3655 En una nueva dentrada
Le pegué un golpe
sentido ", Y al verse ya mal
herido, Aquel indio furibundo Lanzó
un terrible alarido
3660 Que retumbó como un
ruido que se sacudiera el mundo.
Al fin de tanto
lidiar *" En el cuchillo lo alcé: En peso lo levanté
3665 Aquel hijo del desierto; Ensartado lo llevé, Y allá recién lo largué Cuando ya lo sentí muerto.
Me persiné dando
gracias
3670 De haber salvado la vida. Aquella pobre
afligida, De rodillas en el suelo, Alzó
sus ojos al cielo Sollozando dolorida.
3675 Me hinqué también a su
lado A dar gracias a mi santo; En su
dolor y quebranto, Ella, a la Madre de Dios, Le
pide en su triste llanto
3680 Que nos ampare a los dos.
Se alzó con pausa
de leona Cuando acabó de implorar, Y sin dejar de llorar Envolvió en unos trapitos
3685 Los pedazos de su hijito, Que
yo le ayudé a juntar.
[LA VUELTA DE MARTIN FIERRO]
Dende ese punto
era juerza Abandonar el desierto. Pues me hubieran descubierto;
3690 Y aunque lo maté en pelea, De fijo que me lancean Por vengar al indio muerto.
A la aflijida
cautiva Mi caballo le ofrecí,
3695 Era un pingo que alquirí, Y dondequiera que
estaba, En cuanto yo lo silbaba Venía a refregarse en mi.
Yo me le senté al del pampa;
3700 Era un escuro tapao **.
Cuando me hallo
bien montao, De mis casillas me salgo; Y era
un pingo como galgo Que sabía correr
boliao *".
3705 Para correr en el campo
No hallaba ningún
tropiezo; Los ejercitan en eso, Y los ponen como luz M, De dentrarle a un avestruz
3710 Y bollar bajo el pescuezo **.
El pampa educa al caballo Como para
un entrevero5a. Como rayo es
de ligero
En cuanto el indio lo toca; Y, como trompo, en la boca *" da güeltas sobre de un cuero.
Lo barea SB
en la madrugada; Jamás falta a este deber. Luego lo enseña a correr Entre fangos y guadales5",
¡Ansina esos animales Es cuanto *° se puede ver!
En el caballo de un pampa No hay
peligro de rodar **, ¡jué pucha!, y pa
disparar Es pingo que no se cansa; Con proligidá lo amansa Sin dejarlo corcobiar.
Pa quitarle las
cosquillas Con cuidao lo manosea; Horas enteras emplea, Y por fin sólo lo deja Cuando
agacha las orejas Y ya el potro ni cocea.
Jamás le sacude un
golpe, Porque lo trata al bagual Con pacencia sin igual; Al domarlo no le pega, Hasta que
al fin se le entrega Ya dócil el animal.
Y aunque yo sobre
los bastos "* Me sé sacudir el
polvo S7°, A esa costumbre me
amoldo; Con pacencia lo manejan Y al día
siguiente lo dejan Rienda arriba571
junto al toldo.
Ansí, todo el que
procure Tener un plago modelo. Lo ha de cuidar con desvelo,
3750 Y debe impedir también El que de
golpes le den O tironea en el suelo.
Muchos quieren
dominarlo Con el rigor y el azote,
3755 Y si ven al chafalote **
Que tiene trazas
de malo, Lo embraman m en
algún palo Hasta que as descogote.
Todos se vuelven pretestos
3760 Y glieltas para
ensillarlo;
Dicen que es por
quebrantarlo. Mas compriende cualquier bobo
Que es el miedo del corcobo Y no quieren
confesarlo.
3765 El animal yeguarizo,
perdónenme esta
alvertencia, Es de mucha conocencia Y tiene
mucho sentido n4; Es animal
consentido m;
3770 Lo cautiva la pacencia.
Aventaja a los
demás El que estas cosas entienda. Es bueno que el
hombre aprienda, Pues hay pocos domadores
3775 Y muchos f rangoyadores **
Que andan de bozal
y rienda •".
Me vine/como les
digo, Trayendo esa compañera; Marchamos la noche entera,
3780 Haciendo nuestro camino
Sin más rumbo que
el destino, Que nos llevara ande quiera.
Al muerto, en un pajonal Había tratao de enterrarlo,
3785 Y después de maniobrarlo "* Lo tapé bien con las pajas. Para llevar de ventaja Lo que emplearan en hallarlo.
En notando nuestra ausiencia
3790 Nos habían de perseguir, Y al decidirme a venir, Con todo mi corazón Hice la
resolución De peliar hasta morir.
3795 Es un peligro muy serio
Cruzar juyendo el
desierto; Muchísimos de hambre han
muerto. Pues en tal desasociego No se
puede ni hacer fuego
3800 Para no ser descubierto*".
Sólo el albitrio
"• del hombre Puede ayudarlo a salvar; No hay auxilio que esperar, Sólo de Dios hay amparo.
3805 En el desierto es muy raro Que uno se pueda
escapar.
¡Todo es cielo y
horizonte En inmenso campo verde! ¡Pobre de aquel que se pierde
3810 O que su rumbo estravea M1! Si alguien cruzarlo desea Este consejo recuerde:
Marque su rumbo de
día Con toda fldelidá,
3815 Marche con puntualidá. Siguiéndolo con fijeza, Y si duerme, la cabeza Ponga para el lao que va.
Oserve con todo esmero 3820
Adonde el sol aparece;
Si hay neblina m
y le entorpece Y no lo puede
oservar, Guárdese de caminar, Pues guien se pierde perece.
3825 Dios les dio istíntos
sutiles A toditos los mortales; El
hombre es uno de tales, Y en las llanuras aquellas Lo guían el sol, las estrellas,
3830 El viento y los animales.
Para ocultarnos de
día A la vista del salvage, Ganábamos un parage En que algún abrigo hubiera,
3835 A esperar que anocheciera Para seguir nuestro viage.
Penurias de toda
elasa Y miserias padecimos: Varias veces no
comimos
3840 O comimos carne cruda;
Y en otras, no
tengan duda, Con relees nos mantubimos.
Después de mucho
sufrir Tan peligrosa inquietó,
3845 Alcanzamos con salú A divisar una sierra, Y al fin pisamos la tierra En donde
crece el ombú "•.
Nueva pena sintió
el pecho
3850 Por Cruz, en aquel parage, Y en humilde vasallage A la Majestá
infinita Besé esta tierra bendita Que ya no pisa el salvage.
3855 Al fin la misericordia
De Dios nos quiso
amparar; Es preciso soportar Los trabajos con costancia, Alcanzamos una estancia*"
3860 Después de tanto penar.
Ahí mesmo me
despedí De mi infeliz compañera. «Me
voy, le dije, ande quiera, Aunque me agarre el Gobierno,
3865 Pues infierno por infierno, Prefiero el de la frontera.»
Concluyo esta
relación, Ya no puedo continuar. Permítanme descansar:
3870 Están mis hijos presentes,
Y yo ansioso por
que cuenten Lo que tengan que contar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario