Abocados a empeñarnos en una lucha que, como decía en la
primera parte [En la encrucijada] nos lleva a transitar por caminos que no
conducen a la Unidad
o la Victoria ,
sino a dar vueltas en redondo como si estuviéramos sujetos a una noria y
fuéramos los animales de tiro encargados de hacerla girar.
La encrucijada de paradojas a las
que nos enfrentamos, aunque se haya dado en otras colonias de forma similar, porque
el colonialismo es igual en todos sitios, no exige para Canarias, ni los “recetarios de formulas magistrales o
doctrinales que funcionaron en esos otros sitios, pero tampoco las estrategias
porque las ‘condiciones objetivas’ tampoco son iguales”. Es bueno contar
con las experiencias ajenas, porque en todo puede aprenderse algo positivo,
pero a la hora de encarar “la solución canaria”, es preciso ante todo tener
claras cuales son las peculiaridades de “nuestro caso” que se diferencian de
esas experiencias de otros sitios, y cuáles son las prioridades objetivas más
perentorias y necesarias para nosotros.
La primera encrucijada, un Pueblo
sometido y humillado por una miseria social endémica que no nos seguirá si no
somos capaces de educarlo poco a poco y demostrarle que somos capaces de
asegurarle comida, techo y unas condiciones de vida más o menos dignas. La
segunda es nuestra propia incapacidad para encontrar vías de diálogo y Unidad,
por lo que nos enfrentamos a la tercera, una situación Internacional que se nos
escapa de las manos y que ahora mismo está en manos extranjeras y no en las
nuestras. Por descontado, nuestra incapacidad para crear un proceso de unidad
[El que fuera], nos impide presentarnos como el referente popular capaz de
movilizar y organizar la resistencia de ese Pueblo humillado y sometido, en el
que sin embargo está viva la llama de la rebeldía, y arrebatar de manos
españolas nuestro destino internacional.
Estas tres barreras nos impiden
avanzar en la
Construcción de un Movimiento Nacional Canario, mientras no
seamos capaces de escoger una vía alternativa; Y tal como están poniéndose las
cosas, son los mismos hechos, las mismas barreras que nos frenan, las que nos
ofrecen la solución. La síntesis de las dos principales posturas enfrentadas,
la de participar o no participar, legitimar o no legitimar unas Leyes que ni
nos reconocen como Pueblo ni como Nación, ni nuestros Derechos.
Siendo honestos con nosotros
mismos, debemos reconocer, que desde el mismo momento en que hacemos algo
siguiendo el cauce reglamentario, administrativo o del tipo que sea, que se
marca por las leyes y las administraciones españolas, desde llevar el DNI o
circular por la derecha, o la tarjeta sanitaria o cualquier otra “tontería anodina y cotidiana”,
técnicamente estamos “legitimando esa
legislación” aunque no nos quede más remedio que seguirla. Así que tampoco
nos trae nada practico instalarnos en posturas ideológicamente “puristas”.
Además, la Abstención ,
siendo un arma política como es, debe usarse/ ejercerse cuando se pueda
rentabilizar adecuadamente, y no debe ser un método para calcular un hipotético
apoyo popular a nuestras tesis, que o mucho me equivoco o en estas próximas
elecciones, va a darnos su auténtica lectura. Lógicamente, tampoco vale “entrar por el aro porque sí”, “porque no
somos puristas”; No, no vale todo tampoco. Si algo se espera de la gente
que ya “se afeite o depile”, es algo de madurez y sensatez, ¿No? No digamos de
los que ya peinamos alguna que otra cana... [En cualquier sitio...]
Cuando oía contar a mis mayores
las peripecias de los “fielatos, las
cartillas de racionamiento” y demás, jamás pensé que fuera a ser testigo de
situaciones iguales o parecidas. Todos conocemos casos y situaciones, sabemos
que es algo cada vez más generalizado, que ya la “caridad” no basta. Que cada
día vive más gente bajo techos de cartón
o chamizos, que la desprotección
social alcanza ya a la mayor parte de nuestro Pueblo. Somos conscientes de
que queremos y podemos cambiar esa situación pero no tenemos los resortes con
que mover los mecanismos necesarios para ello, porque no somos capaces de
presentar batalla organizadamente, por lo que tampoco podemos usar los
mecanismos internacionales que nos facilitarían las cosas en todos los
sentidos, pues en esto, la solución de una cosa lleva a la solución de las
otras.
Por tanto, siendo tres los
caminos que no nos llevan a ningún sitio, debemos priorizar cual de los tres
cuya resolución debemos encarar primero, ya que los tres al mismo tiempo es
imposible. Desde mi punto de vista, el primero y más importante sin el cual no
podemos encarar los demás, es el de la Unidad. Hasta ahora, lo único que se ha hecho es
debatir entre dos posturas antagónicas, con más desencuentros que acuerdos.
Ahora, con unas condiciones sociales objetivas distintas, donde el rescate
social de Nuestro Pueblo es absolutamente necesario o desaparecerá como tal en
dos décadas, ya no vale el argumento de la “legitimación o no legitimación”
pues cuando lo que se juega es la Supervivencia real, hay que ser “prácticos”; Hay
que recuperar socialmente a Nuestro Pueblo, y eso solo puede hacerse desde las
Administraciones Locales, Ayuntamientos y Cabildos, queramos o no queramos
reconocerlo. Pero- repito- eso no significa que, por esta obligación puramente
coyuntural, “valga todo”. Caso contrario, en pocas décadas no habrá Pueblo que
liberar en el futuro porque habrá muerto de hambre, enfermedades o se habrá
diluido entre los millones de apátridas y refugiados del mundo.
Si, debemos ser prácticos,
intentar tomar ayuntamientos y cabildos y desde ellos impulsar un Plan de
Contención y Recuperación Social de nuestro Pueblo, al mismo tiempo que lo
intentamos concienciar. Es posible hacerlo, pero aunque poco consiguiéramos
desde “las cotas de poder obtenidas”, debemos estar ahí, hacernos ver y
demostrar que somos una alternativa seria, con propuestas serias, sencillas y
viables, autosustentables y rentables socialmente. Porque solo nosotros podemos
hacer eso por nuestra gente; Para “otras cosas” no.
Y para “estar en las
Administraciones Locales”, tenemos que estar todos juntos y aún así nos costará
muchísimo estar en algunas testimonialmente, por lo que reitero que nuestro
principal hándicap es la
Unidad. Por lo tanto, “por imperativo legal”, pero sobre todo
Por Necesidad Perentoria Para Nuestro Pueblo, llegamos hasta ayuntamientos y
cabildos, pero no más lejos, pero sin renunciar a nada y menos a intentar
controlar la situación internacional como antes, sin renunciar a que cada cosa
que hagamos vaya encaminada a luchar por la Liberación Nacional.
Desde la Vieja Fortaleza ,
Rukaden Ait Anaga.
10 Diciembre 2014
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