amada con piel de ciervo, un animal que nunca existió en el territorio insular.
El hallazgo demuestra que los primeros pobladores, de la fase I en la que se sitúa esta zona benahorita, trasladaron desde su lugar de origen, previsiblemente desde el norte de África, la piel en la que embalsamaron al que supuestamente era su líder o persona de referencia, una piel de ciervo que, teniendo en cuenta esta realidad, era un bien muy preciado para los primeros pobladores de La Palma.
En esta necrópolis se encontraron además diferentes restos óseos de otros quince cuerpos. Sólo apareció una momia completa, cubierta en parte por pieles de animales perfectamente curtidas, cosidas y atadas con cuerdas vegetales trenzadas. El tratamiento que se daba a los difuntos hace pensar que entre los primeros pobladores también había diferencia de clases, es decir, llegaron claramente jerarquizados.
En la necrópolis del Espigón se han identificado restos humanos de 16 individuos y sólo aparece uno que está momificado, más las extremidades inferiores de otra persona, lo que da pie a pensar que esta persona fue muy importante dentro de su comunidad y que por las razones que fuera, cuando se muere, decide que su sudario fuera esa piel de ciervo que posiblemente era muy apreciada por ellos".
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