EFEMERIDES CANARIAS
UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1761-1770
CAPÍTULO XXXVII –IX
Eduardo Pedro García Rodríguez
1767 Septiembre 1.
A principios
del mes se celebró en
la Isla de
Canaria con un
extraordinario aparato la
colocacion de Maria
Santissima del Pino
en su nuevo
Templo del Lugar
de Teror. Este
es de los
mejores, i mas
bien acabados de las
Islas, i gastaron
mucho en erigirlo
los S.res Obpos
D.n fr. Vnlcntin
de Moran, i
D.n Franc.co Xavier Delgado,
siendo el promotor
el S.or D.r
D.n. Estanislao de Lugo
i Canonigo de
la S.ta Iglesia,
i director de dha
fabrica D.n Antonio
de la Rocha.
Salio un Poema anunciando
lo magnifico de
las funciones, del
que se stico la
siguiente redondilla, que
embiaron á esta
Isla paraque los talentos
que quisieran dedicarse
bien, ie emplearan
en glosarla. Setontn i
siete i mns
ciento Reyes. lo hizieron
vanissimos: Dos Heroes de
este Ilustrissimos
Corona son,
i Cimiento.
Pero displicentó
tanto, i parecio
tan ridicula, que no
huvo quien quisiera
gastar tiempo en
glozarla (sic) en
obsequio i alabanza
de las solemnes
fiestas, q.e se
preparaban, sino en hazer
vér lo ridiculo
de la redondilla,
como se conocerá’por
la siguiente Gloza
de cuyo tenor
se divulgaron algunas otras.
GLOZA
Si hablar
ad Ephesios gustas,
0 Redondilla
violenta!
Oyeme ajustar
la Qtienta
Ya que la
Historia no ajustas:
Ciertas personas
robustas,
1 cierto que
entre la gente
Ha habido
apellidos grandes
En Suecia en
Francia,i en Flandes
1 en Italia
especialmI=.nte.
Colona es cosa
corriente
Que habitan
en un Convento
Griego enseñaban
al tiento,’
Que es
de aquellos antiquissimos
Farnesio en
Generalissimos
Cantando desde
el atril, Mucha
fertilidad tuvo;
Eleysson i mas,
son mil; 1 sobre
todo, no huvo
Setenta i
siete i mas, ciento.
Dos Heroes de
Este illustrisimos;
A este
tiempo (que ayuntuia!)
El Rey
que manda en
las Leyes,
Solo por
amarse Reyes
Haze Canónigo
á un Cura.
Todo Adulador
procura
Còn gozos
especialissimos
Poner Victores
grandissimos
Pero que tiene que
ver
Teror, i
el Templo del
Pino
Con esto
No lo adivino,
Ni el
Poeta podrã ser.
Solo he
llegado a entender,
Que el
tomó por pensamiento
Aquel antiguo
Portento
En un
lienzo, que al
mirarlo
Se entiende
que por nombrarlo
Reyes, lo
hizieron vanissimos.
De Diana;
i que aplicados
A su
ereccion dos Prelados
Corona son,
i Cimiento.
Esto no
estorvó á conocer
lo bueno que
serian las funciones,
i por tanto
fueron distintos de
esta Isla á
gozarlas. En esta
se hizieron tambien
algunas de las
prevenciones, como fueron
andas de plata
para la Santa
Imagen, costeo el Cabildo
eclesiastico, que gasto
mucho en los dias
de las que
funciones, que fueron
muy lucidas, i
soleinnes, i pl-editaron
1os Oradores de
mayor credito. Huvo buenos,
i costosos fuegos,
i todos los
Castillos de la
Isla hizieron salvas
por orden del
Comand.te de las Armas
D.n Fernando del
Castillo, que dio
mucho para la fabrica
del Templo. No
dexo de haber
algun motivo de
disgusto; pues en
los dias primeros
de las Fiestas se
sintio un temblor
de tierra, ‘que
consternó algo el
Concurso. (Lope Antonio de la Guerra y Peña. 1767)
1767 Septiembre 6
Por la
noche se casó
mi Primo el
Dr. D.n Bartholome
de Casabuena de
la Guerra Juez
Superintend.te del Juzgado
i Comercio de
Indias, i subdelegado
de Marina hijo
de D.n Bartholomc
de Cnsabuena i
Messa, Juez superinted.te de
dho Comercio, i de
D ’
Michaela de la Guerra
difuntos con D.”
Cecilia Orne de
Franchy hija de D.n Salvador
Orne de Franchy
i de D.”
Maria Betancourt difuntos,
i Viuda del
0p.n D.n Valentin
de Rivas Betancourt. Hizose
el Casam.to de
secreto, como se
hazen ahora todos los
de personas de
alguna formalidad, por
escusar gastos, i
etiquetas, i passado
algun tpo, divulgado por el
Pueblo, lo participo. (Lope Antonio de la Guerra y Peña.
1767)
1767 Septiembre 28.
Este dho
mes de la
Havana el Regtro el
Bien comun, su
Cap.n D.n Juan
Franco de Castilla,
i en el
vinieron los PP.
fr. Manuel de
S.n Phelipe iDn Neri,
fr. Diego de
San Agustin, fr.
Nicolas de de S.n
Miguel Bethlemitas con el destino
de fundar un
Conv.to en el Lugar
de Vilaflor, cuna
de su Ven.e
Patriarcha el P.e Pedro
de Sn Joseph
Betancourt, para lo
que les señalaba su
Provincia mil i
quinientos pesos fuertes
annuales, i trageron
para su Iglesia,
que en dilo lugar
ha costeado su
Provincia, algunas Alhajas,
como son Custodia, Copon, Calices,
vinageras, de de
plata sobredorados. La llegada
de estos PP.
ha sido en
tan mala proporcion,
como que se miran
al pres.te como
perjudiciales á los
Reynos de España los
establecim.tos de Regulares,
por irse enagenando
todos los bienes,
i cayendo en
manos muertas. No obstante
el Ayuntam.to, que en todos
tpos. ha deseado
el establecim.to de los
citos Religiosos en
esta Isla, i dado
distintos passos á su favor,
ha suplicado de
nuevo á S. M. paraque se
les permita dha
fundacion, por ser
recomendables motivos, aver
sido su glorioso
Patriarca oriundo de esta
Isla, i ser
el destino de
su instituto la
enseñanza de primeras letras,
i la Hospitalidad
de que tiene
gran falta. la Isla.
No obstante estas
razones el Ilt.mo
obpo, i la R.1
Audiencia han mirado
con alg.a displicencia
la venida de estos
PP. i si
no hay luego
resultas favorables de la Corte
se bolveran en
el primero Registro
á su Provincia. se retiren
que se les
hizo saber en
2 de Enero
de 71, pero se
suspendio d ha. Provid.’ i
mas haviendose sabido
que en 25 de
Nov. de 70 se
havia tenido en
el Quirinal la
congregacion gral. de
Sagrados Ritos para
el examen de las
virtudes en grado
heroyco del V.e
siervo de Dios
fr. Pedro de
Betancourt. En 15 de Julio
de 73 se
bolvieron á su Prov.a
en el Navio
Aguas lluvias q.e salio
p.” la Havana,
sin esperanza de
conseguir su fundacion. (Lope Antonio de la Guerra y Peña.
1767)
1767 Diciembre 5.
Por la noche
asisti al Casam.to
del Sarg.to ssr- rn.o’ D.n
Fernando Molina Machado
i Castilla Reg.or
perp.o de esta Isla
hijo del Cor.1
D.n Fern.do Molina
i Machado Reg.or i
de D.a Anna
de la Santa
i Castilla i
Viudo de D.a Anna
de Peraza i
Messa con D.a
Isabel Pacheco Solis hija
del Cap,n Dn
Thomas Pacheco Solis
difunto, i de D.a
Maria Candelaria Caraveo
Grimaldi, el que
se hizo publico
algun tpó despues. (Lope Antonio de la Guerra y Peña.
1767)
1767 Diciembre 11.
A
las ll de
la noche murio
en esta Ciudad
de edad de
62 anos D.n
Jph Antonio de
Ancheta i Alarcon Reg.or
perp.” de esta
Isla, cuyo empleo
exercio. (Lope Antonio de la Guerra y Peña. 1767)
1768. Suben
anormalmente las tasas de mortalidad en la colonia, hasta alcanzar en algunos
pueblos de Tamaránt (Gran Canaria), como Agüimes, Tejeda y Mogán, Tirajana, La
Aldea de San Nicolás y Artenara, valores superiores a los 50 e incluso 60 por
mil. El contagio se extendió un año después a Chinet (Tenerife) y Benahuare (La
Palma), donde los índices de mortalidad aumentaron significativamente.
1768. El programa de repartos de
tierras posterior al de la invasión y conquista iniciado en el último tercio
del siglo XVIII comienza con la distribución de las dehesas concejiles
decretada por la metrópoli en un intento inicial que buscaba mitigar la
precaria condición económica del campesinado sin tierras y fue derivando hacia
la creación de un campesinado próspero entre aquellos criollos que disponían de
recursos para afrontar el cultivo de sus nuevas tierras con cierto éxito. Este
programa de repartos de tierras tuvo una aplicación limitada en la colonia
Canaria donde sólo llegaron a repartirse las dehesas concejiles de Eguerew (La Laguna) y La Orotava, en la isla de
Chinech (Tenerife). Cultivadas desde el siglo XVI las dehesas de Eguerew (La Laguna) y La Orotava eran grandes
explotaciones cerealísticas que el Cabildo arrendaba mediante subasta por
periodos de seis años constituyendo la principal fuente de ingresos del
Concejo.
El repartimiento en la colonia
Canaria de las dehesas concejiles fue, puesto en práctica por la metrópoli en
1769 mediante la distribución de las dehesas en suertes de 8 fanegadas
entregadas a labradores y campesinos sin tierras.
La superficie repartida estaba
compuesta por unas I 3.542 fanegadas de tierra de las que el 82 por ciento
correspondían a la dehesa de Eguerew (La Laguna) y el resto a las tres dehesas de La Orotava (dehesas de Arriba
y de Abajo y dehesa de La
Caletal. El sistema de distribución de las suertes establecía
una primera categoría de labradores acomodados sin tierras propias,
(medianeros) pero que disponían de yuntas de labor y recursos para afrontar una
explotación media, a quienes se entregaban 3 suertes, el resto de las parcelas
se repartieron entre campesinos que fuesen vecinos de la zona a razón de una
suerte cada uno. El Concejo estableció además de una zona reservada en la
dehesa de Eguerew (La Laguna)
repartirla en pequeños trozos de una fanegada destinados a acomodar a
jornaleros de la ciudad que no disponían de recursos para afrontar el cultivo
de una suerte.
El repartimiento de 1769 debería
resolver para el futuro la grave condición social de los labradores concejiles,
agobiados por una pesada renta que había alcanzado niveles muy altos en el
siglo XVIII, pero en la programación del repartimiento primaron las necesidades
económicas del Concejo que estableció el canon de las suertes concejiles de
Eguerew (La Laguna)
en un valor muy alto, impidiendo el desarrollo de un campesinado estable y
provocando un largo enfrentamiento entre los labradores de la dehesa de Eguerew
(La Laguna) y
el Concejo a causa del elevado canon impuesto en el reparto.
El programa de repartos de
tierras concejiles promovido por los gobiernos ilustrados de la metrópoli no
concluye con esta primera experiencia, sino que se amplia al marco regional en
la década de 1780-1790, coincidiendo con la aguda crisis económica y social que
sufre la colonia. El crecimiento demográfico, la pérdida de propiedades por
parte del campesinado que se encuentra muy endeudado y la proliferación de
jornaleros sin tierras, junto al alza de precios de las producciones de
subsistencia, determinaron una auténtica oleada de roturaciones clandestinas de
tierras en las islas que parece alcanzar su punto culminante entre 1770 y 1780.
Los labradores pobres y sin recursos, impulsados por la aguda carestía que
había sufrido la colonia a comienzos de aquella década, se lanzaron a roturar
montes y baldíos concejiles apoyados por los poderosos locales, que de esa
manera lograban ampliar sus propiedades a costa de las tierras comunales.
El hambre de tierras que se
manifiesta tanto en Tamaránt (Gran Canaria) como en Chinet (Tenerife) y
Benahuare (La Palma)
mediante usurpaciones clandestinas movilizó a la sociedad rural de las islas en
favor de un nuevo programa de repartos que diese salida a las expectativas del
campesinado y de las burguesías de los pueblos. Entre 1782 y 1787 se fue
definiendo el modelo de repartos de baldíos en Canarias a través de un tortuoso
conflicto donde se enfrentaban los intereses de la terratenencia colonial
tradicional (decidida a convertir el repartimiento en la simple distribución de
grandes datas de tierras) y las burguesías rurales que encabezaban la lucha
campesina en favor de un repartimiento general (conscientes de que tal reparto
llevaría a sus manos las suertes de muchos pequeños colonos que perderían sus
parcelas debido a sus escasos medios para garantizar el cultivo de las nuevas
tierras).
La posición de los concejos
insulares se alineaba con los intereses de la terratenencia tradicional que
constituía el grueso de sus cuerpos de regidores; así, en Chinet (Tenerife) el
Cabildo apoyó con todas sus fuerzas la distribución del baldío de Geneto en
grandes datas solicitadas por personajes influyentes como el marqués de
Villafuerte o don Fernando Molina y Ouesada, suscitándose un encarnizado pleito
con los vecinos de Chikayka (El Rosario) que defendían la continuidad del
baldío como zona de pastoreo. (Juan Ramón Núñez Pestano1991)
1788.
La Batería de la Candelaria en la
olaza de Santa Cruz de Tenerife estaba artillada con 2 cañones de a 24; 2 de a
16 y 2 morteros de a 12, y guarnecida por 1 Oficial, 1 Sargento, 1 Cabo y 17
soldados, previsto para caso de guerra su aumento a 3 Oficiales, 3 Sargentos, 3
Cabos y 90 soldados. (José María Pinto de la Rosa, 1996)
1768. Nace
en Acoden (Ycod de los Vinos) en Chinet
(Tenerife) el criollo Fernando Key Muñóz. Comerciante canario. Secretario de
Hacienda de la Junta de 1810. Tras llegar muy joven a Venezuela, donde se
dedicó al comercio al lado de su tío Tomás Muñoz, socio principal de la firma
comercial Muñoz y Orea, casa fundada en 1785, y que funcionaba en la calle San
Pablo de Caracas. En pocos años, Key se convirtió en uno de los más prósperos
comerciantes de la ciudad. Asimismo, en 1797 fue elegido quinto consiliario del
consulado por 26 hacendados y 26 comerciantes y por su prestigio fue nombrado
asesor del ingeniero José Mariano Aloy, quien construía la casa consular. En
1805, fue uno de los promotores de la Casa de Bolsa y Recreo de los
Comerciantes de Caracas.
En 1808 firma la representación de los mantuanos de
Caracas para el establecimiento de una junta gubernativa autónoma. El gobierno
surgido el 19 de abril de 1810, lo nombró ministro de Hacienda; pero ese mismo
año, a fines de agosto o inicios de septiembre fue suspendido del cargo, junto
con José de las Llamozas y los vocales de la Junta, Ascanioy Sosa, por considerársele
sospechoso de ser partidario de la Regencia. Durante el proceso de la guerra, Key
supo adecuarse a los altibajos políticos, unas veces con los realistas y otras
veces con los patriotas. Así, cuando en agosto de 1812 el jefe realista Domingo
de Monteverde entró a Caracas no lo persigue; y en diciembre de ese año aparece
su firma como secretario de las cortes, en el decreto que nominaba a Angostura,
capital de Guayana como «Muy noble y leal ciudad», por la oposición que había
hecho a la causa patriota. Key Muñoz tuvo participación en un lento y
complicado proceso, que empezó en 1812, en momentos de gran conmoción por el
terremoto de Caracas e inicios de la
Guerra a Muerte. La empresa Muñoz y Orea, reclamaban a Key el
haberse enriquecido al margen de los intereses comerciales de la empresa, y se
ventilaba si los negocios realizados independientemente por Key, debían ser o
no parte del patrimonio de la sociedad mercantil. Todavía en 1842 intervenían
Josefa y Tomás Muñoz contra Key, pidiendo un examen y juicio de la causa de
liquidación de la firma Muñoz y Orea. Al margen de todo esto, se considera que
Key fue uno de los propulsores más destacados del comercio y la agricultura en
Venezuela de la primera mitad del siglo XIX. Muere en Caracas en 1845.
1768. El monarca de la metrópoli Carlos III concede permiso a la
parroquia de la la secta católica de la Orotava en Chinet (Tenerife) para
navegar en su beneficio varios navíos con mercancía para las colonias de
América. La parroquia hizo un trato no sabemos de qué tipo con una casa de
comercio para ayudar a la construcción del templo, como hemos dicho
anteriormente en el puerto de la Orotava todas las casas de comercio eran
Irlandesas o de descendientes de estos, nuevamente nos encontramos el triangulo
de Canarias, América e Irlanda. Por otro lado los reyes católicos se
rescindieron de la obligación de la corona a ayudar económicamente en la
construcción de templos creando el fondo del diezmo con este menester. No
obstante Carlos III hizo excepciones siendo la de la Iglesia matriz de la
Orotava la única en la colonia de Canarias y cosa que también nos llama
atención es que otra de las pocas que tuvieron ese privilegio en la metrópoli
fue la mencionada construcción masónica
de la catedral del Burgo de Osma.
1768 Enero 1.
Viernes, este año
bisiesto amanecio el dia
muy alegre, i
ya los vez.os
de esta Ciudad
mejores, mejoran de la
Epidemia, i todo
con distinto aspecto
del que tenia
a fines del
passado. Concurri al Cabildo.
á que asistieron
16 Regidores; porque
havia empeños sobre
los empleos, pralm.te
sobre 1os de
Abogado, i Mayordomo
de Proprios. Estos
salieron á mi
satisfacion, i yo
quede libre de
to- dos encargos, como lo
deseaba, por lo
mucho, que me han
dado
que hazer los que
he tenido en
los años antecedentes.
Por la
tarde de este
dia fue la
eleccion de los
quatro Diputados de Abastos,
i Personero del
Comun, i salieron electos de
Diputados D.n Estevan
Botino, D.n Joseph
Bello, D.n Domingo
Peña, i D.n
Juan Nuñez, i
de Personero D.n Santhiago Eduardo.
1 en 4 de Enero
se presentaron en Cabildo,
i se les
recibio. (Lope Antonio de la Guerra y Peña. 1768)
1768 Enero 15.
No obstante
la eleccion de
syndico Personero hecha á
principio de año
se procedio á otra
eleccion de Syndico
segun el methodo,
i forma antiguo, que
se nota al
folio 4 de
estas memorias, en
cumplim.to de cedula de 11 de
Abril del año
prox.mo pass.’ de
1767, obtenida á pedim.to
del Cor.1 D.n
Mathias Franco, que, quizas
movido de un
natural altanero, i
novelista, pretendia se
variasen algunos de
los estututos con
que se elegia,
i assi pidio
que la eleccion
fuesse cada tres
años: que huviesse facultad
para reelegirlo; que
pudiesse ser eclesiastico:
que tuviesse assiento
inmediato al Decano:
que assi por escrito,
como de palabra
se le debiesse
dár, y diesse el
mismo tratam.to que
á los Regidores:
i que se le
citasse para todos
los Cabildos. De
estas dhas preten- siones consiguio
algunas, como que
se pudiesse reelegir
al Personero, que
esta eleccion se
hiziesse cada tres años,
que se le diesse el tratam.to que á los Re- gidores, i
que se le citasse á
todos los Cabildos; pero negosele el assiento, que se mando
fuesse despues de los
Regidores, i prohibiose
el que pudieran
serlo eclesiasticos, como
todo se refiere en la
citada Zedula de 11
de Abril, que manda continuar
esta eleccion en el dia, i
modo establecidos. Bien pudo
el Ayuntam.to no
dár cumplim.to á esta
dha Cedula, i suplicar
de ella, assi por
no ser verdadero mucho de
lo que representó
el Cor.1 Franco, como por
ser de mas
tal Personero, quando en cumplim.to
del auto acordado de 5
de Mayo de
66, se nombra sindico el
dia ‘Prim.“ del
año con las mismas facultades, i
que esta eleccion solo
será un semillero
de discordias entre los
dos Personeros para separar lo’que incumba
a cada uno;
pero como el
tpõ. hará ver,
lo que ahora por mas que se
clamasse se dudaria, se le mando dar su
cumplim.to i nombraron
los seis Cab.os
electores i dho dia 15
se hizo la eleccion
en S.n Agustin, i
fue electo el Cor.1 D.n
Simon de Herrera, i Leiva.
El cit.’ D.n Matias, á quien para estas pretensiones,
parece movia mas el
amor proprio, que el
del Bien comun,
contradixo la eleccion;
por que no dos allos
de intermedio que lo
fue Herrera, o porque no
salio el que
Franco protendia (que se
considera el verdadero motivo) i
siguio en Justicia ante el
Then.te de Correg.or que la dio
por nula, i mandó
que se hiziesse de nuevo
para la que se bolvieron á nombrar
electores, i en 12
de Marzo se eligio al
D.r D.n Amaro Gonzalez. El
Proc.or m.or D.n Fern.do Molina la contradixo
por ser el expresado D.n Amaro deudor al Posito, i
algunas otras nulidades incompatibles
con la Personeria; pero el
mismo Theniente que declaro nula la eleccion
hecha en Herrera; usando del
privilegio de reelegir,
declaró valida la hecha en D.n Amaro deudor
del posito, i mando
que se le
recibiesse, como en efecto se
le rccibio en 22
de Abril, i hizo
el Juram.to acostumbrado.
Quando á los Juezes les falta
la verdadera sabiduria i
literatura, i solo
se siguen por el instinto,
o passion se ven muchas de estas providencias. (Lope Antonio de la
Guerra y Peña. 1768)
1768 Marzo 31.
El Jueves, por
la noche llego al Puerto de S.ta
Cruz en
un Navio de Guerra que venia por
los caudales del Rey el Exc.mo Sor
D.n Miguel Lopez Fernandez de Heredia cav.o del
Orden de S.n Juan,
Mariscal de campo
de mand.te los R.s
Exercitos que venia
de Gov.or i
Comand.te GralMig.l de estas
Islas, Presidente de
su R.1 Audiencia. Desembarco aquella
noche, i se
hospedó en el
Castillo pral, cuyo Castellano habra
gastado mucho en
prevensiones (sic) para
el recebim.to que
se creyó fuesse
algunos Meses antes.
Al dia siguiente
desembarcó la S.ra
su
Muger D.a
Maria Angela, i
demas familia, i
se fueron á las
casas, que se
les tenian prevenidas,
por lo que
fueron inutiles las prevensionen
(sic) del Castellano.
Alli recibieron
los obsequios de la Ciudad,
que baxó á
cumplimentarles por sus
Diputados D.n Franc.co
Garcia de la
Guerra, i D.n
Joseph Sabiñon Guillama,
i de muchas
de las personas de
mayor bulto de
aquel Lugar i
demas Pueblos de la
Isla. Hizieronse aquellos
dias algunos convites,
i saraos en obsequio
de los bienvenidos,
á que concurrio mucho Pueblo,
i como en
aquel todo se
reduce á etiquetas,
porque cada uno
quiere tener preferencia
á los demas,
i no hay
quien sepa regular
el lugar de
cada uno no faltaron
en las mas
de las concurrencias
quejas, i desazones,
con especialidad entre
las Madamas. Luego
que se passaron los
primeros dias de
los cumplimientos hizo
el Comand.te publicar muchos
Vandos en asuntos
politicos, segun las especies,
que le subministraban aquellos
con quienes comunicaba.
Estos eran para
el aseo de las
calles, que no
se tuviessen en
ellas cochinos: que
despues de las
diez no se
saliesse sin farol:
que despues de las
nueve no huviese
Juego de naypes
en ventas ni
otros semejantes parages, con
otras muchas de
estas cosas, que el
ser tantas estorvaba
á que se
supiessen, i concurria
á que se executassen.
Establecio tambien que de
noche (sic) se
pussiessen faroles en
las fronteras de
las casas paraque las
calles estuviessen iluminadas.
La S.ra su
Muger comenzo á introducir
la moda de
ir con mantellina
á la Iglesia, i
sin ella, ni
otra cosa por
la cabeza al
paseo, i á
las que la
visitaban suplicaba que
hiziessen lo mismo. (Lope Antonio de la Guerra y Peña.
1768)
1768 Abril 1.
Llega al puerto de Añazu n Chinech
(Santa Cruz de Tenerife) el nuevo comandante general virrey de la colonia de
Canarias Miguel López Fernández de Heredia.
Este empleado de la
metrópoli había sido nombrado en julio
de 1767 creándose al mismo tiempo el empleo de segundo cabo para que
reemplazara al general en sus ausencias y enfermedades y fuese a la vez
inspector de las milicias, habiendo sido el primer electo el coronel don
Antonio Sánchez de Prado que, por falta de salud, no vino a desempeñar su
destino.
El nuevo general llegó a Añazu
(Santa Cruz) y en aquel pueblo se instaló sin salir de allí ni visitar ningún
otro, excepto La Laguna y La Orotava, donde solía residir como lugares de
distracción y recreo. Durante su mando se distribuyeron las milicias en
regimientos, nombrándose de coroneles y oficiales a las personas criollas más
ricas y notables de la colonia. Contribuyó a la rápida formación de estos
cuerpos la llegada del inspector segundo cabo don Nicolás de Macía Dávalos, que
con ciento setenta y dos soldados españoles llegó a Añazu (Santa Cruz) en 1769,
sirviéndole esta tropa de cuadros para adelantar el aprendizaje de las bisoñas
milicias y darles una rápida educación militar.
Volvieron a repetirse en la
colonia, y especialmente en Chinet (Tenerife,) los conflictos, desmanes y
atropellos provocados por el general con sus Órdenes arbitrarias que la nobleza
criolla resistía, siendo víctimas de su celo el marqués de Villanueva y el de
la villa de San Andrés. Justo es decir, sin embargo, que estos magnates,
infatuados con sus títulos y riquezas y desobedeciendo con frecuencia a su jefe
en los servicios militares a que estaban obligados por sus cargos, merecían los
rigores con que el general los trataba.
Continuaba el hambre diezmando
las poblaciones de Titoreygatra (Lanzarote) y Erbania (Fuerteventura) y
obligando a sus habitantes a buscar remedio a sus infortunios en las islas de
Tamaránt (Canaria) y Chinet (Tenerife.)
Tanta miseria produjo el desarrollo de una enfermedad pestilencial, que llenó
de alarma a toda la colonia. El obispo que era entonces de la diócesis, don
Juan Bautista Servera, obedeciendo a sus sentimientos de ardiente caridad y
secundado por su cabildo y por las familias más ricas de Canaria, consiguió
aliviar la triste suerte de aquellos infelices, consolándoles y distribuyendo
entre ellos alimentos, ropas y medicinas. El general, por su parte, trabajaba
en Chinet (Tenerife) con la misma abnegación y generosidad, socorriendo a los
desvalidos y enviando agua y granos a los que habían quedado abandonados en sus
casas. También obtuvo de la piedad del rey, ya su ruego, el envío de grandes
remesas de trigo que le fueron llegando de los puertos de Andalucía y de
Marruecos y repartía luego gratuitamente con las familias más pobres, por valor
de más de 40.000 pesos. Como una compensación de estas públicas calamidades, se
recibió en noviembre de 1772 la fausta noticia de haber sido comprendidas las
Canarias en los reinos que podían ejercer el libre comercio con los puertos
menores de Indias, cuyo privilegio había de producir grandes ventajas a todo el
Archipiélago. Millares T. 1977)
1768 Abril 1.
Toma el mando de la colonia de
Canarias D. Miguel López Fernández, una de sus primeras disposiciones fue restaurar
el muelle de Añazu (Santa Cruz) principal fuente de ingresos tanto para él como
para la metrópoli, dicho muelle había sido arruinado por un temporal.
Para terminar las
reparaciones quiso imponer nuevo
arbitrio a cuyo efecto reunió una Junta, y en contra del parecer de algunos
criollos vecinos en relación con los arbitrios para sufragar los gastos, ordenó
al Jefe de Ingenieros Don Alexandro de los Ángeles levantase el plano del
muelle, y proyectase en su remate las obras necesarias para instalar una
batería de siete cañones; éste se limitaba a consolidar lo ejecutado por su
antecesor Don Francisco La Pierre, y proyectó en el martillo, como se le
ordenó, una batería cerrada por una sólida muralla semicircular en la que se
abrían siete troneras, añadiendo a su espalda un ancho Cuerpo de Guardia y
junto a las escalerillas una casilla para los guardas de Rentas Reales,
proyectando al propio tiempo una suave rampa para el acceso al muelle desde la
calle de La Marina.
El criollo D. Amaro José González
de Mesa se opuso a esta obra por entender que era mejor hacerla en La Caleta de
la Aduana y remitió a la metrópoli varios Memoriales en ese sentido, por lo que
el Consejo Supremo de Castilla decidió pedir informes el 19 de
Diciembre de 1768 al Comandante
General, a la Real Audiencia y a los Cabildos de Tenerife, Gran Canaria y La
Palma. El Comandante General se limitaba a hacer historia de la obra que había
patrocinado en sus comienzos González de Mesa; la Real Audiencia solicitó a su
vez informes de los Cabildos, y el de Tenerife, influenciado sin duda por
González de Mesa, hacía presente el 31
de Mayo de 1769 que debía hacerse el muelle en La Caleta de la Aduana; el
Cabildo de Gran Canaria informó en el sentido de que bastaba con las playas
naturales para el comercio, y que el proyecto era inútil, gravoso y
perjudicial; los representantes de La Orotava y Puerto de la Cruz hicieron
presente que el puerto de Tenerife debería ser el de Martiánez, en el Puerto de
la Cruz; la Real Audiencia evacuaba el suyo el 2 de Octubre de 1769 y se
pronunciaba por el construido en la laja de San Cristóbal en Santa Cruz, y
aunque en ese sentido resolvió la Superioridad, por otras razones quedó la obra
en suspenso hasta que otro gobernador colonial el Comandante General Don Eugenio
Fernández de Alvarado, Marqués de Tabalosos, solicitó de la metrópoli en carta
de 18 de Marzo de 1776 la urgente
reparación del muelle.
1768 Mayo 20.
Para el
dia 20 de
Mayo de este
año commovio (sic) a dho.
Excmo S.or Comand.te
Gral. á todos
los Pueblos de la
Isla con la
convocatoria á una
Junta, que decia
ser en servicio del
Rey i de
la misma Isla.
Fueron llamadas todas
las Personas de
ella que se
Juzgaba tenian algun
caudal. Este llamamiento
hizo mucho ruido; porque
se ocultó el
para lo que
era, i, aunq.e
todos discurrian, no se
podia averiguar con
certidumbre á que
se dirigia i eran
discordes los dictamenes, aunque
convenian en .que
era cosa de contribucion;
porq.e los llama-
dos eran todos los
que ‘pudieran tener
algun dinero. Llegó, pues,
el dia señalado,
i, por ser
muchos los convocados, se dividio
el concurso en
mañana i tarde
siendolo para la mañana
los sugetos de
mayor graduacion. Al
principio de la Junta huvo
un altercado .porq.e
haviendose ido el Correg.or
á sentár en
el lugar que
parece le correspondia, que era
á la derecha
del Comand.te, que
hazia cabeza, habiase sentado en él
al Veedor de la Gente de
Guerra, que se mantuvo
en el asiento,
queriendo sostener que
le pertenecia por
lo que el
Correg.or despues de
haber .protextado no
dár su consentim.to
á 1o que
se determinasse en la Junta, se
salio, i lo mismo hizieron
el Juez de
Indias, i Alcalde del
Lugar.
Acabose este
altercado, i e1
Comand.te propuso la
necesidad que habia
de que el
Muelle de aquel Puerto,
que se empezó
en tiem. del
S.or Urbina, se acabase;
p. s de lo
contrario se acabaria
de arruinar.
Huvo de
pronto algunos ofrecim.tos
que fueron pocos; porq.e el
del Comand.te, que
avia de dár
norma, no excedio
de cien pesos,
i porque la
mala constitucion de la
Isla no
permitia á los
demas concurrentes extenderse
á mas. Acabada esta,
propuso dho. Comand.te
otra de uno por
ciento en los efectos,
i comercio de
Indias, á lo que parece dieron su consentim.to los que estaban en el Quarto
pral. que los mas eran Oficiales
de Plana mayor, que por
adular al Comandante consentirian en cualquier gravamen; pero
el Person.” incitado
de los que qualq estaban en
la sala, que
eran de contrario
parecer, puso en consideración
del Comand.te que
el asunto de contribuciones no se
podia determinar en aquella Junta; porque en ella no
estaba legitiman.te
representada la Isla. Interrumpiolo el
Comand.te diciendo, que era buena, que quando estaban ya
todos convenidos se saliesse con aquella
pata de Gallo, como que
pata de Gallo, replico el Personero,
sé muy bien
lo que digo;
pues en tal
Junta no ay facultad,
authoridad, ni representacion para
tal asunto; porq.e la
concurrencia es de particulares
no revestidos de la representacion publica de
la Isla destinada
á deliberar con previo examen
de la materia, para
lo que debieran averse elegido
Diput.o. por las
Justicias, i vezos
de los Pueblos; i para
un impuesto, en que
son tambien gravadas las
Islas de Canaria, i la
Palma, como que el Comercio de
Indias es de
las tres, no
se podia, sin
el concurso de sus
Diputados, resolver en cosa
gravosa, i menos sin licencia del
Rey. El Comand.te
i el Ve[e]dor,
con el exemplo de
lo que hizo
el S.or Urbina, quisieron
satisfacer á estas
razones; pero en
fin, vista la
resistencia, se suspendio el
impuesto, quedando para mas seria
deliberacion, i maduro
examen el imponerlo.
Por la tarde se
continuaron los ofrecimientos, i
entre todos se Juntarian 1500
pesos: con lo que se
terminó la Junta, con que
se incomodo á
los vez.oz hasta de
los Lugares mas distantes, sin
distincion de Personas, i
sin otra mira
que obligarlas en la publicidad
á dár lo que
no les
permite la actual deplorable
constitucion.
Acabada la
Junta, se comissionó en los Lugares
á algunas personas,
para que continuasen a
exigir dha contribucion voluntaria
de los que no avian
concurrido. 1 el Comand.te
comenzo á adquirir firmas
para ocurrir por
la licencia para
el impuesto de uno por
ciento, que no
faltaron muchos que
firmasen por conocer
que daban gusto
al Gefe.
(Lope Antonio de la Guerra y Peña. 1768).
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