Quien
le quiere poner condiciones a la independencia de Canarias es que está muy
cómodo con el colonialismo.
Isidro
Santana León
[Cuando se
le está poniendo condicionamientos al proceso y lucha de liberación que nos ha
de llevar a la soberanía nacional, se le está dando ventaja al arraigo del
colonialismo o, cuanto menos, inconscientemente o no, colaborando con él.
Mientras que en nuestra nación no se le ponga solución a este problema de querer
la independencia a la carta, y bajo las imposiciones ideológicas de algunos,
Canarias estará condenada de por vida a ser un territorio aherrojado y nuestro
pueblo a sufrir la consecuencias de la criminalidad colonialista española.]
Para los que no entienden y los que no quieren
entender:
El independentismo es un medio y el único
procedimiento para llegar a la soberanía nacional; no es una ideología, una
filosofía o una religión etc., es la senda por la que ha de avanzar el pueblo,
hasta que, en su momento, conseguido el primer paso, ejerza su derecho a la
autodisposición.
Sin duda alguna, el independentismo es el método que,
sin ambages, tiene que usar el pueblo de la nación sometida, en cuya
andadura ha de participar toda la sociedad natural de la nación, porque es con
la cohesión nacional cómo único se puede derribar los muros de la cárcel
colonial. Si así no fuera, valga la metáfora, los presos estaremos
perpetuamente discutiendo de qué forma tirar los muros, entretenimiento que le
viene muy bien al colonialismo para que éste vaya preparando nuevas formas de
dominación. Todos los canarios somos presos políticos de España, potencia
colonial que nos ha despojado, por la fuerza, de nuestros derechos naturales,
históricos y fundamentales. España conculca nuestro derecho a decidir y a
forjar nuestro futuro, situación contraria a la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y a la resolución 1514 de las Naciones Unidas,
organización que se expresa con total claridad y de la que España es parte. Los
presos sujetos por la opresión colonial no son de izquierdas ni de derechas,
son presos del colonialismo: mujeres, niños, jóvenes y viejos, un pueblo sin
libertad y sin capacidad para poder ejercerla… ¿cómo entonces se está
discutiendo el color de la libertad sin aún haberla conseguido?
Cuando se le está poniendo condicionamientos al
proceso y lucha de liberación que nos ha de llevar a la soberanía nacional, se
le está dando ventaja al arraigo del colonialismo o, cuanto menos,
inconscientemente o no, colaborando con él. Mientras que en nuestra nación no
se le ponga solución a este problema de querer la independencia a la carta, y
bajo las imposiciones ideológicas de algunos, Canarias estará condenada de por
vida a ser un territorio aherrojado y nuestro pueblo a sufrir la consecuencias
de la criminalidad colonialista española.
La identidad canaria, ahí donde se hunden nuestras
raíces, es la esencia que hará movilizar a todos los canarios, de todos los
pensamientos ideológicos, religiones, ateísmo etc., que es donde se asientan
los verdaderos factores de coincidencia para la cohesión nacional y la puesta
en marcha del proceso. Lo demás es una intromisión interesada y que tenemos que
desechar de nuestra singladura. La independencia de Canarias, sin necesidad de
que nadie nos enseñe o nos diga cómo tenemos que articular nuestra sociedad
después de su consecución –en 600 años de colonialismo siempre ha decidido lo
que ha venido de afuera, ya es hora de que lo hagamos los canarios por nosotros
mismos– nos dotará de la soberanía nacional, única situación que nos posibilita
para decidir nuestro futuro y, lógicamente, después de tantos años de opresión
y engaño colonialista, será un sistema humano, donde los derechos de nuestro
pueblo estén garantizados y donde se nacionalicen nuestros recursos para
invertirlos en nuestro desarrollo.
En nuestra Canarias soberana, ningún canario tendrá
que estar en la calle porque extranjeros o ricachones nativos detenten
viviendas para la especulación y el lucro. Ningún hijo de nuestra patria será
segregado a la hora de tener un trabajo, porque éstos los ocupan los foráneos,
como ha venido ocurriendo hasta ahora: ésta situación no se dará en nuestra
nación libre, además, porque se considerará como un derecho histórico la
vivienda y el trabajo para los nativos canarios. Mi aportación, para su
momento, sería la existencia de una asamblea del pueblo, al margen de la
estructura orgánica de la
República, por si el sistema legislativo, judicial o
gubernamental se corrompe, que sea quien asuma el poder de forma provisional.
Sin embargo, estos son asuntos para cuando se logre la
soberanía, donde el pueblo canario tendrá que ser participe directo en la
elaboración de la
Constitución de la República Canaria.
Yendo a lo esencial, tenemos grupos en la colonia que
si no se impone el socialismo no le ven sentido al cambio hacia la soberanía,
cuando en su momento podrán presentar su grupo y sus ideas en la elaboración de
la Constitución
y presentarse a las elecciones constituyentes del parlamento de la nación. Sin
embargo, se cierran en una endogamia y un sectarismo que no contribuye a la
imprescindible unidad independentista, habría que saber por qué. Si por lo
menos se leyeran a Lenin, y una cita muy especial suya, que los sectarios
debieran tener en cuenta, que dice “en las colonias el socialismo no se puede
anteponer a la lucha de liberación nacional de los pueblos, porque entonces el
internacionalismo sería huero y una farsa”. Lo escribo a modo de síntesis para
no meter todo el texto. La pregunta es la siguiente: ¿si no imponen el
socialismo les da igual que Canarias y su pueblo continúen bajo la inclemencia
y la ilegalidad colonial? ¿A qué aspiran… a presentarse en las elecciones a ver
si tienen suerte de sentar el culo y ganar parásitamente el dinero igual que a
los que dicen combatir?, ¿a los caiques canarios…?
El caciquismo canario es inherente al colonialismo
(son los descendientes de los godos y guanches traidores que recibieron tierras
por derecho de conquista y cooperación, privilegios que se han legado de
generación en generación y que han llegado hasta la actualidad); es engendro de
su dominación, producto y medio para mantener la paz en la colonia o llevarla a
raja tabla, entramado que desaparecerá per se con la soberanía nacional. Sólo
con la independencia y la soberanía nacional, estas castas perderán los
privilegios, se les acabará el latrocinio y desaparecerán de los puestos de
influencia. Esta falsa democracia impuesta por España, es la que, con su juego
de legitimar su estatus colonial mediante elecciones y la participación de los
canarios, sigue arrastrando con la inocencia de unos y la colaboración de
otros, haciendo permanecer a los mismos gendarmes en el falso parlamento
colonial.
No hay otra salida que la independencia. La
independencia o el proceso del independentismo, no atiende ideologías ni
filosofías, sino que se impulsa por la identidad, que es la esencia
verdaderamente unitaria y de la que debemos tirar para la cohesión nacional. Lo
demás, a mi juicio, es querer perpetuar la lastimosa situación colonial, que
sobre todo a quien más lacera es a los más débiles y a quien más beneficia es a
los poderosos. Si hacemos una reflexión sincera y cedemos de la vanidad pasando
a la humildad, con total seguridad podremos demostrar que nuestra lucha
funciona y Canarias se escuchará en el mundo.
28/10/13
Tomado de:www.elcanario.net
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