sábado, 19 de octubre de 2013

TEJINA DE TEGUESTE-I




 
TOMADO DEL LIBRO INEDITO:
EL MENCEYATO DE TEGUESTE: APUNTES PARA SU HISTORIA 
 
CAPITULO I
(PARA ESTA SEPARATA)
 
Eduardo Pedro García Rodríguez
 
Tejina
 

Tejineros/as
Es un Achimenceyato del Menceyuato de Tegueste y actual pueblo costero del nordeste de la isla Chinech (Tenerife) perteneciente al municipio de La Laguna. En el año 2010 contaba con más de 7.000 vecinos.
El origen del topónimo no esta suficientemente dilucidado, por lo que se viene prestando a diversas interpretaciones, unas recurriendo a las tan socorridas leyendas cuando no se dispones de fuentes documentales que justifiquen el origen del nombre, otros emiten afirmaciones sin mencionar las bases documentales escritas u orales en que sostener sus asertos, así la cuestión vamos a reproducir algunos de estos planteamientos y que el lector asuma aquel que crea más fiable.
Tejina (Tehina o Tewinu) = esta (de las) viviendas. En todo caso tienen una pronunciación y sonido muy diferente a como suena en castellano. (Según Suarez Rosales)
El investigador  Buenaventura Pérez Pérez recoge dos topónimos referidos a Tejina en los siguientes términos: Tejyne, Rf: BPP-1.229/C. Dª Ten: Año 1504. Ofc. Tejina, en Guía de Isora.
Tenejía: (teg/lag) Rf: 1.232/C. Variante de Tehangía, este topónimo lo sitúa entre tegueste y La Laguna, por lo que cabe la posibilidad de que se refiera a la actual Tejina.
Algunos autores dejando volar su fantasía afirman que el topónimo Tejina, proviene de una mujer guanche que se enfrentó a la invasión portuguesa de la zona.
Historia de la Princesas Guamasa, leyenda moderna de autor anónimo donde se hace mención a una supuesta Princesa Tejina:  

”El antiguo pago de Guamasa del lugar de Tacoronte debe su origen a una historia de amor que se remonta al tiempo de los guanches. Guamasa y Tejina eran hijas de Acaymo, éste descendiente de Rumén y nieto de Tinerfe el Grande. Acaymo fue el último mencey de Tacoronte, uno de los nueve reinos o menceyatos de la isla. La joven Guamasa se enamoró del gallardo Teguaro, surgiendo entre ambos un idilio prohibido por la diferencia de linaje. Buscaban el encuentro a escondidas y comprendiendo que su amor no sería aceptado se pusieron de acuerdo para escaparse. Lo hicieron así y marcharon hacia los aledaños de la laguna de Aguere, donde construyeron su cabaña en un paraje extraviado. Al enterarse Acaymo se enfureció y la pareja recurrió a Tejina, hermana de Guamasa, para que mediara ante el enojado mencey, quien no daba su brazo a torcer. Sin embargo Acaymo acabó por aceptar la relación amorosa y Teguaro se casó con Guamasa, recibiendo ésta en dote una llanura junto a los predios del Rodeo. Al tiempo, Teguaro faltó al respeto conyugal y protagonizó historias de amor con otras mujeres, lo que motivó que Acaymo lo desterrara. Teguaro se fue a las montañas y una noche perdió la vida al caer por un barranco, mientras que Guamasa murió de soledad y tristeza en la llanura que lleva su nombre.”
 

“Con estas líneas pretendo aclarar la confusión que existe cuando nos referimos a estas dos reinas guanches (Tejina y Tegina) de Achinech.

 

Tejina: Hija de Guantacarchico y Calaia, esposa del mencey de Anaga, Beneharo; madre de las Princesas Guacimara y Kathaysa. Se suicidó, una vez perdido su esposo e hijas, desde La Atalaya tejinera, habiendo sido consumada la conquista de Achinech por los masacradotes españoles.

 

Tegina: Hija del Mencey Acaymo de Tacoronte y de Imoba Tauxo, esposa del mencey de Tegueste: Madre del Príncipe Teguaco. Sobrevivió a la conquista, y asesinado su esposo, permitió que la bautizasen con el nombre de Aldonza Tacoronte, casándola con un capitán español, llamado Alonso Benítez.” (Betzenuya, 2010).
 
Continuando con esta línea especulativa en torno al origen del topónimo Tejina, la autora María José Ruiz Guadalberto Hernández en su libro La Fiesta de San Bartolomé de Tejina, haciéndose eco de un trabajo de Nicolás Pérez García, nos dice:
 
"Hace más de cinco siglos, el menceyato de Tacoronte que gobernaba el rey Acaymo, debió presentar la imagen de un lugar de eterna primavera, po­blado por aborígenes sencillos, valientes y amantes de sus derechos y liber­tades, sujetos a las leyes de la naturaleza. (...) Acaymo de Tacoronte tenía una estrecha relación con el principado o señorío de Tegueste II, dominio li­mítrofe que estaba bajo el feudo de Bencomo, al igual que las tierras de Punta del Hidalgo. El príncipe Tegueste fue uno de los dos hijos de Aguahuco el bastardo, que tuvo la más pequeña herencia de Tinerfe el Grande. El mayor de ellos, Tegueste, casó con la princesa Tegina, hija del poderoso Acaymo de Tacoronte. La dote de Tegina fueron dos valles vecinos, uno de los cuales lleva su nombre y el otro el de su esposo. Zebensuí era el herma­no menor, llamado "Hidalgo Pobre" (...) siendo sus posesiones lo que hoy se conoce como Punta del Hidalgo. (...) Los reinos del norte de la isla: Taoro, Tacoronte, Anaga, Tegueste y Punta del Hidalgo, fueron los que se confede­raron en una liga para hacer frente a los usurpadores extranjeros, venciendo a Lugo y sus soldados en la Matanza de Acentejo" m. Esta cita confirma la existencia de pobladores en los valles de Tegueste y Tejina y su capacidad organizativa en el S. XV. (María José Ruiz Guadalberto Hernández, 2002).
 
En este texto el autor convierte al mencey de tegueste en “príncipe” es decir en achimencey y además lo hace hijo de Aguahuco y además “bastardo” concepto este que en la sociedad guanche carecía de las connotaciones peyorativas que le daban los invasores cristianos al termino, en todo caso era hijo de una esposa Cucaha, y no de la esposa principal, por otra parte,  Aguahuco es el nombre guanche del Achimenceyato denominado por los invasores como Punta del Hidalgo Pobre. El concepto de “dote” tal como lo entendían los invasores y colonos españoles no se usaba entre nuestros ancestros, simplemente se repartían la influencia política entre la familia del mencey  del gobierno del territorio estando al frente de los achimenceyatos y auchones los parientes más próximos del monarca.
 
En cuanto a la independencia del Menceyato de Tegueste de cualquier otro de la isla esta documentalmente confirmada por un documento extendido por invasores europeos el 21 de junio de 1464 conocido como:
 
Acta del Bufadero
 
“Ansioso Diego de Herrera de dominar en Tenerife, preparó una expedición de 500 hombres en tres navíos, desembarcando parte de su gente por las playas del Bufadero, pero viendo que los guanches se disponían a rechazarlo, cambió de táctica y envió un mensajero para celebrar un tratado de paz con aquellos, de lo cual levantó acta el escribano publico Fernando do Párraga, cuyo documento, fechado el 21 de junio do 1464, f3) le sirvió a Herrera para demostrar que los nueve Menceyes le habían prestado obediencia y ejercía dominio en la isla. Dicho instrumento público comienza así:
 
A todos cuantos esta carta viéredes, que Dios honre y guarde de mal: Yo Fernando do Párraga escribano público, en la isla de Fuerteventura en lugar de Alfonso de Cabrera escribano público en las islas de Canaria por mi señor Diego de Herrera, señor de las dichas islas, con la autoridad y decreto que el dicho señor me dio, vos doy fe y fago saber que en presencia de mí el dicho escribano, e de los testigos que de yuso serán escritos, en como un sábado, veinte y un días del mes de junio, año del nacimiento do nuestro Salvador Jesucristo de mil e cuatrocientos e sesenta e cuatro años, estando en la isla de Tenerife, una de las islas de Canaria, en un puerto que se llama el Bufadero estando ende el dicho señor Diego de Ferrera señor de las dichas islas, con ciertos navíos armados con mucha gente que traía en los dichos navíos, vinieron ende parecieron ante el dicho señor el gran Rey de Imnbach, de Taoro, el Rey de las Lanzadas, que se llama Rey de Güimar. El Rey de Anaga El Rey do Abona. El Rey de Tacoronte. El Rey de Benicod. El Rey do Adeje. El Rey de Tegueste. El Rey de Dante.
 
E todos los sobredichos nueve Reyes, juntamente (hicieron reverencia y besaron las manos al sobredicho señor Diego de Ferrera obedeciéndolo por señor; presentes los Trujomanes, que ende estaban, los cuales eran Rey de armas que la lengua de la dicha isla de Tenerife...”
 
En otro pasaje de la citada acta, leemos: “E luego el dicho señor Diego do Herrera dio ende sus navíos gente, e decendió, y subió por la tierra arriba, bien cerca de dos leguas, con los dichos Reyes, hollando la tierra con sus pies, en señal de posesión, y cortando ramas de árboles, que en la dicha isla estaban, e los dichos Reyes metiéndolo en la dicha posesión pacíficamente, non gelo conturbando, ni contrallando  persona alguna; yendo con él por la dicha tierra acompañándole, e faciéndole todo agasajo, e servicio que podían...”
 
Este documento, como ya hemos dicho, no tiene, a nuestro juicio, más valor sino el querer demostrar Herrera que la isla de Tenerife estaba sometida a sus armas. Lo único que parece cierto es que Herrera haría algún convenio con un cabecilla del litoral para sacar madera, especialmente pinos; que es posible levantara una torre donde dejó alguna guarnición, y que pretendió catequizar a los habitantes de la costa, a cuyo efecto trajo la imagen de la Virgen de Candelaria. Muy poco duró ese dominio insignificante: los guanches derruyeron la torre, y expulsaron a los intrusos con harta mengua para sus armas.
 
Además, se advierte a primera vista que el acta levantada por el escribano Párraga, está redactada a gusto y conveniencia de Herrera, pues no aparece refrendada ni consentida por ninguno de los jefes guanches: también es muy significativo que de los nueve jefes, uno tan sólo aparezca con nombre propio, el Rey Imobac, de Taoro; al de Guimar se le designa con un sobrenombre, y a los restantes por el distrito en que ejercían soberanía. Y es evidente que si esos reyes se hubieran presentado ante Herrera, el escribano Párraga habría consignado sus nombres.
 
Por último, conociendo el carácter altivo e independiente de los guanches, es imposible aceptar que los nueve Menceyes de la Isla acudieran al solo requerimiento de un extranjero para someterse a su voluntad, el cual apenas contaba con 400 o 500 hombres para hacerse respetar.
 
Por eso el criollo Viera y Clavijo se burla de esa toma de posesión, cuando dice: que sólo se sacó de ella “una gran certificación en pergamino”.
 
La familia de Acaymo Daniaga en los documentos


Acaymo Daniaga. Cristianizado por el rito católico como Fernando Tacoronte casado con su prima María Hernández, o Fernández, viuda de Diego de Güimar, la que falleció en La Laguna, y otorgó testamento ante Alonso Gutiérrez, en 1º de marzo de 1520, folio 499, dejó ordenado que se le enterrase en la Parroquia de la Concepción de La Laguna, de este matrimonio nacieron los hijos siguientes: Francisco Hernández Tacoronte, que casó con la guanche  Leonor Alonso, avecindados en Acentejo, testó ante Sebastián Pérez, registro de 1526 y 27, folio 304, dejó siete hijos, Juan Hernández Tacoronte, casó con la también guanche Bárbola Pérez, en 1550, de quien tuvo a Sebastián García y Gaspara Hernández; en Los Realejos, en el año 1540 firmó poder para representación a la corte española, falleció en 1561. Héctor Hernández, casado con María Jordán, se avecindaron en el Sauzal; María Rodríguez y Hernández, quien casa con Andrés Díaz Fortuna guanche; Luís Hernández Tacoronte, casado con la guanche Luisa de Vera, se avecindaron en Adeje; Fernando/Hernando (o Fernando) Tacoronte, (el segundo) casado con María González, guanche; Antón Hernández Tacoronte, fijó su residencia en Candelaria, Juana  Tacoronte, (entenada o hijastra de Fernando Tacoronte) casada con Juan de la Barquilla. Díaz Dorta recoge además: Inés Hernández Tacoronte. (Chaurero n Eguerew).
 
Lo cierto es que el topónimo Tejina figura en las datas de repartimiento desde el año 1500 y,  esta recogido como apellido de un noble guanche cristianizado en los protocolos de Hernán Guerra, desde 30 de agosto de 1510, al fol. 330 r.: Pedro Guantejina, natural, otorga testamento. Dispone que los clérigos de esta isla, que se hallaren presentes, le digan sendas misas y el cura de réquiem con sus nocturnos y letanías; le digan un treintenario abierto y se les pague lo que es costumbre. Manda que paguen las deudas conocidas por testigos y escrituras públicas. Que den a Nuestra Señora de Candelaria 4 doblas y a Nuestra Señora Santa Ana otras 4 doblas, a Nuestra Señora María de Gra­cia 1 dobla, al Señor Santo Espíritu otra dobla, al Señor San Fran­cisco 2 doblas, a Nuestra Señora de Guadalupe otra dobla. Que den a Bartolomé, su sobrino, criado de la mujer de Enrique de Morales, 60 castrados para ayuda de su rescate. Del ganado que tiene en esta isla, deja la mitad a Bartolomé y la otra mitad a Inés Fernández, su mujer. Nombra albaceas a Juan Perdomo y Guillen Castellano. Nombra herederos universales a su mujer y a su sobrino Bartolomé “que es mi primo, hijo de hermanos”; las casas en donde mora serán para su mujer, pues no entran en la partija. Manda que den a Alonso de Bonilla 1 dobla y 2 reales, a Bastían, su criado, 3 doblas que le debe; a Don Diego, hijo del rey de Anaga, 3 doblas menos 1 real; a Sebastián de Anaga 1 dobla; i Andrés Francés 68 cabrillas de un año por San Juan de junio venidero. Le debe Pero Báez, peguero, 44 reales de queso que le vendió; Gaspar Guanche 27 quesos, y más tiene que darle 25 quesos de la renta del ganado de Andrés. Paguen a Alonso de Bonilla 4 reales. Manda que den un asno a su mujer. Confesó deber a Fernán Martín de Espinar 13 reales y 13 mrs., y a Don Diego, “labrador”, 10 reales, y se pague a Alonso de Abona 4 reales. Debe Gaspar 17 que-los que ha de recibir la de Gaspar por su hermano. Ts.: García le Alcubillo, Alonso Velázquez, Gonzalo, levador, Fernán Esteban Cárdeno y Pedro de Aday de Güímar.—Fernán Esteban Cárdeno.
Al fol. 637 r., de fecha 23 de octubre de 1511: Pedro Guantijama, guanche, reconoce deber a García de León 23 reales por ropa que le compró; le pagará en dineros de conta­do, en Pascua Florida de 1512. Ts.: Alonso de las Hijas y Fernán Esteban.—Fernán Esteban.
En 27 de noviembre de 1511 al fol. 653 r. Pedro Guantejina recibe poder de la hija del mencey Abona: Bartolomé Enríquez, natural, marido de Constanza, hija del rey de Abona, otorga poder general a Pedro Guantejina, v°. Ts.: Alonso de Espino, Fernán Esteban, vs. y ests.—Fernán Esteban Cárdeno.
Vestigios arqueológicos guanches en Tejina
En Tejina, se sabe que antiguos poblados guanches han quedado debajo de las actuales construcciones. El historiador y arqueólogo José Farrujia teme que de mantenerse esta indiferencia por parte de la Administración, ciertas facetas que definen la historia y la identidad de los pobladores originarios de esta zona de Tenerife “se pierdan para siempre por su mala conservación y no podamos comprobar si sus costumbres repetían los patrones que hemos observado en el resto de la Isla”.
Barranco de Milán, en Tejina
 
La importancia arqueológica, etnográfica, cultural y natural en esta impresionante cuenca, que a pesar de los numerosos trabajo y estudios arqueológicos realizados hasta la fecha, hay otras cuevas con restos humanos,  la pared menos explorada esconde tesoros que no se puede ni cuantificar ni cualificar,  todos los historiadores y expertos que han accedido al barranco sostienen que es uno de los más ricos de la Isla desde el punto de vista arqueológico, hace algún tiempo recogió una piedra molino y otras piezas, aunque han desaparecido concheros, trozos de cerámica y, huesos humanos.
 
La presencia en el barranco de numerosas cuevas aptas para ser utilizadas como lugares de habitación y la cercana presencia de agua, muestran el valor del lugar, lo que lo convirtió en una unidad de poblamiento muy importante en época de nuestros ancestros de la isla de Tenerife. En el tramo que recorre este barranco por el actual municipio de Tegueste, conocido como barranco de Agua de Dios, pero que como queda dicho su nombre guanche es Barranco de Diyo, que se ha declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona de Patrimonio Arqueológico (2006), se han encontrado una treintena de cuevas, las cuevas que existen en el barranco de Milán habitaron los primeros pobladores de esta zona de la isla.
Tejina cuenta en este barranco con  un lugar excepcional por su riqueza arqueológica, ya que hay inventariadas en el mismo decenas de cuevas naturales utilizadas en su tiempo por los aborígenes, y en su tramo intermedio ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Cueva sepulcral de La Palmita en Tejina
La Palmita.
Situada en la localidad de Tejina.
Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos. Ajuar, pulidor de lava y cuerda vegetal. (Diego Cuscoy, L. 1968, pág. 236.)
 
Barranco de Milán, debajo de Tejina. Su inmediato de las Cuevas, no parece que fuese aprovechado acaso por carecer de agua a diferencia del otro, continuación del de Tegueste, núcleo guanche conocido de los conquistadores. El poblado se inicia con doce cuevas sepulcrales y luego se pudieron identificar ocho más de habitación
 
De éstas una sola conservaba parte de su sustrato, por descuido de los buscadores de “guano”; y en este caso el nivel humano, siempre único, venía recubierto por otro estéril formado por los desprendimientos del conglomerado del techo. Su potencia respectiva no es dato indiferente. El grupo Milán., aunque profanada, ofreció un dato interesante. A menudo en las cuevas sepulcrales se encuentran las cuentas de collar típicas de Tenerife, concentradas en determinadas zonas del piso de las mismas. Esto puede ser debido a la inclinación de dicho periodo,  pues es claro que esos discos o cilindros tienden a rodar en cuanto los suelta la rotura de la hebra que los sostenía; otras veces pueden ir agrupados el campesino al cribar la tierra para separar del guano las piedrecitas inútiles. Pero cuando no se dan estas circunstancias el hecho es interesante. En la cueva de que tratamos ahora hay una recámara o nicho separada por un zócalo del resto; pues bien, todas las cuentas de collar y los fragmentos de piel gamuzada de, envoltura de las momias, procedían de este nicho, aunque gran parte del reato de la cueva estaba también destinado a .necrópolis. La momificación y los collares de cuentas ¿estarían reservados a determinada categoría de difuntos? (Juan Álvarez Delgado, 1947)
 
Poblado guanche del Barranco de Milán en Tejina
 
El barranco de Milán tiene su nacimiento en los montes situados al N. de Pedro Álvarez, atraviesa todo el fértil valle de Tegueste donde toma el nombre de barranco del Agua de Diyo (de Dios) y des­pués de flanquear Tejina por el E. desemboca en Caleta de Milán. Es su último tramo el que nos ocupa, se inicia al pie de un muro de contención o embalse.
 
El poblado está constituido por todo un sistema de cuevas existentes en su margen derecha. En la margen izquierda sólo se ha lo­calizado una.
 
Las cuevas de habitación son amplias y fáciles de alcanzar, en cuyo exterior se han recogido abundantes fragmentos cerámicos y «tahonas». Debido a estos hallazgos se han podido identificar 8 cuevas entre ellas Cueva Jurada. De todas ellas una ha dado la prueba arqueológica deseada. Se halla enclavada en el punto medio del sector que estamos estudiando y a unos 10 m. del lecho del barranco.
 
Su piso aparece claramente dividido en tres estratos. La capa superior es arqueológicamente estéril, así como la inferior; los vestigios se en­cuentran todos en la capa media. Estos han sido: fragmentos cerámicos abundantes, algunos decorados con incisiones y acanaladas. Una media piedra de molino, rota mientras se trabajaba en su preparación. Dos pun­zones de hueso.
 
Necrópolis. Sólo existen dos en el tramo del barranco que describimos:
Una de ellas se encuentra en la margen derecha, a unos 6 m ., sobre el cauce y situada en las proximidades del salto intermedio, uno de los tres que existen en este sector. No tiene esta cueva más interés que la simple referencia dentro del conjunto del poblado. En su interior se encontró una capa de polvo procedente de la destrucción de los restos óseos que contenía.
 
La segunda necrópolis está situada a la misma altura que la anterior en un punto de la margen opuesta del mismo barranco. Esta cueva ha su­frido múltiples profanaciones por lo que su interior se halla muy removido. Por el número tan elevado de restos humanos que cubre la superficie se estima que debió albergar gran cantidad de cadáveres. Otros hallazgos de la misma corresponden a: cuentas de collar de diversos tipos, tres de piel de animal agamuzada, un cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicos, «tahonas», restos de punzones y un caracol de la especie «conus». (X). Yacimientos registrados posteriormente en este tramo:
 
En la margen derecha, a unos 60 m. aproximadamente, del mar y a unos 40 m. del cauce del barranco, hemos registrado una serie de cue­ vas de habitación que se suceden a cortas distancias y en las que hemos hallado fragmentos cerámicos y huesos de animal sin clasificar.
 
A la altura del 2.° salto del barranco, una cueva sepulcral que por sus características creemos es la descrita anteriormente.
 
Yacimientos sin descripción
 
Bajamar. Naturaleza sepulcral.

Hallazgos: cráneos.
Las Goteras.  Cueva sepulcral: Cueva de la Gotera, entre Bajamar y Caleta de Milán. Varias cuevas de esta naturaleza en la desembocadura del Bco. de Milán. Cueva de la Palmita, entre Tejina y la Costa. Cuevas  sepulcrales:   restos  humanos,  punzones  de  hueso,  cuentas  de collar y un cordón de fibra vegetal. Los Pilones. Tejina. Naturaleza sepulcral.   Hallazgos: restos humanos.
 
 La Palmita. Tejina. Naturaleza sepulcral.  Hallazgos: cráneos, ajuar sepulcral, fibra vegetal, pulidor de lava.
 
Barranco de Agua de Diyo (de Dios) Tramo de La Fuente. Tejina.
  
Es éste el mismo barranco que hemos mencionado al referirnos al poblado de Milán y que en su desembocadura recibe este último nombre. A la altura de Tejina recibe el nombre de La Fuente. La zona que hemos recorrido, el cauce se halla cortado por un camino de herradura que lleva el mismo nombre del tramo citado. Todos los yacimientos que hemos re­gistrado se hallan en el lado izquierdo. Comenzamos la descripción par­tiendo de la presa allí enclavada en dirección al citado camino: Varias cuevas de habitación de las que recogimos fragmentos. Cerámica y un asa vertedero. En la parte alta estas cuevas: Cueva de enterramiento. Pasado el citado camino: Una cueva sepulcral. Debió haber sido de importancia. De ella obtuvimos
numerosos restos humanos y cerámicas. (Hay noticias de haberse sa­cado de ésta varios cráneos y un collar). (Carta Arqueológica de Tenerife).
 
Barranco Milán otras referencias
 
1. Cueva sepulcral situada en la margen izquierda de este barranco, en la localidad de Tejina.
 
La altura media es de unos 2,50 metros. Tiene dos pequeñas bocas de acceso, orientadas
una al W. y otra al S. La primera con una anchura de 0,75 metros, y la segunda de 1,75; ésta conserva el paredón de cierre.
 
Hacia el fondo del yacimiento hay una especie de nicho natural cuyo frente presenta dos aberturas separadas por una columna de conglomerado.
 
3. Cueva sepulcral colectiva: las inhumaciones se elevaban a 21. Los restos humanos se extienden hacia el fondo, siendo el número de enterramiento practicado en el nicho bastante numeroso. Dos cadáveres, situados delante del nicho, estaban orientados de E. a W., y otros dos, hacia el centro de la cueva, de N. a S. Todos los restos humanos aparecen a partir de 0,80 metros y hasta 1,75 metros de profundidad
 
En el momento de descubrir el yacimiento, se extrajeron del nicho una serie de momias, posteriormente destruidas. Ajuar: un cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicas, tabonas, restos de punzones, un caracol marino de la especie conus y 164 cuentas de collar. 63 tubulares, no segmentadas; 32 anulares y 69 de tipos diversos y de pequeño tamaño.
 
Barranco Milán (1, 46):
1. Situada en la margen derecha del barranco, a unos 6 metros sobre el cauce, y bajo una alineación de prismas basálticos.
 
2. El yacimiento posee 40 metros cuadrados de superficie
 
3. Hallazgo de abundantes restos humanos.
 
Los Pilones
Situada en la localidad de Tejina. Hallazgo de restos humanos.
(Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 236)
El establecimiento de colonos europeos en el Achimenceyato de Tejina
Como queda reflejado en las datas de repartimiento de las tierras usurpadas por los invasores y colonos europeos, a pesar de que los beneficiados con grandes extensiones de terrenos generalmente como en el resto de la isla no residían en sus feudos, en Tejina se asentó una importante colonia de castellanos y portugueses medianos propietarios, generalmente artesanos que trabajaban las tierras directamente, así como un importante grupo de medianeros, esclavos y asalariados.
Algunos de los datados en Tejina están recogidos genéricamente en los documentos como “tierras en Tegueste” como es el caso del colono Diego Vargas (data 1.425-9 de fecha 20 de mayo de 1514), otro pedazo de ta, en que habrá 70 f. en la cabezada del valle de Juan Perdomo, en Tegina, lindero un llano de laureles donde asierran y luego el valle abajo, lindan con Arguayonja e tas. de Fernando de la Gomera, hijo de Guaberco.”,  quien linda con Bartolomé Benítez, sobrino del capitán invasor Alonso Fernández de Lugo.
Sólo en los repartos de tierras y aguas ya figuran en los inicios del siglo XVI el citado Bartolomé Benítez, cuya esposa es la judeo conversa Francisca Benítez de Las Cuevas, hija de Alonso de Belmonte. Este Alonso, gobernador, inhabilitado por el Santo Oficio por su origen judío. Aparecen también: Andrés Suárez Gallinato; Pedro Vergara; Fernando Llerena; Jerónimo de Valdés; Pedro de Lugo, cuya esposa es la judeo conversa Elvira Díaz de San Lúcar; Alonso de Las Hijas y Francisco Jiménez.
 “Bartolomé Benítez había vendido todas sus propiedades en Andalucía para venir a Tenerife, donde su familia hoy forma parte de la mejor aristocracia criolla de Canarias asociando su apellido al del conquistador Alonso de Lugo a través de su hija Leonor, casada con Francisco de Lugo.
Es de destacar el relieve que fueron tomando en la sociedad europea de la isla estas familias Benítez, Llerena, aunque con algunas alteraciones en sus apellidos bien intencionadas, que han permanecido entre nosotros y siguen en sus posiciones dentro del campo de la cultura o la industria.
Otro caso de datado en Tejina será el del escribano Juan Márquez, judeo converso, cuya genealogía estará en la sangre de la familia Anchieta, concretamente en otro escribano, Juan de Anchieta, sobrino del apóstol del Brasil, José de Anchieta, entre cuyos ascendientes estarán los Llerena, a través de su madre Mencía.” (J. Manuel Valladares).
 
 
 
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Tomado de:www.elcanario.net

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