sábado, 22 de febrero de 2014

CAPÍTULO XLVII-IV



EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1861-1870

CAPÍTULO XLVII-IV



Viene de la entrga anterior.
Eduardo Pedro García Rodríguez

El político republicano sin suerte

Desde muy temprano, La Palma vislumbrará en Pérez Díaz un potencial prócer que debía representarla en las más altas instituciones del Estado. Así, en Boletín Diario de Avisos, de 27 de julio de 1891, leemos refiriéndose a él: “(…) La ilustración, la inteligencia, la actividad, la constancia que concurren en nuestro buen amigo, y su acendrado amor a los intereses generales de esta isla, le abonan para que fijemos en él nuestras miradas, con el fin de ver si alcanzamos que llegue un día venturoso en que este Distrito sea dignamente representado en Cortes, por quién sepa atender a las imperiosas exigencias del mismo”.

Poco después de su ingreso en el Consejo de Estado, Pérez Díaz ya “flirteaba” con grupos republicanos[93], en el entorno partidario que representaba Nicolás Salmerón, esto es, el Partido Republicano Centralista, Unión Republicana (1893) y Fusión Republicana[94]. Parece obvio que en la ideología de Pérez Díaz debe influir decididamente su suegro y los círculos que frecuenta en Madrid, dado que su propio padre, que fuera alcalde de su pueblo, militaba en el Partido Conservador y, por tanto, distaba mucho de blandir la bandera del republicanismo [95]
.
En 1903 se incorporará a Unión Republicana, fuerza política que nacía de la fusión de todas las facciones del republicanismo [96] y que presidiría Salmerón (y de la que también participan Azcárate y Costa), tras la asamblea celebrada en el Teatro Lírico de Madrid el 25 de marzo de 1903. En dicha Asamblea, Pérez Díaz representará, junto a Manuel Pérez Cabrera, a sus correligionarios de La Palma.

No obstante, su prestigio profesional y humano no le acompañaría en su periplo en la política local, como candidato casi permanente de los republicanos palmeros a Cortes entre 1903 y 1923. El caciquismo, un partido aún poco implantado en zonas rurales, el control fraudulento de las convocatorias electorales y el pacto liberal-conservador en la persona de Pedro Poggio y Álvarez, le dio siempre poco chance para la victoria. Lo mismo ocurriría, empero, en otros distritos de las islas, adviértase que, entre 1899 y 1923, sólo habría tres diputados estrictamente republicanos [97]
.
Su primera incursión electoral se produce involuntariamente en 1901, en la que compiten Pedro Poggio y Álvarez, conservador, y Aureliano de Beruete y Moret, liberal y cunero. Por abrumadora mayoría (las elecciones se celebran el 19 de mayo), el ganador sería Poggio, pero inesperadamente aparecen 7 votos para Pérez Díaz [98].
Pedro Pérez se presentará realmente como candidato a diputado en 1903[99], enfrentándose al sempiterno candidato conservador Pedro Poggio en las elecciones que se celebrarían el 26 de abril. Pese a la irrupción de Unión Republicana y el apoyo del incipiente obrerismo [100], el resultado no pudo ser más frustrante: 5.309 votos para Poggio y apenas 85 para Pérez Díaz [101].

No reincidiría Pedro Pérez Díaz en 1905, pese a que volverá a nominarlo la junta municipal de Unión Republicana, porque renunciará [102]. En las elecciones celebradas el 10 de septiembre, triunfaría el liberal Beruete [103], por delante de Poggio, porque “tocaba”. A Nicolás Salmerón se le votaría en última instancia ante la renuncia de su yerno, obteniendo apenas 31 votos. Este, no obstante, recibió 3. Téngase en cuenta que, también, éstas fueron unas elecciones que supusieron un importante avance para Unión Republicana [104].

En 1907, quizás aún desmotivado por aquella decepción o por encontrarse un tanto confuso ante el pacto al que había llegado Salmerón con Solidaritat Catalana (1906)[105], movimiento de opinión y coalición electoral, que aglutinaría a nacionalistas, republicanos y hasta carlistas y que pasaría a presidir[106], tampoco se presentará a las elecciones. En este caso, volvería a ser elegido diputado Poggio y Álvarez, en unos comicios con buenos resultados generales para los republicanos, tras el pacto con los regionalistas catalanes. Hecho, no obstante, que contribuirá a provocar pronto una grave escisión.

El 20 de septiembre de 1908 fallecerá su suegro en Pau (Francia), sin embargo Pérez Díaz se mantiene leal al partido que ahora lidera Rosendo Castells [107]. Mientras, en La Palma los partidos prosistema, el conservador y el liberal dinástico, en su mayor parte, llegarían a un “Pacto”, que debilitaría aún más las débiles fuerzas de los republicanos [108]. En 1910 volvería a ser elegido diputado Pedro Poggio, comicios en los que los republicanos apoyarían al liberal “sevillano” Julián Van Baumberghen. En octubre de ese año, los periódicos El Radical de Tenerife y El Pueblo de La Palma proponen a Pérez Díaz para proveer la vacante como diputado por Tenerife de Sol y Ortega [109], lo que no prosperaría.

En 1911 volverá a participar en la Asamblea de Unión Republicana, celebrada el 11 de febrero en Madrid[110], que no impide la definitiva escisión del republicanismo, que se manifiesta finalmente con dos facciones: una más moderada y otra más exaltada. En 1912, Pérez Díaz pasaría a formar parte del Partido Reformista, la tendencia evolucionista moderada auspiciada por sus amigos Melquíades Álvarez y Azcárate. La facción reformista, al contrario que la revolucionaria de Lerroux, admitía la posibilidad de una democratización de la Monarquía desde dentro, apostaba por la reforma constitucional, defendía la soberanía nacional efectiva y reservaba a la Corona un papel moderador de la vida política.

Pérez Díaz nunca se presentaría como candidato en las elecciones locales. El candidato homónimo que resultará elegido miembro del primer Cabildo de La Palma, por virtud de las elecciones verificadas el 12 de enero de 1913, como el segundo con mayor apoyo popular, se tratará realmente de un caciquillo de Fuencaliente. La verdad es que tal atribución resultaba sospechosa, ya que extrañamente formaba parte de la candidatura “pactista”, mientras que sus amigos y correligionarios, como Rodríguez Méndez o Gómez Wangüemert, integraban la republicana-liberal “sevillana ”[111].
Volverá nuestro personaje al ruedo en 1914, ahora con mayores apoyos, ya que tendría también los de los liberales de Van Baumberghen en justa reciprocidad [112]. Pero, como leemos en Diario de La Palma, el 7 de marzo: “No cuenta [Pérez Díaz] con otros recursos que los del aura popular, poco eficaces en materia de elecciones, y con el afecto que por él sienten personas cultas que reconocen sus talentos, y con la ayuda que puedan prestarle los organismos políticos de oposición agotados por un largo ostracismo y víctimas de insensatas persecuciones. Descontado está, pues, que vencerá el señor Poggio [...]”. Las elecciones se celebrarían el 8 de marzo de 1914, y Pérez Díaz obtiene 1.281 votos, por 4.197 de Poggio [113].

Tampoco obtendrá acta de diputado en 1916 por el distrito Los Llanos, que le debía su creación, como también erróneamente se creía hasta hace poco [114]. En las elecciones celebradas el 9 de abril, Pérez Díaz habría obtenido 589 votos, por 2.170 de Poggio en el distrito de la capital, mientras que por el nuevo distrito era elegido el cunero Luis Maraver y Serrano, con 2.136 votos. Sin embargo, sus correligionarios se mostraban satisfechos porque por primera vez los republicanos tenían tantos votos como los dos partidos dinásticos por separado [115]. Volverá a insistir Pérez Díaz en las elecciones celebradas el 19 de diciembre de 1920[116], en la que obtiene 1.281 votos, ante los 1.594 de su antiguo socio, Julián Van-Baumberghen, en el distrito de Santa Cruz de La Palma, venciendo por primera vez en la capital. Los Llanos elegiría nuevamente a Poggio.

En 1923, y por última vez, repite Pérez Díaz como candidato por el distrito de Santa Cruz de La Palma, ahora por el Partido Liberal Dinástico [117] (que incluía elementos republicanos)[118], en las elecciones que se efectuaron el 29 de abril. En esta tesitura, se habían redoblado las ilusiones y reinaba un gran entusiasmo [119]. Pero tampoco tendría suerte nuestro personaje y, por menos de trescientos votos (un triunfo moral –dirían-), sería derrotado otra vez por Julián Van-Baumberghen, que obtiene 1.745 votos por los 1.472 de Pérez Díaz [120]. Finalmente, en 1926, acabaría ingresando en Alianza Republicana [121], el enésimo intento de unificación republicana.

Ahora bien, que no fuera diputado, “no fue obstáculo para que asumiera la representación indirecta de muchos de los suyos en la capital del Estado” ni que pudiera considerarse como un “activo representante extraparlamentario”[122]. Innumerables sueltos que extraemos de la prensa de la época, dan cuenta de sus gestiones y de su preocupación constante por los asuntos de la isla y de Canarias [123].


La hora final: el singular personaje no reconocido en su paísEn

Pedro Pérez Díaz, como señalaba Andrés de las Casas, “se aunaban cualidades excelsas, que hacían de él, el tipo perfecto de caballero íntegro y pensador honrado y consecuente”[124]. Royo Villanova lo definiría como “un hombre de verdadero mérito, modesto, culto, serio, de gran entendimiento y de alta alcurnia moral”[125]. Pero a Pérez Díaz nunca lo valoraron suficientemente en su isla. En la hora de su muerte, su buen amigo Luís F. Gómez Wangüemert, escribía: “La Patria, la llamada Patria chica, no supo comprenderlo ni sentirlo. Pedro Pérez se halló siempre con la oposición odiosa del grupo mangoneador, en pugna con sus aspiraciones nobilísimas; y la ingratitud, fiera inmunda, mordió en su corazón, dejándole señales que seguramente intervinieron en su fin”[126].

Fallecería Pedro Pérez Díaz en Madrid el 26 de marzo de 1930, por un ataque de uremia complicado por su avanzada arteriosclerosis [127]. Lo enterrarán ese mismo día por la tarde en el panteón de la familia Salmerón en el cementerio civil de Madrid. Paradójicamente Pérez Díaz iba a morir un año antes de que se proclamara su anhelada II República, en la que probablemente hubiera tenido como político una mayor significación. También de forma paradójica, nuestro personaje evitaría observar como la República menospreciaría a su querida institución. A los repúblicos el Consejo de Estado les suscitaba muchas reservas, por considerarlo con cierto fuste aristocrático [128], y a punto estuvo de desaparecer en 1931, aunque finalmente sólo se suprimió el Pleno [129].

Con la instauración de la II República, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, a instancia del concejal Martín Pérez, en sesión plenaria de 24 de abril de 1931, acordará dar su nombre a la entonces calle de San Sebastián [130]. Un año más tarde, el 3 de abril de 1932, el Ayuntamiento de Villa de Mazo haría lo propio con su plaza principal. La Dictadura franquista revocaría ambos acuerdos: el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, en sesión celebrada el 30 de septiembre de 1936[131], el de Villa de Mazo el 10 de octubre del mismo año [132]. Por acuerdo plenario de 27 de junio de 1989 se recuperaría su memoria en su municipio natal, Santa Cruz de La Palma continúa sin restituir tamaña injusticia. Mientras Santa Cruz de Tenerife también ha dado su nombre a una de sus calles, una pequeña vía que comunica la de Alejandro Cioranescu con la Rambla General Franco. Es más, en 1912, por acuerdo unánime de los principales Ayuntamientos de la Isla, fue al diputado Pedro Poggio (al que ya le habían dedicado una calle), al que estos distinguirían con el nombramiento de Hijo Predilecto de La Palma, obviando la labor de Pérez Díaz.

Su mujer moriría el 25 de julio de 1943. Tras la muerte de su marido, Catalina Salmerón mantendría su compromiso político en movimientos antifascistas. En 1933, aparece como presidenta honorífica, junto a Dolores Ibarruri, de la recién fundada Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA), asociación auspiciada por el Partido Comunista y el Comité Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. Una organización unitaria, con el tiempo la más importante (1936-38), que incluía a mujeres de múltiples ideologías (republicanas, socialistas, católicas, libertarias, comunistas…) y que va a desarrollar durante la II República una notable labor en el proceso de concienciación política y social de la mujer española [133]. Su hija María Luisa, aún fallecería antes, apenas finalizada la contienda civil, el 18 de noviembre de 1939[134].

[1] Certificación de la partida de bautismo. Libro de Bautismos de la Parroquia de San Blas de la Villa de Mazo, folio 368, expedida por su Cura Párroco don José Rodríguez Pérez el 14 de marzo de 1888. El año de su nacimiento se venía recogiendo erróneamente en 1867. Cfr. Millares Cantero, A. “Estudio preliminar, notas y apéndices”, en Pérez Díaz, P. El Problema Canario, Centro de Investigación Económica y Social de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria (C.I.E.S.): Las Palmas de Gran Canaria, 1977, p. 7; Pérez García, J. Fastos biográficos de La Palma, Servicio de Publicaciones de la Caja General de Ahorros de Canarias: La Laguna, 1985, p. 132; Velázquez Ramos, C. Alonso Pérez Díaz: un liberal para la segunda república, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de Mazo: [s.l.i.], 1993, p. 37; Díaz Lorenzo, J.C. “La senda de los hermanos Pérez Díaz”, en Diario de Avisos, nº 41.011, 2 de marzo de 2008; Arencibia de Torres, J. 500 personajes de Canarias, Casinos de Tenerife: Santa Cruz de Tenerife, 2008, p. 168. Hoy, este dato ya lo encontramos corregido en Velázquez Ramos, C. Pedro Pérez Díaz, Parlamento de Canarias y Fundación V.Z.S: Santa Cruz de Tenerife, 2006, p. 11 y en Millares Cantero, A. “Estudio preliminar, notas y apéndices”, en Pérez Díaz, P. El problema canario, Parlamento de Canarias y Colecciones Idea: [s.l.i.], 2006, pp. 12 y 17.[2] Los hermanos Alonso, Blas y José Antonio Pérez Sánchez llegaron a ser de los más ricos propietarios del municipio de Mazo, además de alcaldes; los dos primeros, ítem más, se casarían con sendas hermanas: Luisa y Catalina Díaz Guerra. Una fortuna que tuvo su origen en dos importantes herencias recibidas de sus tíos Alonso y Pedro Sánchez Cordovez, ejemplos de indianos que hicieron fortuna en la isla de Cuba. Su padre ejercería de cacique en su pueblo de nacimiento, patología que cimentó el sistema de la Restauración, adscrita normalmente al Partido Conservador y que Pedro Pérez Díaz se ocupó de combatir durante casi toda su vida. Es más, con el tiempo su padre se habría de convertir en fiel seguidor del diputado Pedro Poggio, principal adversario político de su hijo, tras su muerte. Vid. Velázquez Ramos, C. Historia general de Villa de Mazo, Arafo (Tenerife): Ayuntamiento de Villa de Mazo-Centro de la Cultura Popular Canaria, 1999, pp. 64-72, 240, 264, 383 y 474-476. Citado también por Pérez Hernández, J.E. Las personas de valer. El mundo de la burguesía en La Palma en el siglo XIX, Cabildo Insular de La Palma, [s.l.i.], 2007, pp. 68, 71-72; González Vázquez, S., “Caciquismo, emigración y cambio en La Palma entre 1895 y 1936”, en Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, nº 1, 2005. pp. 221-238. Cfr. “Comunicado” de Blas Pérez Sánchez, en El Noticiero, núm. 67, 17 de agosto de 1873.[3] Velázquez Ramos, C. Alonso Pérez Díaz: un liberal para la segunda república (1876-1941), cit., pp. 27-28.[4] Blas Pérez González, ministro de Gobernación entre 1942 y 1957, y su hermano Esteban, subsecretario del Ministerio de Trabajo, fueron sobrinos-primos suyos, nietos de Blas Pérez Sánchez. Ambas familias habitaban las dos casas más representativas e ilustres de Villa de Mazo: la Roja y la Verde. Vid. Hernández [de Lorenzo Muñoz], M. “La Casa Roja y la Casa Verde”, en El Día, 8 de agosto de 2001, p. 31.[5] Velázquez Ramos, C. Pedro Pérez Díaz, cit., p. 13.[6] Este dato solía generalizarse, señalando que había estudiado en el Instituto Provincial de La Laguna, sin esta precisión. Cfr. Millares Cantero, A. “Estudio preliminar...”, en op. cit., p. 7.[7] Expediente de estudio de D. Pedro Pérez Díaz. Archivo del Instituto de Canarias A. Cabrera Pinto.[8] El Título se expide por el rector de la Universidad de Sevilla el 14 de febrero de 1883. Expediente académico. Universidad Central. Facultad de Derecho. Archivo Histórico Nacional (AHN), Sección Universidades, Legajo 4578, Expediente 13.[9] El joven Pérez Díaz se matricula primeramente en las Facultades de Medicina y Ciencias, que pronto permuta por el mismo número de asignaturas de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras. Expediente Académico (EA), AHN. Sección Universidades. Expediente 4, Legajo 6005.[10] Del grado de Licenciado se examina el 21 de enero de 1888 y obtiene la calificación de aprobado. Le tocaría en suerte el tema 9 relativo al “Párrafo inicial, artículo 12, libro 2º de las Instituciones de Justiniano”. Curiosamente era su segundo intento, el primero fue el 22 de octubre de 1887, cuando la mala suerte le brindó el tema 52 “De la donación”, que no superaría. Ídem.[11] Según el plan de estudios de la época (Real Decreto de 15 de agosto de 1880 y el anterior), la Facultad de Derecho ofrecía dos Licenciaturas: en Derecho Civil y Canónico y en Derecho Administrativo. Un nuevo plan entraría en vigor por Real Decreto de 14 de agosto de 1884. Pedro Pérez Díaz cursaría las asignaturas siguientes: curso 1882-83: Literatura general, Historia Universal 1º Curso, Derecho Romano 1º Curso; curso 1883-84: Literatura griega y latina, Historia Universal 2º Curso, Derecho Romano 2º Curso; curso 1884-85: Derecho Civil español 1º Curso, Derecho Político y Administrativo, Derecho Canónico y Derecho Penal; curso 1885-86: Derecho Mercantil, Derecho Civil español 2º Curso, Derecho Procesal 1º Curso; y 1886-87: Economía Política y Estadística y Derecho Procesal 2º Curso. Ídem.[12] No en 1899. Cfr. Pérez García, S. Fastos biográficos…, cit., p.132.[13] El Doctorado incluía las siguientes asignaturas: Filosofía del Derecho, Derecho internacional público, Historia general del Derecho e Historia eclesiástica, Concilios y Colecciones canónica. EA-AHN. Sección Universidades, cit.[14] En suerte le toca el tema 86: Pirro. Su carácter y sus empresas militares. Pirro fue rey de Epiro, y uno de los militares más conocidos del siglo III a. C. Expediente académico, AHN, Sección Universidades, Legajo 6744, Expediente 3 y 4.[15] En Filosofía y Letras cursaría las asignaturas siguientes: Literatura general e Historia Universal, primer curso (1882-83); Lengua griega, primer curso, Metafísica, primer curso, Historia Universal, segundo curso y Literatura griega y latina (1883-84, aunque Metafísica, primer curso, la aprobaría en el curso 1885-86); Ninguna en el curso 1885-86; Lengua griega, segundo curso, Metafísica, segundo curso (1886-87, aunque Lengua griega, segundo curso, la aprobaría en el curso 1887-88); Literatura española, Historia crítica de España y Lengua árabe (1887-1888, aunque Lengua Árabe, la aprobaría finalmente en el curso 1888-89). Los estudios los completa, para dar validez académica a los estudios hechos libremente, en 1888-89 con Historia de la Filosofía y Estética. Ídem.[16] Registro Civil de Madrid. Sección 2ª, Libro 21-5, p. 189. El error consolidado hasta ahora en este dato (febrero de 1895), probablemente venía provocado por la fecha de cuando dicho acontecimiento fue recogido en la prensa insular. Cfr., El Noticiero, nº 66, de 21 de febrero de 1895, se hacia eco de tal evento en los siguientes términos: “Los numerosos amigos que cuenta en esta población nuestro ilustrado paisano el Dr. D. Pedro Pérez Díaz, han recibido últimamente tarjetas participándoles haber contraído matrimonio en Madrid, con una hija del ilustre repúblico D. Nicolás Salmerón y Alonso”. La denuncia hecha por Pedro Pérez Díaz ante el Juzgado Militar, con fecha 7 de septiembre de 1901, en la que indirectamente señala que el 24 de diciembre de 1894 su familia había recibido un telegrama suyo en el que le daba cuenta de la celebración de su matrimonio (recogida en Velázquez Ramos, C. Pedro Pérez Díaz, cit., p. 15), ya nos ponía sobre aviso. Cfr. Millares Cantero, A. “Estudio preliminar...”, en op. cit., 2006, p. 7 y 32; Velázquez Ramos, C. Alonso Pérez Díaz…, cit., p. 38; Díaz Lorenzo, J.C. “La senda de los hermanos Pérez Díaz”, cit.; Barrios Curbelo, M.B., op. cit. ut infra, p. 944.[17] Actuaron y firmaron como testigos Gumersindo de Azcárate Menéndez y Francisco Giner de los Ríos.[18] María Luis Pérez Salmerón fallece el 18 de noviembre de 1939 como consecuencia de una bronconeumonía. Acta de defunción nº 1475, Sección 3ª, Tomo 63-24, folio 185, del Registro Civil de Chamartín de la Rosa. El matrimonio viviría en el número 16 de la calle de Juan de Mena, a la que se traslada Pérez Díaz desde la calle Lealtad, número 13. Domicilio que compartió con su hermano Alonso cuando este último estudiaba también en Madrid. De estudiante residiría también en la calle Fuencarral 19 y 21. EA-AHN. Sección Universidades, cit.[19] Apenas tiene que ver el actual y el decimonónico Consejo de Estado con el que existió con ese nombre en el Antiguo Régimen. Aquél era un cuerpo político que entendía de los asuntos capitales de todos los Estados que integraban el Imperio, y que presidía el propio monarca. A partir de 1845 el Consejo de Estado, que se crea con el nombre de Consejo Real al amparo de la Ley de 1 de enero de 1845 –pasa a denominarse Consejo de Estado en 1858–, es un órgano administrativo, esencialmente jurídico y que interviene en procedimientos administrativos ordinarios. Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L. La Presidencia del Consejo de Estado, Gráficas Juma, Madrid, 2002, pp. 17-44.[20] El estatuto de los funcionarios había sido regulado por el Real Decreto de 18 de julio de 1852, que suscribe Bravo Murillo. En él, encontramos las categorías de Aspirantes a Oficial, Oficiales, Jefes de Negociado, Jefes de Administración y Jefes Superiores de Administración. La Ley de 17 de agosto de 1860 regulará una nueva organización del Consejo de Estado y, especialmente, afectó a los oficiales letrados, escalafonándolos en una sola escala. El Estatuto de O´Donnell, aprobado por Real Decreto de 4 de marzo de 1866, reproduce esta estructura funcionarial. Las categorías se subdividían a su vez en clases, a las que se asignaba directamente un sueldo. Una nueva edición del Reglamento se hizo en 1872. La reorganización del Consejo, ya configurado como el precedente inmediato del actual, se va a producir en 1875, ratificándose por Ley de 30 de diciembre de 1876 y por el Reglamento de 20 de noviembre de 1878. Más tarde se dictaría otro Reglamento, de fecha 16 de junio de 1887, sustituido por el de Régimen Interior, de fecha 28 de junio de 1891. Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L. op. cit., passim.[21] Parada, R. Derecho del Empleo Público, Marcial Pons: Barcelona, p. 42.[22] Alcalá-Zamora, N. Memorias (segundo texto de mis memorias), Madrid, 1977, p. 35, cit. por Martínez-Cardós Ruiz, J.L. op. cit., p. 54.[23] Expediente personal de Pedro Pérez Díaz. Archivo del Consejo de Estado (EPPPDACE). Cfr. Boletín Diario de Avisos del Partido Judicial de Santa Cruz de La Palma, 16 de junio de 1891. Millares Cantero señala que se dedicó inicialmente a la abogacía. En todo caso, poco habría de ser, dado que –como se ha señalado- terminó la carrera de Derecho en enero de 1888 y en mayo de 1890 la de Filosofía y Letras. Mientras tanto se doctoró en la primera de ellas en junio de 1889. En junio de 1890 presenta la solicitud para participar en las oposiciones al Cuerpo de Oficiales Letrados del Consejo de Estado, en el que ingresa ya en julio de 1891. Cfr. Millares Cantero, A. “Estudio preliminar…”, 2006, p. 17.[24] Para ello elaboró la memoria acerca del “Pase y retención de las bulas, breves y rescriptos pontificios” y emitió un informe –como ejercicio- en el expediente 70933 promovido con motivo de la suspensión por providencia del Gobernador de un acuerdo del Ayuntamiento de Santander, referente al nombramiento de guardias municipales. EPPPDACE[25] Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L. op. cit., pp. 60-61.[26] Esta Sección desaparecería en virtud de Real Decreto de 28 de julio de 1892.[27] Entre paréntesis las fechas de toma de posesión o de efectos de la misma, de ser distinta a la de su nombramiento.[28] Aunque el haber estaba a expensas de acreditar hallarse libre del servicio miliar o la situación en que se encontrare respecto a este extremo. Para ello, Pérez Díaz presentó el 18 de agosto un certificado de la Diputación Provincial de Canarias que acreditaba que su padre había pedido al Ayuntamiento de Mazo, con fecha 3 de marzo último, la inscripción del mismo en las listas del referido municipio a fin de que fuera incluido en el primer alistamiento que se llevara a efecto. El reparo aparece ya solucionado a 8 de octubre de 1891. El 25 de febrero de 1892 pasa a la segunda reserva, por acuerdo de la Comisión Mixta de Reclutamiento. Certificación del Secretario de la Comisión Mixta de Reclutamiento. EPPPDACE.[29] Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L. op. cit., pp. 73-74.[30] Según la nueva estructura funcionarial del Consejo de Estado, su cargo anterior, Oficial de la clase de terceros, se correspondía con el de Oficial quinto.[31] EPPPDACE.[32] Parada, R. op. cit., p. 43.[33] EPPPDACE. Vid. también Millares Cantero, A. “Estudio preliminar…”, en op. cit., 2006, pp. 19-20.[34] Registro Civil de Villa de Mazo, Sección 3ª, Tomo 15, nº 65. De este deceso da cuenta El Heraldo, nº 100, 25 de julio de 1901 o El Fiscal, nº 52, 30 de julio de 1901.[35] Puede encontrarse una reproducción de la denuncia en Velázquez Ramos, C. Alonso Pérez Díaz..., cit., pp. 215-222. Su padre habría muerto apenas treinta y cuatro días después de haberse producido el último de los atentados: el 21 de junio, una enorme detonación, producida por cohetes y atronadores, estremeció su casa, sobresaltando a sus padres y hermanos. Sucesos como éste habían ocurrido también en 1890 y en 1894. El 29 de octubre de 1890 pusieron un catafalco con velas encendidas y ciertos atributos fúnebres con la intención, en opinión de Pérez Díaz, de escarnecer y vejar tanto ideas religiosas como la respetabilidad y buena fama de su familia, amén de disparar cohetes con el fin de despertar a las gentes de lugar y que pudieran contemplar y regocijarse de la befa. El 25 de diciembre de 1894 dispararon dos tiros sobre el antepecho de la ventana de la habitación dónde sus padres dormían. Vid. El mismo autor, Historia General…, cit., pp. 70-71; Pedro Pérez Díaz, cit., pp. 15-18, 21-22; o Alonso Pérez Díaz..., cit., p. 29 y notas p. 35. Cfr. El Heraldo de La Palma, 13 de agosto de 1901. En octubre de 1901 tanto El Heraldo nº 140, 26 de octubre, como El Fiscal nº 74, 30 de octubre dan cuenta de un ascenso de Pérez Díaz en el Consejo de Estado a Jefe de 2ª clase, que no parece corresponderse con al realidad, que se produce según su expediente personal en julio de 1903, como veremos.[36] Pérez García, J. Santa Cruz de La Palma: recorrido histórico-social a través de su arquitectura, Caja General de Ahorros de Canarias: Santa Cruz de La Palma, 2004, pp. 60-61.[37] Las retribuciones se determinan en función de la categoría personal. De este modo las retribuciones van creciendo con los años de carrera y lo son por un único concepto, el sueldo. Vid. Parada, R. op. cit., pp. 41-43.[38] Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L, op. cit., pp. 76-77.[39] Esta Ley derogaba la Orgánica de 17 de agosto de 1860 y el Reglamento de 28 de junio de 1891. Definitivamente, la jurisdicción contencioso-administrativa se transfirió a una Sala especial del Tribunal Supremo y el Consejo pasó a ser únicamente el órgano consultivo del Gobierno supremo “en asuntos de Gobernación y Administración”. Las Secciones eran cuatro: Presidencia, Estado, Gracia y Justicia; Hacienda, Instrucción y Agricultura; Gobernación; y Guerra y Marina. Ibídem, pp. 80-81.[40] Compartía esta categoría con
















































































Niceto Alcalá Zamora. Ibídem, p. 81.[41] Ibídem,, pp. 65-66. Entre tanto se configura una nueva organización del Consejo de Estado, en virtud del Reglamento de 10 de enero de 1906, que ya regía de forma provisional desde mayo de 1904. En 1910, aún sin cumplir los 33 años, moriría su hermana menor Juana María Candelaria[42] Gaceta de Madrid, núm. 205, 24 de julio de 1919. Vid. Parada, R. op. cit. 46-50.[43] Vid. Martínez-Cardós Ruiz, J.L., op. cit., pp. 96.[44] Según Diario Insular, 20 de noviembre de 1920, su ascenso sería a Jefe Superior de Administración.[45] EPPPDACE.[46]

























EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1861-1870

CAPÍTULO XLVII-V

Viene de la entrga anterior.
Eduardo Pedro García Rodríguez

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