La Vieja Fortaleza de Anaga, ¿Mito o realidad?
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Fortunate.
Resumen:
En el antiguo Cantón o Menceyato de
Anaga, las referencias en cuanto a la ubicación de la “Vieja Fortaleza Güanche,
las fuentes historiográficas, Tamusni o Tradición Oral y la Toponimia parecen
entrar en contradicción. La existencia en Anaga de dos Fortalezas Güanches, es
la única forma de que todas las fuentes encajen sin contradicciones entre
ellas.
Summary: In the old Canton or Menceyato of Anaga, references
regarding the location of the "Old Fortress Guanche, the historical
sources, Tamusni or Oral Tradition and Toponimia seem to contradict. The
existence in two strengths Guanche Anaga is the only way to fit all sources
without contradictions between them.
La
Realidad histórica.
La
Toponimia insular canaria cuenta con unos cuantos lugares a los que se le
aplica el calificativo sustantivado de “fortalezas”, como por ejemplo, la
Fortaleza de Chipude [En la Gomera], Santa Lucía de Tirajana [Gran Canaria], o
el Roque de la Fortaleza en Tenerife, del que nos ocuparemos más adelante.
El
origen de esta denominación toponímica del castellano hablado en Canarias
[Fortaleza], hace alusión al aspecto físico de los farallones rocosos, picos,
montañas, etc., que de lejos dan la impresión de ser Castillos/ Fortalezas que
dominan el paisaje con sus moles, donde los Güanches se hacían fuertes cuando
la lucha en campo abierto no era posible, y han pasado a la posteridad con este
nombre y esta función. Como ya dije, hay muchos ejemplos que confirman este
dato, no solo en la Historiografía sino en la Tamusni, que han sido confirmados
empíricamente en los últimos tiempos.
Tienen
en común todos estos lugares, más allá de su forma, que fueron usados como
bastiones defensivos, aunque no tuvieran la forma y distribución de las
fortalezas o castillos medievales que se estilaban en Europa y otros lugares en
el Siglo XV. Son lugares, altos, muy escarpados y de muy difícil acceso y fácil
defensa. Enclaves naturales acondicionados para facilitar la permanencia de
tropas en el lugar y soportar un asedio de fuerzas superiores. Con una
Orografía especialmente prolífica en barrancos, precipicios, fragosidades y
montañas imposibles, restos de los “corazones petrificados de las bocas de lava
incandescente que construyeron las islas, no hacen falta muchos arreglos, para
convertir cada una en un bastión defensivo; Aún así, hay testimonios directos
que atestiguan la adecuación de estos lugares mediante la construcción de
defensas y muros de piedra “seca”, es decir, sin argamasa, de cabañas,
adoratorios y otras edificaciones.
De
ello nos deja constancia el Insigne Hijo de esta Tierra, D. Juan Bethencourt
Alfonso, en su Historia del Pueblo Guanche, Tomo III: “...se concertaron desde luego para la lucha, eligiendo también
aquellas regiones más riscosas como bases de sus correrías y donde se hacían
fuertes..””.. varios de esos sitios han pasado a la historia con el nombre de
Fortalezas, tales como la aún llamada Fortaleza de Masca en Teño; la Fortaleza
de Ahiyo, hoy roque del Conde entre Adeje y Arona; la Fortaleza de Ivocan o Los
Mogotes, en la actualidad la Fortaleza junto a las Vegas en Granadilla, etc...”
En la Península de Anaga, Tenerife, correspondiente
al antiguo Menceyato de Anaga, existe un Pico o Roque que se llama de la
Fortaleza, nombre que se le puso tras la Conquista europea, aunque Antonio de
Viana es el único autor que, en su Poema Antigüedades de las Islas de La Gran
Canaria Conquista de Tenerife Aparición de La Santa Imagen de Candelaria, nos
dice:
“...Vino aviso al Realejo, adonde estaban,
de que muchos rebeldes naturales
se resistían en un alto risco
del término de Anaga, adonde llaman
por esta causa antigua
Fortaleza;...”
Desconocemos por el momento si tal nombres
responde a la realidad o se trata de una más de las numerosas “licencias
poéticas” que el autor se tomó libremente; Lo que si resulta evidente y
comprobable, es que tras más de cinco Siglos sigue conservando el nombre de
Fortaleza. [Antes su nombre era al parecer Aiio o Diyos[1],
dato aún por confirmar]; Su nombre, Roque de la Fortaleza, indica que no se
trata de la Fortaleza en sí misma, sino su reducto más fuerte, lo que en otras
latitudes se llamaría la Acrópolis, por lo que hizo falta un análisis de los
alrededores más inmediatos, quedando patente que el lugar, desde el punto de
vista militar, domina no solo varios valles sino que, mediante los viejos
caminos, luego transformados algunos en “Reales”, en cuestión de 1h de marcha,
podían estar, en Eguerew [Actual La Laguna, o en las cercanías de Taborno o
Tabornost, localidad de Anaga donde existe otra Fortaleza, y en unas 2h ó
2.30h, en las afueras de la Capital Administrativa del Cantón o el Poblado de
Añazo [Actualles Taganana y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente], o en
cualquier otro lugar central del Menceyato.
No se tienen noticias de esta Fortaleza, anteriores a la conquista
europea de la isla, pero está claro que, existiendo una “fortaleza oficial” en
Taborno o Tabornost, resultaría contradictorio que, fuera precisamente aquel
día, cuando el ejército invasor estaba acantonado en Realejo, llegaran
mensajeros anunciando que “precisamente” en aquel risco de Anaga, se habían
atrincherado los Alzados de aquella Comarca, y no en Tabornost, enclave que en
las Datas de Repartimientos de tierras tras la conquista europea, figura como
“la Fortaleza de Taborno”, tal como se
recoge en las Crónicas europeas de aquellos hechos. [...Juan de Badajoz. V. 0 y
conquistador de esta isla de T., demás de las tas. que di a vos e Alonso
Gutiérrez en Taborno, unos pedazos que están a la redonda de la Fortaleza de Taborno, en que puede haber
cahíz y medio o dos cahíces de tierra. 19.11.1516. Francisca
Moreno Fuentes Las Datas De Tenerife. Libro Primero de Datas por Testimonio] ¿Es que solo entonces se dieron cuenta, tras
milenios de vivir en el lugar, de sus
virtudes defensivas o es que ya había costumbre de usarla, y la Fortaleza de
Taborno tenía otra función más “principal”? Luego volveremos sobre el tema,
ahora veamos los datos objetivos.
En el Diccionario Insuloamazigh de D. Ignacio Reyes,
encontramos la palabra del Amazigh
Güanche que ha sobrevivido, con la acepción más cercana a “lugar fuerte”, es la
palabra Ezeró, que da nombre al antiguo cantón de la Palma que se corresponde a
la Caldera de Taburiente, lugar que reúne las condiciones necesarias para ser
considerado, desde el punto de vista de los antiguos Güanches [Y de cualquier
militar], un lugar fuerte o fortaleza:
Expr.
t. Acer,
Acerò, Aceró, Asero,
Aseró, Asser, Eccero, Eceró. Var.: Ezero.
― *a-źărūh, s. m. sing. de [Ź·R] ‘muralla rocosa
alta y vertical’.
Como
decía antes, en el Término Municipal de Santa Cruz de Tenerife, correspondiente
al antiguo Menceyato o Cantón de Anaga, existe un topónimo con el nombre de
Roque de la Fortaleza. Por otra parte, el llamado Roque de Taborno, más allá de
la raíz lingüística de esta palabra, que recuerda a la voz “Tabor o
regimiento,” no solo tiene una configuración orográfica que le hace ideal como
bastión defensivo, sino que existen evidencias Historiográficas de su uso como
tal. Por lo tanto, o bien se denomina erróneamente a uno de estos
Picos, o
en el pasado existieron dos Fortalezas en Anaga, una de “carácter militar y
otra de presunto carácter “mágico- religioso”, habida cuenta que la palabra Tabornost
parece tener dos acepciones distintas. Pero vayamos por partes y analicemos los
datos antes de cada Pico, antes de pasar a las conclusiones.
Roque de la Fortaleza [Foto
Izquierda]
Nos
dice Núñez de la Peña:
“...También
algunos vasallos del rey de Anaga y del rey de Tegueste, andaban alzados en sus
reinos diciendo, no hablan de obedecer a rey extraño, que si sus reyes de
cobardes lo habían hecho, que ellos no... en Anaga se habían fortificado unos
en un alto risco, por cuya razón se le quedó el nombre de la
Fortaleza,...”[Solo A. de Viana la llama “vieja fortaleza”]
Hasta el presente, ha conservado este risco [En la
foto arriba izquierda, el más alto] no solo su nombre, sino una interesante
leyenda [No por lo que dice, sino por lo que puede deducirse] que solo los más
viejos de la Comarca conservan ya. Se da la circunstancia de que hasta hace
relativamente pocos años, había en su cima un lugar donde las aves y otros
animales bebían agua, al igual que en una de las dos cuevas que tiene casi en
su base. A la izquierda de la fotografía, existe una especie de meseta
inclinada donde se podía tener ganado y almacenes, y allí mismo un conjunto de
cuevas y refugios rocosos donde un buen destacamento de soldados pueden
vivaquear sin problemas. La orografía circundante queda patente de forma
significativa, pues la cara sur de este
Pico, es solo un poco menos accidentada que la que está a la vista. La zona
está flanqueada por abismos, cortaduras y pasajes de extrema dificultad, cada
uno un bastión o fortín en sí mismo, que un reducido grupo de hombres pueden
defender sin problemas. Toda la zona es la Fortaleza en sí, siendo el Pico o
Roque, lo que podríamos llamar la “Acrópolis” o reducto más fuerte de un
conjunto de bastiones defensivos.
Roque o Pico de Taborno [Foto abajo izquierda]
En el Diccionario Insulo
Amazigh, encontramos la voz sabor. m. GC.
ant. desus. Consejo militar. Expr. t. sambor, tabor (por analogía con la voz
turca tābūr ‘batallón’, habitual en el amazighe continental a partir de la
colonización islámica) ― *sabar, s. m. sing. de [Š·B·R] ‘cercado’.
Si
esta denominación solo podemos aplicarla
“después de la islamización” del Norte de África, podemos deducir dos
cosas, una de las cuales confirmaría el hecho de que las Islas no estuvieron
aisladas hasta la llegada de los europeos [Como afirman muchos para atribuirse
el papel de supuestos descubridores], puesto que esta voz viene a confirmar,
indirectamente, que antes, durante y tras la islamización del Atlas Medio y la
actual Mauritania, siguieron habiendo contactos entre las sociedades Mazigia
Continental y Mazigia Insular.
Con
la misma palabra, Taborno/ Tabornost, se designa “...un valle y pueblo de Tenerife, en las montañas del NE., donde la
gente usa la manta, especie de capa, que recuerda el taniarco de los
guanches.—TAB0RN0sT, pueblo de Marruecos en los 30° laf. N. y 8° 35’ 24’ long.
O. Tabornost significa Pueblo de las capas. Historia de las Islas Canarias.
Edición Ilustrada. Ed. A. J. Benítez”. El parecido de ambas palabras y la
costumbre del uso de la manta/ capa en ambos lugares, lleva a considerar, vista
la cita anterior del Diccionario Insulo Amazigh, que siendo la presencia
Güanche en las islas anterior a la islamización del Norte de África, es más
acertado suponer que signifique más “pueblo de las capas que lugar fuerte o
fortaleza o cualquier otra parecida”. Por otra parte, este nombre se asocia a
la presencia de “tumba/ as”; A este respecto, en el lugar fue descubierta una
necrópolis, desconociéndose por el momento si es como consecuencia de la
existencia de un asentamiento cercano, o el asentamiento es debido a la
existencia de la necrópolis, algo que podría aclararse si se confirmara que
también en Marruecos, Tabornost está asociado a la existencia cercana de alguna
tumba/ necrópolis de cierta importancia o relevancia. Esto vendría a cuento,
pues existe una Leyenda sobre la posible ubicación del “saxo” o cadáver
momificado de Beneharo, el Mencey loco de la Leyenda, en algún lugar del Pico
de Taborno o sus cercanías.
En
Las Datas de Tenerife, Libro Primero de Datas por testimonio, nos encontramos
en referencia a Taborno:
“Fortaleza de Taborno, superior
izquierda sobre el Mar de Nubes. “...223 Juan de Badajoz. V. 0 y conquistador
de esta isla de T., demás de las tas. que di a vos e Alonso Gutiérrez en
Taborno, unos pedazos que están a la redonda de la fortaleza de Taborno,
en que puede haber cahíz y medio o dos cahíces de tierra. 19.11.1516.
"Digo que vos do los dichos dos cahíces en el dicho lugar en nombre de sus
altezas sin perjuicio de tercero". El Adelantado”
Demuestra
que, ya por entonces tenía el actual Roque de Taborno, el carácter de Fortaleza.
Ahora bien, esto no contradice ni la Leyenda antes mencionada, ni la
posibilidad de que el lugar tuviera cierta consideración “mágico- religiosa”
debido a la necrópolis o por otra causa, ya que es frecuente en Canarias la
existencia de Fortalezas “dobles” en muchos otros Cantones insulares con
distinto carácter, unas de tipo militar y las otras de tipo espiritual, pero
coexistiendo “por parejas” en un mismo contexto político, bien sea por Cantones
o Menceyatos, bien sea a nivel netamente insular, en el caso de las Islas más
pequeñas.
Como
los hechos de la Conquista demuestran, en ambos casos fuera cual fuera su
carácter, se produjeron hechos violentos, pues a medida que esta se
desarrollaba, los intentos de resistencia desesperada, llevaban a los Guanches
a refugiarse en estos lugares Sagrados para ellos y por lo tanto un lugar
neutral en sus Guerras; Vana creencia, como se demostró más tarde en todas y
cada una de las islas, pues aunque para ellos estos lugares sagrados no podían
ser violados/ violentados por nadie, dado su carácter mágico- religioso,
situación que toda su sociedad respetaba, quienes tenían enfrente no respetaban
ni sus propias creencias si con ello obtenían algún beneficio material, por lo
que tampoco respetaron las ajenas.
Siguiendo
esta hipótesis [2 Fortalezas con carácter diferenciado], despejamos cualquier
posible duda o contradicción entre la
Historiografía, los hechos y evidencias arqueológicos, ni de la Tamusni
[Tradición Oral de nuestros Magos u Hombres libres hijos de la Sol], ni de las
Leyendas que tras la Conquista, sustituyeron la Historia Viva del Pueblo
Güanche, ya que sería la clave para “ordenar” todos los datos que se barajan,
formando un “cuadro” perfectamente posible dentro de la Sociedad de Tenerife, y
que no solo no contradice ningún hallazgo arqueológico, ni la Historiografía ni
la Tamusni ni ninguna otra fuente de Conocimiento, sino todo lo contrario, las
confirma pues vendría a demostrar la existencia en Anaga de dobles Fortalezas,
al igual que por todo el territorio Insular, una de carácter militar y otra de
carácter religioso, haciendo encajar todos los datos, repito, para que nos
muestren un relato coherente, en el que cada dato apoya al resto, de la misma
forma que el conjunto de datos que hemos visto, confirman a cada uno por
separado.
Entonces,
siendo concebible dos fortalezas dentro de Anaga, analicemos ahora su capacidad
militar, ya que al menos de momento no podamos hacerlo del carácter
presuntamente espiritual de la de Taborno.
Menceyato o Cantón de Anaga.
Anaga se encuentra en el vértice de un triangulo, con dos potentes
rivales en su frontera [Línea roja en la foto de la Izquierda]: Tegueste y
Güimar. Al Noroeste se encontraba el rico y potente Cantón de Tegueste y el más
pequeño de Zebenzui, el Hidalgo Pobre, del que se cuenta que no siendo hijo
legítimo del Gran Tinerfe, hubo de conformarse con un minúsculo territorio que
se correspondería con la actual Punta del Hidalgo hasta el Barranco de los
Batanes, aproximadamente. Al Suroeste, más o menos por la actual Montaña de
Taco y Barranco del Hierro, estaba la divisoria con el Cantón de Güimar, otro
potente y rico Menceyato, encontrándose en medio de ambos la zona de Eguerew,
actual San Cristóbal de la Laguna, que era territorio neutral por ser un lugar Sagrado
para la Sociedad Güanche, pues creían que en aquella deliciosa vega con una
laguna, moraban los espíritus de los que en vida habían sido valientes y
honorables, siempre.
Por tanto es perfectamente razonable, situar al Noroeste y al Suroeste,
dos contingentes militares que mantengan “un ojo a visor” en ambos puntos, no
solo para rechazar cualquier expedición que partiera de cualquiera de ellos,
sino como elemento disuasorio, pues nadie se arriesgaría a dejar a sus espaldas
dos contingentes militares y avanzar hacia la capital administrativa de Anaga y
las fuerzas que allí estuvieran, pues quedarían encerrados entre dos frentes. Y
si alguien trataba de eliminar primero las fortalezas, debía combatir
igualmente entre dos frentes, contra la Fortaleza y contra las fuerzas del
Menceyato que acudirían en su socorro; No en vano, quien quiera sitiar a
alguien, primero tiene que dominar el territorio circundante o se expone a ser
blanco de cualquiera, los de fuera o los de dentro, que no olvidemos que “están dentro porque quieren, y si tienen la
oportunidad de salir a causar estragos y volver dentro, no se van a privar si
pueden..”
Para
una mayor efectividad militar, ambas fortalezas debían estar comunicadas entre
sí, y con la capital administrativo- religiosa, lo que conseguían mediante el
uso de ahumadas, como ya expuse en otro sitio [De Ahumadas Silbos y Atalayas]
Para ello, a medio camino entre ambas y en un lugar a mayor altitud, por encima
del Mar de Nubes o cualquier otra circunstancia meteorológica que impidiera la
visión directa entre ambas fortalezas, sería necesario que hubiera una Atalaya
que las ponga en Comunicación, sino que además garantice, frente a cualquier
contratiempo climático o de otro tipo, la Comunicación directa con el Centro
Administrativo Religioso y Capital del Cantón de Anaga [Incluso enviando
mensajeros] Muy rara vez el Mar de Nubes llega a superar el Pico del Inglés, y
mientras no lo haga por encima del Cabezo de Taborno, las cimas de ambas
Fortalezas sobresalen en medio de las nubes, como islas en medio del Mar.
Siguiendo la lógica de la Orografía de Anaga, esta Atalaya estaría
situada en el Cabezo o Cruz de Taborno [Foto izquierda], antiguo cruce de
“Caminos Reales”[Trazados sobre los anteriores de los Güanches], hoy
desaparecido por las instalaciones del supuesto Radar de AENA [A menos de 1 Km.
del cercano Pico de las Aguilas o del Inglés, foto de la izquierda], lugar de
paso obligado por tanto de cualquier incursión procedente de otros menceyatos
[Que aprovechara la Zona Neutral o Comunitaria desde Las Cañadas del Teide
hasta Aguere como lugar de paso], ya que al estar dentro de un espeso bosque
que corona la Cordillera de Anaga, les permitiría avanzar, camuflados en él,
hasta las afueras de la misma Capital, Taganana, pues de otra manera serían
prontamente avistados y se daría la alarma.
Al mismo tiempo, desde allí [Cabezo de Taborno] se divisan
perfectamente dos lugares que pondrían en comunicación directa al resto del
Menceyato, la Capital ya mencionada y la zona del actual San Andrés e Igueste
de San Andrés, zona densamente poblada de gran riqueza en aquellos tiempos, lo
que permitiría la rápida concentración de las tropas en caso necesario. Por
descontado, que siendo visibles las ahumadas a gran distancia, dependiendo de la
causa, a la primera señal de alarma es de suponer que la noticia llegaría no
solo hasta quien detentara el mando, sino a todos los rincones del Menceyato.
Como
ya dije antes, la influencia de los Alisios puede ocasionar problemas de
visibilidad, por lo que es de suponer que tuvieran previstas otras ubicaciones
de reserva para comunicar a la Capital las noticias y recibir órdenes, etc.,
que para el caso de Taganana, lo más razonable es suponer que habría un puesto
o atalaya en los picos que separan Taganana del Valle de Afur, visible tanto
desde Taborno como desde el cabezo del mismo nombre en la cercanías del Pico
del Inglés. La otra se encuentra materialmente encima de toda la zona ocupada
por el Centro Administrativo de Taganana y tiene una amplia visión panorámica
de buena parte de la Isla, tanto por la Costa Norte como por la Sur, por la
primera superando el Puerto de la Cruz y por el Sur la zona de Arico,
naturalmente en días despejados más allá; Por descontado, ambas fortalezas son
visibles desde allí, lo mismo que la zona del Pico del Inglés. Para la parte
más oriental de la Península de Anaga, a partir de la zona de Chinobre en
dirección Este, son probablemente el Cabezo del Tejo y Tafada los lugares donde
estarían situadas otras tantas atalayas, para comunicar aquella parte con el
resto del Cantón.
Descripción
de la zona anexa al Roque de la Fortaleza y estimación de su potencial humano y
de recursos cercanos.
Describe
Valentin Fernandes, comerciante
portugués de aquellos tiempos, el importante poblado Güanche de Añazu o Añazo,
actual ciudad de Santa Cruz de Tenerife, tal como era antes de la conquista
europea, el que por cierto habla de una organización y una “tecnología” que nos
habla de sistemas de riego y de almacenes; Para un comerciante, más en aquellos
tiempos, la existencia de estos almacenes donde se acumulaban los excedentes de
alimentos y otros productos, solo podía tener como fin último el Comercio, pues
en ningún reino europeo el rey tenía la obligación de asegurar el reparto de
alimentos, como tenían por obligación los llamados “reyes” güanches. En efecto,
el Mencey de cada Cantón o Menceyato, anualmente distribuía las tierras y sus
recursos, de cuyos frutos se guardaba una parte para el común, para todo el
Pueblo, en silos y almacenes que, como dejó escrito, eran vigilados por
guerreros.
Viene
a cuento esta referencia, porque al igual que en el resto de la Tamazgha
[Tierra de los Amazigh] continental, los Güanches solían tener sus silos o
almacenes en lugares fortificados, como el actual Cenobio de Valerón en Gran
Canaria, o Agadir en el actual Marruecos. Por lo tanto, sería perfectamente
normal e imprescindible, que en las cercanías de ambas Fortalezas los hubiera.
En concreto, en las cercanías del Roque de la Fortaleza existen buen número de
cuevas y refugios rocosos, además de las construcciones de piedra “seca” que
sabían construir, que deberían abastecer a la guarnición permanente y
excedentes suficientes para un asedio más o menos largo.
La
existencia de ganado queda asegurada puesto que, en tiempos de paz pueden
pastar y ramonear tanto en los valles y barrancos próximos, como en las laderas
más escarpadas, pues las cabras pueden hacerlo tranquilamente; Además, es de
destacar que antiguamente el ecosistema circundante no estaba degradado como en
la actualidad, lo que significa que tanto el Bosque Termófilo como el de
Laurisilva, ofrecían no solo forraje para el ganado, sino los frutos y recursos
[Maderas y leñas] necesarios para el establecimiento de un grupo humano
numeroso. Por otra parte, atendiendo a la Toponimia actual y la Historia de la
zona de la Fortaleza, Término Municipal de S/C de Tenerife, podemos afirmar que
la zona era en el pasado excepcionalmente rica en Agua, pues solo en la zona
hoy conocida como Monte de Aguirre, por encima del embalse o Charca de Tahodio,
existen una treintena de antiguas “galerías de agua o Foggaras”, auténticas
minas que horadan la tierra hasta las bolsas de agua que atesora. Multitud de
fuentes y referencias toponímicas a cultivos y árboles que no existen en
lugares pobres de agua.
Si
tenemos por fiable la descripción legada por Valentin Fernandes, hace referencia
a la existencia de cuatro ríos que desembocan en el poblado de Añazu y
sus cercanías; Esto es posible, si tenemos en cuenta que el bosque de
Laurisilva tiene la virtud de condensar en forma de gotas de agua la humedad
que en forma de vapor de agua transportan los Alisios a su paso sobre el
océano. Habiendo en aquella época una masa forestal primigenia casi, que cubría
desde la zona costera hasta las cumbres, se explica esta abundancia en agua de
la zona; Baste decir que tanto en la cima del Roque de la Fortaleza, como en la
mayor de sus cuevas [Hoy completamente inaccesible por derrumbes en la zona de
acceso], habían pequeñas fuentes que eran especialmente aprovechadas por las
palomas en los rigores del Verano, cosa
sabida por los cazadores de la zona, alguno de los cuales se apostaba en las
cercanías de esos “bebederos” para cazarlas. Por otra parte la zona de la
Fortaleza está en la cabecera de importantes Valles y grandes barrancos a cuya
desembocadura había poblados permanentes, lo que quiere decir que había agua
todo el año.
Visto
que había condiciones para que en este lugar se estableciera un contingente
militar, nos queda solamente estimar su cuantía. Habla algún cronista, para
“intentar quitarle hierro al asunto”, que en la Batalla de Ufru [Actual Montaña
de Ofra, Término Municipal de S/C de Tenerife], movilizó el Mencey de Anaga a
1.500 guerreros contra Francisco de Maldonado y sus tropas [Cuentan que dijo
Maldonado tras la ocasión: ¡Contra guanches nunca más! Y murió sin volver a la
isla] A parte de que la cifra está exagerada para intentar mitigar la derrota,
decir que el Menceyato de Anaga, según las estimaciones modernas, podría haber
tenido una población similar a la actual, es decir, unas tres mil almas
aproximadamente, pues no podría mantener a más habitantes con los Recursos
disponibles, luego no salen las cuentas. En Tenerife, eran hombres de armas
casi todos, según nos dicen los viejos relatos y crónicas de la conquista, pero
es de suponer que habrían ancianos, mujeres, niños, enfermos y gente exenta de
ese servicio, además de que el Mencey no podía mandar a toda su gente dejando
desprotegido todo el territorio y todas las importantes tareas cotidiana,
indispensables para la supervivencia del grupo. Es más acertado suponer que
enviaría contra Maldonado, un contingente de entre 400 y 500 guerreros [En otro
momento y lugar me ocuparé más detalladamente de esta batalla], pues el curso
de los acontecimientos que se narran de ella, no hacen suponer que se tratara
de más cantidad.
La prontitud con que se concentró el
contingente Güanche en las cercanías de Argijón [Actual zona de La Cuesta,
entre S/C de Tenerife y La Laguna], a la espera de la llegada de los invasores,
y la contundencia y prontitud con que fueron rechazados, así como la no
intervención de tropas de otros Menceyatos cercanos [Por entonces ya se tenía
conocimiento de las arribadas de europeos a la Isla y que intenciones traían],
lleva a dos conclusiones. La primera es que las tropas estaban más o menos
cercanas y la segunda es que no se trataba mayoritariamente de tropas
“regulares”.
Sabido es que los Güanches, además de los Asantemir o Assa n-t_mirt
[Guerreros Sagrados, Sacerdotes/ monjes- guerreros o con Protección de la
Divinidad], dividían a sus hombres entre Katuken [De Katú- Valor. Tropas
especiales, experimentadas], las tropas
normales o Regulares, y las de “leva” o principiantes [Cada contingente
diferenciado por distintivos propios, para que cada cual supiera con quien se
enfrentaba- Tamusni-] Es perfectamente razonable que, salvo las dedicadas a la
guardia personal del Mencey y algunos lugares “sensibles”, el grueso o al menos
la mitad de los Katuken o guerreros con más experiencia y probado valor en el
combate, fueran los encargados de ocupar y habitar las dos Fortalezas del
Menceyato, situadas como ya dije antes, en las fronteras del mismo y aun paso
de los principales lugares o regiones del Cantón, para responder prontamente a
cualquier contingencia en cualquier lugar donde fueran precisas. Esto
explicaría la “acometividad y ferocidad” de los Güanches que les acometieron,
según dejaron constancia.
A
este respecto, creo que es acertado suponer, que dada la cuantía de habitantes
que pudo tener Anaga en el pasado, y los recursos de uso inmediato de ambas
zonas, cada fortaleza albergaría un contingente de no más de entre 150 a 200
guerreros escogidos, que serían [Junto a los provenientes de Añazu y el cercano
poblado de las cercanías de la actual Montaña de Taco], los encargados de
expulsar a los saqueadores que mandaba Francisco de Maldonado.
Naturalmente,
la teoría aquí expuesta, sobre la existencia de dos Fortalezas en Anaga, una de
carácter militar y la otra espiritual, tal como en el resto de las Islas,
tendrá que ser ratificada o desmentida por la Arqueología y los Estudios e
Investigaciones que se hagan al respecto, ya que esto es solo una conclusión
personal y por tanto subjetiva, que surge al tratar de encajar todos los datos
que he podido reunir sobre este asunto, y las aparentes “no contradicciones”
pero sí “desajustes o inconsistencias” que algunos pueden sugerir a primera
vista.
Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.
14 de Marzo del 2015
[1][1] Existen en Tenerife varios lugares con el aparente
mismo nombre [O al menos que suenan igual o parecido], todos diferentes
aparentemente, por lo que resulta aún más difícil encontrar el posible significado
de esta palabra Güanche, ya de por sí difícil tratándose de una lengua muerta
en trance de recuperación. No he podido encontrar paralelismos en el Amazigh
continental, lo que puede ser debido a que en los registros historiográficos y
por consiguiente en toda la literatura posterior, las palabras recogidas por
los cronistas y relatores de la conquista española de las Islas Canarias, lo
eran tal como les “sonaban o escuchaban literalmente”, no existiendo un
preocupación de recogerlas tal como en realidad se pronunciaban y menos su
significado real. Entre estos lugares se pueden mencionar el barranco de Agua
de Diios ó de Dios o la
Fortaleza de Ichasagua o actual Roque del Conde en los
antiguos Cantones de Tegueste y Adexe respectivamente.
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