UNA HISTORIA
RESUMIDA DE CANARIAS
ÉPOCA COLONIAL: DECADA 1921-1930
CAPITULO-VI
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1923 septiembre 15.
Caciquismo: la I Guerra Mundial (4).
El
Caciquismo conservador en la Isla
de La Palma sufre
un segundo asalto durante la
I Guerra Mundial
La Gran Guerra sumió a Canarias en una crisis grave
porque el Conflicto bloqueó las ventas de plátanos y tomates a los países
europeos implicados, principalmente, Inglaterra, Francia y Alemania. El cierre
de la exportación frutera disminuyó el flujo de ingresos y, por tanto, la
disponibilidad para importar artículos de primera necesidad. Las Islas tuvieron
que abastecerse de su propia agricultura, pero la producción de alimentos del
sector primario isleño no bastaba para aprovisionar a toda la población. La
interrupción de los intercambios con el exterior y las limitaciones de la
agricultura insular encarecieron los alimentos, en un contexto de crecimiento
del desempleo, debido al continuo cierre de empresas. El Diario de La Palma describía así la
situación: "paralizado el comercio, perjudicada la agricultura, sin
trabajo las muchísimas familias que atendían a sus necesidades con la industria
del bordado; paralizadas también las obras del puerto, aquí se presenta, con
carácter muy agudo, por cierto, el problema de las subsistencias, tanto más,
cuanto que la plaza se halla desprovista de mercancías y los pedidos no se
atienden y los precios se elevan rápidamente" (Obras públicas: para
todos, Diario de La Palma,
14 de agosto de 1914 ).
Como
ya sucediera a principios de siglo, esta crisis económica coincidió con que "las
válvulas emigratorias están cerradas" debido a que la Isla de Cuba, "a la
que se dirigen con predilección los canarios, herida también por el azote de la
guerra, padece...una terrible crisis económica que le ha obturado sus fuentes
de riqueza". "Encerrada, pues, - señalaba Diario de La Palma- en los estrechos
límites de esta peña oceánica, con la miseria en sus casas y la cerrazón del
horizonte en lontananza, la clase obrera sufre con más intensidad que ninguna
las consecuencias de esta guerra abominable" (Peticiones, Diario
de La Palma,
10 de noviembre de 1914).
Al
poco, Cuba se recuperó de esta bache económico, gracias, esencialmente, a la
demanda de azúcar de los países contendientes, y reclamó braceros para su
economía. Según el profesor Macías, entre 1915 y 1917, embarcaron más de 4.000
palmeros hacia Cuba. Pero, el trasvase migratorio ya no fue fluido hasta 1922,
porque se interrumpió en varios momentos. La guerra submarina librada en el
Atlántico hizo azarosa la navegación rumbo a América y disminuyó el número de
líneas que realizaban esta ruta. Por añadidura, las familias con emigrantes
establecidos en Cuba recibían menos dinero de sus deudos a causa de la
elevación del precio de los giros y a la disminución de las comunicaciones
marítimas entre las dos islas (Paralizadas y El bordado. ¡Gloria a Germania!, Verdún,
La Palma, 9 de
marzo y 6 de julio de 1918, respectivamente). Además, las autoridades
sanitarias prohibieron los embarques hacia Cuba para impedir la propagación de
la gripe española, que, en 1918, ya ocasionaba víctimas en Canarias Por
último, los precios de los pasajes subieron, y muchos trabajadores no disponían
de numerario para adquirirlos (Regocijo, La emigración es prohibida y A los
tabaqueros. La unión es la fuerza, Rebeldía, La Palma, 11 y 26 de diciembre
de 1918; De interés para los emigrantes, Verdún, La Palma, 31 de mayo de 1919).
En todo caso, a pesar de la importante cifra de emigrantes contabilizada
durante este periodo, la desesperación que impregnaba las noticias recogidas en
la prensa palmera, la preocupación que se desprendía de las informaciones
aportadas por los documentos oficiales y los disgustados comentarios incluidos
en los escritos personales hacían patente que la marcha de isleños a Cuba no
era suficiente para dar salida al creciente número de desempleados que dejaba
el colapso de la economía palmera.
Igual
que ocurriera en los años posteriores a la Guerra de Cuba, la suspensión o la insuficiencia
de la emigración para dar salida a una coyuntura económica depresiva provocó un
incremento de la movilización de un sector de la población, que encuentra una
vía para la esperanza en el discurso alternativo de los republicanos. Así, "en
apenas dos años escasos de constituida la Juventud Republicana,
- refería "Oriente", su órgano de prensa- es hoy por
hoy, quizás la asociación más entusiasta y numerosa de la localidad".
Este triunfo se debía "al prestigio de las ideas democráticas, a favor
de cuya causa hemos visto correr a agruparse a una masa de indiferentes, de
desalentados, de esclavos a un tiempo de la miseria y el poderío absorbente y
pernicioso del caciquismo". Por el contrario, el Caciquismo
tradicional, desacreditado por no atender las demandas de buena parte de la
población, sufre un deterioro considerable: "esas falanges
constituidas por paniaguados y cínicos de la peor jaez (sic), hechuras
de caciques, se hunden abrumados por el desprestigio" (Parangonando, Oriente,
La Palma, 7 de
octubre de 1916).
Las
iniciativas solidarias de los republicanos se debían, sin duda, a su
preocupación por la situación de zozobra que vivían las clases humildes. Pero,
también, se explicaban por la confluencia de intereses entre los sectores
acomodados progresistas y la población asalariada. Los dirigentes republicanos
enfocaron la protesta social hacia la demanda de obras públicas que mejoraran
las infraestructuras de la Isla
y hacía la crítica a los políticos de los partidos dinásticos que gobernaban La Palma. La modernización
de la Isla
(puertos, carreteras interiores...) proporcionaría salarios a los obreros
contratados y, de paso, reactivaría la demanda de las clases más bajas sobre el
comercio local. Además, estas inversiones en infraestructuras favorecerían los
intereses de las empresas de los comerciantes, consignatarios e industriales
republicanos, que, desde principios de siglo, cifraban la salida al declive de
los principales factores productivos de la Isla (industria tabaquera, de bordados,
astilleros) en la mejora de las comunicaciones interiores y exteriores. Por
otro lado, su discurso criticaba la política insensible y negligente que
representaban el Partido Conservador y el sector del Liberal que había pactado
con éste, de modo que aumentaran las expectativas republicanas como valedoras
de los intereses sociales y económicos de La Palma.
Las
convocatorias de los republicanos llenaron las calles de grandes
manifestaciones y paralizaron la actividad productiva, varias veces, en los
años de Guerra y Posguerra. En medio de una situación que las propias
autoridades públicas insulares calificaban de "aflictiva",
la suspensión de las obras públicas que se ejecutaban en La Palma desataba,
invariablemente, la respuesta de las organizaciones republicanas. Los informes
gubernativos calificaban de "imponentes" unas protestas que
reunían elementos de todos los sectores sociales para solicitar al Gobierno que
remediara el estado de miseria en que se hallaban los obreros palmeros debido a
la carestía de las subsistencias, a la suspensión de las obras públicas y al
declive de la actividad portuaria. Las congregaciones, descritas como "muchedumbres",
asombraban a las autoridades por el elevado número de participantes (Informes
remitidos por el Delegado del Gobierno a los Ministros de Gobernación, de
Fomento y al Gobernador civil, los días 28 y 31 de diciembre de 1916, Carpeta
42 y 6, Leg. año 1916, Archivo Delegación del Gobierno).
Al mismo tiempo, la prensa isleña registraba los acontecimientos que
conmocionaban al Mundo: la I
Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la conflictiva situación social
y política que se producía en Europa y en España. Sobre todo, al igual que
ocurrió en el resto del país y en el Archipiélago, las noticias sobre la Revolución Rusa
sobrecogieron y, a la vez, abrieron nuevas expectativas en La Palma. Los sectores más
radicales del conjunto progresista de la sociedad apelaban a la unidad de los
trabajadores y se preguntaban por qué iba a ser "una utopía" organizar
un sindicato en La Palma,
según el modelo soviético, cuando era necesario por ser un "país
sumamente pobre" que no poseía "ni medios para emigrar".
El ejemplo de la
Revolución Rusa se empezaba a plantear como una alternativa a
la situación de ruina económica de La Palma. Así, el articulista volvía la cabeza hacia
"la luz de la luminosa aurora de redención que ha comenzado a alborear
en Rusia". Se constataba, desde la Isla, que "las doctrinas
socialistas" protagonizaban unos "avances rápidos en estos
últimos tiempos". De hecho, el prestigioso jurista Pedro Pérez Díaz,
hermano del dirigente republicano insular, sacudió a su auditorio cuando, en
una conferencia impartida en Santa Cruz de La Palma, dijo que consideraba "imposible
evitar el advenimiento del socialismo" (A los tabaqueros. La unión es
la fuerza, Rebeldía, La
Palma, 28 de diciembre de 1918 y Velada, Verdún, La Palma, 6 de agosto de 1919).
La intensa movilización de los trabajadores, dirigida por los republicanos como
respuesta a la aguda recesión económica que provocó la Guerra Europea,
dejará como secuela, en los años de posguerra, la fundación de varios
sindicatos y el embrión de un desarrollo del socialismo en la Capital de la Isla y en Los Llanos. A
partir de 1918, varias organizaciones obreras promueven huelgas y
manifestaciones que pretenden equiparar los salarios a la subida de los precios
producida durante la I Guerra
Mundial: tabaqueros, dependientes, panaderos, así como obreros agrícolas del
Valle de Aridane iniciarán conflictos sucesivos hasta 1923. Así, en 1918, una
Comisión de Tabaqueros, ante el agravamiento de la crisis que padecía la
industria tabaquera en La Palma,
convoca a los trabajadores para enfrentarse "a quienes les
explotaban". En mayo de 1919, se celebra otra "imponente
manifestación" en Santa Cruz de La Palma, nuevamente auspiciada por los
republicanos, "para protestar contra la prolongada paralización de las
obras públicas y tratar del problema de las subsistencias". Unos
meses más tarde, uniéndose a sus compañeros de Tenerife, los obreros tabaqueros
de Santa Cruz de La Palma,
"empujados por el instinto de conservación", declaran una
huelga en demanda del aumento de sus jornales, con el respaldo del partido
republicano y de su órgano de prensa. En octubre de 1919, empleados de 19 casas
comerciales de Santa Cruz de La
Palma reclaman a sus empresas mejoras salariales. Al año
siguiente, se constituye el Centro de Dependientes del Comercio y de la Industria. En 1921,
se fundó, en la capital de la
Isla, la sociedad de obreros panaderos La Alborada. En
la otra vertiente de La Palma,
el día 7 agosto de 1922, más de doscientos empleados de la empresa Fyffes
Limited se declararon en huelga, en Tazacorte y Argual, para demandar un
aumento de sus jornales (GONZÁLEZ SANJUAN, Manuel: Manifiesto al pueblo,
Leg. año 1918-1º, Archivo Delegación del Gobierno; Manifestaciones y Justas
demandas. La huelga de los tabaqueros, Verdún, La Palma, 24 de mayo y 12 de
julio de 1919; Informes emitidos por las administraciones municipales y la Delegación del
Gobierno, Carpeta 20, Leg. año 1922, Archivo Delegación del Gobierno).
No
obstante, el Caciquismo conservador mantenía su vigencia en La Palma. A pesar de esta
creciente movilización, los republicanos comprobaban que una parte considerable
de los palmeros dañados por la crisis permanecía sumida en la pasividad,
paralizada por el discurso del patronazgo propio del caciquismo: "veinte
generaciones de agiotajes, dolos, falsías y contubernios nos han dejado el alma
enteca y contrahecha, recibiendo en herencia de nuestros mayores toda la
cobardía de esclavos sin ideales, ni protestas y toda la indignidad de adulones
incorregibles y sin pudor" (¿Quosque tamdem?, Verdun, La Palma, 16 de marzo de 1918).
Uno de los colaboradores del periódico Oriente reflejaba la permanencia
del Caciquismo al referirse a los trabajadores "mansos, los humildes,
los que someten su voluntad, los que hacen sus peticiones de rodillas y con el
sombrero en la mano; en suma, los que no tienen ideas propias y se dejan
embaucar y explotar por ciertos apóstoles". En su opinión, la mayoría
de los campesinos y obreros de su pueblo estaban tan "castrados de
voluntad y acción, que jamás se permiten tener otras ideas que las que sus amos
o el cura les señalen" (Ver PÉREZ HERNÁNDEZ, José Eduardo: "Cuba
y la resistencia campesina en La
Palma. El municipio de Breña Alta (1850-1930)", en XIII
Coloquio de Historia Canario Americana (1998), La Palmas de Gran Canaria,
Ediciones Cabildo Insular de Gran Canaria, 2000, p. 2723).
La
presión sobre el edificio caciquil, también, se vio aliviada por la emigración.
Nuevamente, a pesar de que, durante estos años, se interrumpió varias veces el
flujo humano hacia el Caribe y resultó complicado recibir las remesas de los
emigrantes, la marcha a Cuba se abría como la vía preferida para escapar a la
miseria. "Cada año que pasa -recogía la prensa insular- es
mayor el contingente de emigrantes canarios que marchan a la Gran Antilla en busca
de trabajo. No es exagerado afirmar que en diversas crisis económicas por que
ha atravesado este país, con dinero cubano ha podido resolverse la
situación" (La riqueza de Cuba y sus relaciones con Canarias, Diario
Insular, La Palma,
22 de julio de 1920).
La
emigración y la recuperación económica de principios de los años 20, sobre todo
en los sectores platanero y portuario, preservaron el edificio caciquil de una
mayor contestación. Pero, fue la llegada de la Dictadura del general
Miguel Primo de Rivera, tras el golpe de estado de septiembre de 1923, el
acontecimiento que canceló la agitación protagonizada por los sectores de la
sociedad insular que habían decidido luchar por la subsistencia en su propia
tierra, a través de la creación o el reforzamiento de partidos políticos y
organizaciones sindicales reivindicativas. (Santiago González, 2009).
1921 septiembre 18.
La
torre de la Parroquia
de Ntra. Sra. de la Luz en Guía de Isora, Tenerife
La Parroquia de Ntra. Sra. de la Luz ha pasado por múltiples obras, reformas, en
su largo periplo que comienza en el siglo XVI. En el comienzo del siglo XVIII
se construye un nuevo templo, que se reforma y acondiciona en numerosas
ocasiones a lo largo de esta centuria, introduciéndole numerosos elementos,
como una nueva nave.
Las imágenes que acompañan
este artículo nos muestran la
Parroquia tal como se mantuvo, después de pasar por diversas
calamidades como el aluvión de 1879, hasta su nueva edificación, para lo que se
iniciaron sus trabajos en 1900, bendiciéndose en septiembre de 1902. En primer
término se aprecian diversas edificaciones en ruinas, causadas por el aluvión
citado. Asimismo se contempla la plaza, así como el inmueble donde se ubica el
actual Ayuntamiento.
La segunda imagen de la Parroquia de Ntra. Sra.
de la Luz nos
enseña múltiples referencias para poder aproximar la fecha de su obtención. La
torre y el frontis se construyeron entre 1921 y 1922, sobre su nuevo templo
inaugurado en 1902; su reloj se bendijo en 1948, y el templete ubicado en el
centro de la plaza se destruyó con las obras de su acondicionamiento, que
finalizaron en 1956.
De las obras de la torre y
el frontis, y de cómo se sufragaron, es de lo que se quiere anotar algunos
pormenores. El párroco que impulso este
proyecto fue José Serret y Sitgat, quien presidió una junta para la recaudación
de fondos, compuesta además por: Vicepresidente, don Francisco Alonso
Ferrer; tesorero, don José Díaz y Cª; vocales, don José Borges Rodríguez, don
Pedro Afonso Díaz, don Manuel Riverón González y don Manuel González Jordán;
secretario, don Manuel Borges Alonso.
A
través de diversos diarios de estos años se ha podido rastrear las
particularidades por las que transcurrió el vecindario de Guía de Isora para
cumplir un anhelo tras el que llevaba desde 1902. Uno de los principales
recursos para obtener los fondos con los que costear esta obra fue la
peregrinación con el Niño Jesús; se fue de pago en pago, de vivienda en
vivienda, de vecino en vecino. Como cuando el último domingo de febrero se
trasladó la imagen a los barrios de Aripe y de Chirche, a cuyos lugares, como
en todos los traslados, acompañaba a la comitiva una banda de música. En Aripe
se hizo un alto en la casa de Miguel Afonso, quien era miembro de la junta en
este pago, recorriendo después todo el vecindario. En Chirche era esperada por
los vecinos, encabezados por el miembro de la junta en este barrio, José Dorta
Mesa; asimismo se recibió la comitiva en la vivienda de Francisco Mesa, de
donde partió la visita al barrio una vez finalizado el almuerzo.
El
6 de marzo de 1921 se dirigió la comitiva a Chiguergue, con la banda de música
dirigida por su director, Manuel Reverón. Se realizó un alto en La Cañada, siendo recibida en
Chiguergue por la comisión presidida por Luís Melián, quien condujo la imagen
hasta el primer descanso, para con posterioridad recorrer el barrio.
El
lunes de Pascua se dirigieron a Chío, el Niño Jesús lo portó Pedro Evora
Delgado, pasando a manos de vecinos de este pago una vez llegaron a su Ermita.
Los del Lomo del Valo le prepararon un altar, donde estuvo hasta que al son de
la banda de música se trasladó a la casa de Esperanza Delgado.
El
día 10 de abril se visitó los caseríos de El Pozo y Acojeja, a pesar del día
que se encontraba, entre y nubes y lloviznas. En El Pozo la imagen descansa en
la casa de Manuel Meneses, después en la de Antonio Meneses, para pasar a
continuación al pago de Acojeja, donde a su entrada se levantó un arco con
descanso, en este lugar la representación la ostentaba Juan Agustín
González.
El
lunes 11 de abril se trasladó el Niño Jesús a Alcalá y a Playa San Juan,
visitando diversas casas, como las de Francisco González, la de la familia
Barreto Herrera o la de Dolores González de Linares. Al llegar a Alcalá se
dirigieron a la Ermita,
conduciendo el Niño Jesús diversos pescadores, finalizándose el recorrido en el
domicilio de Domingo González. Desde Alcalá se trasladaron en barco a Playa de
San Juan. Bella y pintoresca lucía la playa con sus bonitos arcos de palmas
y flores y un elegante altar. Ya en tierra, dióse tiempo para el almuerzo; este
se hizo en la casa de los señores González. Terminado éste, en la vivienda
de Manuel González Jordán, Antonio Trujillo traslada el Niño Jesús en su visita
a los vecinos. Se regresa a Guía de Isora, efectuando un alto en Las
Charquetas, en la casa de Paula González Jordán.
El
3 de mayo se visitó Vera de Erque y Tejina, lugares en los que se partió en
caballerías. En Vera de Erques se les esperaba con un arco y un altar de
descanso, para después hacer un alto en la casa de Ignacio Vargas. De aquí se
parte a Tejina, almorzando en la vivienda de María González Vargas.
Las primeras recaudaciones se produjeron en el mismo momento que el párroco convocó a sus feligreses. Sin poder obtener fecha exacta del inicio de la labores de la Junta, podemos apuntar como la más probable el mes de enero de 1921, al recolectarse en esa primera reunión, 2.100 pesetas. En los lugares que se visitaron las percepciones fueron: en Aripe, 320 pesetas.; en Chirche, 682; en Chío, 664,15; en Chiguergue, 630,15; en la visita a Alcalá y Playa de San Juan, del día 11 de abril, se recaudó 592 ptas.; en Acojeja, 358. De El Pozo no se ha apuntado, salvo las 65 ptas. que aportó cada una de las dos personas citadas en su visita. En Vera de Erques, 502,10 ptas; en Tejina, 880. Otras actividades realizadas con este fin, fueron: una velada infantil, la noche de Pascua, donde se recaudó 50,75 ptas.; y en una función teatral, el domingo 3 de abril, con la obtención de 200 ptas.
En
junio de 1921 se informa del comienzo de las obras, con los recursos que se han
recolectado en Guía de Isora y en sus barrios. En julio se conoce que las obras
van a buen ritmo, agradeciéndose el buen hacer del maestro de obras, José
Dorta, y de Vicente Fernández que fue el responsable de la quema de 16.000
ladrillos, ambos vecinos de La
Laguna.
La
torre de la Parroquia
de Ntra. Sra. de la Luz
se bendijo el 18 de septiembre de 1921, según el programa de festejos: A las
diez de la mañana, bendición de la torre de esta iglesia parroquial, que será
apadrinada por distinguidas señoras y caballeros; seguidamente solemne función
religiosa en honor de la
Santísima Virgen, nuestra Señora de la Luz de Guía, en la predicará
el señor Magistral de esta Diócesis, don Heraclio Sánchez Rodríguez. Terminada
la misa saldrá en procesión la referida Imagen por las principales calles de
esta población.
Pero
debió quedar alguna parte de esta obra sin finalizar porque en marzo de 1922 se
informa, que después de diez meses de duros trabajos se termina las obras de la
torre y del frontis, y que en total la obra y la reforma han alcanzado la
suma de once mil ochocientas cincuenta y siete pesetas con diez céntimos”.
Informándose que restaban los cristales con alegorías religiosas para dos
ventanales, con un coste de unas cuatrocientas pesetas. (Marcos Brito, 2013)
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