Las crónicas de la conquista de
Canarias en el siglo XV recogen relatos reales, pero también tienden hacia la
fantasía y han dado lugar a leyendas desmentidas por la ciencia. Por ejemplo,
la teoría de la práctica desaparición de los antiguos pobladores no solo fue
desmontada por Ilse Schwidetzky en sus trabajos sobre la población actual, sino
que las recientes investigaciones sobre el genoma de los habitantes del archipiélago han demostrado una
persistencia más que notable de los descendientes de los antiguos canarios.
El poder de resolución de los métodos antropológicos y matemáticos empleados en la década de 1960 ya permitió establecer diferencias entre los pobladores de Gran Canaria y los de Tenerife. Los resultados sobre las morfologías dentales confirmaron esa hipótesis. Los guanches habitaron en Tenerife y La Gomera. Y aunque esa denominación se ha aplicado de manera popular y simplista a todos los antiguos pobladores de Canarias, hoy día se tiene constancia de que cada isla estuvo habitada por tribus diferentes. Los “majoreros” poblaron Fuerteventura y Lanzarote; los “canarios” vivieron en Gran Canaria, los “bimbaches” en El Hierro y los “auritas” en La Palma. Cada tribu tuvo sus particularidades antropológicas, culturales y lingüísticas, pero con un sustrato común, cuyo origen se sitúa en el mundo bereber del norte de África.
El poder de resolución de los métodos antropológicos y matemáticos empleados en la década de 1960 ya permitió establecer diferencias entre los pobladores de Gran Canaria y los de Tenerife. Los resultados sobre las morfologías dentales confirmaron esa hipótesis. Los guanches habitaron en Tenerife y La Gomera. Y aunque esa denominación se ha aplicado de manera popular y simplista a todos los antiguos pobladores de Canarias, hoy día se tiene constancia de que cada isla estuvo habitada por tribus diferentes. Los “majoreros” poblaron Fuerteventura y Lanzarote; los “canarios” vivieron en Gran Canaria, los “bimbaches” en El Hierro y los “auritas” en La Palma. Cada tribu tuvo sus particularidades antropológicas, culturales y lingüísticas, pero con un sustrato común, cuyo origen se sitúa en el mundo bereber del norte de África.
Las investigaciones arqueológicas nos mostraron hace muchos años el paralelismo entre la cultura de los antiguos canarios y la de ciertos pueblos del norte de África. Las investigaciones sobre el ADN nuclear y mitocondrial han confirmado el origen norteafricano de los primeros pobladores de las Islas Canarias y la diversidad de los antiguos habitantes de casa isla. Sin embargo, el enigma sobre el modo en el que se produjo el poblamiento del archipiélago seguirá planeando sobre las investigaciones de la prehistoria de las Islas Canarias. La arqueología ha constatado la total ausencia de datos que permitan siquiera pensar en sistemas rudimentarios de navegación. Las evidencias se empeñan en demostrar que los antiguos habitantes de Canarias vivieron durante cientos de años de espaldas a un océano que los rodeaba por todas partes.
Maria
Gómez Díaz
Abril
de 2014.
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