1994 mayo 29.
ACENTEJO 94
V Centenario de la victoria
guanche
Caído Tanausú tras la vil
tracción de los españoles, finaliza la conquista de La Palma coincidiendo con el
verano de 1493. Fernández de Lugo parte para España para dar cuenta de los
resultados de sus correrías y concretar los pormenores de la ocupación de
Tenerife, última isla a incorporar a la Corona de Castilla.
El día 1 de mayo del año
siguiente, agrupados los efectivos militares en la isla de Gran Canaria,
desembarca en Añaza donde, tras levantar algunas empalizadas y abrir fosos para
abrigo de las armas y municiones, celebran el tercer día del mes una misa de
campaña, fecha esta que los españolistas vienen celebrando falsamente como
fundacional de la Ciudad
de Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente, las tropas invasores, integradas por
unos 1700 soldados de infantería y caballería, se adentran en la isla haciendo
acampada en Gracia, en las inmediaciones de la Vega lagunera.
Enterados de la presencia de los
extranjeros, el Mencey de Taoro. Bencomo, acompañado de unos 300 guerreros se
dirige al lugar, saliendole al encuentro Lugo quien, por medio del intérprete
traído de Gran Canaria, Guillen Castellano, pretende indagar sobre las
intenciones de los isleños comunicándole al Mencey que aceptase la paz y
amistad de la nación española, que aceptase el cristianismo con la abolición de
sus idólatras creencias, y, la sumisión y vasallaje de su territorio al reinado
de España.
Bencomo, sin dudar por sólo un
momento y dejando constancia de su valor, mesura y dignidad, contestó que la
paz que se le ofrecía era aceptada pero que vendría con la retirada y marcha de
los invasores; en cuanto a la amistad, ni él ni ningún, hombre que no fuese
provocado o irritado había de rehuir de ella; sobre el cristianismo, que lo
desconocía y no entendía tal religión, no alcanzando las ventajas del mismo.
Para finalizar y en cuanto a la sujeción, nunca se sometería a otro hombre cómo
él, considerando tal posibilidad como un atentado a su dignidad y la de su
pueblo, reconociendo sólo como superior a su Dios.
Con tales respuestas, Fernández de Lugo, volvió a su
campamento para dar comienzo a las acciones militares, al tanto que, el gran Kebehí
Bencomo, reunió a los suyos para advertirles del inminente peligro que les
amenazaba, preparar la defensa del territorio y contestar a la más que probable
ofensiva de los españoles.
Los conquistadores se pusieron en
marcha el 26 de mayo convencidos de una segura victoria ante la superioridad
numérica de su ejército, dirigiéndose hacia el Valle de La Orotava atravesando los
menceyatos de Tegueste y Tacoronte, extrañándoles la nula resistencia de los
naturales en su recorrido y ocupando sus energías en el robo y saqueo del
ganado que encontraban a su paso que, intencionadamente, los guanches habían
abandonado como parte del plan de combate ya establecido.
Llegados a Taoro y ya de regreso
hacia Agüere sin un solo altercado, a la altura del abrupto Barranco de
Acentejo, Fernández de Lugo y sus tropas, inesperadamente, se vieron
sorprendidos con los intensos silbidos con los que los guanches llamaban al
ganado robado, creando esto un enorme revuelo. Aprovechando el desconcierto,
300 isleños al mando de Tinguaro que se encontraban apostados en las alturas
del barranco, cayeron sobre los conquistadores, completando la operación
militar la llegada de Bencomo con sus correspondientes efectivos. Tras dos
horas de lucha, los españoles recibieron la derrota mas completa que sufrieron
no solo durante la conquista de Canarias, sino de todo el proceso de
colonización de nuevos territorios. Como dato comparativo, en Acentejo, en una
sola jornada de lucha, cayeron unos novecientos españoles, mientras la derrota
más sonada de la conquista de América fue la impuesta por los mexicanos a
Cortéz que supuso unas doscientas bajas.
Derrotado Lugo, abandona
momentáneamente la empresa de conquistar Tenerife, trasladándose a Gran Canaria
el 8 de junio de 1494, solicitando a España setecientos soldados más y el
correspondiente armamento. Una vez reunido la totalidad del operativo,
compuesto por las tropas de refuerzo y los restos de la anterior expedición,
arriba de nuevo a la isla por Añaza el 14 de noviembre con un total de mil doscientos
hombres. En esta ocasión revisa su estrategia militar y corrige los errores
cometidos en la batalla de Acentejo. Dos importantes circunstancias jugarán
sobremanera en favor de los conquistadores: el envenenamiento intencionado por
los españoles de las aguas utilizadas para el consumo de los nativos tras su
anterior derrota y, los efectos que sobre los guanches había tenido la peste
ocasionada por la descomposición de los cadáveres de los soldados abandonados
en la Batalla
de Acentejo, junto a otras enfermedades introducidas por los españoles ante las
que los guanches no contaban con resistencia inmunológica.
El primer enfrentamiento, ahora
favorable a los españoles y con unos efectivos considerablemente superiores a
los isleños, produce una primera derrota, obligando a los guanches a refugiarse
en las zonas más inaccesibles. Confirmada por Fernández de Lugo la debilidad
del enemigo y con la ayuda estimable de las enfermedades, la segunda
confrontación, esta vez en Acentejo, acaba con la resistencia organizada de
nuestros antepasados.
La resistencia al sometimiento
será constante a partir de dada por concluida la conquista de la isla. Ya
capturados, muchos de los naturales que no son vendidos en los mercados
españoles, huyen de la esclavitud y se refugian en las zonas más apartadas y de
difícil acceso, soportando la dura persecución y represión de los
colonizadores. Los "alzados", recuperan parte de su ganado requisado
por los españoles y establecerán una economía de supervivencia.
Frente Popular por la Independencia de
Canarias
FREPIC-AWAÑAK
(Archivo personal de Eduardo
Pedro García Rodríguez)
me encanta poder aprender todo lo que sea sobre la historia de canarias, increible es como nos hemos aprendido todo sobre la historia de españa, y cero sobre la de nuestra tierra...hay que divulgar la veradera historia de nuestras islas!!!
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