Cristian
J. Cruz Febles2
Omaira A. Darias Reyes3
6. CONCLUSIONES
El síndrome del
colonizado es un defecto en la percepción social de las sociedades
colonizadoras, el cual, llega a contagiar y proliferar a la sociedad colonizada mediante diversos sistemas de
colonización social, forjado todo ello por unos intereses y motivaciones
sociales contrarias al buen desarrollo de todo tipo de colectivo. Podemos
observar que las sociedades colonizadoras son aquellas que lideraron las ansias
de grandes imperios y que sentaron las bases del capitalismo, pues hay que
recordar que una de las bases de éste es el colonialismo. Este defecto en la
percepción puede ser en intencionado en algunos casos (como es el de los que
planifican y lideran la colonización) o no intencionado. Este último caso
estaría representado por la población extranjera que se deja liderar por el que
lidera la colonización. Esta población genera un estereotipo que colaboró al
sentimiento de inferioridad y por lo tanto al síndrome del colonizado, el cual
también llega a nuestros días.
Una clase hegemónica
impone en la comunidad agredida sus formas de estructuración y jerarquización
social, los valores, creencias, formas y métodos sociales... Esta imposición es
muy radical, agresiva, discriminatoria, y su carácter unilateral genera un
mayor nivel de conflictividad en las sociedades asimiladas que en las propios grupos de donde surgen esto factores, siendo así
la competitividad interna, agresividad, conflictividad, etc. mucho mayor en los
grupos o sociedades subordinados, discriminados, agredidos o infravalorizados.
Además para llegar a
este sistema se realiza el uso de métodos como la aculturación, el desarraigo y
la opresión-represión, entre muchos otros. Haciéndose a su vez uso de elementos
ambientales y de interacción, control, manipulación así como de agresión social
y económica, y por lo tanto de discriminación cultural. Se limitan las
fronteras de lo humano, pueblo, y se elige a quién y cómo colocarlo. Las
consecuencias se resumen en una discriminación de la sociedad colonizada a sí
misma en sentido histórico, económico, social y cultural. Esto establece
problemas en la “consciencia colectiva” de la sociedad colonizada así como
sesgos en la autopercepción, los estereotipos, gran cantidad de pérdidas
culturales, pésima autovaloración, etc. De esta forma nace la endofobia que es la negación e incluso repudio a todo lo
relacionado con la sociedad nativa de tu lugar de procedencia. Incluyendo un
apartado de aceptación y simpatía subordinante hacia los elementos de la
sociedad colonizadora. De la combinación de la endofobia
y la represión, adaptación psicológica, psicología interactiva, persecución y
humillación que padece la sociedad colonizada nace el llamado síndrome del
colonizado.
El SDC cognitivo es un
formato de pensamiento socialmente automatizado que genera un patrón complejo
de actitudes y conductas.
Si, en el fenómeno de la
opresión se observa la idea de sociedad que se ofrece, a veces contraria a su
cultura, se empieza a olvidar y rechaza su propio origen cultural para soñar
con acercarse a lo que se le ofrece como sociedad ideal. Viéndose y
experimentado como el novedoso, con el derecho a serlo, pero pensando que
tendría que estar alineado desde sus principios, desde sus orígenes.
La sociedad Canaria,
siempre duda de su funcionalidad, autonomía, y de su capacidad de desarrollo.
Cuando aparece algún claro ejemplo que contradice esa forma de pensar, se tilda
como de extraordinario, y según su casualidad, se justifica por factores
externos a la sociedad, se interpreta como irrepetible y, sobre todo, se tiende
a enjuiciar e hiper-criticar como si ésta actitud
fuera la consecuencia natural del hecho “extraordinario”, como si la sociedad
tuviera un rígido camino, donde estos actos, en caso de ser positivos serían
tomados automáticamente como casi imposibles, o tendrían alguna causa más compleja
y menos legítima. De ahí podría cobrar parcialmente el “autoestereotipo”
que se aplicó esta sociedad en referencia a elementos como: envidia, exceso de
crítica, crítica y agresividad gratuita.
Adentrándonos en la
violencia “generalizada” en los grupos discriminados, principalmente
poblaciones oprimidas en el sentido cultural o económico, es mayor cuando se
trata de violencia dentro de los grupos. La competitividad intragrupo
es la mayor en los grupos discriminados. Así se generan los tópicos de altos
niveles de agresividad y violencia dentro de estos grupos. Tópicos como estos
hacen referencia a la venganza, envidia, rencor; así encontramos ejemplos
generalizados como las “peleas” entre barrios, familias, en este tipo de
sociedades, así como refranes del tipo “el peor enemigo de un canario es un
canario”. Esta violencia objetivamente y estadísticamente demostrada se
fundaría en un hecho psicológico del tipo espejo. Ya que ésta, se basa en que
quienes producen violencia para su propio grupo, es porque ven en su contrario
a su misma representación en el grupo. De esta forma, cuando un canario busca
actitudes violentas con otro canario, es porque ven en los miembros de su misma
población a los canarios que no quieren ser. Lo mismo lo observamos con los enfrentamientos
entre bandas o peleas callejeras, con todo tipo de poblaciones subyugadas.
La violencia de más que
demuestra una persona de Canarias hacia su igual en comparación a la que
muestra hacia el extranjero, es el producto del odio hacia su propia identidad,
llegando a verse polos inversos cuando comparamos el trato hacia un igual, por
ejemplo de isla de residencia diferente, como lo es hacia el foráneo, diversos
autores, junto a al marketing turístico del Capital residente en las islas,
destacan la hospitalidad del individuo de Canarias hacia el extranjero o
foráneo, por ejemplo. Y como producto, encontramos el otro polo, el insularismo.
El odio de un individuo
socializado en Canarias hacia quienes preconcibe como inferiores,
principalmente habitantes de otras islas, no es más que el odio y repugnancia
que considera en su común, hacia sí mismo y el otro por ser un individuo
socializado en las características y condiciones de la sociedad Canaria, hacia
su identificación, de esta forma la aceptación de los postulados de la sociedad
superiorizada conlleva el prejuicio y discriminación
hacia los iguales inferiorizados. Este prejuicio se
adquiere con la aceptación y/o incorporación de los postulados.
Se crea un desecho de
conocimiento generacional, de contenido cultural. Entre los múltiples ejemplos,
podemos mostrar algunos de clara vinculación orientativa; la lengua, la
medicina popular, y la herencia
artística.
El trato con a la
persona inmigrante en Canarias (como seguramente en las mismas zonas que han
sido colonizadas, aunque Canarias es un caso excepcional, ya que es una
colonia, emigrante, que además, recibe mucha inmigración) se simboliza en el
denominado “síndrome del militar” por el cuál un individuo no acepta que el que
le sigue (el militar de rango inferior en el caso) tengas las mismas o más posibilidades y
facilidades que el mismo, así se intenta endurecer, entorpecer, hacer sufrir y
entorpecer y hacer más difícil el camino de quien recorre de tras de él, camino
ya recorrido por éste. Así, la persona Canaria, o colonizada, va a tratar al
inmigrante con el mismo trato discriminatorio-agresivo que ha recibido éste,
reproduciendo así el entramado de agresividad social, estereotipos, que ha
padecido, eso sí siempre y cuando el inmigrante no pertenezca a una casta
superior a la de la persona Canaria, estatus percibido para los grupos de
adinerados, inversores y trabajadores provenientes de la sociedad “superiorizada”
Hay un condicionamiento
social, cuyo juego de refuerzos, automatizó la actuación del conglomerado de
respuestas psicológicas internas, y del ámbito social, que conforman el SDC.
Este reforzamiento se ve modulado por el efecto sociológico de la
estratificación social, su posterior interpretación, ya individualizada, y la
misma interacción de la subordinación y tolerancia generada por el estatus de
la sociedad oprimida.
Los esquemas cognitivos
y de conocimiento, a través del lóbulo frontal, mantienen el papel de
conductores, orientadores y moduladores del razonamiento inductivo. Si tenemos
en cuenta todo el contenido que surge del proceso de interacción colonial, como
producto, mantiene su validez en base al contrato social desarrollado por la
relación de opresión. Y este contenido, se basa en su selección según el interés de la sociedad dominadora,
apoyándose en su carga de prejuicios etc. sin ser probada en base al
razonamiento deductivo, generan unos contenidos desviados en los esquemas de
conocimiento que van a ser moduladores importantes, e incluso protagonistas en
la guía del aprendizaje inductivo, y su razonamiento, para los individuos de la
sociedad acomplejada. Por, ello, según la cantidad de modulación, efecto y
relación de estos esquemas con la clase de razonamiento inductivo que emplean y
desarrollan, van a arrastrar esta carga de prejuicios, contenidos sobreimpuestos, y por supuesto, y limitaciones conceptuales
heteo impuestas, y autoaceptadas, que derivarían en
el segundo proceso de autoimposición.
El proceso para conocer la diferencia que
“alimenta” o da vida a la culturalidad, a la
multiculturalidad, a la emancipación anti-hegemónica,
o para que sea reconocida desde el grupo, no se ha de basar en pruebas
similares que muestren en su comparación entre grupos demuestre diferencias
significativas entre los mismos. El juego de ella percepción va mucho más allá,
las mismas similitudes, diferencias, mantienen una raíz unificadora de grupo, y
es la comunalidad de la percepción. Es el punto a
donde es más difícil que lleguen las pruebas, la misma percepción generar diferencias
en donde aparentemente no parece que hayan etc. La percepción misma es una
diferencia significativa que identifica a los grupos de forma univivencial.
Cualquier Reflejo rolístico o pseudoidentitario, ya
sea incompatible o no, siempre va a dirigir en el SDC un movimiento tendiente
al traslado identitario. Si estos reflejos, modas etc. al generar parámetros de
identidad en individuos dentro de la sociedad con un predominio del SDC, se
asimilarán y aculturizarán con fuerza, aunque no de
forma consistente ni estable, no modifican el conocimiento que ya hay, ya que
el SDC mantiene su consistencia cultural, y, siendo ya un propio agresor autocultural, ofrece el vacío para las pseudoidentidades,
pero no una modificación de lo ya existente, ya que difícilmente modificará ya
la identificación afectada por la rigidez del SDC. Por ello, las pseudoidentidades, en la sociedad colonizada, son tan
pasajeras, inestables, líquidas, sustitutorias, y
dicotómicas. Estamos recordando con ello, que este patrón es una tendencia que
se mueve en un continuo, según la cercanía al SDC que destaca cada individuo.
Partiendo de los
procesos más básicos del ser humano, en lo básico en el sentido de la palabra,
encontramos al mero individuo, individualismo, lo más naturalizado y menos
cultural, lo egoísta no sólo material, sino emocional. El segundo paso
encuentra su punto en la consciencia de sea primero pueblo, sociedad, para
después ser individuo, la adquisición de consciencia socializados, es donde se
adquiere la empatía, no sólo emocional, sino la empatía de los recursos, la
consciencia del valor de la efectividad y empatía en lo comunitario, aquí llega
e sentido de existencia, la existencia social. Este paso encuentra su
protección en la cultura, y a parte de su desarrollado en la sociedad. Aquí, la
persona, reconociéndose como pueblo, pasa a ser una super-persona,
anti-homeostática para el sentido humanista. En este
paso del materialismo se pasa a la consciencia material. Cuando la persona
llega a este segundo nivel, tiene una predisposición para desarrollar su
bienestar en el sentido de la espiritualidad, como tercer nivel, apuntalado
tras la fortaleza comunitara. El paso de un nivel a
otro sin tener en cuenta el trazo, puede ser un auténtico caos para lo
individual o para lo comunitario.
El tercer nivel alcanza
el aprovechamiento del Bis y del Bisuco. Es la
posibilidad del desarrollo existencial, de sabiduría, altruista, emancipador, autorrealizativo e incluso de pertenencia histórica.
El paso al segundo nivel, esta mediado por el
factor grupo, pero este desarrollo de consciencia se ve desarrollado por el
conocimiento del grupo, el cuál va desde grupos muy reducidos, a grandes, la
condición es que sea en “referencia” a un grupo de pertenencia, y no de
posesión. Tras ello, se alcanzaría a la persona a un nivel supra-humano.
Aunque parte del SDC es
la despreocupación y deformación del valor de la cultura, todos los estímulos
que recibe la persona con respecto a ésta, (noticias, eventos, información,
actividad etc...) se encuentran sobre-deformados,
descolocan a la persona, hasta el punto de situarse en una situación peor a la
del síndrome de colonizado y se pasa de descatalogar
todo valor para la cultura, hasta llegar a un valor negativo, donde la cultura
tiene que ser por norma social infravalorada, desestructurada, agredida y por
supuesto exteriorizada. La mayoría de los individuos de la sociedad Canaria
(salvo los influidos por valores anti-opresores)
siempre van a negar todo tipo de discriminación que haya recibido la sociedad
en Canaria por mostrarse como tal, de forma automática y sistemática, se niega
éste hecho, se enjuicia como teorías
alocadamente irracionales, y se mantiene una postura ultra-rígida aunque la
persona acepte no tener argumentos para defenderla.
Cuando llevas toda una vida con un problema,
te es imposible imaginarte tu vida, sin ese problema, a la sociedad canaria le
es imposible imaginarse la vida sin la colonización, por ello, no conoce ese
fin, esa mejora, no lucha por él, porque no es capaz de imaginar su vida sin
ese problema, por ello, acomodada al problema, no trabaja para quitárselo,
porque el problema no le deja ver una vida sin el mismo problema.
Si el rechazo de lo
propio, la endofobia, se llega a convertir en un
valor, una creencia arraigada y característica en la sociedad colonizada,
posteriormente va a llegar a formar parte de la cultura del propio rechazo
irreflexivo, por lo que se puede generar una disonancia cognitiva en el
rechazar lo propio cuando el rechazo se convierte YA en lo propio mismo, y la
salida a esta disonancia cognitiva puede llegar a ser un paso más que conlleve
el posterior rechazo de la endofobia. Ésta disonancia
cognitiva tiene sus expresiones temporales, pero de momento no llega a
estabilizarse en la raigambre social. Tras éste paso, el rechazar el propio
rechazo, va a provenir de la misma automaticidad de la mentalidad colonial,
pudiendo romper con todos los esquemas de la autolimitación y generar un descasillamiento que objetivase la anormalidad normal, e
incluso, la imposición irreflexiva, generando una fluidez interna de liberación
cultural, que, no mantiene las limitaciones interiores, sino vuelve a generar
desde la interacción con el entorno. De esta forma cuando la endofobia alcance su máximo punto, y llegue al rechazo de
si mismo de la misma forma que es el propio rechazo de sí mismo, la endofobia se convierte en el mismo mecanismo de su rechazo,
de destrucción de la endofobia, del despertar de la
fobia a los mecanismos de la endofobia. Con ello, la endofobia pasaría a una desintegración de formatos y
patrones así como re-conducimiento de la evaluación
cultural que motivaría tanto la misma como la limpieza de lo colonial en la
mentalidad, de, para y liberada.
Los tres pasos de la endofobia serían; la llegada y recepción, engendración y
contradicción, desatomización o endodestrucción.
La salida para el SDC va a ser la endofobia misma. Con el mismo proceso que mantuvo la
existencia del sombrero “cachorro” Canario, que entró como referencia a las
burguesías europeas, se arraigó, y formó parte como elemento característico y
representativo de la identidad etnográfica de la sociedad Canaria, llegó a
formar aprte de esos elementos propios a rechazar de
manera identitaria, como elementos externo de expresión o simbología referente
a la cultura. Por ello, llega la decadencia del uso de tal símbolo en Canarias.
El objetivo de este
trabajo no es imponer y marcar la serie de aspectos negativos propios de las consecuencias
de las colonizaciones en las sociedades colonizadas, sino dar a conocer un
problema social para que, una vez asumido y aceptado, se pueda buscar una
solución para alcanzar un cambio social beneficioso.
Bibliografía,
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1 Trabajo enviado el 03/03/2011 y
aceptado el 14/06/2011
2 Diplomado en Ciencias Empresariales.
Estudiante avanzado de la licenciatura de Psicología. Miembro del Claustro.
Vocal del aula de cultura Amazigh de la ULL. Miembro
del Consejo de Gobierno. Universidad de La Laguna. Tenerife, Islas Canarias.
Correo electrónico: cristian.cruz.febles@gmail.com
3 Licenciada en Psicología. Miembro del
Claustro. Miembro del Consejo de Gobierno. Directora del aula de cultura Amazigh. Miembro de la Comisión Delegada del Vicerrectorado
de Ordenación Académica. Universidad de La Laguna. Tenerife, Islas Canarias.
Correo electrónico: omaira.adr@gmail.com
Contacto: estudioendofobiacanarias@gmail.com
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