Francisco
García-Talavera Casañas
["No
se adquiere la propiedad de los pueblos conquistados, ni aún con la prescripción
de los siglos". (Pi y
Margall)"]
¿Qué
hemos hecho? Sí, ¿qué hemos hecho en beneficio de esta patria encantadora? ¿Qué
hemos hecho?... Olvidar nuestro deber, llamarnos lo que no somos, decir lo que
no sentimos, y, cobardemente, jactarnos de amar a quien no amamos. ¿Será
posible que en el siglo XX, ni las grandes revoluciones, ni la historia, ni el
ejemplo, despierten a los hijos de este africano Archipiélago?
¿Cómo es que seguimos olvidados del veredicto universal, teniendo
a orgullo, no obstante el mar que nos circunda, olvidar a nuestra cuna para
llamarnos hijos de otro ambiente y afirmar que fuimos mecidos en cunas que no
hemos visto?
Aunque lo pasamos por alto, todos lo sabemos. La lógica, en boca
de Pi y Margall, lo ha dicho: "No se adquiere la propiedad de los pueblos
conquistados, ni aún con la prescripción de los siglos".
Hoy, que pueblos como Cataluña, Vascongadas, etc., se levantan
decididos y amparados en la época, la ciencia y el progreso, reclamando su
autonomía legal y lógica, no obstante ser provincias que forman una porción
del Territorio español, ¿qué haremos los canarios, bañados por diferente
mar, con diferentes costumbres, de ligada raza, por no decir diferente, y siendo
este Archipiélago no sólo conquistado, ni ser porción, sino posesión española?"
Estas sentidas palabras -escritas por nuestro admirado y recordado
líder nacionalista Secundino Delgado en su obra "Vacaguaré (Vía
Crucis)", hace la friolera de 110 años- están reflejando una situación
política que perfectamente podría ser trasplantada a la actualidad. Después
de tantos siglos de letargo y de intentos fallidos ¿no seremos capaces de
ponernos de acuerdo los canarios (como hermanos que somos), dejando a un lado
"capillitas" personales, pleitos insulares e intereses partidistas,
ante la creciente amenaza de desaparecer como tales? ¿Pero es que no vamos a
ser capaces, en estos momentos tan propicios, de seguir la hoja de ruta señalada
con tanto sacrificio y esperanza por Secundino Delgado, José Cabrera Díaz,
Antonio Cubillo y tantos otros próceres de nuestra patria, que dieron su vida
por esta noble causa?
Ahora que los vientos nacionalistas soplan favorables, sigamos su
inercia, tomemos ejemplo y recorramos el camino que la Historia nos demanda,
paso a paso, con inteligencia, tolerancia, amplitud de miras y, sobre todo, con
unidad.
Nosotros, los nacionalistas convencidos, estamos en esa idea desde
hace muchos años, pero teniendo en cuenta que el camino será largo y que nos
encontraremos, y nos hemos encontrado, muchas piedras que sortearemos, como
siempre lo hemos hecho, con la firmeza y el rigor que nos otorga nuestra secular
ideología. En esta senda cabemos todos los que amamos esta tierra. Todos.
Es hora de que nuestro pueblo se dé cuenta de que históricamente
ha sido engañado y desnaturalizado. Es el momento de conocer y explotar, con
identidad y dignidad, nuestra realidad de nación archipielágica situada en un
ámbito geoestratégico privilegiado, con unas condiciones climáticas
envidiables; con una infraestructura turística puntera que nos coloca entre los
principales destinos mundiales (pero con los puertos y aeropuertos en manos de
AENA y la Autoridad Portuaria española); con una biodiversidad extraordinaria y
unas singularidades vulcanológicas que quedan reflejadas en los magníficos 4
Parques Nacionales del Archipiélago; con unos recursos marinos inmensos (que
solo podremos explotar cuando tengamos jurisdicción sobre nuestras aguas
territoriales, que España se ha encargado sistemáticamente de bloquear); con
un cielo ideal para la investigación astrofísica mundial; con un potencial
inagotable de energías renovables (eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica,
mareomotriz, etc.) que aun está por desarrollar (la central hidroeólica de El
Hierro se ha convertido en un referente mundial) y si hasta ahora no lo ha
hecho, a pesar de que fuimos pioneros hace 30 años en energía eólica, es
porque no le ha interesado a los poderes fácticos españoles -los mismos de
ahora que lo controlan todo- porque eso contribuiría decisivamente a ponernos
en el camino de la independencia económica. Y encima, para más provocación y
engañosamente, ahora nos han colocado a un ministro canario, con competencias
tan antagónicas como Industria y Turismo, con el único propósito de seguir
controlando... Sin comentarios.
¿Y qué decir de nuestro ancestral y riquísimo patrimonio histórico-cultural
propio de un país archipielágico habitado por un pueblo de ascendencia
norteafricana bereber -que fue conquistado, colonizado (Canarias pasó a ser la
primera colonia de la expansión imperialista castellana), masacrado por la
fuerza de las armas, y esclavizado por una potencia europea del Siglo XV- y que
presenta características bioantropológicas y etnográficas tan singulares,
producto del mestizaje, que ha merecido tanta atención, durante siglos, por
parte de la Ciencia mundial?
Todo esto (y mucho más) ¿no es suficiente bagaje para que este
pueblo pueda transitar por el camino de la Historia, libre de tutelajes, cuando
tenga conciencia de ello?
Canarias, 11 febrero 2014
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