.n.m. Granadilla de  Abona, San  Miguel de  Abona  y Arona, para comenzar a  descender a  partir de  Adeje.

El  hábitat en  cuevas horadadas se  volvió  a  plantear en  los años ochenta del  siglo  XX  a partir de  una sentencia de  la  inquisición contra María de  Guasa, la  cual en  el siglo  XVII  aún vivía en  una cueva excavada en  la toba que  habían pertenecido a sus antepasados  guanches  (González Antón y  Tejera, 1981:   173), referencia que   ha  sido   valorada de  modo escéptico por   falta de  documentación  arqueológica (Martín Socas, 1998:   47).  Por otra parte, en  este  texto de  1675  sólo  se habla de  cuevas de  tos- ca  en  Guassa morada de  los  «antiguos» según declaración  de un  testigo, el  alcalde lugareño de  Arico, Gil  Gómez (Cebrian, 1996:   418).

Más  recientemente, se ha  defendido por  Tejera (1992: 49-50) y del  Arco  et alii  (1999: 12)  la  hipótesis de  que  los  guanches de Tenerife labraron cuevas artificiales admitiendo el texto ya men- cionado de  Espinosa, mientras otros autores lo consideran una práctica excepcional siendo dudosos los  casos conocidos como las  Cuevas de  los  Reyes en  Güímar (Martín Socas y Camalich, 1975:  305;  Tejera, 1977:  11;  Navarro y del  Arco,  1987:  23)  o las Cuevas del  Granerito (Arco  et alii,  1992:  46).

En   Tenerife, en  la  actualidad, la  principal zona de  cuevas artificiales excavadas en  toscas, tobas volcánicas que  son  no  sólo lo suficientemente blandas para ser  excavadas sino también sólidas para no  derrumbarse interiormente, se  distribuye por   la zona litoral del  Sur de  la  isla,  Güímar, Fasnia, Arico  y Granadilla, con  alguna prolongación en  Arona en  La  Tosca y Túnez en  el  Valle  de  San Lorenzo.


8.    CONCLUSIONES

El  resultado más importante de  la  prospección que   hemos desarrollado en   dos   sectores de  los  municipios de  Arico   y Granadilla es  la  confirmación arqueológica de  una ocupación aborigen de  cuevas artificiales horadadas  realizadas sobre toscas  en  el Sur de  Tenerife. Estas estructuras, que  siempre se  les había otorgado un  interés exclusivamente etnográfico, a  veces por  haber sido  objeto de  una reutilización muy intensa, como sucede en  las  dos  cuevas artificiales del  Barranco de  La  Jaca 2, en  el área de  estudio han presentado cerámica aborigen en  cuatro  conjuntos, las  cuevas horadadas de  Los  Revueltos 2, las  del Barranco de  La  Jaca 3,  Barranco de  Vijigua 1  y  2,  y  en  un quinto caso, el  derrumbe actual de  la  visera ha  hecho desaparecer el  antiguo abrigo, como sucede en  el  Barranco de  Narices 1.

Este nuevo patrón de  asentamiento resulta una consecuencia  lógica por  la  completa inexistencia en  el entorno de  cuevas sobre soportes geológicos basálticos. Cabe presumir que  inicial- mente se  aprovecharon abrigos con   viseras, cuyos cierres fue- ron acondicionados con   muros, y  paralelamente, o  ya  en  un segundo momento, se  procedió a  la  realización de  acondicionamientos importantes de  algunas de  ellas  e incluso a su  talla- do  interno cuidadoso, quizás con  formas geométricas rectangulares, aunque en  estos casos, como sucede en  las  dos   cuevas artificiales del  Barranco de  La  Jaca 2, la deposición sistemática de  basuras en  su  interior impide su  caracterización  adecuada y confirmar una adscripción aborigen.

Esta utilización aborigen de  cuevas horadadas  no  fue  confirmada en  el sector prospectado de  Granadilla. Los  abrigos del Barranco de  la  Barca 1  no  tienen evidencias claras de  ocupación aborigen y  en  los  alrededores o  el  interior de  las  cuevas artificiales del  Barranco de  la  Barca 2, no  hay  presencia de  cerámica aborigen u obsidiana. En  todo caso, estas últimas se tratan de  unas estructuras artificiales interesantes por  el cuidadoso  tallado interior formando espacios geométricos regulares en la  tosca.

En  zonas exteriores al  área de  prospección, puede señalarse una ocupación aborigen en  abrigos horadados del  entorno de las  Cuevas del  Trigo, al  pie  de  Montaña Pelada en  Granadilla.

El  ejemplo más claro e  interesante, a  pesar del  importante derrumbe que  se ha  producido en  su  entorno, es la cueva horadada del  Barranco de  Vijigua 2 de  Arico, la cual por  haber sido objeto de  un  expolio sistemático, presenta una gran concentración de  material arqueológico en  sus  inmediaciones y demuestran, sin  lugar a  dudas, este  uso  aborigen de  las  cuevas horadadas.

(Alfredo Mederos Martín y  Gabriel Escribano Cobo)


9.    BIBLIOGRAFÍA


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2 comentarios:

  1. Por favor, no es legal (ni cortés) reproducir un artículo completo de otros autores sin nombrar a étos. Este artículo es de ALFREDO MEDEROS MARTÍN y GABRIEL ESCRIBANO COBO. y fue publicado por el Anuario de Estudios Atlánticos.

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  2. Hola a todos, quiero usar este medio para agradecer al Dr. Obodubu Monday, un gran lanzador de hechizos por ayudarme a recuperar mi relación con mi ex amante cuando terminó y se volvió hacia mí durante bastante tiempo (hace 6 meses). realizó un hechizo para mí y dentro de las 48 horas posteriores a la realización del hechizo recibo un mensaje de texto de mi ex diciendo que lamenta los dolores y las lágrimas que me había causado y que no me volverá a hacer tal cosa en su la vida. Me sorprendió, pero luego lo volví a aceptar. Cualquier persona que esté en la misma línea de problema o en una diferente que quiera contactar a un lanzador de hechizos debe comunicarse felizmente con el Dr. obodubu el lunes ahora en esta dirección de correo electrónico: babadoctorobodubuspiritualhome@gmail.com o puede contactarlo a través de su línea de whatsapp +2349058774809

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