rra abierta primero con Diego de Herrera y después con las huestes de Isabel la Católica, que conquistó la isla entre 1478 y 1484. Los aborígenes abandonaron las mejores tierras de cultivo y pastos y se trasladaron al interior montañoso. Los enfrentamientos armados eran continuos y no había lugar para la crianza de los hijos ni comida para alimentarlos. Por eso hubo que controlar la población y se optó por eliminar a las niñas recién nacidas, de ahí lo de llamarlo estatuto de matar niñas.
Ahora tratan de determinar si este sorprendente hallazgo de restos óseos en el Portichuelo de perinatales humanos (perinatal quiere decir que precede o sigue inmediatamente al nacimiento) guarda relación con aquel episodio del que hablan las crónicas.
Hay pistas que les llevan a manejar esa hipótesis, como el hecho de que los restos se encuentren en un contexto no doméstico ni tampoco funerario, metidos en recipientes cerámicos junto a restos óseos de cabras y cerdos, también recién nacidos. Dicho de otra forma, su disposición parece indicar la presencia de un ritual hasta ahora desconocido de lo que parecen ser ofrendas alimenticias junto a inhumaciones de neonatos.
Maria
Díaz
Noviembre
de 2013.
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