UNA HISTORIA RESUMIDA DE
CANARIAS
PERIODO COLONIAL
1481-1490
CAPITULO-V
Eran muchos aspirantes a
la corona y entre ellos se contaban la hija de Thenesor, llamada Guayarmina, su
prima Arminda, única heredera de Guayasen el Bueno, un hermano del Guanarteme
denominado Aythamy, guerrero de carácter indócil e intratable y los jóvenes
Bentejuí y Thagoroste, de la familia real de Semidán. Rechazaban la mayoría a
Aythamy y Thagoroste como personas antipáticas al pueblo. Inclinándose a dar
sus votos a Bentejuí, patrocinado por el influyente faicán de Telde, funcionario,
como ya sabemos, activo, inteligente y poderoso, el cual, al fin, después de
algunos esfuerzos obtuvo el triunfo para su protegido. Con el objeto de
tranquilizar a algunos que aun esperaban el regreso de Tenesor ofreció Bentejuí
tomar por esposa a la princesa Guayarmina con cuyo enlace no se excluía a la
familia de Tenesor
(Millares (1881) 1977, II: 183).
Frente a la imagen pretendidamente
dinástica que siempre intentaron ofrecer los descendientes del linaje
guanartémico, una vez más el viejo principio electivo regía en la definición de
la jefatura. Y, en efecto, sobre este Bentejuí recayó la dura tarea de dar
continuidad a las légítimas instituciones sociales de la población canaria.
Pronto, este «gaire, alto, seco, y prieto de grande esfuerzo» que, según afirma Marín de Cubas [(1694: 57v) 1986: 207], ostentaba hasta entonces el significativo nombre de Tazarte (Tadsart, ‘rebeldía’, ‘dignidad’), sería puesto a prueba en el sitio del Bentayga ante las huestes castellanas. Pero no estaba solo, el faycán de Telde aparece junto a él en una célebre cita en la que increpan al antiguo guanarteme que intentaba convencer a las gentes reunidas allí: «Todavía Canaria no ha desaparecido del mundo y aquí la tienes toda sobre estos cerros» (Viera y Clavijo (1772) 1982, I: 529).
Pronto, este «gaire, alto, seco, y prieto de grande esfuerzo» que, según afirma Marín de Cubas [(1694: 57v) 1986: 207], ostentaba hasta entonces el significativo nombre de Tazarte (Tadsart, ‘rebeldía’, ‘dignidad’), sería puesto a prueba en el sitio del Bentayga ante las huestes castellanas. Pero no estaba solo, el faycán de Telde aparece junto a él en una célebre cita en la que increpan al antiguo guanarteme que intentaba convencer a las gentes reunidas allí: «Todavía Canaria no ha desaparecido del mundo y aquí la tienes toda sobre estos cerros» (Viera y Clavijo (1772) 1982, I: 529).
Bentejuí se trasladó, encabezando un
importante contingente humano, hacia la protección que brindaban las agrestes
montañas de Tirajana. Pero, de nuevo, fueron cercados en Ansite, paraje cuya
localización exacta aún se discute. Esta vez la espera acabó en éxito para los
castellanos, previa mediación de Fernando Guanarteme ante los cansados
sitiados, que finalmente aceptaron las condiciones de rendición. Todos, menos
Bentejuí y el faycán teldense, que prefirieron mantener su libertad hasta el
último momento de sus vidas: «[…] menos Tazartico y un faisage biejo de Telde,
que ambos se derriscaron llegandose el muchacho a el viejo le cojio de un
brazo, y diciendo a tiz Tirma, a tiz Tirma, de un salto vajaron hechos pedasos»
(Marín (1694: 60r) 1986: 214).
Es muy probable que, antes, Bentejuí (Wenteghuyyit,
‘éste vocifera, alerta o invoca’) interviniera también en la famosa Batalla de
Ajódar, donde los castellanos sufrirían la mayor derrota en la Isla , contribuyendo con su
arrojo a que los canarios salieran indemnes en los inciertos episodios de
asedio a los que fueron sometidos. Con su desaparición, se sellaba la
finalización “oficial” de la conquista de Gran Canaria, un 29 de abril de 1483.
Hoy en día muchas personas participan en la Ruta de Bentejuí, que se celebra cada mes de
abril para conmemorar el acontecimiento en el que nuestro protagonista dirigió
a los suyos desde el Bentayga hasta Ansite, con un trazado aproximado al que
siguiera el último gran héroe de Canaria. (Victor Perera; 2007)
1483. El último
rey consorte de Gáldar el converso Thenesor Semidan, más conocido después de
bautizado por el rito católico como D. Fernando Guanarteme, fue un converso que
se entregó a sí mismo y a parte de sus compatriotas a los invasores castellanos
convirtiéndose en un traidor a su pueblo, olvidando sus raíces regias llegó a
ser un simple peón en manos de los invasores quienes le obligaron a realizar
tareas serviles ante las que cualquier Guanarteme hubiese preferido la muerte
antes de caer ante tales humillaciones.
Los reyes fundadores de la monarquía reunificadora de la
isla de Tamaránt (Gran Canaria), en los tiempos previos a la invasión
castellana cuyos nombres nos ha transmitido la historia precolonial, fueron
Andamana y Gumidafe. Ella, mujer de extraordinaria inteligencia y él, conocido
también como el "Caballero de Facaracas", el más valeroso caudillo de
armas de la isla. Deciden instalar su corte en Gáldar, donde anualmente se
celebraba el gran "Sabor" o Audiencia General, y a la cual asistían
todos los representantes de distintos
cantones. Desde este momento queda constituida Gáldar como la primera capital
de Tamaránt.
La sucesión de estos monarcas vuelve a conocerse a
principios de siglo XV de la era occidental con el príncipe Artemi Semidan, valeroso
guerrero que obtuvo una gran victoria sobre las tropas del pirata normando Jean
de Bethencourt en las costas de Arguineguín.
A Artemi le sucedió Taghoter Semidan quien a su vez tuvo dos hijos
llamados Guayasen y Bentagache. El primero fue nombrado rey de Agáldar y el
segundo Faykan de Telde. De Guayasen quedó, con tan sólo ocho años, una hija
Arminda heredera universal de la isla. Por esta razón el gobierno de Tamaránt
(Gran Canaria) pasó como tutor a su sobrino Tenesor Semidan quien más tarde, ya
bautizado, el, rito católico pasó a llamarse Fernando Guanarteme y fue rey de Tamaránt como tutor de su
sobrina.
Testimonio de ese pasado esplendor precolonial son los
yacimientos arqueológicos patentes en el suelo de Gáldar. Por ejemplo en la
costa se descubrió en los años treinta
un gran túmulo circular conocido como el Panteón de los Guanartemes que
contenía restos de más de cuarenta individuos. En el agujero se descubrió otro
túmulo con 5 esqueletos y 3 ánforas, y un poblado con estructuras habitacionales.
Otros yacimientos también muy importantes se encuentran en
"Cuevas de Facaracas", "Silos de Taya", "Huerta del
Rey", "Barrio del Hospital", "Anzofé" y "Montaña
de Gáldar". Siendo, sin lugar a dudas, el más importante complejo de la Cueva pintada.
1483. Fernando
Vello se disponía a recorrer la "Yslas" de Gran Canaria, Madera
"e otras yslas", cuando fue robado por armador vizcaíno, "junto
al Cabo de Sant Vicente de Lagos", navegando "por la mar
adelante". Habiendo partido de Sevilla, era evidente que navegaba hacia el
"ueste".
1483. Pedro de Vera, capitán y gobernador colonial por los Reyes
Católicos, sustituye a Juan Rejon
el 18 de agosto de 1480 y termina
la conquista de la isla Tamarant en
abril de 1483; en cuya operación efectuó
asesinatos y depredaciones e hizo esclavos a más de doscientos guanches
bautizados y mandó venderlos como tales en Castilla. Y a gran número de los
vencidos, al final de la guerra (29 de abril de 1.483) los desterró a Sevilla,
donde recibieron malos tratamientos y agravios.
1483. Después del mes de Junio envió Pedro de Vera recado á D.
Fernando Guadartheme, que hiciese venir á su sobrina, con los demás nobles sus
parientes, al Real, á entregarse como estaba pactado; y luego dieron orden de
traerla desde Tirajana por Telde, sin que viniese con ella ningún cristiano
español; traíanla en hombros de cuatro capitanes nobles, de cabello largo y
rubio, en una andas de palo á modo de parihuelas, sentada, vestida de gamuza á
modo de badanas ó pieles adobadas, de color acanelado; venían delante de las
andas cuatro capitanes con capotillos de badana llamados tamarcos, braguillas
de junco, majos en los pies y guapiletes en la cabeza, y lo
demás desnudo; al lado de las
andas, algo hacia atrás, dos tíos suyos Faisajes, y después se seguía un grande
acompañamiento de hombres todos que servían de traer las andas á remuda. Salió
Pedro de Vera con mucha gente al recibimiento, y ellos hicieron su entrega por
medio de la lengua ó intérprete, diciendo que allí venía la Señora de toda la tierra,
heredera única y legítima hija de su señor Guanartemy Guanachy Semidan,
legítimo dueño y señor de la verdadera línea y sucesión de dominio y señorío de
la tierra; y que ella hacía entrega voluntaria, y todos sus tíos y parientes
que allí venían, gobernadores de la tierra, en nombre y debajo de la palabra de
su señor muy poderoso y católico Rey D. Fernando entregaba su persona y
personas al Capitán Mayor de los cristianos que allí presente se halla que es
Pedro de Vera, del Rey de Castilla y León. Pedro de Vera y demás caballeros la
recibieron á pie, y fue abrazando á todos con mucho cariño; traían todos los
canarios el cabello suelto por las espaldas, y la Señora Arminda , que
los españoles llamaron Almendrabella, traía vestido un ropón de gamuza con medias
mangas hasta la sangraqera y largo hasta los pies, y zapatos de lo mismo
pespuntados, y vestía una tunicela debajo de la ropa con cuerpo de jubón á modo
de justillo, de más delgada badana; era el cabello largo y rubio, aderezado con
arte, y en él puestas algunas cosas de tocado que le habían dado á uso de
España; y el faldellín pintado á colores; tendría veinte años, era gruesa y más
de mediano cuerpo, robusta, el color algo moreno, ojos grandes y vivos y el
rostro algo alegre y celebrada de hermosura, la boca algo larga, la nariz
pequeña, algo anchas las ventanas, el cuello redondo y crecida de pechos.
Después que se hubieron
adelantado del lado de las andas los dos Faisajes é hicieron entrega de su
Señora y los demás pidieron que se encomendase á persona noble, y ellos
pidieron que fuese en casa de Francisco de Mayorga con su mujer Juana de
Bolaños, que allí estuvo con otras españolas y Pedro de Vera la prometió y juró
hacerlo así como todos lo pedían, aunque estuvo siempre á su cuidado y al del Obispo
ella fue muy bien recibida y siempre correspondió agradecida al cariño de todos
tenía ingenio y discreción, fue cristiana, que luego la prometió de ser llamóse
Doña Catalina de quadarthemy, fue su padrino Rodrigo de Vera, hijo de Pedro de
Vera, y Francisco Mayorga y su mujer la madrina echóle el agua el Obispo D.
Juan de Frías decíale esta Señora á las canarias que aquella era vida de
hombres y la que tenían primero era de brutos y fieras salvajes fue casada con
un capitán de infantería, D. Ramiro Guzmán, andaluz pasaron á la conquista de
Thenerife, no tuvo sucesión él murió de repente, que se presumió ser
violentamente. Casaron con españoles otras primas ó parientes de esta Señora.
Una hija de Vtindana, hermano de quanache, que se llamó Juana quadartheme casó
con Francisco de Cabrejas y tuvo sucesión en Gáldar, otra prima, hija del
Faisaje tuerto de Tara en Telde, hermano de su madre, se llamó María
Guadartheme y casó con Juan Delgado que pasó á Tenerife y tuvo sucesión y otras
á este modo, que hubo por línea femenina, donde feneció la generación de los
canarios: El Obispo cuidaba con grande celo del regalo de los canarios así
viejos, niños, como hombres y mujeres, dándoles de comer y reparos de vestir
con liberal mano, que todos la aclamaban como Padre y Santo Prelado, por ser
ejemplar su vida siempre.
Diose luego cuenta de todo á
España, de que Sus Altezas tuvieron mucho gusto del reducimiento de los
canarios y de su buen estado. Envió Pedro de Vera á la isla de la Madera á buscar plantas de
todos frutales, hierbas de olor, flores de recreo y animales mayores y menores,
que de todo se ha dado bien al mismo modo que en España, sin diferencial de la Gomera se trajeron perdices
y conejos que había criado y traído de África Sancho Herrera el Viejo, de un
coto de venados y montería que allí tenía repartiéronse entre los vecinos
algunos granos para sembrar, que acudían largamente en su multiplicación
viniéronse algunas, y después muchas familias á vivir, repartiéronse en los
campos y lugares, plantando caña de azúcar, parras, árboles, sacando acequias,
haciendo albercas, molinos de agua, ingenios de azúcar, hasta que enviase S.M. la Cédula de Repartimiento,
que todos esperaban por el debido premio y pago de sus servicios.
Demás de los hidalgos aventureros
que sirvieron sin sueldo, hubo muchos que con sus personas, armas, caballos y
maravedíes sirvieron á S.M. fueron el factor Miguel de Mujica, que nombró por
heredero á su pariente Juan Siverio que cobró toda su parte. El capitán
Palencia, con cinco hijos, sirvió con peones pagados, sus personas, armas y
préstamos; murió en la conquista él y tres hijos; cobraron los dos, Tomás de
Palencia y Alonso Rodríguez de Palencia; y otros que faltan á la memoria. De
Lanzarote vino Santa Gadea, francés, que trajo caudal, que casó una hija con
Francisco Martel, francés, vecino de Lanzarote, que sucedió en el mayorazgo de
Arucas, que fue de uno de los Palencias.
Sirvieron sin sueldo tres hijos
del Gobernador Pedro de Vera, Fernando, Rodrigo y Martín de Vera, que dejó su
casa para Hospital de Pobres, que es San Martín, Hospital de Canaria. (Marín de
Cubas [1694] 1993:168-72)
1483. Tras dar
por finalizada la invasión y conquista castellana la isla de Tamaránt (Gran
Canaria) en 1483 con el asentamiento europeo en la denominada villa de
Winiwuada (Las Palmas), Gáldar no pierde su rango anterior. El modelo antiguo
de doble jurisdicción -que tenía en Galdar la capitalidad insular de la
población canaria- pervive en gran medida añadiéndose por los invasores
castellanos a la jurisdicción de winiwuada (Las Palmas). Desde el mismo momento
de que la isla se estructura
tripartidamente según la costumbre castellana, quedando Wiwuada en Tamamránt
(Las Palmas de Gran Canaria) como cabecera administrativa, sede del Obispado de
la secta católica y del Cabildo castellano. Galdar y Telde figuraron como
cabeceras de las primeras demarcaciones eclesiásticas, con los beneficios más
antiguos, primera vara de alcaldía y justicia, escribanías, heredamientos,
distritos de repartimientos, etc.
1483. Mientras se disponían los nefastos reyes católicos a enviar
sus instrucciones para la constitución definitiva de la futura colonia en la
isla Tamaránt (Gran Canaria), distribución de su suelo, abono de salarios,
indemnización de anticipos y recompensas a los mercenarios por servicios en tan
ruda campaña, el general invasor, de acuerdo con el obispo de la secta
católica, había dispuesto como una de las primeras necesidades de su gobierno
llevar inmediatamente a efecto la traslación de la Catedral de Rubicón a
Winiwuada (Las Palmas,) en virtud de la bula expedida en 25 de agosto de 1435,
pues de este modo adquiría la nueva población europea una gran importancia.
Para realizar un deseo tan
unánimemente servido, el prelado envió sus poderes a Sevilla con objeto de acordar
con aquel cabildo metropolitano el plan capitular de la diócesis, sus
dignidades y canónigos y los estatutos que habían de regirla.
Mientras se elegía un sitio para
levantar un templo más decente y capaz que aquella que
estaba en la plaza de San Antón,
se dio principio al trazado de algunas calles inmediatas al lugar que había
servido de punto central al campamento de los invasores, extendiéndolas por la
llanura, limpia ya de palmeras, árboles y maleza, en líneas curvas, angulosas e
irregulares, como era costumbre en las poblaciones moriscas de Andalucía.
Derribáronse las tapias que
limitaban y defendían el Real de los invasores, dejando en pie el torreón que
servía de almacén a los pertrechos militares y como prevención de posibles
ataques de los canarios que continuaban alzados, y se trató de constituir una
asamblea municipal que cuidase de los intereses de la población colona europea,
procurase su adelanto y administrase los arbitrios que le fueran asignados.
Recordaremos que, cuando en
febrero de 1480 se había firmado en Toledo la contrata o
convenio bajo cuyas bases se
enviaba a Canaria a Pedro de Vera, (ver efemérides de 1480 Febrero 24) se había
al mismo tiempo expedido otra Real Cédula en la que Sus Altezas, dirigiéndose
al nuevo gobernador, le decían: «A vos Pedro de Vera, nuestro Gobernador e
capitán e Alcaide de la isla de Gran Canaria, salud e gracia. Sépades que Nos
habernos sido informados que algunos caballeros, escuderos e marineros e otras
personas, ansí de las que están en la dicha isla, como otras que agora van o
fueren de aquí adelante, quieren vivir e morar en la dicha isla e fazer su
asiento en ella con sus mugeres e hijos e sin ellos; e porque la dicha isla
mejor se pueda poblar e pueble, e hayan más gana las tales personas de vivir en
ella, según dicho es, y tengan de qué se puedan substentar e mantener. Por
ende, Nos vos mandamos que repartades todos los exidos y dehesas y heedamientos
de la dicha isla entre los caballeros e escuderos e marineros e otras personas
que en la dicha isla están e estovieren y en ella quisieren vivir e morar,
dando a cada uno aquello que veredes que, según su merecimiento e estado,
ovieren de menester, e asimesmo para que podades entre las tales personas de
nuevo nombrar e elegir oficios de Regimiento e Jurados e otros oficios, que
viéredes son necesarios en la dicha isla, para que sean cadañeros o por vida o perpetuos e de la manera que a
vos bien visto fuere, no embargante, que cualesquier personas tengan los dichos
oficios por autoridad de cualesquier personas e dellos hayan sido proveídos,
salvo si las tales personas han sido proveídas de los dichos oficios por Nos o
por cualquier de Nos, e ansí para fazer el dicho repartimiento de los dichos
heredamientos, como para proveer de los dichos oficios, por esta nuestra Carta
vos damos poder cumplido con todas sus incidencias e dependencias emergencias,
anexidades y conexidades, no embargante cualesquier cartas e poderes, que cerca
del repartimiento de las dichas tierras e términos e de nombramientos de los
dichos oficios Nos o cualquier
de Nos habernos dado e mandado
dar a otras personas, las cuales por esta nuestra carta revocamos e inhibimos y
damos por ningunos y de ningún valor ni efecto. e los unos ni los otros no
fagades ni fagan ende al por ninguna manera, so pena de la nuestra merced e de
10.000 maravedises para la nuestra Cámara; e demás mandamos al ome que vos esta
nuestra carta mostrare, que vos emplaze que parescades ante Nos en la nuestra
Corte doquier que Nos seamos del día que vos emplazare en 15 días primeros
siguientes so la dicha pena, so la cual mandamos al ome que vos o cualquier
escribano público,
que para esto fuere llamado, que
de ende, al que vos la mostrare testimoniada con su signo, porque Nos sepamos
como se cumple nuestro mandado. Dado en la muy noble Cibdad de Toledo a 4 días
de Hebrero, año del nacimiento de Nuestro Señor Jesuschristo de mill e
cuatrocientos e ochenta años.- Yo el Rey .~ Yola Reyna.- Yo Pedro Camañas,
secretario del Rey e de la Reyna
nuestros Señores, la fize escrebir por su mandado acordado. Registrada. Alonso
González, Diego Vázquez, Canciller.
En virtud de estas amplias
facultades y sintiendo Vera la urgencia de proveer inmediata-
mente de asamblea municipal ala
naciente villa, determinó elegir entre los invasores conquistadores y vecinos
de más mérito doce regidores y dos jurados que desempeñaran estos cargos con
inteligencia, aplicación y probidad.
Después de bien meditado, recayó
su elección en las personas siguientes: Pedro García
de Santo Domingo, Fernando de
Prado, Diego de Zorita, Francisco de Torquemada, Francisco de Espinosa, Martín
de Escalante, Alonso Jáimez de Sotomayor, Pedro de Burgos, Juan de Siverio
Mujica, Juan Malfante, Juan de Mayorga y Diego Miguel.
Nombróse de escribano de Cabildo
al converso Gonzalo de Burgos y de causas a Gonzalo Díaz de Valderas, de fiel
ejecutor a Juan de Peñalosa, de jurados a Rodrigo de la Fuente y al mismo Valderas,
de alguacil a Juan Mayor y de pregonero al trompeta Juan Francés.
Organizado de este modo el
ayuntamiento de corte europeo, se procedió por el gobernador al repartimiento
de tierras y aguas como botín de guerra,
dividiendo en pequeñas suertes los terrenos de riego constante y en mayores
lotes las dehesas y ejidos y los prados sin agua, reservando para el
aprovechamiento común y pastos de los ganados los extensos predios del centro y
agrestes distritos del sur y oeste de la isla. Al hacer la distribución tuvo en
cuenta Vera la preferencia que todos concedían a los conquistadores sobre los
que venían a poblar, y la de los soldados de caballería sobre los peones o
infantes.
Tampoco se olvidó de los
principales indígenas, si bien con el secreto propósito de alejarlos del país y
enviarlos en tiempo oportuno a la conquista de La Palma y Tenerife, cuya
empresa solicitaba con empeño. Respecto a la clase plebeya y trabajadora quedó
bajo la vigilancia de los capitanes y propietarios, con el fin aparente de
adoctrinarlos en la religión y de enseñarles las prácticas agrícolas, pero en
realidad para mejor avasallarlos y reducirlos con el tiempo a la condición de
siervos.
Algunos de los hidalgos que
habían contribuido a la sumisión de la isla, al saber que los reyes tenían ya
decidida la conquista de Granada, impulsados por su odio a los infieles y
por el afán caballeresco de
correr siempre aventuras y contribuir a la independencia de la patria,
volvieron a España, regresando con ellos las compañías mercenarios de la Santa Hermandad
que a sueldo del estado había conducido Mujica en su última expedición.
Al dar principio los nuevos
pobladores a romper los terrenos, talar algunos bosques y
encauzar y recoger las aguas para
destinarlas al riego periódico de los nuevos predios, se pidió a Andalucía ya
las islas de Madera, Gomera y Lanzarote, cañas de azúcar, vides y árboles
frutales de todas clases, buenas semillas de cereales, con el ganado y ave del
corral que no hubiese aún en el país, donde encontraron desde luego un suelo
admirablemente dispuesto para su reproducción.
El cultivo de la caña fue el
primero que ocupó la atención de los agricultores. Levantáronse al efecto
toscos ingenios, entre los cuales podemos citar el de Pedro de Vera, en el
mismo valle de Las Palmas a orillas del riachuelo; el de Alonso Jáimez en las
faldas de la montaña opuesta, donde después se construyó el convento de San
Francisco; habiendo al poco tiempo otros en la costa de Lairaga, Arucas, Firgas
y Gáldar y por la parte del sur en Telde, Agüimes y Tirajana.
Reservóse el general para solar
de su casa la llanura que hoy ocupan la plaza y la parro-quia de Santo Domingo,
y levantó a sus alrededores una ermita dedicada a San Pedro Mártir, como
recuerdo del 29 de abril.
Su hijo Jorge de Vera, que luego
fue canónigo de la
Iglesia Catedral , tuvo casa asimismo en la calle hoy llamada
de San Marcial, que después fue destinada a Hospital con el nombre de San
Martín, dotándolo de buenas rentas sus
fundadores Tomás de Palenzuela hubo repartimientos en Arucas, Tirajana y Sardina, y su hermano
Alonso Rodríguez los tuvo en Telde, en cuya extensa vega construyó tres
ingenios, de los. cuales estaba uno en el barrio de Los Llanos y lugar que hoy
ocupa la parroquia de San Gregorio. De estas tres fincas vendió la primera a
Gonzalo de Jaraquemada, hidalgo que había llegado de Lanzarote con el propósito
de establecerse en Canaria; otra enajenó a Cristóbal García del Castillo,
vecino de Moguer, capitán conquistador y fundador además de la iglesia de San
Juan Bautista en aquella localidad, y la tercera al poblador portugués
Francisco de Matos. Estos ingenios fueron con el tiempo progresando,
mejorándose el cultivo de la caña y la calidad del azúcar, cuyo codiciado
producto venían a comprar a buenos precios algunos traficantes europeos en
buques que fondeaban en la rada de Melenara.
El fértil valle de Agaete fue
cedido a Alonso de Lugo, por sus valiosos servicios en la
última campaña y especialmente por la prisión del guanarteme. Allí también
levantó ingenio y plantó viña, utilizando como su residencia el castillo o casa
fuerte de las Nieves. Vendido después el valle para contribuir con su importe a
los gastos de las expediciones de La
Palma y Tenerife al comerciante genovés Francisco de
Palomares, éste lo enajenó a su vez al español Zayas de Arellano, que aumentó
considerablemente su producción y riqueza.
A vecindáronse en Gáldar muchos
hidalgos colonos y conquistadores y algunos canarios principales, especialmente
de la familia de Thenesor Semidan (Fernando Guanarteme).
Descollaban entre éstos la
infanta doña Catalina, hija del rey Guayasen, casada como ya sabemos con Hernán
Pérez de Guzmán, colono toledano de la noble casa de Batres y Alcubillete; su
prima Margarita, hija de don Fernando Guanarteme, unida en matrimonio con
Miguel de Trejo Carvajal, y la princesa Tenesoya Vidina, llamada Luisa en el
bautismo por el rito católico y enlazada desde antes de la conquista con
Arriete Perdomo, de la casa y linaje del barón normando como extensamente hemos
consignado.
Creían todos que la villa de
Gáldar, corte de los guanartemes, seguiría siendo la capital
de la isla; y ya fuese por esa
circunstancia o por la fertilidad del suelo y pureza del aire, resultó que se
agruparon en aquella localidad muchas familias, obteniendo que el reparto de
sus terrenos tuviese lugar en aquellos alrededores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario