1891 octubre 23.
Fallece doña María Hernández Jorge (1839-1891) primera
maestra nacida en Guía de Isara y titular en propiedad de su escuela pública de
niñas durante 25 años.
Miembro de una familia destacada
de Guía de Isora, nuestra biografiada cursó sus estudios libremente y fue la
primera mujer nacida en dicha localidad que obtuvo el título de Maestra
Elemental de Primera Enseñanza, lo que logró ante la Comisión de Exámenes de la Junta Provincial
de Instrucción Primaria. Poco después accedió por oposición a la escuela
pública de niñas de su pueblo natal, al frente de la cual permaneció durante 25
años, hasta su prematura muerte. Y, como todos los maestros de su época en un
Sur empobrecido, sufrió continuos atrasos en su sueldo, así como en el pago de los
materiales docentes y en los alquileres, cantidades que debía abonar el
Ayuntamiento de la localidad, siempre falto de fondos.
La vida de doña María Hernández
Jorge transcurrió en Guía de Isora, donde ejerció como maestra de la escuela
pública de niñas durante 25 años.
SU DESTACADA FAMILIA
Nació en Guía de Isora el 29 de
octubre de 1839, siendo hija de don Miguel Hernández
(Martel) González, natural del
mismo pueblo, y de doña María Ignacia Jorge Brito, que lo era de Adeje. El 5 de
noviembre inmediato fue bautizada en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Luz por el Cura propio don
José Pérez; se le puso por nombre “María Claudina de la Luz ” y actuó como padrino don
José de Vargas, del mismo vecindario.
Creció en el seno de una familia
respetada en la localidad, en la que destacaron sus hermanos, don Miguel
Hernández Jorge (1852-1930), propietario
y aspirante aprobado para alférez de Milicias, y doña Antonia Hernández Jorge
(1855-1892), maestra de primera Enseñanza; y sus sobrinos, don Miguel Hernández
Vargas (1888-?), director fundador de la banda de música de Guía de Isora, y
don Ezequiel Hernández Vargas (1890-1970), teniente de Caballería, jefe local
de las Milicias de Acción Ciudadana y alcalde de Guía de Isora.
Asimismo, en la línea materna sobresalieron:
su abuelo, don José Jorge Acevedo (1772-
1834), teniente de Milicias y
alcalde de Adeje; sus tíos, don Antonio Jorge Brito, alcalde de Adeje, y don
Fernando Jorge Brito, cabo 1º de Milicias, alcalde y juez de paz de Adeje; y su
primo hermano, don Fernando Jorge García (1854-?), secretario del Ayuntamiento,
maestro interino y alcalde de Adeje.
Volviendo a doña María, en 1861
contrajo matrimonio en la parroquia de Ntra. Sra. de la Luz de Guía de Isora con don
Agustín González Hernández, natural y vecino de dicho pueblo, hijo de los
propietarios don José González Trujillo y doña Antonia María Hernández Díaz, y
hermano de don Vicente González y Hernández (1834-1898), cura párroco, capellán
castrense, coadjutor, mayordomo de fábrica, capellán de religiosas, capellán de
coro de la Catedral
de La Laguna ,
esclavo mayor del Cristo, mayordomo y secretario de estudios del Seminario.
MAESTRA EN PROPIEDAD DE LA ESCUELA PÚBLICA DE
NIÑAS DE GUÍA DE ISORA
Doña María cursó libremente los
estudios de Magisterio, pues por entonces no existía ningún establecimiento
oficial para su formación. No obstante, pudo obtener el título de Maestra
Elemental de Primera Enseñanza al superar los correspondientes ejercicios ante la Comisión de Exámenes de la Junta Provincial
de Instrucción Primaria1, siendo la primera isorana que lograba tal objetivo.
Pocos años después, el 1 de agosto de 1866, tras superar la oportuna oposición,
tomaba posesión de la escuela elemental de niñas de Guía, con un sueldo de 735
pesetas al año. Permaneció al frente de dicha escuela durante 25 años, hasta su
prematuro fallecimiento2.
Pero enseguida comenzaron los
problemas para el cobro de su sueldo, así como de las cantidades
correspondientes al material escolar y a los alquileres de la escuela y de su
vivienda, pues las debía abonar el Ayuntamiento y por entonces no disponía de
muchos fondos, lo mismo que le ocurría a los restantes municipios del Sur de
Tenerife. Así, el 10 de agosto de 1871 el jefe de la Administración Económica
de la provincia, don Pedro M. Ramírez, acordó publicar en el Boletín Oficial de
la Provincia de Canarias
que había sido “Autorizado por la
Dirección General del Tesoro público el pago de los
créditos por haberes personales que los profesores de las Escuelas públicas de
primera enseñanza de esta provincia tienen á su favor y en contra de los
respectivos Ayuntamientos
procedentes de la
época comprendida entre
el 30 de Setiembre de 1868 y 1.º de Enero de 1871”;
los interesados debían presentarse en la Caja de la Administración Económica para
percibir la suma
consignada a su favor.
Entre ellos se encontraba doña María Hernández Jorge,
quien debía cobrar por atrasos 367,50 pesetas.3
Asimismo, el 17 de octubre de
1872 el jefe de administración, don Matías de La- Roche, la incluyó en la
“Relación de las liquidaciones que por material, casa y retribuciones formadas
á los maestros de instrucción primaria
de esta provincia se hallan pendientes de pago en el dia de la fecha,
cuyo importe deben percibir los mismos
en las Cajas de esta Administración y de
la depositaría de Canaria, por si ó por
medio de persona autorizada al efecto bajo las formalidades que para el abono
de los créditos de personal se publicaron en el
Boletín oficial del viernes 15 de
Setiembre de 1871”. Doña María figuraba en dicha relación con tan solo 75
pesetas.4
Por entonces, el Ayuntamiento de
Guía de Isora seguía debiéndole mucho dinero, al igual que ocurría con otros
muchos maestros del Sur, lo que justifica la conocida expresión que se hizo
célebre en el siglo XIX de que: “pasa más hambre que un maestro de escuela”.
Ello era aún peor si se trataba de una maestra, pues cobraba menos que un
hombre por el mismo trabajo. Sirva como ejemplo de lo expuesto, que el 1 de
septiembre de 1882 el Boletín Oficial de la Provincia de
Canarias publicaba las cantidades que el
Ayuntamiento le debía a esta maestra, que eran: 656,25 pesetas de alquileres,
del 1 de abril de 1874 al 30 de junio de 1881; más 490 ptas de sueldo, 130,75
ptas de material y 187,50 ptas de alquileres durante el año económico 1881-82,
lo que sumaba una deuda total de 1.464,50 pesetas de aquella época7.
A finales de esa misma década la
situación seguía sin resolverse, pues en la sesión celebrada por la Junta provincial de
Instrucción pública el 9 de septiembre de 1889, se cursó una instancia de doña
María Hernández Jorge por la que reclamaba un débito de retribuciones al
Ayuntamiento de su pueblo; y se acordó: “Manifestar al Alcalde de Guia de
Tenerife que si el débito que reclama la Maestra D.ª María Hernández Jorge, por el
concepto de retribuciones, es legítimo, debe hacerlo efectivo aquella Alcaldía,
empleando los medios que dispone para ello”8.
Pero su salud se resintió pronto
y ya no le permitía atender a sus obligaciones docentes, por lo que, hallándose
gravemente enferma, a mediados de 1891 doña María solicitó la jubilación, de lo
que se hizo eco el periódico El Liberal de Tenerife: “D.ª María Hernández Jorge, Maestra
de la escuela
pública de niñas
de Guia (Tenerife)
ha solicitado su jubilación”9. Al día siguiente, El
Auxiliar también dio a conocer su solicitud, lamentando sus motivos: “La Sra. D.ª María Hernández
Jorge, Maestra de la escuela pública de niñas de Guía de Tenerife, ha pedido la
jubilación por enfermedad. Sentimos la causa que motiva su solicitud”10.
FALLECIMIENTO Y DESCENDENCIA
La “maestra
de Primera Enseñanza”
doña María Hernández
Jorge falleció en su
domicilio de Guía de Isora, en el
“Callejón de Trujillo”, el 23 de octubre de 1891 a las once de la mañana, a
consecuencia de “tuberculosis laríngea”; estaba a punto de cumplir 52 años de
edad y no había testado, pero sí recibido los Santos Sacramentos. Al día
siguiente se oficiaron las honras fúnebres en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura párroco don
Antonino Delgado y Delgado, quien a continuación mandó dar sepultura a su
cadáver en el cementerio de dicha localidad, de lo que fueron testigos don
Agustín González García y don Antonio González Casañas, de la misma naturaleza
y vecindad.
Le sobrevivió su esposo, don
Agustín González Hernández, con quien había procreado siete hijos:don
José (1863-1892), maestro de
Instrucción Primaria; doña Maximina; don Domingo; doña María
(1874-1908), maestra; don Agustín; doña
Dalmacia; y doña María Ignacia González Hernández, que
falleció sin sucesión antes que su madre.
El periódico de Instrucción
Primaria El Auxiliar, en su número del 31 de octubre de 1891, se hizo eco de su
muerte: “Por consecuencia de larga y penosa enfermedad ha fallecido la Sra. doña María Hernández
Jorge, inteligente y laboriosa Maestra
de la escuela pública de niñas de
Guía en esta isla.
/ Lamentamos la desgracia
y enviamos sentido pésame a su
atribulada familia”11.
Octavio Rodríguez Delgado.
[blog.octaviordelgado.es]
Notas:
1 José Antonio ORAMAS LUIS
(1992). La Escuela
Normal de La
Laguna en el siglo XIX. Pág. 80.
2 Archivo de la Consejería de Educación
del Gobierno de Canarias. Libro de registro de escuelas y movimiento de
maestros.
3 Boletín Oficial de la Provincia de Canarias, 15 de septiembre de 1871,
pág. 3.
4 Ibidem, 23 de octubre de 1872, pág. 3.
5 Ibidem, 20 de enero de 1879, pág. 4.
6 Ibidem, 18 de abril de 1879, pág. 1.
7 Ibidem, 1 de septiembre de 1882, pág. 3.
8 El Auxiliar, 16 de septiembre de 1889, pág. 7 (279).
9 El Liberal de Tenerife, 30 de julio de 1891, pág. 3.
10 El Auxiliar, 31 de julio de 1891, pág. 7 (167).
11 Ibidem, 31 de julio de 1891, pág. 6 (238).
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