miércoles, 4 de diciembre de 2013

INTENTO DE SACA DE UN NAVIO EN ICOD DE LOS VINOS






Eduardo Pedro García Rodríguez

1599 Julio 20.
Icod, Chinech (Tenerife) resiste un intento de robo de navío surto en la Caleta de San Marcos.
Ciudad cuyo primer asentamiento europeo se producen en  1501, actualmente cabeza de partido sita al N.O. de la isla y que comprende los municipios de Buenavista, Garachico, Guancha, Icod, Santiago del Teide, Los Silos y Tanque; se halla a 63 Km de Santa Cruz de Tenerife por carretera ya 33 Km de La Orotava, a unos 200 metros del Puerto de San Marcos; en ella existe un magnífico Drago (Dracco Canariensis) del que se dice tiene tres mil años de existencia.

El vecindario de Icod, atento a su defensa, tenía para sus milicias un repuesto de 500 fusiles y un depósito de pólvora, El Torreón, en sitio estratégico ya cubierto de sorpresas. Pero como el peligro principal estaba en el puerto de San Marcos, construyó una fuerte muralla en la playa, por ser el sitio más accesible aun desembarco y se estableció una Atalaya, en lugar preeminente, desde donde sus vigías que dominaban más vasta extensión del mar que los del litoral, avizoraban constantemente el horizonte.

Aún lleva este nombre el extremo Norte de la calle de San Felipe donde estuvo establecida, según el Cronista Oficial de Icod D. Emérito Gutiérrez López, y de ese modo pudo resistir el intento de Van der Does del 20 de Julio de 1599 de apoderarse de tres navíos cargados de mercancías que se encontraban en la caleta de San Marcos; las seguridades que presta este Puerto resguardado de casi todo los vientos, abrigado por los acantilados que le circundan, con buenos fondeaderos y una hermosa playa, hizo que desde comienzos de la conquista de la isla, se considerase por los navegantes como refugio en días de tormenta, lo que unido a la proximidad de bosques de pinos, fomentaron el comercio de maderas y la construcción de embarcaciones, llegándose incluso a construir en sus astilleros galeones y fragatas para el servicio de S.M. (José María Pinto de la Rosa, 1996)


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