UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL,
DÉCADA 1841-1850
CAPÍTULO XLV-I
Eduardo Pedro García
Rodríguez
1841. Nace en Tedote n Benahuare (Santa Cruz de La Palma) el criollo Juan Bautista Fierro Van de Valle. De
joven se matriculó en la
Academia Provincial de Bellas Artes en Añazu n Chinetdon
(Santa Cruz de Tenerife) donde en 1858 fue premiado en la exposición anual
exhibida por los alumnos de la institución para celebrar la onomástica de la Reina Regente
española. Allí conoció como profesores a Pastor y Castro y a Nicolás Alfaro,
pero además aprovechó las lecciones particulares que le ofreció accidentalmente
la pintora británica Elizabeth Murray. Al mismo tiempo tomó la carrera de las
armas llegando en 1873 a
sus 36 años de edad a ser capitán del ejército español, grado que mantuvo hasta
su licenciatura en 1880. Fue entonces cuando al incorporarse a la vida civil en
la colonia empezó a interesarse por la política obteniendo en 1888 su acta de
diputado provincial. Su participación en la plástica canaria está inscrita en
el orbe de la acuarela ya que al contagio de Murray se decantó por una técnica
rápida que disimulaba sus dificultades técnicas. Su arte es académicamente
tosco, sin embargo su hallazgo está en haberse convertido en el mejor cronista
gráficos de Tedote n Benahuare (Santa Cruz de La Palma). Trató temas sociales
(El Indiano), de actualidad (Amarre del cable telegráfico), y costumbristas
como fue la serie de trajes canarios de un enorme valor etnográfica. Por su
trabajo cultural y profesional fue merecedor de varias condecoraciones. Fallece
en 1930.
1841. Se promulga en la metrópoli una Ley general de imposición
tributaria en la que se contempla diferenciación en su aplicación en la colonia
de Canarias, Se suprimen las alcabalas que hasta ese momento grababan las
compraventas y que suponía el 80% de la tributación ordinaria. Se permite
realizar aforos de los barcos que procedentes de América viajen hacia la
península ibérica, siempre que estos se realicen en el plazo de tres días, y se
aplican los aranceles de Sevilla. No obstante, esta ley no ofrece ventajas
palpables para el comercio y la reacción en Canarias por parte de la burguesía
dependiente no es buena. En 1849 se revisa la Ley tributaria con el fin de adaptarla a las
necesidades de la burguesía de la colonia de Canarias, se abre un periodo de
discusión donde la burguesía comercial canaria unida aprovecha todos sus
contactos en la corte de la metrópoli para influir de forma conveniente para la
economía de las islas.
1841. Mayo
4.
PROCLAMA
CANARIA EN FAVOR DE LA
INDEPENDENCIA DE CUBA Y PUERTO RICO
¡HABITANTES DE CUBA
Y PUERTO RICO!
NOSOTROS los
moradores y naturales de las Islas Canarias, emancipados ya de la caduca y tumultuaria dominación española, os dirigimos la
palabra para haceros saber nuestra
regeneración política, y para despertar en vosotros las simpatías que seguramente abrigáis por nuestra independencia.
Ella ha sido
hija del estado de anarquía y desgobierno en que se encuentra
España, presa de mandarines militares, sin concierto, sin fuerzas,
sin moral cívica, y sin ninguna apariencia de entrar en un orden legítimo
de cosas.
¿Y habríamos
de sufrir la arbitraria dominación de los que ni aun a sí
mismos pueden gobernarse? ¿Qué garantías, qué protección nos ofrecen en cambio
de la insoportable opresión en que su egoísmo pretende mantenernos,
ellos que no pueden garantizarse ni tan siquiera su forma de gobierno,
ellos que necesitan de la protección de todos?
¿Era
dable que permaneciésemos impasibles viendo que nos arrancaban
el fruto de nuestras labores con enormes contribuciones para sostener
sus delirios y mantener esa gavilla de ineptos que han vivido a costa nuestra,
prodigándonos en pago menosprecio y vejámenes?
No:
antes hubiéramos preferido una guerra ilimitada: demasiado tiempo
hemos vivido en afrentosa abyección. Mas la Divina Providencia
nos ha salvado de esa calamidad, merced a la impotencia de nuestros opresores,
que no han podido ni podrán oponerse a nuestra separación. Contarnos
además con el apoyo de una nación poderosa, amiga fiel de la libertad
del género humano, que en todo evento nos socorrerá. Somos LIBRES:
Somos ya UN PUEBLO!
¡Cubanos!.,
¡Puerto-riqueños!: ¿El grito sacrosanto de LIBERTAD no hallará
eco entre vosotros? Sois americanos; tenéis a la espalda un continente
de Repúblicas pobladas de hermanos vuestros, ¿y no os late el corazón?
Vuestros odiosos tiranos yacen sumidos en guerra intestina, sin un soldado
de que disponer, porque todos los necesitan, sin un buque para enviaros
más cadenas, sin un amigo que apoye su inicua y desigual dominación
sobre vosotros, ¿y permanecéis sufriendo que os llamen sus vasallos y
devoren todavía vuestra sustancia?
Hijos
de Cuba y Borigen!: Pertenecéis
a la América:
la América toda
es libre, MENOS VOSOTROS!
Alzaos: ha llegado el día en que podéis gritar
impunemente
LIBERTAD !!
Liberia, antes La Palma. Enero 4 de
1841. Imprenta popular a cargo de Agustín Guimerá.[Archivo
Nacional de Cuba. La Habana].
1841. Junio 15. EDITORIAL DEL PERIÓDICO EL
TEIDE: "SON LAS ISLAS CANARIAS NUESTRA
PATRIA"
Una
carrera llena de azares emprendemos, y rogamos a Dios encarecidamente el que
nos conduzca sin mayores descalabros a puerto de salvación.
En islas Canarias, donde los abusos son envejecidos, donde los que abusan
se encuentran muy bien, rodeados del silencio que los envuelve, en islas
Canarias las verdades apestan, pero las verdades por eso no dejan de serlo y
útil es y provechoso a la mayoría el no ignorarlas. Tal vez algunas Autoridades se
irriten contra nosotros cuando censuremos aquellos actos suyos que nos parezcan caminar torcidos; pero
esas Autoridades deberían siempre
tener presente lo que los periodistas peninsulares se permiten decir hasta
contra los Ministros de S.M., que por cierto no son flores.
Nuestro
partido es el de los oprimidos contra los opresores; el de los que
sufren contra los que gozan a costa suya; en una palabra, el partido de la razón; no
pertenecemos a otro.
Estamos tan lejos de
una democracia desbocada, como de una aristocracia despótica; es cuanto
podemos decir.
En
nuestros artículos de fondo no hablaremos de los asuntos de la Península sino raras veces; circunscribiéndonos en lo
posible a los que se pasan a nuestra vista en nuestro archipiélago; que
así como así presentan una abundante
cosecha.
¿No
hay en islas Canarias una Diputación provincial? ¿No hay Ayuntamientos?
¿No hay un Gobierno político, una Intendencia, etc. etc.? ¿Esos señores que
tienen a su cargo estos destinos importantísimos no necesitan de publicidad y
discusión en sus operaciones, tanto para que la estimación general
acompañe a las que lo merezcan, como para que la reprobación general
caiga sobre los que tomen una senda errada? Todos somos falibles en nuestros juicios,
y nadie debe agraviarse porque le digan que se ha equivocado; al santuario de
las conciencias no tocaremos nosotros; cada uno obrará con la mejor fe del
mundo; eso nada nos importa; los actos exteriores
nos pertenecen, como periodistas, y el público juzgará de nuestras
críticas sobre ellos.
La
publicidad, la publicidad: los siglos en que se deseaban las tinieblas dejaron de
existir. ¿Se porta mal en el ejercicio de sus funciones el gobernante a, o el gobernante b? Pues denuncíesele
por medio de la imprenta; es como
únicamente puede ponerse coto a sus arbitrariedades.
¿Hay tal o tal
medida que interesaría al bien general poner en ejecución?
Pues
denuncíesela por medio de la imprenta; así solamente se logrará verla realizada.
Nadie
pues se asuste; nadie nos venga con su ridículo amor propio a querer
darnos por blanco lo que es negro, por saludable lo que raya en dañino,
por excelente lo que el más ignorante del pueblo tacha de malo: seguiremos
siempre adelante, seguros de la aprobación de la comunidad.
Es
por demás decir, que no traspasaremos los límites que las leyes nos
prescriben; pero sí aseguramos desde ahora que otros límites que esos no
conocemos.
Vengan
a nosotros todos los que censurar abusos o recomendar medidas
saludables a la felicidad Isleña apetezcan; daremos entrada a sus artículos
en las columnas de nuestro periódico con el mayor gusto.
Son
las islas Canarias nuestra patria; como escritores públicos no pertenecemos
a ninguna de ellas en particular; la dicha de todas deseamos igualmente.
Ni ¿qué buen canario será aquel que anhele el bienestar de una
o dos de las siete peñas, con perjuicio de las restantes?
Estas
indicaciones las liemos hecho porque lo hemos creído conveniente,
visto el camino que tratamos de emprender; especie de profesión de
fe, a ellas arreglaremos nuestra conducta. ¡El Dios de los periodistas nos ampare!
[El
Teide, n° 1, Santa Cruz de Tenerife, 15 de junio de 1841,
p. 1].
En:
Manuel de Paz-Sánchez, 1994)
1841.
Enero 23.
EXPOSICIÓN
que ha dirigido el Ayuntamiento Constitucional de Santa Cruz de Tenerife a la Regencia Provisional
del Reino.
El Ayuntamiento
Constitucional de la Villa
de Santa Cruz de Tenerife Capital de la Provincia de Canarias,
que por voz pública ha tenido noticia de
las providencias excepcionales que se hallan dictadas por el Gobierno con respecto a estas Islas, preparándose una
expedición de mil doscientos hombres, para ocuparlas militarmente, lleno de la
natural alarma que tales medidas han excitado en los ánimos de estos fieles
Isleños, contempla un deber sagrado
alzar su voz respetuosa para restablecer con el acento de la verdad los errados conceptos que hayan motivado
unas providencias, si dolorosas por
las calamidades que han de traer consigo a este pobre país, mil veces más sensibles, por ser el desdoro de la
acrisolada lealtad de sus habitantes,
de esa lealtad de que ofrece una relevante prueba cada página de la historia de las Canarias, y que calumniada
más de una vez por la interesada
ambición de los mandatarios del Gobierno, jamás se ha visto ni por un solo momento desmentida.
Si
el Ayuntamiento de la Capital
de la Provincia
pudiera persuadirse que los actos de la Ciudad de Las Palmas para realizar el proyecto, a
todas luces inconveniente, de división de estas Islas en dos Provincias, actos
que han excitado la desaprobación de una parte de los
mismos habitantes de la de Canaria, y la universal de las otras
seis, habían sido única y exclusivamente los que han motivado las
Providencias amenazadoras del Gobierno, se contraería, en tal caso, a
manifestar la innecesidad de medida alguna coactiva,
para que la Isla
de Canaria entre en el orden legal de administración, la
suficiencia de las disposiciones del Gobierno para restablecer este orden, lo
prematuro del uso de la fuerza, mientras la desobediencia a estas
disposiciones no se hallase pronunciada, y aun en este caso, la justicia de
que la fuerza fuese empleada exclusivamente contra los desobedientes, y
de modo que sus efectos no se extendieran en manera alguna a las islas que,
siguiendo inseparablemente el ejemplo de la mayoría de la nación, lo han
dado irrecusable de su amor y lealtad a la CONSTITUCIÓN de la
monarquía, a su Reina, a las leyes y al orden.
Pero una sensible experiencia ha hecho conocer
a los Canarios, que sus negocios son, hace mucho tiempo, juzgados con una
prevención que influyendo por desgracia, en todos los actos
del Gobierno, ha sido funestaniente trascendental al bien
estar y prosperidad del país, obstáculo constante de las
mejoras que reclama su administración, causa, más de una vez, de inauditas
persecuciones e injusticias; y como esta prevención a que han dado
origen los temores que se han hecho concebir de la supuesta inclinación de estos
habitantes a constituirse independientes de la Metrópoli, es la fantasma que interpuesta entre el Gobierno y
estas pobres Islas, y alimentando la desconfianza que de su lealtad se
concibiera, ha producido hace
algunos años una sucesión de medidas opresivas y vejatorias, y es hoy mismo sin duda el que amenaza con otras, que
llevarán a su colmo la desgracia del
país, deber es del Ayuntamiento levantar respetuosamente su voz, para
prevenirla y evitarla, y destruyendo esa fantasma alzada en daño y oprobio de las Islas, restablecer la
confianza de que sus habitantes se
han hecho constantemente acreedores por su lealtad, por sus sacrificios, por
sus virtudes.
No se remontará el Ayuntamiento a las épocas
lejanas de la historia, en las que tan repetidas
pruebas dieron los Isleños de su fidelidad, repeliendo
vigorosamente y con sólo los auxilios de su patriotismo las reiteradas invasiones
que intentaron poderosos Estados extranjeros, ambiciosos de la posesión de las
Canarias; a más recientes hechos acudirá, para demostrar con ellos, que jamás se ha notado el más pequeño
síntoma, de esa supuesta propensión
a la independencia. Cuarenta años hace que la Nación Española se halla agitada de continuas convulsiones: en el
discurso de tan largo periodo,
frecuentes circunstancias se han ofrecido que favorecían el desarrollo del principio insurreccional, si hubiera
existido en estas Islas; ¿y cuál ha sido la conducta de las Canarias?, dar, en tales circunstancias,
nuevas pruebas, relevantes testimonios de su lealtad.
Rotos
en mil ochocientos ocho todos los vínculos sociales: disuelto el Gobierno;
abandonado el Reino por la familia Real, amenazada la independencia
de la Nación
por el coloso del siglo, contra cuyo poder no parecían bastar cuantos recursos
encerraba el valor y el patriotismo Español, ¿cuál
fue la conducta de las Canarias?, ¿pensaron siquiera aprovechar coyuntura
que tan favorable hubiera sido para los supuestos proyectos de independencia? No, el pensamiento que existía era
solo el que marchase el nombre Canario unido constantemente al glorioso
nombre Español; y las Canarias en aquellas circunstancias, organizaron su
gobierno provisional en nombre del Rey ausente; se unieron en seguida al
central que creó la Nación, y se apresuraron a ofrecer a sus hermanos de la Península socorros de hombres y dinero. La sangre de los isleños fue
derramada en defensa de la independencia, pero de la independencia Nacional.
Extendido
el fuego de la insurrección por las posesiones de la América Española, la
conflagración se hizo general en todos aquellos Estados; la metrópoli
se hallaba en la impotencia de reducirlos a la obediencia, y los buques
insurgentes bloqueaban la embocadura de las columnas de Hércules: las Islas
Canarias en aquellas circunstancias, vieron sus puertos cerrados por la
presencia continua de los Corsarios Americanos: varias fueron las
presas que éstos hicieron, ocasionando notables perjuicios al ya decaído comercio
y marina del país. Abandonados de la metrópoli, ni aun noticias se
recibían de ella en el trascurso de meses, y al mismo tiempo las nuevas
repúblicas de América redoblaban sus seductoras proposiciones, excitando a
los Canarios a dar el grito de independencia, ¿y cuál fue la conducta de los
Isleños en aquellas circunstancias?, sufrir con resignación el abandono en
que se les dejaba, rechazar heroicamente cuantas propuestas se les hicieron,
y dar otro nuevo y acrisolado testimonio de su inmutable lealtad a la
metrópoli.
En
las repetidas conmociones políticas que ha experimentado la península, si bien
las Islas Canarias han participado de ellas, agitándose por algunos momentos la
tranquilidad pública como era inevitable sucediese, han dado sin
embargo en estas pequeñas agitaciones, notables ejemplos de cordura,
sensatez y generosidad, sobresaliendo siempre el noble sentimiento de lealtad que
tanto distingue a los isleños. El mismo movimiento político de octubre último que parece haber despertado los
temores y desconfianzas del Gobierno,
es una relevante prueba de lo infundado de estos temores: regístrense una por una las actas de la Junta Gubernativa;
no se hallará en ellas un solo acuerdo, una sola propuesta, en la que no se
conserve el más profundo respeto a la CONSTITUCIÓN de la
monarquía y a las leyes; ni una sola
destitución de empleados fue decretada, ni un solo destino conferido; y las providencias que provisionalmente se
adoptaron sujetándolas a la aprobación
de los poderes del Estado, todas recayeron sobre negocios cuya utilidad era
reconocida, y se hallaban ya pedidas al Gobierno en expedientes completamente instruidos e informados.
Un
solo pensamiento dio el impulso al movimiento popular del día veinte
y nueve de octubre en esta Capital, y este mismo pensamiento presidió en todos
los actos de la Junta,
que hija de aquel movimiento correspondió fielmente a la
patriótica misión que había recibido de identificar estas Islas
con el glorioso pronunciamiento político de la Península, único, exclusivo
objeto de el de esta Capital. Los pueblos todos de las Islas que reconocieron la Junta Gubernativa
creada en esta Villa y entre ellos algunos que
con anticipación se habían pronunciado, cumplieron con los deberes que la situación de las cosas les imponía, y todos
se han restituido al estado normal
sin oposición alguna desde que cesaron las causas que produjeron en toda la Nación el estado
excepcional.
Tales son los hechos
con que las Canarias han merecido la gratitud de
la Metrópoli:
tales los actos que, destruyendo las prevenciones que hayan podido concebirse, deben restablecer la más
completa confianza y seguridad. El
Ayuntamiento cree no desconocer el origen de los antecedentes poco honrosos
a la lealtad de las Islas que pueden haber motivado aquellos temores, pero lleno de la más ilimitada confianza
en la justificada rectitud de la Regencia provisional del Reino, espera que sabrá
estimarlos en el valor que pueden tener, comparados con los irrecusables hechos
que el Ayuntamiento ha expuesto a su consideración.
Los
sucesos parciales de la Isla
de Canaria no han manifestado síntoma alguno de rebelión: cualquiera que sea
la opinión del Ayuntamiento que tiene la honra de firmar esta reverente
exposición, acerca de la inconveniencia de las pretensiones de aquella Isla, que
no es de este lugar manifestar, cualquiera
que sea su juicio sobre la irregularidad con que han sido entabladas, no por
eso deberá menos a sus habitantes un testimonio de la lealtad que los
caracteriza.
No
será necesario que las respetables órdenes del poder supremo del Estado
sean conducidas por una falange de bayonetas para que queden obedecidas.
El Ayuntamiento de la Capital
de Canarias se atreve a asegurarlo así, pero si desgraciadamente tan inesperado
caso llegare, caiga la pena sólo sobre el
culpable, y no se envuelva en ella al inocente. Doloroso sería que, cuando después de una encarnizada
lucha, el reinado de la CONSTITUCIÓN y de las leyes se restablece en toda la
monarquía, cuando la tiranía
de los estados excepcionales, desgraciadamente necesaria en unos puntos por la guerra encendida en ellos, y en
otros sostenida por la opresión del espíritu de partido, cesa en todas
partes; doloroso sería que se viera establecer
este estado excepcional en las pacíficas Islas Canarias, modelo en todas épocas de sumisión, obediencia y respeto
a los poderes constituidos. Tal
calamidad no vendrá ciertamente a aumentar las que el país se halla
sufriendo por su deplorable decadencia; el Ayuntamiento se lo promete así, su
justo clamor será escuchado; y lleno de esta confianza:
Suplica rendidamente a la Regencia provisional del
Reino se digne mandar que se suspenda la expedición de tropas
que se está preparando, mientras no la haga necesaria
la desobediencia de la Isla
de Canaria a las órdenes que se le intimen para que se restituya al orden de
administración legalmente establecido; y que se suspenda igualmente la reunión de los
mandos político y militar decretada conforme al artículo doscientos cuarenta y dos de la ley de tres de febrero de mil
ochocientos veinte y tres, supuesto
que la Provincia
no se halla en el caso previsto por la ley; o que de contemplarse a la Isla de Canaria en el citado
caso, se entienda sólo para con ella
la indicada medida de la reunión de mandos, y las demás excepcionales a que dé lugar, conservándose las seis
islas restantes bajo el imperio de la
ley común; así lo espera el Ayuntamiento, por ser justicia, de la rectitud de la Regencia.
Salas Consistoriales de la Villa de Santa Cruz de
Santiago de Tenerife Capital de la
Provincia de Canarias a diez y seis de enero de mil
ochocientos cuarenta y uno.
José
Calzadilla, Presidente. Gregorio Carta. Alcalde segundo. Cristóbal
Calderín. José María García. Fernando Montero y Ruiz. Patricio Lecu-na. Juan
Afonso Avecilla. Julián Robaina. Domingo Corvo. Juan Cope. Antonio Martínez
Ocampo. Domingo Final. Pedro Mariano Ramírez. Síndico
segundo. Félix Álvarez de la
Fuente, Secretario.
["Actos de la Administración",
Folletín de Noticias Políticas, n" 6, Santa Cruz de Tenerife, 23 de enero de 1841]. (Manuel de Paz-Sánchez, 1994)
1841 Mayo 25. Los criollos de servicio y empleados de
la metrópoli habitantes de la ciudad de Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de
Gran Canaria) celebran la regencia de Espartero en la metrópoli con bailes,
iluminación y paseos con música. Dos años después, Espartero tendría que
exiliarse debido a un levantamiento militar contra su persona.
1841
Junio 12.
Hasta
aquí nos da puntual noticia del comercio
de la barrilla (en Lanzarote) la relación que precede; ahora
continuaremos sus más interesantes alternativas, cuales fueron; que cada año
iba subiendo de precio, en tanto grado, que el año 1809, se
vendió a 8 a
9 y a 10 ps. cada quintal; de consiguiente,
se deja ver cuanto era el caudal que por esta
razón entraba en la isla; pues dado caso que sólo produjese 30.000
qqs. a 8 ps. eran nada menos que 240.000 ps!,
parte de cuya suma se recibía en efectos extranjeros. Pero la
codicia rompe el saco.
Algunos sujetos que esperando
mayor lucro quisieron especular por su cuenta, la remitieron a Londres; allí
fue continuamente bajando, y cuando miraron por sí, los gastos y almacenajes
de que no tenían idea en aquella metrópoli, se absorbieron casi todo. Hubo persona a quien le salió a medio tostón q1.
Lo que en otras partes del mundo sería todavía más extraño pero que en
Canarias es usual, fue, que ni medio se le dio una sola prueba de
reconocimiento patriótico. No se dotó una
escuela, no se construyó una Casa consistorial, ni una Aduana, ni algún otro monumento público digno
de memoria a excepción de la iglesia
del Arrecife a solicitud de su párroco que es a quien se debe.
El año 1810 y 11, la sujetó el
Cabildo a un medio diezmo para gastos
patrióticos, que así llaman en
España, dice una Memoria que ni leí, cuando
disputan unos con otros sobre quien ha de gobernar. Esta patriótica exacción cesó luego, pero demostró, que los
pueblos que la satisfacían tan tolerantes para invertirla en peloteras, pólvora y comisionados que iban y venían; bien
podrían pagar el diezmo entero para
el culto divino y dotación del clero. Con efecto, el año de 1819, después de algunos pasos
precedentes, el Cabildo eclesiástico de Canaria envió a establecerlo al
presbítero Dn. Domingo Pérez,
quedando desde luego arreglado en la isla de Fuerteventura, y poco
después en la de Lanzarote.
Después de las pérdidas enormes
del año 1810, continuó la barrilla
decayendo de día en día, hasta que ha vuelto a verse al ínfimo precio de
6 rta. a que estuvo en el principio de su cultivo: pero antes era pura, y ahora
todo lo contrario. Y los lanzaroteños que creen que los fraudes son la causa de la decadencia de su comercio, han tomado providencias para corregirlos, según instruyen
los datos que recopilaré de estas medidas. Además, el comisionado regio
D". Manuel Genaro Villota, deseando en 1830, fomentar la
exportación de los productos de estas islas;
en su reforma de Aranceles, los puso libres de derechos; S. M. aprobó la medida, la cual se puso en práctica desde el mes de
julio de 1832. Pero ya no son capaces de hacerla convalecer, porque los
extranjeros escandalizados de la poca fe, y del subido precio, arbitraron el
uso de ingredientes equivalentes: v.g. el alga marina denominada Kelpe, y proveerse en otros mercados. Dicho Kelpe
ya en Lanzarote le saben su propiedad de calcinarse, le nombran ceba, y se la mezclan a la barrilla,
con lo cual sigue empeorando el mal, pues es difícil hallarla pura para
poderla aplicar con desengaño a ciertas
operaciones de varias fábricas y tintes delicados.
De aquí provino el artículo que
con fecha 25 de septiembre de 1835, bajo la
firma J. G. se quejaban del Arrecife sobre el abuso de quemar Mato
Ceba, y Algabéra por barrilla: véase el Boletín oficial N.° 144, de
14 de octubre de dicho año 35.
Se extendieron también las
adulteraciones hasta la orchilla; otro artículo
todavía más precioso, que a pesar de no ser tan superior como la del
Hierro, Gomera y Tenerife, obtuvo más de 50 ps. corrs. por quintal en 1819 y 20. De manera, que el
ayuntamiento de la villa de Teguise
capital de la isla, en el de 1826, tomó empeño en remediar uno y otro mal, según después se publicó
esta resolución en el Boletín N.°
22, de 24 de enero de 1837, con motivo de haber ocurrido ahora con una pública
manifestación de dichos fraudes a la Diputación provincial para su oportuno remedio. Pero ya desde
el de 1834, el mismo
ayuntamiento había ocurrido a su S. M. sobre la propia materia, a fin que se le autorizase para celar sobre ello. S. M. se refirió a la Rl. Orden de 26 de
agosto de 1835, véase el Boletín N.° 263, de 7 de diciembre de 1836; que
si mal no me acuerdo, en sustancia declara
a cada cual facultado para hacer lo que le diere la gana. Podrá tal permiso ser bueno: Pero en un
pueblo que propende a la
desmoralización en sus transacciones comerciales por lograr un lucro
momentáneo, si las autoridades que deben meditar con justicia no le contienen, es la causa de su misma ruina y
de la de los intereses del Estado. Así
ha ido ello. Y como en las mudanzas de gobierno pensó el Ayuntamiento que se habían mudado también las ideas, volvió a impetrar el favor del Jefe político e
Intendente Bremón en 1840. En
consecuencia, dicho señor expidió una Circular aconsejando no se practiquen
tales fraudes, véase el Boletín N.° 90, de 27 de julio del propio año. Y la Diputación provincial
en su sección 15a de 6 de mayo de 1841, recapitula que el gobierno
no la autorizó para reprimir los fraudes que se cometan en la barrilla,
Boletín Oficial de Can". N.° 76 de junio 12 de 1841, con cuyas
públicas tolerancias el comercio lo padece. (J.
Álvarez Rixo, 1982:136-137)
1841 Septiembre 2.
Inventario de todas las partes
que constituyen el Castillo de Paso-Alto
de Santa Cruz de Tenerife.
Entrada á la Batería baja. Se verifica
por una puerta rastrillo de 2 hojas de madera de tea en buen estado, con
cerrojo, cerradura y llave, gira sobre dados de bronce con puones de hierro y
dos argollas de lo mismo.
Batería baja y Estacada. á la
derecha se halla un muro de mampostería de 102 v s de largo y 478 estacas de
tea con su barrote al medio, en el cual hay l0 cañoneras con sus portezuelas de
dos hojas también de tea en el mismo estado; tienen cerrojo, cerradura y llave
y giran sobre visagras. La
Esplanada se halla enlosada con piedra viva y sus banquetas
de mampostería; y á la isquierda otro muro de id con 157 estacas como las
anteriores con su correspondiente banqueta.
Cuerpo de Guardia. Al frente de
la puerta sobre su izquierda se halla una puerta de dos hojas de madera de tea
á mediano uso con su cerrojo, cerradura y llave; gira sobre quicialera y dá
entrada á un Cuarto de 6 v s de largo y 3 de ancho que tiene un poyo de mampa y
cinco aspilleras: su piso empedrado y su techo de teja vana en regular estado.
Contigua á la anterior se halla
otra puerta de dos hojas de madera de tea de mediano uso, con cerrojo cerradura
y llave, gira sobre dados de hierro y dá entrada al Cuerpo de guardia de la
tropa de 13 vs de largo y 5 de ancho con un poyo de mampa para dormitorio
enlosado con cabezal de lo mismo: su piso empedrado y su techo de teja vana;
tiene un marco de luz con su tapa de madera de pino envisagrada y 17 aspilleras
todo en buen estado. Escalera y Rampa. Sigue una escalera de piedra viva con 5
pasos y tres aspilleras; y á continuación una rampa de 46 v s de largo y 3 1/2
de ancho con su parapeto de media vara de alto enlosado de Piedra viva, la cual
conduce al tambor del Castillo.
Tambor. Al fin de la anterior
rampa se halla una puerta rastrillo de madera de tea de dos hojas y á mediano
uso con cerrojo, cerradura y llave; gira sobre dados de hierro y puón de lo
mismo con dos argollones de id y demás herraje correspondiente, y dá entrada á
un tamborcito cerrado con piso mal empedrado y un techo forrado de tea con
tejado sentado en cal y de mediano uso, el cual se halla cerrado por los muros
del Castillo y una Estacada con 15 estacas de tea y su barrote en medio.
Entrada principal
Puerta Principal. En el mismo
anterior tambor se halla una puerta de madera de tea de dos hojas y á mediano
uso la cual tiene dos cerrojos cerradura y llave; gira sobre quicialeras de
hierro y cuatro abrazaderas de lo mismo, tiene una taramela y un postigo en la
hoja de la derecha, cuya puerta dá entrada á la esplanada alta y oficinas.
Cuerpo de Guardia del Sargento. á
continuación de dicha puerta y á su derecha se halla otra de madera de tea de
medio uso con cerrojo cerradura y llave; gira sobre quicialeras y dá entrada.á
un cuarto de 4 vs de largo y 5 de ancho que sirve de Cuerpo de Guardia al
Sargento, el cual tiene una ventanita de una hoja envisagrada sin tranca alguna
y en mal estado: su piso es empedrado y su techo forrado de madera de mediano
uso con tejado forrado en cal.
Cuerpo de Guardia de la Tropa. Frente al
anterior cuarto y á la izquierda se halla otra puerta de madera de tea de dos
hojas deteriorada sin cerradura alguna; gira sobre quicialeras y dá entrada al
Cuerpo de Guardia de la Tropa
de 6 vs de largo y 4 de ancho, el cual tiene un poyo de mampostería sollado de
madera de 4 vs de largo y 2 1/2 de ancho sin cabezal y á menos de medio uso, su
piso es empedrado y su techo como el anterior en un todo.
Escalera y Almacén de Artillería.
á continuación del Cuerpo de Guardia del Sargento un murito de 6 vs de largo y
1/2 de alto al final del cual y sobre su derecha se halla una escalera de
piedra de 13 pasos que dá á un repuesto de pólvora bajo, en el cual se halla
una puerta de madera de tea de dos hojas á menos de mediano uso con dos
cerrojos, cerradura y llave que obra en el Cuerpo de Artillería que la tiene
sellada, y su techo es de tejado sentado en cal.
Garita y Campanario. continuando
por la derecha y al estremo de un callejoncito, hay una Garita de piedra de
mediano uso después de la cual se halla un campanario con su campana y vadajo y
cepo de madera con su herraie correspondiente, de mediano uso.
Esplanada y Asta-bandera. En la
esplanada que es enlosada de piedra viva se hallan 12 cañoneras y sus banquetas
intermedias en buen estado; y una Asta-bandera de mediano uso con una garita de
Piedra en el mismo estado y á la que le falta la perilla.
Cocina de Tropa. Bolviendo sobre
la isquierda se halla una Escalerita de 5 pasos de mampostería para subir á una
cocina que tiene un poyo de 5 vs de largo para fogones deteriorado; no tiene
puerta y si un aro para ella.
Patio y Tinglado. Sigue una rampa
que dá á un patio y piso de las havitaciones, á cuya isquierda se halla un
tinglado de 24 vs de largo, 5 1/2 de ancho, de una agua con 7 pilares de madera
y dos de mampostería: su piso empedrado y su techo de teja vana, todo en buen
estado.
Capilla. á continuación se halla
la capilla donde se venera el Santo Cristo de Paso-Alto, cuya puerta es de 4
dos hojas de madera de tea en buen estado, tiene cerradura y llave, tirador y
gira sobre quicialeras; su piso es enlosado en buen estado y su techo es de
cielo raso; tiene dos marcos de luz con vidrieras de 8 vidrios una, y otra con
6.
Tingladillo á la derecha del anterior patio se halla otro
tinglado con 5 pilares de madera de tea con sus zapatas y á mediano uso,
embutido en un poyo de mampostería deteriorado.
Cuarto nº 1. Debajo del anterior
tingladillo se halla una puerta de madera de tea marcada con el n° 10 de dos
hojas y á mediano uso; tiene cerradura, llave, un tirador y dos argollas con su
taramela y un aldabón de hierro con macho y embra; gira sobre quicialeras y dá
entrada á una sala que tiene 6 vs en
cuadro de piso sollado de tea y techo de lo mismo en buen estado. A su frente
otra puerta de dos hojas de tea en buen estado gira sobre quicialeras y dá
entrada á un corredor que tiene 3 pilares de tea á mediano uso, y en él un aro
de estiladera deteriorado, la puerta tiene un aldabón de hierro, macho y embra
y una taramela con dos postigos envisagrados.
Cuartos n° 2 y 3. á la izquierda
de la anterior puerta otra de la misma madera y figura de guión marcada con el
número 2 en buen estado tiene cerradura llave y un tirador gira sobre quiciales
y dá entrada á un cuarto de 6 vs de largo y 4 de ancho. A la derecha una puerta
de madera de tea no 3 con dos postigos envisagrados con sus vidrieras de cuatro
vidrios faltando 3 tiene una aldavilla de hierro y otra de madera; gira sobre
quicialeras; y una baranda de 7 balaustres de mediano uso, su piso sollado, su
techo lo mismo.
Continua en la pagina siguiente.
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