1948 octubre 17.
Cecilia Domínguez Luís, poeta y narradora.
Nace en La Orotava (Tenerife) y
comienza sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de La Laguna, más tarde marcha a
Madrid para realizar la especialidad de Historia del Arte, finalmente finaliza
la licenciatura en Filología Hispánica. Ejerce primero como profesora de EGB y
más tarde como profesora de Enseñanzas Medias en Tenerife. Compagina la labor
docente con el trabajo en revistas, fue secretaria de la revista de Arte y
Literatura Fetasa, y forma parte del comité de redacción de Cuadernos
del Ateneo. También ha realizado trabajos de gestión cultural, entre los
que cabe destacar su periodo de Presidenta del Ateneo de La Laguna entre 1999 y 2001.
Asimismo, ha escrito diversos artículos de investigación publicados en revistas
y libros de conjunto sobre literatura, y ha participado en diversas jornadas y
congresos.
Comienza a escribir siendo una niña y más tarde, en los años setenta publica
poemas y relatos en revistas y en las páginas literarias de la prensa de
Tenerife, en La Tarde,
El Día, Diario de Avisos, o La Gaceta. Y más
tarde también en otras publicaciones de España e internacionales. Su primer
libro de poemas es del año 1977, se trata de Porque somos de barro, en
el que hallamos algunos temas que devienen en recurrentes a lo largo de su
producción posterior, como es la reflexión sobre las relaciones humanas y la
introducción de elementos de la cotidianidad para hablar del hombre y su
esencia. Esta temática volverá de modo más patente cuatro años más tarde en Objetos,
tal y como queda reflejado en el título. Presagio de sueños en las gargantas
de las palomas,1982, es su tercer libro, con el que obtuvo el Primer
Premio de Poesía Pedro García Cabrera en 1981 y que ya la convierte en una
autora conocida en los círculos literarios y comienza a ser una de las voces
más peculiares de la poesía canaria. Un cierto sabor ácido para los
días venideros, en 1987, continúa con su peculiar modo de observar la
realidad, su entorno, que convierte en universal desde la cotidianidad de su
isla de origen. Observamos una mayor profundidad en la temática en torno al
hombre y comienza a percibirse esa visión burlesca e irónica de las relaciones
humanas, y también de algunos de los conceptos o personajes de la propia
historia de la literatura que será habitual en ella. Víspera de la ausencia,1989,
significa ya el salto a la publicación fuera del archipiélago y en él
reflexiona sobre la pérdida. En 1993 realiza una suerte de antología en su
libro Poemas 1981-1992, donde incluye los poemarios ya editados Objetos,
Presagios de sueños en las gargantas de las palomas, Un cierto sabor
ácido para los días venideros y Vísperas de la ausencia, así como
los inéditos hasta ese momento. Otoño de los dáctiles dedos y Fábulas
y otros desconciertos, si bien es cierto que con Otoño de los dáctiles
dedos había obtenido en 1991 el premio "Emilio Algaba Guimerá",
convocado por la Casa
de Venezuela en Canarias. Los libros publicados entre 1997 y 2000 desarrollan
temáticas que Cecilia Domínguez ya venía apuntado en obras precedentes, pero en
los que ahora indaga nuevas formas expresivas, como puede verse en Y de
pronto anochece, Así en la tierra o Solo el mar, obra esta
última que realiza en colaboración con el fotógrafo Carlos Schwartz. En su
siguiente texto, Doce lunas de Eros, 2003, se adentra en la temática
erótica, hace un recorrido por la tres estaciones y sus peculiaridades
eróticas, y está ilustrado por doce pintores canarios. Mientras que Azogue,
2005, es una suerte de entrada en el mundo de la magia y el viaje hacia lo
desconocido. Tema éste el del viaje que vuelve a aparecer al año siguiente en Para
cruzar los puentes, donde deviene en leitmotiv, vertebra el
poemario. Aunque estos viajes no son similares a los de los viajeros clásicos
que vuelven enriquecidos, sino que los de la autora no tienen puerto al que
volver y no implican necesariamente un aprendizaje. El libro de la
duda (2007), es su último libro, en el que incluye veinte poemas
estructurados -según menciona Domingo Báez- de forma “tan simétrica como
un objeto y su imagen ante un espejo o como un número o una palabra capicúa”.
En este poemario vuelve al uso de estrofas tradicionales, tales como el soneto
alejandrino, los tercetos o la sextina.
A estos libros debemos sumar la antología Octubre (2003, Baile del Sol),
y también debemos mencionar que aparecen poemas suyos en diversas antologías de
literatura canaria y también de poetisas. Asimismo, su obra ha sido estudiada
por diversos críticos.
También incursiona en la narrativa, primero desde el relato, que la autora
considera el género más cercano a la poesía, debido a la necesidad de síntesis
que conlleva. Había publicado relatos en publicaciones periódicas, pero su
primer libro no aparece hasta el año 1994, se trata de Futuro imperfecto,
donde trata temas similares a los que hallamos en la poesía, pero lo hace desde
la narración porque consideró que quería contar historias que no podía decir a
través de la poesía. En ellos propone un juego al lector sobre el concepto de
lo femenino y lo masculino, al no dar pistas del sexo de algunos de sus
protagonistas. Otros libros de cuentos son los dos volúmenes infantiles Entre
Tejados y Fompi, y el juvenil Días de abril. También ha
editado la novela El viento en contra.
Valoración
de la obra de Cecilia Domínguez Luís
En toda su
producción, tanto poética como narrativa parte de la experiencia, del mundo que
la rodea. Los objetos de la cotidianidad entran con naturalidad en sus poemas,
del mismo modo que los elementos de la naturaleza (Tierra, agua, fuego, árbol),
si fuese pintora diríamos de ella que es muy matérica, con una materia cargada
de vida que dota a su obra de gran cercanía y verdad. A ello hay que sumar su
gran preocupación por las problemáticas que asolan la sociedad, el aislamiento,
la soledad, la pérdida de identidad, la transformación de los valores, la
xenofobia, el racismo, la deshumanización, etc. Sobre los que reflexiona con
gran calado y una visión abarcadora, pues sitien es cierto que parte de la
vivencia personal o ajena del entorno sabe trascender y dar una visión
universal.
Asimismo, lo lúdico está siempre presente, pero como un juego en el sentido más
serio y lúcido, desde una concepción cuasi antropológica. Juega con las ideas
preestablecidas, con las supuestas verdades sociales, con las relaciones
humanas en general, con los matices del amor, etc. Lo que la conduce a que
encontremos a menudo una gran desacralización de lo admitido como políticamente
correcto. Elemento éste que también está enriquecido con la ironía que también
está siempre presente en su producción.
En cuanto a su palabra poética siempre hay una búsqueda y un juego con la
significación, ella sabe del gran poder de la palabra para moldear un mundo a
través de ella y desde esa certeza experimenta y pule hasta logar el término
adecuado.
Por ello su obra conforma una unidad y es una de las producciones más lúcidas
del archipiélago, pues tiene un imaginario muy definido sobre el que se
interroga continuamente y hace que los lectores hagan lo propio, pues considera
que el lector debe contribuir desde su lectura para completar los juegos de
lectura e imágenes que crea y los caminos que abre para la reflexión sobre
nosotros mismos y sobre el hombre en general. (Tomado
de: www. Isla de Tenerife Vivela)
Selección
de textos de Cecilia Domínguez Luis
Y duelen las noches de palomas
dormidas,
los oscuros cabellos del
silencio,
ese viento marino
que excava túneles en los ojos.
Aquel paraguas roto, a medio
abrir,
como un olvido más
entre las algas.
El polvo de las venas de azufre
que nos devuelve, amargos, a las
olas.
Despertamos, insomnes,
perdidos en corales azules
y en piedras como espumas.
También
esa mañana que apenas aparece
rodeada de acero.
—Esa perenne niebla derramada
para sabernos solos,
distantes de los labios,
entregando otros besos
al aire del espejo—.
[Presagios
de sueños en las gargantas de las palomas, 1982]
CARPA
Bajo los arcos se ofrecía la miel
y tú apareciste sonriendo.
Vestida de abalorios, acogías
a todos los corazones errantes
y a los serafines ojerosos que
lamentaban
la cosecha final de las
estaciones,
sin saber que, entre la oscuridad
de la noche,
yo recogía los centavos
que caían de las ventanas
impacientes.
Y te soñé en el establo
y acaricié tus cabellos y tus
ojos
sobre las minas abandonadas
y los nombres mutilados de los
guerreros temerarios.
Para ti la inmensidad luminosa de
las calles,
los fuegos de artificio,
las manos blancas de la madrugada
que resbalan sobre tu cuerpo codiciado.
Hoy, mi palacio se llena de
delfines llorosos
y cada hora los pálidos tambores
redoblan
por el cielo que cae
sobre mi piel de equilibrista.
[Víspera
de la ausencia, 1989]
¿Por
Qué
despiertas
cuando apenas te rozo?
3-4
Dijo:
Tus pechos son la miel.
Y al marcharse
borraste, cuidadosamente,
la huella de sus labios
con esencia de mirto.
5-6
Adéntrate
en mi bosque.
Deja que la luna te descubra
invadiendo
el territorio de mi sombra.
7
Supe
de tus caricias
pero no quise
verme reflejada
en tu espejo.
8.9
Has
Descendido
al delta de mi cuerpo.
Te hundes
y nada pueden
tus ojos que se cierran.
10-1 1
La Brisa,
al mediodía,
acarició su cuerpo
y recordó sus manos,
tan distantes.
[Doce
lunas de Eros, 2000]
De nuevo
en el lugar de los nidos sin alas
las manos
suben
las ásperas rocas de la miel.
Los niños, en la calle,
desafían con su llanto de olvido
y aprenden a hablar con el barro
—cuando no las estrellas—
Entonces
recordamos horizontes de pan,
vacíos amaneceres sin ventanas
y la luz de la tarde
que nos cubre
con sueños
la tristeza.
[Presagios
de sueños en las gargantas de las palomas, 1982]
POMPEYA
Te he encontrado en el bosque
harapiento de amapolas.
El señor juez
se ha despojado de sus sandalias
y el veredicto ha sido
un silencio de vírgenes heridas.
Estamos a miles de kilómetros de
la primera hoja
y las nubes no alcanzan
a cubrir todo el misterio
que duerme en cada lengua
cenicienta.
Hemos buscado tras las encinas
y bajo los abedules somnolientos,
pero nuestras manos han renunciado
y sólo los labios ansían el
momento copular de los ocasos.
Seguimos húmedos y tibios,
olvidados de los ascensores y de
los pasos a nivel,
de los puentes metálicos
y de las mil estaciones
subterráneas, devoradoras de profetas.
Pero el corazón se incendia
irremediablemente
y ni siquiera bastará la lluvia
que pronto recorrerá nuestros
cuerpos calcinados.
Las cenizas, al fin,
informarán al viento
de nuestra desnudez interminable.
[Víspera
de la ausencia, 1989]
SEDUCCIÓN
Su soplo tenue te hizo abrir las
alas.
Te sentías portador de un
incendio
mientras dabas tu sombra
a un asfalto distinto.
Ningún presagio:
nadie vertía ahora su tristeza en
el vino
y aquella música
balanceaba su promesa de
rebelión. A veces
se escapaba una gota de duda
que se agotaba, dócil, al borde
de tu frente.
Pero abriste la puerta
y fue preciso embriagarse de
nuevo
y seguir persiguiendo las volutas
de humo
que salían, sin prisa, de sus
labios.
[Un cierto sabor ácido para
los días venideros,1987]
EL AMANTE
Abrió la puerta
y un penetrante olor a «chanel»
le recordó que hoy
— una tarde de otoño como otras —
no era jueves,
que no serían suficientes las
flores,
que podría perderse
por su obstinado vicio de
confundir los días
y silenciosamente
volvió a poner su sombra en las
aceras.
[Un cierto sabor ácido para
los días venideros,1987]
Obras: Poesía:
Porque somos de barro,
Santa Cruz de La Palma,
Ed. Taiga, 1977; Objetos, Santa Cruz de La Palma, Ed. Taiga, 1981; Presagio
de sueños en las gargantas de las palomas, Santa Cruz de Tenerife,
CajaCanarias, 1982; Un cierto sabor ácido para los días venideros, Santa
Cruz de Tenerife, Editor D.L. [Añil / Poesía], 1987; Víspera de la ausencia,
Madrid, Ed. Libertarias, 1989; Poemas 1981-1992, Islas Canarias,
Gobierno de Canarias, 1993; Y de pronto, anochece, Santa Cruz de
Tenerife, Ed. La Calle
de la Costa,
1997; Así en la tierra, La
Laguna (Tenerife), Editorial Globo, 1999; Solo el mar,
Santa Cruz de Tenerife, Cabildo Insular de Tenerife-COAC, 2000; Doce lunas
de Eros (2000) [ilustrado por 12 artistas canarios]; Doce lunas de Eros,
Madrid-Santa Cruz de Tenerife, CajaCanarias-Ed. La Palma 2003; Azogue,
Tegueste (Tenerife), Baile del sol, 2005; Para cruzar los puentes,
Madrid, Ediciones KA, 2006; El libro de la duda, Santa Cruz de Tenerife,
Ediciones Idea, 2007; Narrativa: Futuro imperfecto, Ed. La Palma, 1994) [cuentos]; Entre
tejados, Islas Canarias, Septem, 2003, [literatura infantil]; Fompi,
Islas Canarias, Interseven, 2007 [literatura infantil]; Días de abril,
Islas Canarias, Interseven, 2007 [literatura juvenil]; El viento en
contra, Santa Cruz de Tenerife, Ed. Resma, 2002 [novela]. En Antologías:
Los transeúntes de los ecos: Antología de poesía contemporánea en Canarias,
Cuba-Tenerife, 2001; Plenilunio, Tegueste (Tenerife), Baile del Sol,
2003 [antología de poetisas canarias del siglo xx, dirigida por Sabas Martín];
«Antología.
Literatura canaria» [Poesía], Revista La Página, Tenerife, nº
25-26 (1996), pp. 140-277. Biografías y textos críticos:
Juan José Delgado, Sabas Martin, Cecilia Domínguez Luis, Poesiacanaria (1980-2002):
Propuestas criticas, Tegueste (Tenerife), Baile del sol,
2003; Guillermo Perdomo
Hernández (coord.), Dolores Campos Herrero y Cecilia Domínguez Luis, Bartolomé
Caraisco de Figueroa: a Viana, en desagravio, Islas
Canarias, Viceconsejería de Cultura y Deportes, 2007.
Bibliografía:
Rafael
Fernández Hernández, «Cecilia Domínguez y su universo de Objetos»,
en «Borrador», Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife), 27 de
diciembre, 1981; José Hierro «Prólogo», Un cierto sabor ácido para
los días venideros, Santa Cruz de Tenerife, Editor D.L. [Añil / Poesía],
1987; Humberto Hernández Hernández y Benigno León Felipe, "Selección y
estudio" del libro Poemas, de Domínguez Luis, Santa Cruz de Tenerife,
Interseptem Canarias, 2003; Ezequiel Pérez Plasencia, «El poemario erótico de
Cecilia Domínguez Luis», El Día (Santa Cruz de Tenerife), 25 de marzo,
2001; Juan José Delgado, Prólogo a la antología de Cecilia Domínguez
Octubre, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Baile del sol, 2003., pp. 7-32;
Blanca Hernández Quintana, Desde su ventana: Antología de poetas canarias
del siglo XX, Madrid, Ediciones La
Palma, 2004. Entrevistas: Entrevista de J. M.
Castellano a Cecilia Domínguez, 19 de octubre de 2007; Entrevista «Un cierto
sabor ácido», por Maiki Martín Francisco [La Laguna, 4 de abril de 1998], publicada en la revista Mandala,
cuaderno de artes y letras, La
Laguna, nº 2, (mayo de 1998).
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