Eduardo Pedro García Rodríguez
1829 febrero 21.
1828.
Marzo 15. El Comandante General de Canarias
informó a Madrid que, días atrás, había hecho aguada en La Gomera "un corsario
insurgente, fingiéndose Norteamericano". Y, lo que es más significativo,
el embajador de los Estados Unidos en
Madrid remitía, el 21 de febrero de 1829, a su gobierno una nota del cónsul en Canarias, en la que señalaba
que las "costas de esas islas han sido últimamente infestadas de
piratas', por lo que convenía adoptar medidas
para proteger el comercio. Con anterioridad, el propio cónsul norteamericano en Canarias, Peyton Gay, había
insistido repetidamente ante su Embajada sobre las "bárbaras capturas de
tres barcos ingleses y tres
franceses" en aguas próximas a Canarias, y sobre la incidencia del problema en la navegación y el comercio
norteamericano.
Quizá se tratara de una
degeneración del antiguo corso que, convertido en mera piratería, también era duramente perseguido, a la
sazón, por la Marina
yanqui en aguas del Caribe. (Manuel
de Paz-Sánchez, 1994).
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